Obras II – S. Juan B. de la C.
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 1     2,   12,   1, p.  106|            días sino unas pocas de migas (que se les debiera de pegar
 2     2,   12,   1, p.  106|            buen cuerpo y las solas migas le sabían tan bien, quedó
 3     2,   12,   1, p.  106|            quedó tan arregostado a migas, que, diciéndole un fraile
 4     2,   12,   1, p.  106|             respondió: Pues, hagan migas, y eso comeremos. Miren
 5     2,   12,   1, p.  106|           por amor de Dios, si las migas eran de pan y no habíe bocado
 6     2,   12,   1, p.  106|            cómo se habíen de hacer migas? Sino que, como le iba tan
 7     2,   12,   6, p.  112|              nunca comíamos buenas migas juntos. Pues mi buen presentado,
 8     5,    3,   5, p.  764|            aceite y pan para hacer migas. ¡Oh qué estimados serían


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 9     2,    6,   6, p.  208|           que no comen sino pan en migas y beben de lo que corre
10     6,   27,   1, p.  565|          cuatro horas la sartén de migas; ni habla con unas personas
11     6,   27,   5, p.  571|            ordinario usan el comer migas y, como el manjar es fuerte
12     6,   27,   5, p.  571|           las manos, y así todo es migas. Y yo confieso que de cuatro
13     6,   27,   5, p.  571| presidentes con decir: "Hagan unas migas a nuestro hermano provincial".
14     6,   27,   5, p.  571|           me quisieron regalar con migas, ¡miren cuál será el regalo
15     6,   27,   5, p.  571|          que por fuerza han de ser migas, sean hechas sopas, que