3. El problema del
trabajo, clave de la cuestión social
En medio de
todos estos procesos —tanto del diagnóstico de la realidad social objetiva como
también de las enseñanzas de la Iglesia en el ámbito de la compleja y variada
cuestión social— el problema del trabajo
humano aparece naturalmente muchas veces. Es, de alguna manera, un elemento fijo tanto de la vida social
como de las enseñanzas de la Iglesia. En esta enseñanza, sin embargo, la
atención al problema se remonta más allá de los últimos noventa años. En
efecto, la doctrina social de la Iglesia tiene su fuente en la Sagrada
Escritura, comenzando por el libro del Génesis y, en particular, en el
Evangelio y en los escritos apostólicos. Esa doctrina perteneció desde el
principio a la enseñanza de la Iglesia misma, a su concepción del hombre y de
la vida social y, especialmente, a la moral social elaborada según las
necesidades de las distintas épocas. Este patrimonio tradicional ha sido
después heredado y desarrollado por las enseñanzas de los Pontífices sobre la
moderna «cuestión social», empezando por la Encíclica Rerum Novarum. En el contexto de esta «cuestión», la profundización
del problema del trabajo ha experimentado una continua puesta al día
conservando siempre aquella base cristiana de verdad que podemos llamar
perenne.
Si en el
presente documento volvemos de nuevo sobre este problema —sin querer por lo
demás tocar todos los argumentos que a él se refieren— no es para recoger y
repetir lo que ya se encuentra en las enseñanzas de la Iglesia, sino más bien
para poner de relieve —quizá más de lo que se ha hecho hasta ahora— que el
trabajo humano es una clave, quizá la clave esencial, de toda la cuestión
social, si tratamos de verla verdaderamente desde el punto de vista del bien
del hombre. Y si la solución, o mejor, la solución gradual de la cuestión
social, que se presenta de nuevo constantemente y se hace cada vez más
compleja, debe buscarse en la dirección de «hacer la vida humana más
humana»,8 entonces la clave, que es el trabajo humano, adquiere una
importancia fundamental y decisiva.
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