Obras II – S. Juan B. de la C.
   Parte, Capítulo, §, Página
 1     2,    7,   3, p.   78  |        quién había de predicar. Díjele que de la fundación. El
 2     2,    8,   4, p.   86  |         mis temores y flaqueza, díjele algo apartado: ¿Qué hace
 3     2,    8,   4, p.   86  |         reverencia.~            Díjele: Suplico a vuestra paternidad
 4     2,    9,   2, p.   95  |      37v] un breve rato con él, díjele: No vengo n a estarme  ./. 
 5     2,    9,   2, p.   96  |   mirándome sin hablar palabra. Díjele: ¿Qué me mira? Parece que
 6     2,   11,   2, p.  102  |         veniales, nos despidió. Díjele al señor marqués me pidiese
 7     2,   12,   6, p.  113  |     pies a se los querer besar. Díjele: Ahora, padre y hermano,
 8     2,   13,   1, p.  115  |         presentado.~            Díjele: —Diga todo lo que quisiere.~           
 9     2,   13,   3, p.  117  |      del P. Gracián y. Y a éste díjele, cuando se fue, me enviase
10     2,   14,   2, p.  123  |  ministerio y officio a otro. Y díjele estas palabras: Padre nuestro,
11     2,   15,   1, p.  125  |   monasterio en un pueblo suyo. Díjele fuese a hablar al comissario
12     2,   15,   4, p.  135  |       pueblo o dos.~            Díjele: —Venga, hermano, y comeremos.~           
13     2,   15,   4, p.  135  |     Viniendo un día de Almagro, díjele: —Hermano Fr. Esteban, dígame
14     2,   15,   4, p.  136  |         servido. Y no dijo más. Díjele: —¿Qué fue Dios servido?
15     2,   15,   4, p.  136  |       me dará pena descubrirlo. Díjele: —Pues dígame la causa de
16     2,   16,   2, p.  138  |         a Génova. Yo holguéme y díjele a mi buen Fr. Esteban: —
17     2,   16,   2, p.  139  |      Dios de que yo lo supiese, díjele: —Acabe, hermano, confiésese. —
18     2,   16,   2, p.  140  |      nuestra missa y communión. Díjele me quería reconciliar con
19     2,   19,   2, p.  154  |         se partir a Valdepeñas, díjele a un hermano sacerdote que,
20     2,   20,   3, p.  167  |   conocía y sabía a lo que iba. Díjele que estaba determinado de
21     2,   20,   3, p.  168  |       que tenía de pasar. Pero, díjele a mi conpañero: —Hermano,
22     2,   20,   3, p.  168  |        padres?, vayan con Dios. Díjele yo: —Excelentíssimo señor,
23     2,   21,   8, p.  180  |   sancta figura y interiormente díjele: Dios de mi vida y de mi
24     2,   23,   5, p.  193  |       en su mano, si yo quería. Díjele que se lo agradecía y que
25     2,   26,   2, p.  213  | respondióme: —¡Venga norabuena! Díjele: —Pues, por solo Jesucristo,
26     2,   26,   5, p.  217  |        no convendrán para ella. Díjele yo entonces k: —¿Cómo dice
27     2,   27,   4, p.  223  |      condición, lo convirtiera. Díjele: —Reverendíssimo señor,
28     2,   30,   4, p.  247  | púseselo también a los pechos y díjele: —¡Hágase allá, hermano
29     2,   34,   1, p.  266  |       dos palabras.~            Díjele, quedándome solo, algo de
30     2,   35,   3, p.  273  |       poco; y fui al cocinero y díjele me pusiese un puchero de
31     2,   36,   2, p.  284  |      para lavar el hábito, y yo díjele, por le mortificar, que
32     2,   36,   3, p.  285  |       tornó a acostar y se fue. Díjele yo: —Pues ¿qué le dijo,
33     2,   37,   5, p.  293  |         algún tiempo lo leyere. Díjele: —Hermano, ¿qué tiene? Respondió: —
34     2,   40,   3, p.  307  |         más de cinco reales. Yo díjele: —Señor, por ahora no hay
35     2,   41,   4, p.  321  |      grandíssima mudanza en sí. Díjele: —Mire, hermano, que este
36     2,   41,   4, p.  321  |        sí quiero ser religioso. Díjele: —Pues véngase conmigo.
37     2,   41,   4, p.  321  |         fraile con el machuelo. Díjele: —¿Dónde va, hermano? Respondió: —
38     2,   41,   4, p.  322  |          disimulando lo pasado, díjele: —¿Ya no lo despedí ayer
39     2,   41,   4, p.  322  |         que tenía en aceptarlo, díjele a un fraile lo consolase
40     2,   42,   4, p.  331  |       como si fuera muy grande. Díjele: —Vení acá, hijo, ¿cuánto
41     2,   42,   5, p.  332  |        de humildad. Yo, mohíno, díjele que lo llevasen a un cepo.
42     2,   42,   5, p.  332  |        el coro. Cuando vi esto, díjele: —Levántese y haga colación;
43     2,   42,   5, p.  333  |        coro. Llamáronme,  ./. y díjele: —¿Qué dice, hermano? —Que
44     2,   45,   5, p.  363  |   habían parecido, dijo que no. Díjele yo entonces con algún despego: —
45     2,   46,   1, p.  364  |        no las comía muy bien. Y díjele al cocinero: —Hermano, yo
46     2,   46,   1, p.  365  |    bebiendo en el refectorio, y díjele: —Pues ¿de eso le sirvió
47     2,   54,   2, p.  469  |       Dios me daba.~            Díjele luego como entré e: —Señor,
48     3,    3,   1, p.  552  |        yo lo tengo de remediar. Díjele: Señor, prelados tienen
49     3,    6,   4, p.  587  |        su intento había tomado. Díjele en pocas palabras que el
50     5,    7,   3, p.  816  |       muerte la podré revelar». Díjele que sí. Y él entonces dijo: «
51     5,    7,   4, p.  819  |         sé cómo se pueda hacer. Díjele: —Vaya, hermano, que se
52     5,    7,   4, p.  819  |      daba licencia para más. Yo díjele que fuese. E, informándome
53     6,  Dial3           948|             dijo una sentencia. Díjele yo que me encomendase a


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   Parte, Capítulo, §, Página
54     2,    5,   3, p.  195  |         en acabándoselo de dar, díjele que se fuese a presentar