Centesimus annus
Cap., N. 1 1, 4 | significaba el espectro de la muerte por hambre.~Consecuencia
2 4, 39 | la llamada cultura de la muerte, la familia constituye la
3 6, 54 | de la concepción hasta la muerte.~ ~
Dives in misericordia
Cap., Párrafo 4 1, 2 | finalmente, mediante su muerte en la cruz y su resurrección.~
5 3, 4 | revelación, en la víspera de su muerte, dijo El al apóstol Felipe
6 5, 7 | tremendo sufrimiento de la muerte en cruz: « a quien no conoció
7 5, 7 | hacia él. En la pasión y muerte de Cristo —en el hecho de
8 5, 7 | Hombre-Hijo— que sufrió en ella la muerte, habla y no cesa nunca de
9 5, 8 | Amor más fuerte que la muerte más fuerte que el pecado~ ~
10 5, 8 | su obediencia « hasta la muerte »,81 Al que estaba sin pecado, «
11 5, 8 | hace también justicia de la muerte que, desde los comienzos
12 5, 8 | Este hacer justicia de la muerte se lleva a cabo bajo el
13 5, 8 | cabo bajo el precio de la muerte del que estaba sin pecado
14 5, 8 | podía —mediante la propia muerte— infligir la muerte a la
15 5, 8 | propia muerte— infligir la muerte a la misma muerte.83 De
16 5, 8 | infligir la muerte a la misma muerte.83 De este modo la cruz
17 5, 8 | encuentro del pecado y de la muerte.~La cruz es la inclinación
18 5, 8 | ahondan en el pecado y en la muerte; y así la cruz se convierte
19 5, 8 | la cruz de Cristo y en su muerte. El hecho de que Cristo «
20 5, 8 | nuestros ojos; no habrá ya muerte, ni luto, ni llanto, ni
21 5, 8 | historia de pecado y de muerte— el amor debe revelarse
22 5, 8 | de Cristo, su pasión y su muerte— nuestra fe y nuestra esperanza
23 5, 8 | que es más fuerte que la muerte. Y es también el mismo Cristo,
24 5, 9 | el Calvario mediante la muerte de su Hijo, junto con el
25 6, 10 | del dolor, del mal, de la muerte, que, a pesar de tantos
26 7, 13 | que es más fuerte que la muerte: en efecto, « cada vez que
27 7, 13 | no sólo anunciamos la muerte del Redentor, sino que además
28 7, 13 | hasta la cruz, hasta la muerte y la resurrección de su
29 8, 15 | que es más fuerte que la muerte, más fuerte que el pecado
30 8, 15 | culmen en la cruz, en su muerte y resurrección. Recurramos
31 8, 15 | fuerte que el pecado y la muerte. Supliquemos por intercesión
Dominum et vivificantem
Cap., N. 32 1, 3 | anterior al día de su pasión y muerte, se dirigió a ellos con
33 1, 3 | partida, es decir, su pasión y muerte en Cruz.~Las palabras, a
34 1, 6 | por medio de la pasión y muerte de Cruz, que entonces, cuando
35 1, 14 | su culmen en la pasión y muerte del Viernes Santo, a su
36 1, 23 | acontecimientos pascuales —pasión, muerte y resurrección de Cristo—
37 2, 27 | los hombres a condenarlo a muerte. Cuando seguidamente habla
38 2, 27 | la condena de Jesús a la muerte en Cruz. Sin embargo, Cristo
39 2, 29 | Hombre, condenándole a la muerte de Cruz. Pero es difícil
40 2, 29 | condenando a Jesucristo a la muerte de Cruz.~Desde este punto
41 2, 30 | una partida a través de la muerte de Cruz, y luego, cuarenta
42 2, 30 | librándole de los dolores de la muerte, pues no era posible que
43 2, 30 | Cristo hasta la condena a muerte y hasta la Cruz en el Gólgota.
44 2, 31 | y entregaron a una muerte ignominiosa a Jesús de Nazaret,
45 2, 31 | hombre podía cometer: la muerte de Jesús, Hijo de Dios,
46 2, 31 | Padre. De modo parecido, la muerte del Hijo de Dios vence la
47 2, 31 | del Hijo de Dios vence la muerte humana: « Seré tu muerte,
48 2, 31 | muerte humana: « Seré tu muerte, oh muerte ».120 Como el
49 2, 31 | humana: « Seré tu muerte, oh muerte ».120 Como el pecado de
50 2, 32 | del pecado del Gólgota —la muerte del Cordero inocente—, como
51 2, 33 | La obediencia hasta la muerte ».126~Según el testimonio
52 2, 35 | la obediencia hasta la muerte ».135~Sólo el Espíritu Santo
53 2, 38 | hasta la declaración de su « muerte ». Esto es un absurdo conceptual
54 2, 38 | Pero la ideología de la « muerte de Dios » amenaza más bien
55 2, 38 | La ideología de la « muerte de Dios » en sus efectos
56 2, 38 | práctico, la ideología de la « muerte del hombre ».~ ~
57 2, 39 | que se ha hecho hasta la muerte « el siervo obediente »
58 2, 40 | perfecto mediante el acto de su muerte, como víctima de amor en
59 2, 41 | Espíritu Santo, diste con tu muerte vida al mundo ». Y en la
60 2, 45 | obediencia de Cristo hasta la muerte? Cuando el Espíritu de la
61 3, 55 | la de la « vida » y la « muerte ». « Las tendencias de la
62 3, 55 | tendencias de la carne son muerte; mas las del espíritu, vida
63 3, 57 | entre la « vida » y la « muerte ». Este es un grave problema
64 3, 57 | significa la aceptación de la muerte como final definitivo de
65 3, 57 | esencia es sólo « carne », la muerte es para él una frontera
66 3, 57 | los signos y señales de muerte han llegado a ser particularmente
67 3, 57 | el hambre que llevan a la muerte. Se trata de problemas que
68 3, 57 | se vislumbran « signos de muerte » aún más sombríos; se ha
69 3, 57 | a la meta natural de la muerte. Y más aún, a pesar de tan
70 3, 57 | incompleto del cuadro de muerte que se está perfilando en
71 3, 57 | desde aquellos signos de muerte que se multiplican en el
72 3, 58 | de la victoria sobre la muerte, que reveló la fuerza del
73 3, 58 | más allá del límite de la muerte, la vida que es más fuerte
74 3, 58 | que es más fuerte que la muerte. Al mismo tiempo, anuncia
Ecclesia de Eucharistia
Cap., N. 75 INT, 5 | aclaman: « Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección, ¡
76 I, 11 | acontecimiento de la pasión y muerte del Señor. No sólo lo evoca
77 I, 11 | sacerdote: « Anunciamos tu muerte, Señor ».~La Iglesia ha
78 I, 11 | Eucaristía, memorial de la muerte y resurrección de su Señor,
79 I, 13 | hizo “obediente hasta la muerte” (Fl 2, 8) con su entrega
80 I, 14 | incluye, con la pasión y muerte, también su resurrección.
81 I, 14 | misterio de la pasión y muerte del Salvador, sino también
82 I, 18 | inmortalidad, antídoto contra la muerte ».32~
83 I, 20 | 22.27.34).34~Anunciar la muerte del Señor « hasta que venga » (
84 III, 30 | conmemorar en la santa Cena la muerte y resurrección del Señor,
85 V, 47 | acontecimiento inminente de su muerte y sepultura, y aprecia la
86 V, 47 | merece también después de la muerte, por estar indisolublemente
87 VI, 57 | llevado a cabo en su pasión y muerte. Por tanto, no falta lo
88 VI, 57 | Eucaristía el memorial de la muerte de Cristo implica también
Evangelium vitae
Cap., N. 89 1, 7 | No fue Dios quien hizo la muerte ni se recrea en la destrucción
90 1, 7 | envidia del diablo entró la muerte en el mundo, y la experimentan
91 1, 7 | experiencia lacerante de la muerte que entra en el mundo y
92 1, 7 | la existencia humana. La muerte entra por la envidia del
93 1, 7 | violento, a través de la muerte de Abel causada por su hermano
94 1, 7 | Gn 4, 8).~Esta primera muerte es presentada con una singular
95 1, 8 | Escritura, en el relato de la muerte de Abel a manos de su hermano
96 1, 8 | Jn 3, 11-12). Así, esta muerte del hermano al comienzo
97 1, 9 | matarlo para vengar así la muerte de Abel. Ni siquiera el
98 1, 9 | arrepentimiento del pecador y no su muerte ».13~ ~
99 1, 10 | mundo? ¿o en la siembra de muerte que se realiza con el temerario
100 1, 12 | como verdadera « cultura de muerte ». Esta estructura está
101 1, 13 | farmacéuticos, que hacen posible la muerte del feto en el seno materno,
102 1, 14 | embrión, expuesto al riesgo de muerte por lo general en brevísimo
103 1, 15 | su raíz, anticipando la muerte al momento considerado como
104 1, 15 | señor de la vida y de la muerte porque decide sobre ellas,
105 1, 15 | derrotado y aplastado por una muerte cerrada irremediablemente
106 1, 15 | adecuados que certifican la muerte del donante.~ ~
107 1, 18 | sólo a los fenómenos de muerte que lo caracterizan, sino
108 1, 18 | como son el nacimiento y la muerte.~Por una parte, las varias
109 1, 19 | que semejante cultura de muerte, en su conjunto, manifiesta
110 1, 20 | los demás. Pero ésta es la muerte de la verdadera libertad: «
111 1, 21 | vida » y la « cultura de la muerte », no basta detenerse en
112 1, 22 | dominar el nacimiento y la muerte. Estas, de experiencias
113 1, 24 | alimenta la « cultura de la muerte », llegando a crear y consolidar
114 1, 24 | autores de obras dignas de muerte y « no solamente las practican,
115 1, 25 | Cristo ya no es signo de muerte, de separación definitiva
116 1, 25 | vida vencerá. « No habrá ya muerte », exclama la voz potente
117 1, 25 | victoria definitiva sobre la muerte, cuando « se cumplirá la
118 1, 25 | palabra que está escrita: "La muerte ha sido devorada en la victoria. ¿
119 1, 25 | victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está,
120 1, 25 | victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?" » (1 Cor 15,
121 1, 26 | marcadas por la « cultura de la muerte ». Se daría, por tanto,
122 1, 27 | opinión pública a la pena de muerte, incluso como instrumento
123 1, 28 | entre el bien y el mal, la muerte y la vida, la « cultura
124 1, 28 | vida, la « cultura de la muerte » y la « cultura de la vida ».
125 1, 28 | ante ti vida y felicidad, muerte y desgracia...; te pongo
126 1, 28 | te pongo delante vida o muerte, bendición o maldición.
127 1, 28 | vida » y la « cultura de la muerte ». Pero la llamada del Deuteronomio
128 1, 28 | positivamente el conflicto entre la muerte y la vida, en el que estamos
129 1, 28 | Resucitado, que ha vencido la muerte; es la fe en la sangre de
130 2, 29 | milagros, sobre todo con su muerte y gloriosa resurrección,
131 2, 29 | tinieblas del pecado y la muerte y para hacernos resucitar
132 2, 31 | exterminio, porque la amenaza de muerte se extiende a todos sus
133 2, 31 | alma, a los que ansían la muerte que no llega y excavan en
134 2, 33 | mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo
135 2, 33 | obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz. Por lo cual Dios
136 2, 33 | Es precisamente en su muerte donde Jesús revela toda
137 2, 36 | hombre, introduciendo la muerte en el mundo, la obediencia
138 2, 39 | Gn 9, 6).~La vida y la muerte del hombre están, pues,
139 2, 39 | 12, 10). « El Señor da muerte y vida, hace bajar al Seol
140 2, 39 | puede decir: « Yo doy la muerte y doy la vida » (Dt 32,
141 2, 39 | se opone a las fuerzas de muerte que nacen del pecado: «
142 2, 39 | No fue Dios quien hizo la muerte, ni se recrea en la destrucción
143 2, 40 | leves e incluso la pena de muerte. Pero el mensaje global,
144 2, 44 | nueva vida más allá de la muerte: « Yo no sé cómo aparecisteis
145 2, 46 | Qué actitud tomar ante la muerte? El creyente sabe que su
146 2, 46 | vida, tampoco lo es de la muerte; en su vida, como en su
147 2, 46 | en su vida, como en su muerte, debe confiarse totalmente
148 2, 46 | desesperación y a la búsqueda de la muerte, sino a la invocación llena
149 2, 47 | Jn 10, 15). También la muerte de Juan el Bautista, precursor
150 2, 48 | ante ti vida y felicidad, muerte y desgracia. Si escuchas
151 2, 49 | sabemos que hemos pasado de la muerte al vida, porque amamos a
152 2, 50 | mal, entre la vida y la muerte. Hoy nosotros nos encontramos
153 2, 50 | entre la « cultura de la muerte » y la « cultura de la vida ».
154 2, 50 | manifiesta su gloria! ~Con su muerte, Jesús ilumina el sentido
155 2, 50 | sentido de la vida y de la muerte de todo ser humano. Antes
156 2, 50 | Lc 23, 43). Después de su muerte « se abrieron los sepulcros,
157 2, 51 | del espíritu » presenta la muerte de Jesús semejante a la
158 2, 51 | el que nos rescata de la muerte y nos abre a una vida nueva.~
159 3, 53 | ella: por su envidia la muerte entró en el mundo (cf. Sb
160 3, 53 | confines del pecado y de la muerte, presentados como logros
161 3, 54 | de la vida y otro de la muerte; pero grande es la diferencia
162 3, 54 | nacido... Mas el camino de la muerte es éste:... que no se compadecen
163 3, 56 | el problema de la pena de muerte, respecto a la cual hay,
164 3, 57 | nadie puede autorizar la muerte de un ser humano inocente,
165 3, 59 | En la decisión sobre la muerte del niño aún no nacido,
166 3, 59 | ponen al servicio de la muerte la competencia adquirida
167 3 | Yo doy la muerte y doy la vida » (Dt 32,
168 3, 64 | encuentra ante el misterio de la muerte. Hoy, debido a los progresos
169 3, 64 | trascendencia, la experiencia de la muerte se presenta con algunas
170 3, 64 | librarse a toda costa. La muerte, considerada « absurda »
171 3, 64 | esto es, adueñarse de la muerte, procurándola de modo anticipado
172 3, 64 | alarmantes de la « cultura de la muerte », que avanza sobre todo
173 3, 65 | en la intención causa la muerte, con el fin de eliminar
174 3, 65 | estas situaciones, cuando la muerte se prevé inminente e inevitable,
175 3, 65 | condición humana ante al muerte. 78~En la medicina moderna
176 3, 65 | se quiere ni se busca la muerte, aunque por motivos razonables
177 3, 65 | motivo »: 80 acercándose a la muerte, los hombres deben estar
178 3, 66 | sobre la vida y sobre la muerte, proclamada así en la oración
179 3, 66 | sobre la vida y sobre la muerte, haces bajar a las puertas
180 3, 66 | y el vivir: « Yo doy la muerte y doy la vida » (Dt 32,
181 3, 66 | para la injusticia y la muerte. De este modo, la vida del
182 3, 67 | con el sufrimiento y la muerte, especialmente cuando siente
183 3, 67 | Concilio Vaticano II, « ante la muerte, el enigma de la condición
184 3, 67 | materia, se rebela contra la muerte ».86~Esta repugnancia natural
185 3, 67 | repugnancia natural a la muerte es iluminada por la fe cristiana
186 3, 67 | de Aquél que, mediante su muerte redentora, ha liberado al
187 3, 67 | liberado al hombre de la muerte, « salario del pecado » (
188 3, 67 | del sufrimiento y de la muerte, e infunden en el creyente
189 3, 67 | significa vivir la propia muerte como acto supremo de obediencia
190 3, 77 | marcado por tantos signos de muerte, una cultura nueva de la
191 4, 80 | pecado y que lleva a la muerte, 104 supera toda expectativa
192 4, 81 | incluso el sufrimiento y la muerte tienen un sentido y, aun
193 4, 82 | viene de Cristo, que con su muerte y resurrección ha vencido
194 4, 83 | marginado o a las puertas de la muerte; sino que se deja interpelar
195 4, 84 | vida, el sufrimiento y la muerte, ayudando a vivir estas
196 4, 84(110)| VI, Pensamiento sobre la muerte, Instituto Pablo VI, Brescia
197 4, 87 | en que la « cultura de la muerte » se contrapone tan fuertemente
198 4, 87 | que sufre o cercano a la muerte— tenemos la posibilidad
199 4, 88 | sufrimiento, el dolor y la muerte son considerados e interpretados
200 4, 89 | o incluso en agentes de muerte. Ante esta tentación, su
201 4, 92 | desde el nacimiento hasta la muerte. La familia es verdaderamente «
202 4, 92 | del sufrimiento y de la muerte. Lo podrán hacer si saben
203 4, 92(120)| ante el nacimiento y la muerte: un desafío para la evangelización» (
204 4, 93 | desde la concepción hasta la muerte natural, sino que la defiendan
205 4, 95 | vida » y la « cultura de la muerte », debe madurar un fuerte
206 4, 96 | poder público causante de la muerte. 126~Es esencial pues que
207 4, 97 | también el sufrimiento y la muerte. En realidad forman parte
208 4, 97 | Por otra parte, incluso la muerte es algo más que una aventura
209 4, 97 | participación en su misterio de muerte y resurrección.~ ~
210 4, 100 | servicio de la « cultura de la muerte » y los de que disponen
211 4, 101 | desde la concepción a su muerte natural— es uno de los pilares
212 Conclus, 102| vida en la Cruz: con su muerte vencerá la muerte y será
213 Conclus, 102| con su muerte vencerá la muerte y será para la humanidad
214 Conclus, 102| liberada de la condena de la muerte definitiva y eterna.~Por
215 Conclus | No habrá ya muerte » (Ap 21, 4): esplendor
216 Conclus, 105| Iglesia en su lucha contra la muerte. Mostrándonos a su Hijo,
217 Conclus, 105| asegura que las fuerzas de la muerte han sido ya derrotadas en
218 Conclus, 105| en El: « Lucharon vida y muerte en singular batalla, y,
219 Conclus, 105| poder de la vida sobre la muerte. En la « nueva Jerusalén »,
220 Conclus, 105| los hombres, « no habrá ya muerte, ni habrá llanto, ni gritos
Fides et ratio
Cap., N. 221 1, 11 | milagros, sobre todo con su muerte y gloriosa resurrección,
222 1, 12 | Padre; en efecto, con su muerte y resurrección, Él ha dado
223 1, 12 | sufrimiento de los inocentes y la muerte, sino no en la luz que brota
224 1, 12 | del misterio de la pasión, muerte y resurrección de Cristo?~ ~
225 2, 23 | desafía toda filosofía, es la muerte de Jesucristo en la cruz.
226 2, 23 | logra comprender cómo la muerte pueda ser fuente de vida
227 3, 26 | lo inevitable de nuestra muerte. Frente a este dato desconcertante
228 3, 26 | fin. Quiere saber si la muerte será el término definitivo
229 3, 26 | hay algo que sobrepasa la muerte: si le está permitido esperar
230 3, 26 | orientación decisiva de la muerte de Sócrates que lo ha marcado
231 3, 26 | filósofos ante el hecho de la muerte se hayan planteado de nuevo
232 3, 32 | Ni el sufrimiento ni la muerte violenta lo harán apartar
233 4, 43 | séptimo centenario de la muerte del Doctor Angélico: « No
234 4, 46 | incluso el misterio de la muerte y resurrección de Jesucristo,
235 4, 48 | historia; incluso el tema de la muerte puede llegar a ser para
236 6, 67(90) | le espera después de la muerte, constituye para la teología
237 7, 89 | sacrificio, de la vida y de la muerte.~ ~
238 7, 92(109)| por medio de la pasión y muerte de Cruz, que entonces, cuando
239 7, 93 | caminar hacia la pasión y muerte, misterio que desembocará
240 7, 93 | que el sufrimiento y la muerte puedan expresar el amor
Laborem exercens
Cap., Párrafo 241 5, 27 | constituye el anuncio de la muerte: «Con el sudor de tu rostro
242 5, 27 | su obediencia hasta la muerte, que el Apóstol contrapone
243 5, 27 | Cristo, el cual mediante la muerte de cruz vuelve a sus discípulos
244 5, 27 | del sufrimiento y de la muerte de cruz. Soportando la fatiga
245 5, 27 | realizar.~Cristo «sufriendo la muerte por todos nosotros, pecadores,
Redemptor hominis
Cap., Párrafo 246 Heren, 6 | Cenáculo, la víspera de su muerte: «para que todos sean uno,
247 2, 7 | nosotros30 —se refiere a la muerte en Cruz y después a la Ascensión
248 2, 7 | a todos. Habla además su muerte en Cruz, esto es, la insondable
249 2, 7 | cesa jamás de revivir su muerte en Cruz y su Resurrección,
250 2, 9 | sentido de la cruz y de la muerte de Cristo. El Dios de la
251 2, 9 | creación»,59 más fuerte que la muerte; es amor siempre dispuesto
252 2, 10 | pecaminosidad, con su vida y con su muerte, acercarse a Cristo. Debe,
253 2, 10 | a través de la cruz y la muerte conduce a la resurrección.~
254 2, 12 | verdad y no ha ido quizá a la muerte con hombres condenados a
255 3, 14 | llamada, el nacimiento y la muerte, la salvación o la perdición,
256 4, 18 | necesidad a la frontera de la muerte y a la meta de la destrucción
257 4, 18 | el hombre, a través de la muerte del cuerpo, va compartiendo
258 4, 20 | que somos sumergidos en la muerte de Cristo, para ser partícipes
259 4, 20 | hizo «obediente hasta la muerte»156 con su entrega paternal,
260 4, 20 | mismo, porque conmemora su muerte en la cruz,167 con cuyo
Redemptoris Mater
Cap., N. 261 Intro, 6(16)| vasta niebla y la sombra de muerte y densas nieblas?: S. Bernardo,
262 1, 16 | cf. Mt 2, 13). Y hasta la muerte de Herodes tendrán que permanecer
263 1, 17 | 17. Después de la muerte de Herodes, cuando la sagrada
264 1, 18 | mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz » (cf.
265 1, 18 | obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz » (cf. Flp 2, 5-
266 1, 18 | la Madre participa en la muerte del Hijo, en su muerte redentora;
267 1, 18 | la muerte del Hijo, en su muerte redentora; pero a diferencia
268 1, 18(40) | compasión » de María en la muerte de Cristo, cf. S. Bernardo,
269 1, 19 | y afirman a menudo: a la muerte vino por Eva, por María
270 1, 24 | Jesucristo, en efecto, con su muerte redentora vence el mal del
271 1, 24 | el mal del pecado y de la muerte en sus mismas raíces. Es
272 2, 25 | anunciando la cruz y la muerte del Señor, hasta que El
273 2, 26 | como el triunfador de la muerte, como el señor del reino
274 3, 40 | los elegidos ».103 Con la muerte redentora de su Hijo, la
275 3, 41 | vencedor del pecado y de la muerte ».108 Con esta enseñanza
276 3, 41 | en ser destruido será la Muerte » (1 Co 15, 26).110~A esta
277 3, 41 | hecho obediente hasta la muerte y habiendo sido por ello
278 3, 48(143)| segundo contenario de su muerte se conmemora este año: cf.
279 Conclus, 52 | levantarse », entre la muerte y la vida. Es también un
Redemptoris missio
Cap., N. 280 1, 8 | destino, de la vida y de la muerte, de la verdad. Por eso,
281 1, 11 | ha vencido el pecado y la muerte, y ha reconciliado a los
282 1, 11 | poder del pecado y de la muerte. Cristo es verdaderamente «
283 2, 16 | muertos Dios ha vencido la muerte y en él ha inaugurado definitivamente
284 3, 28 | vida, de su acción y de su muerte ».38 El Espíritu, pues,
285 3, 29 | encarnación, en la vida, muerte y resurrección de Jesús
286 4, 39 | inmolación propia hasta la muerte, de la que surgió victorioso
287 5, 44 | mal, del pecado y de la muerte; por él, Dios da la « nueva
288 5, 45 | liberación del pecado y de la muerte. El entusiasmo por anunciar
289 5, 45 | la vida, hasta aceptar la muerte para testimoniar la fe en
290 8, 88 | mismo, obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz » (Flp
291 8, 88 | obedeciendo hasta la muerte y muerte de cruz » (Flp 2, 5-8).~
Slavorum apostoli
Cap., N. 292 Intro, 1(2) | del XI centenario de la muerte de san Cirilo: AAS 61 (1969),
293 Intro, 3 | también de Cirilo, al que la muerte separó de su hermano el
294 Intro, 3 | centenario de la gloriosa muerte de san Metodio, inducen
295 2, 6 | había dicho en su lecho de muerte: « He aquí, hermano, que
296 2, 7 | hermanos, después de la muerte de Metodio sufrió una grave
297 Conclus, 29 | undécimo centenario de la muerte de san Metodio con las mismas
298 Conclus, 29 | cumplirse once siglos de su muerte, deseo estar presente, al
Sollicitudo rei socialis
Cap., N. 299 3, 24 | más rápidamente hacia la muerte.~Las consecuencias de este
300 4, 31(56) | que ha sido borrado por la muerte de Cristo. ¡Feliz culpa
301 Conclus, 46 | de liberación lleva a la muerte de una libertad que habría
Ut unum sint
Cap., N. 302 1, 5 | en aquel tiempo, ve en la muerte de Jesús la razón de la
303 1, 5 | cruz, dando en sí mismo muerte a la enemistad », de lo
304 1, 6 | sido « inmersos » en la muerte del Señor, es decir, en
305 2, 52 | primer milenio.~Después de la muerte del Papa Pablo VI y del
306 2, 66 | todo los misterios de su muerte y resurrección 5; afirman
307 2, 67 | conmemorar en la santa Cena la muerte y resurrección del Señor,
308 3, 84 | gracia, el martyria hasta la muerte, la comunión más auténtica
Veritatis Splendor
Cap., N. 309 Intro, 5 | segundo centenario de la muerte de san Alfonso María de
310 1, 8 | pecaminosidad, con su vida y con su muerte, acercarse a Cristo. Debe,
311 1, 12 | perfección sólo después de la muerte, pero, desde la fe, se convierte
312 1, 20 | acto supremo de su pasión y muerte en la cruz, son la revelación
313 1, 21 | el misterio pascual de la muerte y resurrección, lo «reviste»
314 1, 21 | esta copa, anunciáis la muerte del Señor, hasta que venga» (
315 1, 23 | la ley del pecado y de la muerte» (Rm 8, 2). Con estas palabras
316 2, 30 | verdadera felicidad?, ¿qué es la muerte, el juicio y la retribución
317 2, 30 | retribución después de la muerte?, ¿cuál es, finalmente,
318 2, 40 | del hombre 73. Sería la muerte de la verdadera libertad: «
319 2, 69 | santificante —y, en el caso de muerte en tal estado de pecado,
320 2, 75 | integridad física, la vida, la muerte, la pérdida de bienes materiales,
321 3, 87 | como su resurrección de la muerte es la exaltación suprema
322 3, 91 | aceptación voluntaria de la muerte. Ejemplar es la historia
323 3, 91 | partes! Si hago esto, es la muerte para mí; si no lo hago,
324 3, 91 | aceptaron las persecuciones y la muerte antes que hacer el gesto
325 3, 91 | que podía liberarlos de la muerte (cf. Hb 5, 7).~La Iglesia
326 3, 91 | martirio o han prefirido la muerte antes que cometer un solo
327 3, 93 | Dios, atestiguada con la muerte es anuncio solemne y compromiso
328 3, 105 | cuerpo que me lleva a la muerte?», se pregunta san Pablo.
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