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Ioannes Paulus PP. II
Encíclicas

IntraText - Concordancias

maestro

Centesimus annus
   Cap., N.
1 Intro, 3 | como discípulos del único maestro, Cristo (cf. Mt 23, 8), Dives in misericordia Cap., Párrafo
2 2, 3 | del ethos evangélico. El Maestro lo expresa bien sea a través 3 7, 14 | del médico que cura, del maestro que enseña, de los padres Dominum et vivificantem Cap., N.
4 1, 4 | ellos—aunque invisible—como maestro de la misma Buena Nueva 5 1, 4 | los apóstoles oyeron de su Maestro.~ ~ 6 1, 6 | discípulos y confesores del Maestro, ya que deberán aceptar 7 1, 14 | de la « partida » de su Maestro, una partida « conveniente », 8 1, 20 | la misión confiada por el Maestro,73 mientras llenos de gozo Ecclesia de Eucharistia Cap., N.
9 I, 16 | y confusos, obligando al Maestro a recalcar la verdad objetiva 10 I, 20 | en el cual Jesús se hace maestro de comunión y servicio ( Evangelium vitae Cap., N.
11 2, 41 | rico que le pregunta: « Maestro, ¿qué he de hacer de bueno 12 2, 47 | Señor, sigue las huellas del Maestro y responde a quienes le 13 3, 52 | le acercó uno y le dijo: "Maestro, ¿qué he de hacer de bueno 14 3, 52 | mandamientos » (Mt 19, 17). El Maestro habla de la vida eterna, Fides et ratio Cap., N.
15 3, 27 | confía en la autoridad de un maestro. En cada una de estas manifestaciones 16 4, 38 | sabiduría del Creador y Maestro universal, es decir, el 17 4, 43 | siempre a santo Tomás como maestro de pensamiento y modelo 18 Conclus, 105| de san Buenaventura, gran maestro del pensamiento y de la Redemptor hominis Cap., Párrafo
19 Heren, 4 | siguiendo el ejemplo de su Maestro que era «humilde de corazón»,13 20 Heren, 6 | mismo Jesucristo, nuestro Maestro, afirmada varias veces y 21 2, 7 | mandato del mismo Cristo, su Maestro, la Iglesia celebra incesantemente 22 2, 7 | acercar este misterio de su Maestro y Señor al género humano: 23 4, 18 | que es propio de su mismo Maestro y Redentor. Esta doctrina, 24 4, 19 | esta afirmación de nuestro Maestro, ¿no se advierte quizás 25 4, 19 | transmite como profeta y maestro, siente la necesidad de 26 4, 19 | catequística por amor al divino Maestro. Sería, en fin, difícil 27 4, 20 | participa en el Evangelio de su Maestro no sólo mediante la fidelidad 28 4, 22 | verdaderamente la vida de su Maestro y Señor, que vive el misterio Redemptoris Mater Cap., N.
29 3, 45 | compañía de la Madre de su Maestro, sino de todo discípulo 30 3, 45 | él cuidó de la Madre del Maestro amado. Y ya que María fue Redemptoris missio Cap., N.
31 1, 5 | constituido heraldo y apóstol, maestro de los gentiles en la fe 32 5, 42 | esforzándose por imitar al divino Maestro, pueden y deben dar este 33 8 | durante la vida pública del Maestro, no obstante su amor por Slavorum apostoli Cap., N.
34 2, 5 | sus pueblos « un Obispo y maestro, ... que fuera capaz de 35 2, 7 | heraldo del Evangelio y el Maestro « de parte de Dios y del 36 2, 7 | acompañaban al sepulcro al buen Maestro y Pastor, que se había hecho « 37 4, 15 | este modo será siempre un maestro para todos aquellos que, 38 5, 20 | había preocupado—, a nuestro maestro el bienaventurado Metodio, 39 Conclus, 31 | Santo que eres fundamento y maestro de toda santidad, deseo Ut unum sint Cap., N.
40 1, 26 | además: « Uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos » ( 41 2, 65 | único Señor, Redentor y Maestro, habla a todos del mismo 42 2, 66 | Cristo y cuanto el divino Maestro enseñó y realizó para la 43 3, 91 | la gracia; es como si el Maestro se dedicara de un modo especial Veritatis Splendor Cap., N.
44 1 | CAPITULO I - "MAESTRO, ¿QUÉ HE DE HACER DE BUENO .....?" ( 45 1, 6 | le acercó uno y le dijo: "Maestro, ¿qué he de hacer de bueno 46 1 | Maestro, ¿qué he de hacer de bueno 47 1, 8 | lo que es malo. Él es el Maestro, el Resucitado que tiene 48 1, 9 | el que lo interpela. El «Maestro bueno» indica a su interlocutor — 49 1, 10 | iluminada por las palabras del Maestro, cree que el hombre, hecho 50 1, 11 | llama con las palabras «Maestro bueno» (Mc 10, 17; Lc 18, 51 1, 13 | que insiste preguntando al Maestro sobre los mandamientos que 52 1, 14 | prójimo?» (Lc 10, 29). El Maestro responde con la parábola 53 1, 16 | de los mandamientos, el Maestro bueno invita al joven a 54 1, 20 | Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, 55 1, 20 | reviva el mismo amor del Maestro bueno, de aquel que ha amado 56 1, 22 | Mt 19, 25). Pero el Maestro pone ante los ojos el poder 57 1, 25 | también hoy. La pregunta: «Maestro, ¿qué he de hacer de bueno 58 1, 25 | respuesta plena y definitiva. El Maestro que enseña los mandamientos 59 2, 29 | a la luz de Cristo, el «Maestro bueno», se ha desarrollado 60 2, 30 | evangelio hizo a Jesús: «Maestro bueno, ¿qué he de hacer 61 2, 30 | todavía hoy, la respuesta del Maestro. Ésta tiene una luz y una 62 2, 34 | 34. «Maestro bueno, ¿qué he de hacer 63 3, 91 | confesar su fe y su amor al Maestro y por no renegar de él. 64 3, 117 | dirigió un día a Jesús: «Maestro, ¿qué he de hacer de bueno 65 3, 117 | que cada uno la dirija al Maestro «bueno», porque es el único 66 Conclus, 120| aprender lo da la nobleza del maestro. Y ¿quién es más noble que


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