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Obras I - S. Juan B. de la C.
Sección, Parte, Capítulo, Página
1 Llaga, 0, 4, 157 | escondérsele Dios a esta alma, cuyos deseos sabe han sido grandíssimos
2 Conoc, 0, 16, 325 | tercero, que las personas cuyos spíritus fueren conocidos
3 Conoc, 0, 17, 331 | persona al mismo Dios, ante cuyos pies deseaba estar humillada
4 Dial, Dial1, 1, 371 | las tinieblas amorosasj en cuyos scondridijos hallabas a
5 Dial, Dial1, 9, 411 | tratamos con criaturas cuyos aprovechamientos deseamos
6 Recog, 0, 9, 570 | su infinito saber, ante cuyos ojos está hecho muy al justo
7 Recog, 0, 23, 613 | todo lo bueno viene1, ante cuyos ojos no hay Lázaro tan sepultado
8 Recog, 0, 39, 686 | hallara la sangre de Cristoe cuyos méritos le está Dios communicando,
9 Recog, 0, 42, 698 | 6. Dime, alma sancta, cuyos bienes y hermosura el Spíritu
10 Penas, 0, 12, 858 | spirituales así se lo ordenan, en cuyos brazos puso Dios tanta fuerza
11 Penas, 0, 21, 897(e) | ms. cuyos vasos~
12 Penas, 0, 21, 897 | Pues ¿quiénh ve a Cristo, a cuyos pies está esta bendita sancta,
13 Error, 0, 4, 1095 | nosotros de querer en hombres, cuyos naturales e inclinaciones
Obras II – S. Juan B. de la C.
Parte, Capítulo, §, Página
14 2, 29, 10, p. 239 | ambiciosíssima y muy soberbia, cuyos pensamientos son bien altivos,
15 2, 29, 10, p. 241 | acompañar en el padecer, cuyos premios son eternos; y estotros
16 2, 47, 5, p. 379 | sus sanctos fundadores, cuyos premios la majestad y grandeza
17 2, 60, 10, p. 534 | pues a un prelado sancto, cuyos ojos son y deben ser de
18 4, 11, 4, p. 669 | esta manera, hay hombres en cuyos cuerpos el alma tiene tal
19 4, 12, 2, p. 675 | la hace Dios a personas cuyos sentidos están muy amortiguados
20 4, 13, 4, p. 685 | la palabra de Dios 5, en cuyos misterios contempla. Con
21 4, 16, 1, p. 701 | en unos pobres pañales, cuyos sentidos y potencias todo
22 5, 5, 1, p. 783 | discreta y fuerte mujer, cuyos criados vestiti sunt duplicibus 4.
23 6, Dial1 836(3)| la Anunciada de Lisboa, a cuyos fingidos fenómenos místicos
24 6, Dial1 838 | sueño como el de las brujas, cuyos cuerpos quedan bien absortos
25 6, Dial3 872 | el príncipe y rey, ante cuyos ojos nadie se atrevía a
26 6, Dial3 872 | mismo Dios, [161r] ante cuyos ojos no hay leones que no
27 6, Dial3 884(s)| corr. de cuyos; sigue braços tach.~
28 6, Dial3 937 | Juan: Yo soy vid verdadera, cuyos sarmientos son los justos 168.
29 6, Dial3 951 | consideremos un edificio grande cuyos cimientos están en la parte
30 6, Dial3 961 | infinitamente sabio, ante cuyos ojos todas las cosas están
31 6, Preg3 988 | si esto sabe Dios, ante cuyos ojos todas las cosas están
32 6, Preg3 994 | Expliquemos así: que Dios, ante cuyos ojos las flaquezas de los
33 6, Preg5 1085 | precio y valor p en manos de cuyos eran: los unos por bien
34 7, 4, 3, p. 1122 | hijo en sus brazos, con cuyos méritos nos librará y con
35 7, 4, 5, p. 1128 | así lo estará la religión cuyos religiosos no fueren muy
36 7, 7, 4, p. 1258 | la celestial Jerusalén, cuyos fundamentos están en montes
37 7, 7, 11, p. 1280 | suyos al contrario. Gente cuyos dulces clamores no sean
Obras III - S. Juan B. de la C.
Parte, Capítulo, §, Página
38 1, 18 80(b) | ms. cuyos~
39 1, 25, 1, p. 114 | que la sepan los prelados, cuyos fines conocerán después
40 1, 28, 1, p. 124 | hay de hombres en el mundo cuyos sentidos no train recado
41 1, 33, 6, p. 157 | diciendo a sus siervos, cuyos cuerpos cada momento han
42 3, 1, 3, p. 250 | escogiendo una tarea larga cuyos fines están lejos, que será
43 3, 9, 2, p. 282 | respecto de las de Dios, cuyos ojos no se dan por contentos
44 3, 11, 1, p. 293 | de majestad y grandeza, cuyos entretenimientos son fiestas,
45 4, 6, 7, p. 395 | Nuestros religiosos, a cuyos cuerpos les han ya negado
46 6, 19, 1, p. 513 | hecho y de lo pasado, ante cuyos ojos se viene todo a registrar,
47 6, 52, 1, p. 736 | nada hay abscondido, ante cuyos ojos están abiertos, claros
48 7, 23 986 | Cristo a los prelados 2, cuyos bienes y propiedades no
49 7, 25 995 | tratamos y hacemos las obras cuyos fines conocemos que las
50 7, 25 999 | quebradizos y morirse aquellos cuyos consejos se seguían y verterse
51 8, 1 1036 | engaños en el mundo, de cuyos exemplos pudiéramos enllenar
52 8, 1 1040 | se ofrece es Dios, ante cuyos ojos lo más y menos está
53 9, 12 1098 | veces con los justos por cuyos sentidos no caben las grandezas
54 9, 14 1106 | vive un hombre una vida cuyos largos deseos condena la
55 10, 5 1143 | mezclados con los malos, de cuyos ojos no se pueden esconder,
56 11, 3 1177 | súbditos candeleros sobre cuyos hombros se empinen y levanten,
57 11, 3 1180 | ojos de hombre y de carne, cuyos días no son como los del
Obras IV – S. Juan B. de la C.
Sección, Parte, Cap.
58 Exhor, 0, 8 | cómo puede ser que Dios, cuyos ojos son más resplandecientes
59 Exhor, 0, 19 | árbor de quien trata Daniel, cuyos pinpollos y ramas llegaban
60 Exhor, 0, 19 | de la reina Jezabel, de cuyos trabajos y persecuciones
61 Exhor, 0, 21 | carrera como la de los malos, cuyos pies —dice el Spíritu Sancto v (
62 Exhor, 0, 47 | y miserable como la vid, cuyos sarmientos y pensamientos
63 Platic, B, 55 | deslumbre a una bestia en cuyos dientes peligrará el niño
64 Platic, B, 76 | industria de hacer pozos, cuyos manantiales son secretos
65 Platic, B, 93 | traernos a la Religión, cuyos votos y murallas nos sirven