Dominum et vivificantem
   Cap., N.
 1   1,  19     |       Juan proclama: « He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado
 2   1,  19     | redentora de Jesús de Nazaret. « Cordero de Dios » en boca de Juan
 3   1,  24     |           como Hijo del hombre y Cordero de Dios, una vez resucitado
 4   2,  32     |       del Gólgota —la muerte del Cordero inocente—, como sucede el
 5   2,  39     |    vencido por el sacrificio del Cordero de Dios que se ha hecho
 6   2,  48     |       por medio de la Sangre del Cordero. Es la justicia que el Padre


Ecclesia de Eucharistia
   Cap., N.
 7   I,  12     |       ofrecemos siempre el mismo Cordero, y no uno hoy y otro mañana,
 8   I,  19     |     celebramos el sacrificio del Cordero, nos unimos a la liturgia
 9   I,  19     |       sentado en el trono, y del Cordero » (Ap 7, 10). La Eucaristía


Evangelium vitae
   Cap., N.
10   1,  25     |         sangre preciosa, como de cordero sin tacha y sin mancilla,
11 Conclus,  105|   triunfante se levanta ».141~El Cordero inmolado vive con las señales


Redemptoris Mater
   Cap., N.
12   3,  43     |          joánica « la esposa del Cordero » (Ap 21, 9). Si la Iglesia