Centesimus annus
Cap., N. 1 Intro, 3 | como discípulos del único maestro, Cristo (cf. Mt 23, 8),
Dives in misericordia
Cap., Párrafo 2 2, 3 | del ethos evangélico. El Maestro lo expresa bien sea a través
3 7, 14 | del médico que cura, del maestro que enseña, de los padres
Dominum et vivificantem
Cap., N. 4 1, 4 | ellos—aunque invisible—como maestro de la misma Buena Nueva
5 1, 4 | los apóstoles oyeron de su Maestro.~ ~
6 1, 6 | discípulos y confesores del Maestro, ya que deberán aceptar
7 1, 14 | de la « partida » de su Maestro, una partida « conveniente »,
8 1, 20 | la misión confiada por el Maestro,73 mientras llenos de gozo
Ecclesia de Eucharistia
Cap., N. 9 I, 16 | y confusos, obligando al Maestro a recalcar la verdad objetiva
10 I, 20 | en el cual Jesús se hace maestro de comunión y servicio (
Evangelium vitae
Cap., N. 11 2, 41 | rico que le pregunta: « Maestro, ¿qué he de hacer de bueno
12 2, 47 | Señor, sigue las huellas del Maestro y responde a quienes le
13 3, 52 | le acercó uno y le dijo: "Maestro, ¿qué he de hacer de bueno
14 3, 52 | mandamientos » (Mt 19, 17). El Maestro habla de la vida eterna,
Fides et ratio
Cap., N. 15 3, 27 | confía en la autoridad de un maestro. En cada una de estas manifestaciones
16 4, 38 | sabiduría del Creador y Maestro universal, es decir, el
17 4, 43 | siempre a santo Tomás como maestro de pensamiento y modelo
18 Conclus, 105| de san Buenaventura, gran maestro del pensamiento y de la
Redemptor hominis
Cap., Párrafo 19 Heren, 4 | siguiendo el ejemplo de su Maestro que era «humilde de corazón»,13
20 Heren, 6 | mismo Jesucristo, nuestro Maestro, afirmada varias veces y
21 2, 7 | mandato del mismo Cristo, su Maestro, la Iglesia celebra incesantemente
22 2, 7 | acercar este misterio de su Maestro y Señor al género humano:
23 4, 18 | que es propio de su mismo Maestro y Redentor. Esta doctrina,
24 4, 19 | esta afirmación de nuestro Maestro, ¿no se advierte quizás
25 4, 19 | transmite como profeta y maestro, siente la necesidad de
26 4, 19 | catequística por amor al divino Maestro. Sería, en fin, difícil
27 4, 20 | participa en el Evangelio de su Maestro no sólo mediante la fidelidad
28 4, 22 | verdaderamente la vida de su Maestro y Señor, que vive el misterio
Redemptoris Mater
Cap., N. 29 3, 45 | compañía de la Madre de su Maestro, sino de todo discípulo
30 3, 45 | él cuidó de la Madre del Maestro amado. Y ya que María fue
Redemptoris missio
Cap., N. 31 1, 5 | constituido heraldo y apóstol, maestro de los gentiles en la fe
32 5, 42 | esforzándose por imitar al divino Maestro, pueden y deben dar este
33 8 | durante la vida pública del Maestro, no obstante su amor por
Slavorum apostoli
Cap., N. 34 2, 5 | sus pueblos « un Obispo y maestro, ... que fuera capaz de
35 2, 7 | heraldo del Evangelio y el Maestro « de parte de Dios y del
36 2, 7 | acompañaban al sepulcro al buen Maestro y Pastor, que se había hecho «
37 4, 15 | este modo será siempre un maestro para todos aquellos que,
38 5, 20 | había preocupado—, a nuestro maestro el bienaventurado Metodio,
39 Conclus, 31 | Santo que eres fundamento y maestro de toda santidad, deseo
Ut unum sint
Cap., N. 40 1, 26 | además: « Uno solo es vuestro Maestro; y vosotros sois todos hermanos » (
41 2, 65 | único Señor, Redentor y Maestro, habla a todos del mismo
42 2, 66 | Cristo y cuanto el divino Maestro enseñó y realizó para la
43 3, 91 | la gracia; es como si el Maestro se dedicara de un modo especial
Veritatis Splendor
Cap., N. 44 1 | CAPITULO I - "MAESTRO, ¿QUÉ HE DE HACER DE BUENO .....?" (
45 1, 6 | le acercó uno y le dijo: "Maestro, ¿qué he de hacer de bueno
46 1 | Maestro, ¿qué he de hacer de bueno
47 1, 8 | lo que es malo. Él es el Maestro, el Resucitado que tiene
48 1, 9 | el que lo interpela. El «Maestro bueno» indica a su interlocutor —
49 1, 10 | iluminada por las palabras del Maestro, cree que el hombre, hecho
50 1, 11 | llama con las palabras «Maestro bueno» (Mc 10, 17; Lc 18,
51 1, 13 | que insiste preguntando al Maestro sobre los mandamientos que
52 1, 14 | prójimo?» (Lc 10, 29). El Maestro responde con la parábola
53 1, 16 | de los mandamientos, el Maestro bueno invita al joven a
54 1, 20 | Pues si yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies,
55 1, 20 | reviva el mismo amor del Maestro bueno, de aquel que ha amado
56 1, 22 | Mt 19, 25). Pero el Maestro pone ante los ojos el poder
57 1, 25 | también hoy. La pregunta: «Maestro, ¿qué he de hacer de bueno
58 1, 25 | respuesta plena y definitiva. El Maestro que enseña los mandamientos
59 2, 29 | a la luz de Cristo, el «Maestro bueno», se ha desarrollado
60 2, 30 | evangelio hizo a Jesús: «Maestro bueno, ¿qué he de hacer
61 2, 30 | todavía hoy, la respuesta del Maestro. Ésta tiene una luz y una
62 2, 34 | 34. «Maestro bueno, ¿qué he de hacer
63 3, 91 | confesar su fe y su amor al Maestro y por no renegar de él.
64 3, 117 | dirigió un día a Jesús: «Maestro, ¿qué he de hacer de bueno
65 3, 117 | que cada uno la dirija al Maestro «bueno», porque es el único
66 Conclus, 120| aprender lo da la nobleza del maestro. Y ¿quién es más noble que
|