Centesimus annus
Cap., N. 1 Intro, 3 | propuso hablar, y esta misma conciencia es la que anima hoy a su
2 2, 15 | ningún modo en la propia conciencia o en la propia dignidad.
3 2, 16 | Nacido como reacción de la conciencia moral contra situaciones
4 2, 21 | Unidas. No sólo ha crecido la conciencia del derecho de los individuos,
5 3, 22 | partidistas ofuscaban la conciencia de la común dignidad humana,
6 3, 23 | la verdad, apelando a la conciencia del adversario y tratando
7 3, 26 | formas espontáneas de la conciencia obrera, que ponen de manifiesto
8 3, 29 | íntegramente los derechos de la conciencia humana, vinculada solamente
9 5, 44 | fuentes más profundas de la conciencia colectiva, están exentos
10 6, 57 | lógica interna. De esta conciencia deriva también su opción
11 6, 58 | riqueza mayor. Sólo esta conciencia dará la fuerza para afrontar
12 6, 59 | cruce de la vida y de la conciencia cristiana con las situaciones
Dives in misericordia
Cap., Párrafo 13 1, 1 | enriquecer de múltiples formas la conciencia de la Iglesia, fruto del
14 2, 3 | y misericordia es en la conciencia de Cristo mismo la prueba
15 3, 4 | Cuando a su vez adquiría conciencia de la propia infidelidad —
16 3, 4 | hombres que despiertan tal conciencia— se apelaba a la misericordia.
17 3, 4 | Así lo hace David, con la conciencia de la gravedad de su culpa.39
18 3, 4 | desgracias como en la toma de conciencia de su pecado, al Dios de
19 3, 4(52)| términos que corresponden a la conciencia y a la experiencia del hombre
20 4, 5 | la dignidad perdida, la conciencia de la filiación echada a
21 4, 5 | motivo está impregnado por la conciencia de una pérdida más profunda:
22 4, 5 | decisión es tomada en plena conciencia de lo que merece y de aquello
23 4, 5 | que, en el centro de la conciencia del hijo pródigo, emerge
24 4, 5 | ello y es precisamente tal conciencia lo que le muestra con claridad
25 6, 10 | de lo universal, por una conciencia más clara de la unidad del
26 6, 11 | obedecer a la voz de la conciencia que le indica la recta vía
27 6, 11 | subalternos.~Así pues, junto a la conciencia de la amenaza biológica,
28 6, 11 | amenaza biológica, crece la conciencia de otra amenaza, que destruye
29 6, 11 | contra la libertad humana, la conciencia y la religión, explica la
30 6, 12 | multiforme, en cuya base la conciencia humana contemporánea ha
31 7 | nuestro tiempo adquiera conciencia más honda y concreta de
32 7, 14 | sabe recibir el don con la conciencia de que también él, acogiéndolo,
33 7, 14 | también acerca de sí mismo! La conciencia de ser deudores unos de
34 8, 15 | para con los hombres. La conciencia humana, cuanto más pierde
35 8, 15 | misericordia », o en su conciencia privada de todo contenido
36 8, 15 | debe guiarse por la plena conciencia de que en esta obra no le
Dominum et vivificantem
Cap., N. 37 Intro, 2 | fortalecida y profundizada en la conciencia del Pueblo de Dios. Durante
38 Intro, 2 | desarrollar en la Iglesia la conciencia de que en ella « el Espíritu
39 1, 21 | de la que tiene perfecta conciencia, se expresa en aquel « gozo »,
40 1, 25 | cuáles resulta que, según la conciencia de la primera comunidad ,
41 2, 31 | el juicio interior de la conciencia, y éste, siendo una verificación
42 2, 31 | el don de la verdad de la conciencia y el don de la certeza de
43 2, 32 | mundo », al hombre y a la conciencia humana , sino es el Espíritu
44 2, 32 | Dios ». No basta sondear la conciencia humana, como misterio íntimo
45 2, 33 | en la voluntad —y en la conciencia— del hombre, ante todo,
46 2, 36 | Espíritu Santo da como don la conciencia, para que la imagen pueda
47 2, 36 | para el hombre la luz de la conciencia y la fuente del orden moral,
48 2, 37 | estado de acusación ante la conciencia de la criatura. Por vez
49 2, 40 | las obras muertas nuestra conciencia para rendir culto a Dios
50 2, 40 | la « purificación de la conciencia » llevada a cabo por él.
51 2 | La sangre que purifica la conciencia »~ ~
52 2, 42 | sangre purifica nuestra conciencia ».164 Esta sangre, pues,
53 2, 43 | enseñanza católica sobre la conciencia, al hablar de la vocación
54 2, 43 | humana. Precisamente la conciencia decide de manera específica
55 2, 43 | dignidad. En efecto, la conciencia es « el núcleo más secreto
56 2, 43 | en lo más profundo de su conciencia descubre el hombre la existencia
57 2, 43 | cual debe obedecer ».165 La conciencia, por tanto, no es una fuente
58 2, 43 | Precisamente, en este sentido, la conciencia es el « sagrario íntimo »
59 2, 43 | Creador: precisamente la conciencia encuentra siempre en esta
60 2, 43 | que por el camino de la conciencia. Si la conciencia es recta,
61 2, 43 | de la conciencia. Si la conciencia es recta, ayuda entonces
62 2, 43 | Fruto de la recta conciencia es, ante todo, el llamar
63 2, 44 | pecado » que acompaña a la conciencia humana en toda reflexión
64 2, 44 | influencias en la misma conciencia en el transcurso de la historia.
65 2, 44 | apoyándose en la voz de la propia conciencia, « ha de luchar continuamente
66 2, 45 | con aquella fatiga de la conciencia humana, de la que los textos
67 2, 45 | sugestiva. Esta fatiga de la conciencia determina también los caminos
68 2, 45 | cuesta mucho. Se sabe que la conciencia no sólo manda o prohibe,
69 2, 45 | de la verdad permite a la conciencia humana la participación
70 2, 45 | entonces el sufrimiento de la conciencia es particularmente profundo
71 2, 45 | humano y la fatiga de la conciencia, donde se realiza esta «
72 2, 45 | profundidad » del hombre y de la conciencia humana se realiza la misión
73 2, 45 | Cristo ... purifica nuestra conciencia de las obras muertas para
74 2, 46 | las obras muertas nuestra conciencia ».~Sabemos que un fruto
75 2, 46 | conversión obrada por él en la conciencia. Si Jesús afirma que la
76 2, 47 | una impermeabilidad de la conciencia, un estado de ánimo que
77 2, 48 | realiza la purificación de la conciencia por medio de la Sangre del
78 3, 54 | su ser como pensamiento, conciencia, corazón; es realidad psicológica
79 3, 55 | imperativos de la recta conciencia y, al mismo tiempo, es una
80 3, 60 | hombre, en el santuario de la conciencia, donde el Espíritu Santo
81 3, 60 | presente en el corazón y en la conciencia de los fieles, y a menudo
82 3, 63 | continuamente. La Iglesia, al tomar conciencia cada vez más viva de este
83 3, 64 | resulta entrañable tener conciencia cada vez más viva del hecho
84 3, 65 | muchas comunidades madura la conciencia de que, a pesar del vertiginoso
Ecclesia de Eucharistia
Cap., N. 85 IV, 36 | esta sagrada Mesa con una conciencia manchada y corrompida. Hacer
86 IV, 36 | establece: « Quien tiene conciencia de estar en pecado grave
87 IV, 37 | pues, si el cristiano tiene conciencia de un pecado grave está
88 IV, 37 | tratándose de una valoración de conciencia. No obstante, en los casos
Evangelium vitae
Cap., N. 89 Intro, 3 | sentimiento auténtico de cada conciencia recta: « Todo lo que se
90 Intro, 4 | es el hecho de que a la conciencia misma, casi oscurecida por
91 1, 10 | contemporáneo para que tome conciencia de la amplitud y gravedad
92 1, 11 | tienden a perder, en la conciencia colectiva, el carácter de «
93 1, 11 | eclipse », aun cuando la conciencia no deje de señalarlo como
94 1, 24 | 24. En lo íntimo de la conciencia moral se produce el eclipse
95 1, 24 | en duda, sobre todo, la conciencia de cada persona, que en
96 1, 24 | en cierto sentido, la « conciencia moral » de la sociedad.
97 1, 24 | pecado » contra la vida. La conciencia moral, tanto individual
98 1, 24 | cometen » (1, 32). Cuando la conciencia, este luminoso ojo del alma (
99 1, 24 | Señor que resuena en la conciencia de cada hombre. De este
100 1, 24 | este íntimo santuario de la conciencia puede empezar un nuevo camino
101 1, 27 | movimientos favorecen una toma de conciencia más difundida y profunda
102 1, 28 | la Iglesia toma más viva conciencia de la gracia y de la responsabilidad
103 2, 29 | destinado a sensibilizar la conciencia y a causar cambios significativos
104 2, 29 | y mujer, resuena en cada conciencia « desde el principio »,
105 2, 31 | así en Israel una clara conciencia: su vida no está a merced
106 2, 31 | precariedad de la vida y de la conciencia de las amenazas que la acechan.
107 2, 38 | desarrolla en la gozosa conciencia de poder hacer de la propia
108 2, 40 | corazón del hombre, en su conciencia. La pregunta « ¿Qué has
109 2, 40 | hombre: en lo profundo de su conciencia siempre es llamado a respetar
110 2, 44 | también en esta convicción la conciencia que tiene Israel de ser
111 3, 57 | la progresiva pérdida de conciencia en los individuos y en la
112 3, 58 | debilitando progresivamente en la conciencia de muchos. La aceptación
113 3, 65 | inevitable, se puede en conciencia « renunciar a unos tratamientos
114 3, 65 | consecuencia limitar la conciencia y abreviar la vida, « si
115 3, 65 | privar al moribundo de la conciencia propia sin grave motivo »: 80
116 3, 65 | poderse preparar con plena conciencia al encuentro definitivo
117 3, 69 | reconozca la autonomía de cada conciencia individual y que, por tanto,
118 3, 69 | netamente entre el ámbito de la conciencia privada y el del comportamiento
119 3, 69 | abdicando de la propia conciencia moral al menos en el ámbito
120 3, 70 | más débil e indefenso? La conciencia universal reacciona justamente
121 3, 70 | trágica ofuscación de la conciencia colectiva, el escepticismo
122 3, 71 | civil puede sustituir a la conciencia ni dictar normas que excedan
123 3, 71 | invocar el respeto de la conciencia de los demás, precisamente
124 3, 71 | pueden dar en nombre de la conciencia y bajo el pretexto de la
125 3, 72 | tendrían fuerza para obligar en conciencia...; más aún, en tal caso,
126 3, 72 | sujeto interesado con plena conciencia. Pero un Estado que legitimase
127 3, 73 | crean ninguna obligación de conciencia, sino que, por el contrario,
128 3, 73 | mediante la objeción de conciencia. Desde los orígenes de la
129 3, 73 | Un problema concreto de conciencia podría darse en los casos
130 3, 74 | ante difíciles problemas de conciencia en materia de colaboración,
131 3, 74 | llamados, por un grave deber de conciencia, a no prestar su colaboración
132 3, 74 | recurre a la objeción de conciencia debe estar a salvo no sólo
133 3, 77 | En efecto, resuena en la conciencia moral de cada uno como un
134 4, 78 | Mantengamos, por ello, la conciencia humilde y agradecida de
135 4, 79 | un deber, que nace de la conciencia de ser el pueblo adquirido
136 4, 89 | tambiénejercer la objeción de conciencia ante el aborto procurado
137 4, 90 | fatigas y cansancios, la conciencia de la dignidad de cada hombre;
138 4, 90 | responsabilidad personal en la conciencia de los individuos investidos
139 4, 90 | ante Dios, ante la propia conciencia y ante la sociedad entera
140 4, 90 | en la intimidad de cada conciencia, anima a los políticos,
141 4, 96 | consiste en la formación de la conciencia moral sobre el valor inconmensurable
142 4, 96 | decisivo en la formación de la conciencia es eldescubrimiento del
143 4, 97 | 97. A la formación de la conciencia está vinculada estrechamente
144 4, 101 | extraordinarias, pertenece a toda conciencia humana que aspira a la verdad
145 Conclus, 104| así a la Iglesia a tomar conciencia de que la vida está siempre
Fides et ratio
Cap., N. 146 Intro, 2 | adquiridas, incluso desde la conciencia de que toda verdad alcanzada
147 Intro, 6 | de la era cristiana, tome conciencia cada vez más clara de los
148 1, 7 | Iglesia lleva a cabo está la conciencia de ser depositaria de un
149 2, 18 | descanso; la segunda nace de la conciencia de que dicho camino no se
150 4, 36 | de Dios y en la voz de la conciencia moral de cada hombre (cf.
151 4, 36 | dicho proceso buscaba era la conciencia crítica de aquello en lo
152 4, 41 | es claro indicio de la conciencia crítica con que los pensadores
153 5, 59 | renovada comprensión de la conciencia moral; quienes, además,
154 6, 66 | conceptos como ley moral, conciencia, libertad, responsabilidad
155 6, 68 | capaz de emplear a fondo su conciencia y la fuerza de su razonamiento.
156 7, 80 | Los cristianos han tomado conciencia progresivamente de la riqueza
157 7, 81 | la humanidad requiere una conciencia renovada y aguda de los
158 7, 82 | también para los juicios de la conciencia moral, que la Sagrada Escritura
159 7, 90(106)| hombre, en su corazón, en su conciencia »: Redemptor hominis, (4
160 7, 98 | político y científico, la conciencia ética del hombre está desorientada.
161 7, 98 | la concepción misma de la conciencia: a ésta ya no se la considera
162 7, 98 | orientando a conceder a la conciencia del individuo el privilegio
Laborem exercens
Cap., Párrafo 163 Intro, 1 | básicas; la creciente toma de conciencia de la limitación del patrimonio
164 2, 8 | trabajo, junto con una toma de conciencia más neta y más comprometida
165 3, 15 | trabajando «en algo propio». Esta conciencia se extingue en él dentro
166 3, 15 | sistema, pueda conservar la conciencia de trabajar en «algo propio».
167 4, 21 | finalmente, del nivel de conciencia respecto a toda la ética
168 5, 25 | sus siervos y amigos.36~La conciencia de que el trabajo humano
169 5, 25 | deber el hacerlo».38~La conciencia de que a través del trabajo
Redemptor hominis
Cap., Párrafo 170 Heren, 1 | de manera particular la conciencia de la verdad-clave de la
171 Heren, 3 | vigorosamente enraizada en la conciencia de la Iglesia de un modo
172 Heren, 3 | salvífica.~Precisamente de esta conciencia contemporánea de la Iglesia,
173 Heren, 3 | Santo, la Iglesia tiene una conciencia cada vez más profunda, sea
174 Heren, 3 | humanas: es precisamente esta conciencia la que debe seguir siendo
175 Heren, 3 | consolidar y profundizar esa conciencia. Pablo VI nos ha dejado
176 Heren, 3 | testimonio de esa profundísima conciencia de Iglesia. A través de
177 Heren, 4 | Precisamente por esta razón, la conciencia de la Iglesia debe ir unida
178 Heren, 4 | orgánicamente unida con la conciencia de la propia naturaleza,
179 Heren, 4 | misión y su servicio. Esta conciencia se ha demostrado a veces
180 Heren, 5 | comunión de servicio y en la conciencia del apostolado. Tal unión
181 Heren, 5 | diócesis, pulsasen con plena conciencia de la propia identidad y
182 2, 7 | eterna».24~A través de la conciencia de la Iglesia, tan desarrollada
183 2, 7 | todos los niveles de esta conciencia y a través también de todos
184 2, 10 | del hombre, orientar la conciencia y la experiencia de toda
185 2, 11 | trabajo inmenso para formar la conciencia plena y universal de la
186 2, 11 | su primera Encíclica. Tal conciencia —o más bien, autoconciencia
187 2, 11 | han podido alcanzar una conciencia más completa del misterio
188 2, 11 | hombre ha conseguido plena conciencia de su dignidad, de su elevación,
189 2, 11 | cual —si ha alcanzado en la conciencia común del mundo contemporáneo
190 2, 12 | entendimiento, su voluntad, su conciencia y su libertad.81 De este
191 2, 12 | hombre, en su corazón, en su conciencia. ¡Qué confirmación tan estupenda
192 3, 14 | y de la voluntad, de la conciencia y del corazón. El hombre
193 3, 14 | verdad de su vida, en su conciencia, en su continua inclinación
194 3, 16 | esencial de un examen de conciencia para cada uno y para todos: «
195 3, 17 | ha crecido enormemente la conciencia social de los hombres y
196 3, 17 | derecho de la libertad de conciencia. El Concilio Vaticano II
197 4, 18 | de lo bello, la voz de la conciencia. La Iglesia, tratando de
198 4, 20 | toda la profundidad de su conciencia, con todo el sentido de
199 4, 20 | también a los deseos de la conciencia humana. «Bienaventurados
Redemptoris Mater
Cap., N. 200 Intro, 3 | por parte de la Iglesia la conciencia de que María apareció antes
201 1, 17 | autorrevelación de Dios y ha tomado conciencia del misterio. Es la primera
202 1, 17 | Por lo tanto, Jesús tenía conciencia de que « nadie conoce bien
203 2, 29 | ecuménico, sobre la base de una conciencia más lúcida y difundida de
204 2, 36 | María adquiere una nueva conciencia y una nueva expresión. Lo
205 2, 37 | cada vez mejor en sí la conciencia de que no se puede separar
206 2, 37 | y en nuestra época tal conciencia se refuerza de manera particular—
207 3, 43 | indicio interesante de la conciencia materna de la Iglesia primitiva,
208 3, 43 | entre los hombres. Esta conciencia permitía y permite constantemente
209 Conclus, 52 | humanas, un desafío a toda la conciencia histórica del hombre: el
Redemptoris missio
Cap., N. 210 Intro, 2 | se está afianzando una conciencia nueva: la misión atañe a
211 1, 4 | del hombre, orientar la conciencia y la experiencia de toda
212 1, 4 | humana? El respeto de la conciencia y de la libertad ¿no excluye
213 1, 5 | ello Cristo tiene plena conciencia. Aun cuando no se excluyan
214 1, 8 | por salvar la libertad de conciencia, dice el Concilio Vaticano
215 1, 8 | nadie a obrar contra su conciencia ni se le impida que actúe
216 2, 12 | historia, Israel adquiere conciencia de que su elección tiene
217 4, 39 | misionera están marcadas por la conciencia de promover la libertad
218 4, 39 | detiene ante el sagrario de la conciencia. A quienes se oponen con
219 5, 43 | capacidad de un examen de conciencia, a nivel personal y comunitario,
220 5, 59 | ricos, entre otras cosas, la conciencia de que ha llegado el momento
221 7, 77 | fin de que, teniendo viva conciencia de la propia responsabilidad
222 7, 82 | les exige sobre todo la conciencia de deber ser siempre testigos
Slavorum apostoli
Cap., N. 223 Intro, 2 | cinco años quería avivar la conciencia ante estos solemnes actos
224 4, 12 | lengua. Lo hicieron con una conciencia ajena a todo espíritu de
225 5, 20 | por primera vez, tomar conciencia de su propia vocación y
226 5, 20 | creada por san Metodio y a la conciencia de la propia identidad cristiana,
227 Conclus, 30 | ellos, conforme a su propia conciencia, la voz de tu llamada a
228 Conclus, 30 | ideológicos por la común conciencia de la verdad, pueda ser
229 Conclus, 31 | hoy. Que no falte en la conciencia de nuestros contemporáneos.
Sollicitudo rei socialis
Cap., N. 230 Intro, 4 | su fuerza de llamado a la conciencia, ahora, en la recta final
231 2, 7 | Encíclica, cabe subrayar: la conciencia del deber que tiene la Iglesia, «
232 2, 7 | luz del Evangelio »; 10 la conciencia, igualmente profunda de
233 2, 9 | Encíclica, « cada uno debe tomar conciencia » de este hecho,24 precisamente
234 2, 9 | interpela directamente a la conciencia, que es fuente de las decisiones
235 3, 12 | situación y a proponer a la conciencia de todos la obligación urgente
236 3, 17 | con el fin de despertar la conciencia de todos y de encontrar
237 3, 21 | tratan de librarse. Esta conciencia es tal que ha dado origen,
238 3, 26 | El primero es la plena conciencia, en muchísimos hombres y
239 3, 26 | de cada ser humano. Esta conciencia se expresa, por ejemplo,
240 3, 26 | testimonio de una mayor conciencia que se está imponiendo.
241 3, 26 | Organismos internacionales.47~La conciencia de la que hablamos no se
242 3, 26 | señalar igualmente la mayor conciencia de la limitación de los
243 4, 33 | sus responsables, una viva conciencia del valor de los derechos
244 4, 34 | conveniencia de tomar mayor conciencia de que no se pueden utilizar
245 4, 34 | cuales ponen ante nuestra conciencia la dimensión moral, que
246 5, 36 | contrariamente a una verdadera conciencia del bien común universal
247 5, 38 | valor positivo y moral, la conciencia creciente de la interdependencia
248 5, 38 | realidad es transformada en conciencia, que adquiere así una connotación
249 5, 39 | contemporáneo son la creciente conciencia de solidaridad de los pobres
250 5, 39 | importancia de despertar la conciencia religiosa de los hombres
251 5, 40 | 1 Jn 3, 16).~Entonces la conciencia de la paternidad común de
252 Conclus, 47 | última instancia, en la conciencia que la Iglesia tiene de
Ut unum sint
Cap., N. 253 Intro, 4 | obedecer al Señor y con plena conciencia de mi fragilidad humana.
254 1, 8 | como un imperativo de la conciencia cristiana iluminada por
255 1, 15 | principios, del imperativo de la conciencia cristiana, a la realización
256 1, 22 | Cristo, crecerá en ellos la conciencia de que es menos lo que los
257 1, 32 | común exigidas por toda conciencia cristiana, y se reúnen,
258 1 | Diálogo como examen de conciencia~ ~
259 1, 33 | mismo tiempo, exige que la conciencia de los cristianos, hermanos
260 1, 34 | función de un examen de conciencia. ¿Cómo no recordar en este
261 1, 34 | llegara a ser un examen de conciencia, como un « diálogo de las
262 1, 39 | exigencias de la propia conciencia y la del prójimo, con profunda
263 2, 42 | evolución de la mentalidad. La conciencia de la común pertenencia
264 2, 48 | Comunidades nos ha hecho tomar conciencia del testimonio que los otros
265 2, 49 | se trata de una toma de conciencia de elementos estáticos,
266 2, 70 | fe y respeto de la propia conciencia y de la del otro, ha estado
267 3, 77 | son suficientes para la conciencia de los cristianos que profesan
268 3, 82 | invita a un serio examen de conciencia. La Iglesia católica debe
269 Exhort, 100 | Concilio infundió en la conciencia de la Iglesia católica,
270 Exhort, 101 | dirigida a fomentarla en la conciencia de que la Iglesia es movida
271 Exhort, 102 | con impulso renovado y conciencia más madura, la gracia de
Veritatis Splendor
Cap., N. 272 Intro, 1 | las del corazón y de la conciencia moral.~ ~
273 Intro, 2 | Iglesia está siempre viva la conciencia de su «deber permanente
274 Intro, 3 | través de lo que les dice su conciencia, pueden conseguir la salvación
275 Intro, 4 | dejados al juicio de la conciencia subjetiva individual o a
276 1, 16 | No es fácil decir con la conciencia tranquila «todo eso lo he
277 1, 16 | respuesta, se refiere a esa conciencia de que aún falta algo: comprendiendo
278 1, 24 | otra parte, precisamente la conciencia de haber recibido el don,
279 2, 30 | cuál es el papel de la conciencia en la formación de la concepción
280 2, 31 | nuestro tiempo tienen una conciencia cada vez mayor de la dignidad
281 2, 31 | coacción, sino guiados por la conciencia del deber» 53. En concreto,
282 2, 31 | religiosa y al respeto de la conciencia en su camino hacia la verdad
283 2, 31 | respeto debido al camino de la conciencia, es ciertamente una adquisición
284 2, 32 | ateas. Se han atribuido a la conciencia individual las prerrogativas
285 2, 32 | se debe seguir la propia conciencia se ha añadido indebidamente
286 2, 32 | mismo de que proviene de la conciencia. Pero, de este modo, ha
287 2, 32 | la concepción misma de la conciencia: a ésta ya no se la considera
288 2, 32 | orientado a conceder a la conciencia del individuo el privilegio
289 2, 32 | antinomia entre ley moral y conciencia, entre naturaleza y libertad.~ ~
290 2, 34 | defensor de los derechos de la conciencia, afirmaba con decisión: «
291 2, 34 | afirmaba con decisión: «La conciencia tiene unos derechos porque
292 2, 34 | naturaleza humana y con la conciencia, y proponen criterios innovadores
293 2, 36 | y, concretamente, de la conciencia personal.~Algunos, sin embargo,
294 2, 52 | mediante el juicio de la conciencia. El sujeto que actúa asimila
295 2 | II. Conciencia y verdad~ ~
296 2, 54 | la persona, o sea, en su conciencia moral: «En lo profundo de
297 2, 54 | moral: «En lo profundo de su conciencia —afirma el concilio Vaticano
298 2, 54 | interpretación que se da a la conciencia moral. En este sentido,
299 2, 54 | interpretación «creativa» de la conciencia moral, que se aleja de la
300 2, 55 | teólogos, la función de la conciencia se habría reducido, al menos
301 2, 55 | vinculante para los juicios de conciencia, sino más bien una perspectiva
302 2, 55 | típica del fenómeno de la conciencia: ésta se relaciona profundamente
303 2, 55 | al máximo el valor de la conciencia, que el Concilio mismo ha
304 2, 55 | carácter creativo de la conciencia, ya no llaman a sus actos
305 2, 55 | de inútiles conflictos de conciencia.~ ~
306 2, 56 | realización práctica, con buena conciencia, de lo que está calificado
307 2, 56 | general y la norma de la conciencia individual, que decidiría
308 2, 56 | creativa, según la cual la conciencia moral no estaría obligada
309 2, 56 | la identidad misma de la conciencia moral ante la libertad del
310 2, 56 | interpretación creativa de la conciencia.~ ~
311 2 | El juicio de la conciencia~ ~
312 2, 57 | el sentido bíblico de la conciencia, especialmente en su vinculación
313 2, 57 | corazón, atestiguándolo su conciencia con sus juicios contrapuestos
314 2, 57 | palabras de san Pablo, la conciencia, en cierto modo, pone al
315 2, 57 | rectitud o maldad moral. La conciencia es el único testigo. Lo
316 2, 57 | los demás desde fuera. La conciencia dirige su testimonio solamente
317 2, 57 | respuesta a la voz de la conciencia.~ ~
318 2, 58 | fin último del hombre. «La conciencia —dice san Buenaventura—
319 2, 58 | deriva el hecho de que la conciencia tiene la fuerza de obligar» 103.
320 2, 58 | puede decir, pues, que la conciencia da testimonio de la rectitud
321 2, 58 | suaviter» a la obediencia: «La conciencia moral no encierra al hombre
322 2, 58 | misterio y dignidad de la conciencia moral: en ser el lugar,
323 2, 59 | limita a reconocer que la conciencia hace de testigo, sino que
324 2, 59 | el carácter propio de la conciencia, que es el de ser un juicio
325 2, 59 | 2, 16).~El juicio de la conciencia es un juicio práctico, o
326 2, 59 | universales del bien moral, la conciencia es la aplicación de la ley
327 2, 59 | una situación concreta. La conciencia formula así la obligación
328 2, 59 | mediante el acto de su conciencia, conoce como un bien que
329 2, 59 | concreta. El juicio de la conciencia muestra en última instancia
330 2, 60 | también el juicio de la conciencia tiene un carácter imperativo:
331 2, 60 | es condenado por su misma conciencia, norma próxima de la moralidad
332 2, 60 | moralidad. El juicio de la conciencia no establece la ley, sino
333 2, 60 | acoge la persona humana: «La conciencia, por tanto, no es una fuente
334 2, 61 | concretamente por el juicio de la conciencia, el cual lleva a asumir
335 2, 61 | mal, el justo juicio de su conciencia es en él testigo de la verdad
336 2, 61 | Pero el veredicto de la conciencia queda en el hombre incluso
337 2, 61 | el juicio práctico de la conciencia, que impone a la persona
338 2, 61 | Precisamente por esto la conciencia se expresa con actos de
339 2, 61 | con la liberación de la conciencia de la verdad objetiva, en
340 2, 62 | 62. La conciencia, como juicio de un acto,
341 2, 62 | muchas veces ocurre que la conciencia yerra por ignorancia invencible,
342 2, 62 | el hábito del pecado, la conciencia se queda casi ciega» 107.
343 2, 62 | largo de los siglos sobre la conciencia errónea.~Ciertamente, para
344 2, 62 | Ciertamente, para tener una «conciencia recta» (1 Tm 1, 5), el hombre
345 2, 62 | dice el apóstol Pablo, la conciencia debe estar «iluminada por
346 2, 62 | en los juicios de nuestra conciencia anida siempre la posibilidad
347 2, 62 | obstante, el error de la conciencia puede ser el fruto de una
348 2, 62 | recuerda el Concilio— la conciencia no pierde su dignidad porque
349 2, 63 | modo, la dignidad de la conciencia deriva siempre de la verdad:
350 2, 63 | verdad: en el caso de la conciencia recta, se trata de la verdad
351 2, 63 | por el hombre; en el de la conciencia errónea, se trata de lo
352 2, 63 | del acto realizado con una conciencia verdadera y recta, con el
353 2, 63 | siguiendo el juicio de una conciencia errónea 108. El mal cometido
354 2, 63 | justificados en nombre de nuestra conciencia, debemos meditar en las
355 2, 63 | luz (cf. Jn 9, 39-41).~La conciencia, como juicio último concreto,
356 2, 63 | cuando, de esta manera, la conciencia se hace casi ciega como
357 2, 63 | de la deformación de la conciencia cuando advierte: «La lámpara
358 2, 64 | también la llamada a formar la conciencia, a hacerla objeto de continua
359 2, 64 | juicios verdaderos de la conciencia. En efecto, para poder «
360 2, 64 | para la formación de la conciencia: «Los cristianos, al formar
361 2, 64 | cristianos, al formar su conciencia, deben atender con diligencia
362 2, 64 | ningún modo la libertad de conciencia de los cristianos; no sólo
363 2, 64 | porque la libertad de la conciencia no es nunca libertad con
364 2, 64 | presenta verdades ajenas a la conciencia cristiana, sino que manifiesta
365 2, 64 | siempre al servicio de la conciencia, ayudándola a no ser zarandeada
366 2, 71 | ámbito vital y profundo en la conciencia moral, se manifiesta y realiza
367 3, 85 | fieles en la formación de una conciencia moral que juzgue y lleve
368 3, 85 | La Iglesia hace suya la conciencia que el apóstol Pablo tenía
369 3, 94 | vivir» 147. La voz de la conciencia ha recordado siempre sin
370 3, 104 | actitudes diferentes de la conciencia moral del hombre de todos
371 3, 104 | publicano nos presenta una conciencia penitente que es plenamente
372 3, 104 | fariseo nos presenta una conciencia satisfecha de sí misma,
373 3, 105 | que pretende eliminar la conciencia del propio límite y del
374 3, 105 | 25).~Encontramos la misma conciencia en esta oración de san Ambrosio
375 3, 106 | por la disolución de la conciencia de la originalidad de la
376 3, 110 | juicios normativos para la conciencia de los fieles, los actos
377 3, 110 | moralmente obligatorios en conciencia. Además, desarrolla una
378 3, 110 | sólo implícitos, cuando la conciencia de los mismos no logra reconocer
379 3, 117 | los interrogantes de su conciencia, cuando los fieles se dirigen
380 Conclus, 120| resucitado pueden dar paz a su conciencia y salvación a su vida.~María, ~
381 Conclus, 120| del bien, ~no pierda la conciencia del pecado ~y crezca en
|