Obras II – S. Juan B. de la C.
   Parte, Capítulo, §, Página
 1     2,   57,   2, p.  491|           aun no cabía a manta y albarda. Pero confieso —que parece d
 2     2,   57,   2, p.  491|        ser provincial, me dieron albarda y manta. Y, como la negra
 3     2,   57,   2, p.  491|          manta. Y, como la negra albarda no se habíe hecho a mi medida
 4     2,   57,   2, p.  491|          de frío, del olor de la albarda, de suerte que fue necesario
 5     4,   13,   4, p.  686|           es fulano para silla y albarda. Que es decir que, así como
 6     4,   13,   4, p.  686|           es para que se le eche albarda y que pueda sacar estiércol,
 7     4,   13,   4, p.  686|          esos ratos vacíos traer albarda y que le carguen cosas de
 8     7,    4,   8, p. 1133|         suelo frío, quizá con el albarda del pollino por cama a mucha


Obras III - S. Juan B. de la C.
   Parte, Capítulo, §, Página
 9     1,   14,   4, p.   63|      algo habíe quedado sobre la albarda, déjalo y huye. Yo confieso
10     6,   16           506|   officio. Si entrare con alguna albarda o espuerta de paja a comer
11     9,   12          1096|        que es y sirve de silla y albarda, de esa misma suerte a d
12     9,   12          1096|          hace el justo servir de albarda para el cuerpo y de silla
13    11,    3          1178|          que no sufre el de lana albarda ni silla. Y lo propio ha
14    11,    3          1178|         sirvan, como decimos, de albarda y silla subiéndolos y levantándolos
15    12,    3          1290| delicados como paja centenaza de albarda, que sólo vale para enllenar


Obras IV – S. Juan B. de la C.
   Sección, Parte, Cap.
16 Platic,      B,  90      |       como dicen acá: de silla y albarda. Y, si no, mírenlo: el caballo