Obras II – S. Juan B. de la C.
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 1     1,    2             8|        POBREZA QUE SUS FUNDADORES GUARDARON. LOS BIENES QUE DE ESTO
 2     2,   22,   3, p.  185|      vivieron en nuestro hábito y guardaron nuestra regla, si son los
 3     2,   28,   2, p.  226|           nuestros sanctos padres guardaron su regla, era cierto por
 4     2,   38           300|           la margen. Sé decir que guardaron muy bien su regla, pues
 5     2,   46,   3, p.  369|         que se hicieron de lo que guardaron, y después acá los hombres
 6     2,   50,   6, p.  423|           Pero, si por esta parte guardaron y temieron el golpe, no
 7     2,   50,   6, p.  423|          temieron el golpe, no se guardaron tan por entero como convenía.
 8     7,    7,   6, p. 1263|        fueron prudentes vírgines, guardaron la integridad en sus conciencias


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 9     1,    7,   5, p.   34| defendiéndose de las tentaciones, guardaron con rigor su regla, nosotros n,
10     1,    9,   2, p.   42|       continuas penitencias y las guardaron en Cristo para las manifestar
11     1,   11,   1, p.   49|           fuego de amor divino d, guardaron esa regla, esa aspereza,
12     1,   12,   2, p.   53|           la regla y aspereza que guardaron. En el discurso del tiempo
13     6,   45,   3, p.  679|     contra ellos y que, si no las guardaron ellos, que por eso viven
14     8,    1          1040|          y ellos lo respectaron y guardaron, con que Dios lo libró de


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15 Platic,      B,  53      |          los que mejor hicieron y guardaron su officio temblarán delante