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San Juan Bautista de la Concepción
Obras I - S. Juan B. de la C.

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  • EL CONOCIMIENTO INTERIOR SOBRENATURAL
      • CAPITULO 22 - Cómo este conocimiento extraordinario se puede hallar en todo género de gentes y en cualquier officio y estado. Y cómo hay otro conocimiento extraordinario connaturalizado con las personas. Y de cuántas maneras se puede tener y obrar este conocimiento
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            CAPITULO 22 - Cómo este conocimiento extraordinario se puede hallar en todo género de gentes y en cualquier officio y estado. Y cómo hay otro conocimiento extraordinario connaturalizado con las personas. Y de cuántas maneras se puede tener y obrar este conocimiento

 

            1.         Todo este tratado he scrito con cierta ocasión que me dieron en Valladolid tratando de cierto ermitaño gran siervo de Dios, cuya vida y exemplo lo habíe metido en los retretes más scondidos de los príncipes y reyes. Y pareciéndoles que esa vida exterior no se compadecía con otra vida interior y sobrenatural que la tal persona gozase, decían que no habíe que hacer caso de él ni de lo que él dijese, quiriendo escurecer con las tinieblas de sus palabras la luz que Dios podía darle por el rigor de su vida y costumbres sanctas, que a cabo de muchos días había adquirido. Y así, en lo pasado y en lo que falta por scribir, no sólo habré procurado defenderlo a él, sino volver por todos aquellos a quien Dios fuere servido apartar para que en esta vida enpiecen a gozar de los thesoros y maravillas que Dios tiene guardadas para los que con veras le sirven y aman despreciando todo lo de la tierra.

 

            2.         No es nuevo el spíritu de Dios hallarse scondido en personas bien scondidas a los juicios humanos: no son todos ni siempre ermitaños y gente solitaria la que alcanza vida extraordinaria y sobrenatural; no siempre sona hombresb en la edad perfectos y en la vida consumados. No hay estado ni edad, vida u officio, tiempo o lugar donde no se pueda hallar el spíritu divino levantandoc almas a vida perfectíssima:


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de hombres, de niños, de mujeres viudas, casadas, doncellas, pobres, ricas, bajas, nobles, en los hospitales y en casa de los reyes, en la soledadd, en los monasterios, en las plazas, en los rincones, entre los labradores, mercaderes, caballeros, príncipes y reyes. De todo este género de gente y de todas estas diferencias de vidas, stados y lugares pudiéramos poner muchos y varios exemplos de personas que han venido a alcanzar vida perfectíssima extraordinaria y sobrenatural con que han agradado a Dios grandemente, [66v] y aun asombrado el mundo y cegado muchos entendimientos cortos, que no saben ni alcanzan cómo este soberano y divino spíritu a todos busca en todo tiempo y lugar para reposar en los humildes y limpiose de corazón; que es fácil, si el hombre quiere, en cualquier officio, edad, tiempo y estado humillarse, rendirse y limpiarse para que Dios le scoja y aparte para sí sólo.

 

            3.         Parece hemos hasta aquí ido tratando de una vida perfecta y consumada. Y pues lo que aquí he pretendido ha sido tratar de todo género de gentes, fuera bien tratar desta vida no sólo según su consummación, sino según parte, pues parte de esta vida, digo de estos dones sobrenaturales, se pueden hallar en hombres no consumados ni perfectos, antes en algunos que son y han sido peccadores. Y esta parte de vida no la llamo gracia habitual, con la cual el hombre en parte esté en amistad de Dios y en parte en enemistad -que esto es imposible-, sino algunos dones particulares que se compadecen y pueden hallar en todo género de gentes, como son: el don de profecía, de milagros, de consejo y sabiduría. Para que, sabiendo y conociendo esto los hombres, no porque vean que uno no es de vida perfecta y heroica quieran sentenciar y calificar por vicio la virtud o el don que le dio Dios, pues vemos que a muchas personasf dio y comunicó el infinito poder de Dios tales y tantas virtudes que asombran los hombres y no las acaban de entender ni penetrar, sin ser capaces de lag gracia y amistad de Dios.

 

            4.         Y pues lo principal de nuestro tratado ha sido tratar de los diferentes y levantados conocimientos de los hombres que gozan vida perfecta, será bien tratar del conocimiento que se compadece y pueden tener los que no tienen ni gozan esah vida perfecta y sobrenatural, ese rendimiento y transmutación en Dios. Bien que en esta materia debo temer, por no la haber estudiado ni leído libros ni saber más que lo que he entendido tratando con algunas personas. Aquí no se trata desta materia en mala parte por la vía que los hombres con pacto y concierto secreto con el demonio pueden saber, conocer y entender, sino de dones particulares y mercedes que Dios haya hecho [a] algunas personas.

 

            5.         Pues digo, según lo que Dios me da a entender (y si en esto no acertare, bórrelo quien lo leyere y entienda no alcanzárseme más, pretendiendo en todo sujetarme a la fee de la sancta Iglesia, doctrina [67r] y lección de los sanctos), que esta merced de dar Dios algún conocimiento sobrenatural puede ser en muchas maneras: unas veces lo


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da como connaturalizado con la propia persona, de suerte que siempre y por siempre se halla dispuesta esta tal persona para estos extraordinarios conocimientos, procurando recogerse adentro y como enajenarse de las cosas que pueden inquietar o perturbarle, que en fin ésta es obra del hombre interior y ha menester hallarlo desocupado de todo lo de acá fuera, pues vemos que uno que ha de leer una lición u oírla ha menester estar libre de cosas que le den pena y cuidado.

 

            6.         Mucho quisiera saber explicar el modo cómo este conocimiento extraordinario interior connaturalizado con la persona de cosas extraordinarias se diferencia de todos estotros conocimientos que arriba dejamos dichos y explicados. Diré lo que Dios me diere a entender. Y así noto que el conocimiento sobrenatural extraordinario de que hemos ido hablando, que es el que un alma ha venido a alcanzar con grandes mortificaciones, vida rigurosa y enajenamiento de cosas exteriores y aun de sus propios sentidos, digo que ese conocimiento -como queda dicho- es agua que se coge en su fuente propia, y que de la superabundancia que un hombre tiene y Dios le ha dado se revierten esos dones y entre ellos eli que alcanza el entendimiento de ese conocimiento sobrenatural; y como agua que se coge en fuente, corre y se pasa, de suerte que viene a ser muchas veces una luz sobrenatural tan sutil y tan veloz que, si un alma no tienej mucha atención, se le pasará y no la percibirá. Esotro conocimiento connatural de que ahora vamos tratando (que en fin podrá ser éste nos declare más el primero) es, digamos, como agua de pozo o agua de charco estantía, parada, que siempre que un hombre quiere, siendo donk coevo con sul naturaleza singular, coge cuando quiere y se aprovecha dél a todo tiempo que a él sea acommodado según la disposición mediana que dejo dicha ha menesterm.

 

            7.         Tiene otra diferencia, y es que, así como el agua que corre lleva buenos pescados y el agua es muy delgada, dulce, sabrosa, que cría buenos humores, de esa misma manera el primer conocimiento sobrenatural tiene y lleva efectos admirables, tiene divinas y celestiales propiedades, cría y engendra en la persona que tiene los tales conocimientos buenos humores, que son ansias y deseos de Dios, [67v] produce un spíritu quieto, tranquilo, sosegado, pacífico que en lo corporal llamamos bien acomplesionado. Pero el agua acharcada no es tan dulce, tan clara ni cría tales pescados. Así estos conocimientos sobrenaturales, que por don particular puso Dios para que acompañasen a la naturaleza, no son tan claros, de tanto provecho, ni hacen los efectos sobrenaturales eficaces que causan los primeros.

 

            Los primeros conocimientos van enderezados siempre o casi siempre al mayor bien del alma y tienen por blanco inflamar, encender y aficionar la voluntad. Estotros conocimientos connaturales se quedan de ordinario como indiferentes, que parece no tienen otro fin más que dar luz al entendimiento. Pongamos un exemplo, que estas cosas poco se


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pueden declarar si no es por exemplos. Miremos la luz del sol o la luz de un candil; toda es luz y con cualquiera vemos las cosas que están en este aposento o en las partes donde están aplicadas. Pero diferéncianse en que la luz del sol es más clara, y con ella nacen y crecen los sembrados y se visten los campos de rosas y flores. Y así el conocimiento sobrenatural que un alma tiene participado y cogido del sol de justicia, Cristo, es luz clara que enseña y muestra las cosas que a un alma le inportan para su salvación, y esta luz hace crecer las virtudes, propósitos y buenos deseos, y que la voluntad reverdezca y se vista de buenas obras. Pero estotro conocimiento es como el de la luz del candil, que sólo sirve de alumbrar y mostrar las cosas sin hacer trueco en ella o en la persona a quien las demuestra. Otras muchas diferencias pudiera mostrar entre el un conocimiento y el otro, pero no hay que cansarnos.

 

            8.         Este conocimiento de que ahora vamos hablando dije denantes que era necesario aplicarse o ponerse en tal disposición que el entendimiento pueda recebir o percebir. Que, como es potencia del alma metida y envuelta en este cuerpo, de tal manera puede estar lleno destas species y retratos naturales que no pueda conseguir o ejercitar el don sobrenatural que tiene, porque el entendimiento es como un cristal: si lo ponéis a la sombra está opaco y oscuro, y si lo aplicáis al sol echa rayos de sí.

 

            9.         Este conocimiento puede ser en dos maneras: la una es obrada por [68r] algún ángel, a quien Dios ha cometido el acompañar a aquella persona communicándole aquel don. Y de esta manera ya viene a ser don más singular respecto que, cuando este ángel mediante esta operación ande unido con el tal entendimiento, en fin ya parece causa extrínseca y no se puede llamar tan propiamente don y luz connaturalizada con la misma persona, como otra luz y conocimiento que pudo Dios poner en el entendimiento de alguna persona, como la luz que puso en los ojos, los cuales sin antojos1 ni otra ayuda ven de cerca y de lejos. Y así pudo Dios poner en algunos entendimientos una luz con que vean y conozcan de cerca y de lejos, sin que ningún ángel por vía de antojos que le levanten o alargue el conocimiento.

 

            10.       Cuando este conocimiento es por algún ángel, aunque digo que no es este conocimiento tan connaturalizado con la persona, pero es más noble y más provechoso, pues se entiende que no haríe Dios aquella merced a tanta costa como es ocupar un ángel en aquello sin particular fin o algunos intentos extraordinarios. Pongamos un exemplo. Si estando vos en la corte supiésedes o viésedes alguna cosa de consideración, no sería necesario buscar misterio al conocimiento que tuvistes de la tal cosa; pero si el rey os la enviase a decir con algún privado suyo y le dijese os diese luz de lo que habíe sucedido, es certíssimo habíemos de buscar algún misterio o fin particular por qué el rey os hacía sabidor


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de aquello. De esa misma suerte conocer un hombre con algún conocimiento sobrenatural que Dios haya dado y connaturalizado con la persona parece que no hay que reparar, porque quien tiene ojos ver tiene; pero dar Dios un ángel que luz y descubra mediante esa luz cosas extraordinarias, es llano que le hemos de buscar más misterio que el ordinario. Y así, digo que este conocimiento será más principalo.

 

            11.       Digo másp, que, cuando esta luz es dada por algún ángel, es muy ordinario andar acompañada con hablas, preguntas o respuestas, de las cuales usa el ángel para con palabras suplir la falta del entendimiento acerca del conocimiento que le pretendió dar, el cual entendimiento, por no estar tan dispuesto para percebir, ayudóse de palabras o de preguntas. Yo no trato ahora aquí de engaños y ilusionesq del demonio [68v] porque siempre voy tratando de estos conocimientos en buena parte, que bien en cosa tanto se pueden mezclar y disimular las falsas revelaciones y engaños de el demonio, como en estas iluminaciones r que ahora vamos tratando y particularmente en esto de hablar. El demonio, mientras está más apartado, puede estar más disimulado; porque parece como imposible, si un hombre es siervo de Dios y tiene razonable entendimiento, si se le llega cerca no conocerlo, porque siendo espíritu maligno y de fuerzas muy limitadas y enbotadas por el peccado, no puede él unirse y juntarse con un alma con aquella suavidad, dulzura y amor con que Dios se junta y une, de la cual unión resultan los bienes arriba dichos al entendimiento y a la voluntad. Y así dende afuera es de donde él hace sus tiros y pretende persuadir sus engaños: si no puede alumbrando en la forma dicha como el ángel bueno, porque nos puede o porque no se atreve por no ser descubierto, procura con hablas y amonestaciones hacer sus engaños. Pues digo que ahora yo no trato del conocimiento que por esta mala partet puede tener un hombre.

 

            12.       Antes de pasar adelante quiero poner un exemplo deste conocimiento que voy tratando: de una mujer que he visto y hablado, que por haberme dicho ha sido llamada y examinada de los inquisidores, trairé aquí lo que de ella abstrayendo del modo de luz que tiene: si es causada de algún ángel su operación, connaturalizada y pegada con la persona, o si es don de iluminaciónu que Dios le ha dado. Yo la hablé y deseé saber cuál fuese de estas dos luces, y una vez me parecía de una manera y otras de otra: y pudo ser fuese de entramas. Y porque entiendo estos papeles no se leerán tan presto, no me parece inconvenientev poner el pueblo. Muchos días había que me habíen dicho en La Solana, pueblo en la Mancha, habíe una mujer que tenía don de profecía, aunque no siempre le ponían este nombre, sino decían que sabía y conocía cosas extraordinarias. Deseé verla, yw viniendo a visitar un convento que en el propio pueblo tenemos, procuré estar algunos ratos con ella. Díjome cosas particulares en esta materia. Díjome


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que, sin que ella supiese cómo ni de qué manera, sabía cosas particulares, a las cuales [69r] daba crédito porque siempre sucedían como ella las sabía; sabía y conocía en su pueblo muchos años antes casamientos entre tales y tales personas, muertes, riñas, perdimientos de hacienda y otras cosas semejantes de las personas absentes, lo que le encomendaban, que por ser conocimiento de cosas contingentes no necesariasx, me parecía que no debiera de ser ilusióny del demonio. Preguntéle cómoz sabía aquello. Respondióme que, cuando le pedían encomendase a Dios algún negocio, lo procuraba hacer interiormente; y que, cuando entraba dentro de sí, veía claro en la misma cosa los fines que tenía. Púsome un exemplo diciendo que el cura de aquel lugar le rogó lo encomendase a Dios. Yo -dice- lo hice, y estando así dentro de mí, vi a mi cura muerto y puesto en las andas y la gente que entraba al entierro: conocí qué año, qué mes, semana, día y hora. Las dudas que acercaa desto se me ofrecían, unas conocía en qué estaba su dificultad y por particular conocimiento sabía su resolución, otras veces me hablaban y decían lo que convenía acerca de aquello que yo deseaba preguntar o preguntaba. En esta muerte deseé saber si seríe bien decírselo al cura para que se previniese: habláronme y dijéronme que no, porque era hombre muy temeroso y que tenía suficiente cuenta con su alma.

 

            Digo que, si éste es don de Dios y no es algún engaño, que debe ser el ángel de su guarda u otro a quien Dios haya cometido aquel officio, porque dice muchas veces ve un hombre hermosíssimo junto a ella que le habla, y otras veces le oye sin verlo; y siempre le habla cosas sanctas y buenas; pídele siempre se abstenga y aparte de ofender a Dios, procure hacer buenas obras y recebir el sanctíssimo sacramento a menudo, tenga mucha oración. Informéme de esta mujer: es casada, de buena vida aunque no extraordinaria. Llamo extraordinaria de las que hacen grandíssimas penitencias, viven apartadas y tienen altos grados de oración. Parecióme en eso una mujer de vida común, que reza su rosario, sus devociones y acude a todas las obras de buena cristiana. Llamado [he] estos dones, aunque sobrenaturales, connaturales por parecerme se deben de haber dado sin algunos méritos o particulares disposiciones, y también porque esta mujer [69v] tiene un padre, buen hombre, que dice muchas cosas y sabe -aunque acerca de cosas naturales y conocimientos de tiempos- particulares, y esto sin lo haber estudiado ni aprendido. Tiene esta mujer un niño muy chiquito que tiene el propio conocimiento de la madre, de suerte que, estando con la madre sentado, le suele decir: "Madre, aderece la cama, que viene padre malo del campo"; esto y otras muchas cosas. Este espíritu u ángel que la madre dice que le habla, dice el niño que lo ve y, cuando va al escuela, se encuentra con él y le avisa de algunas cosas enderezadas a este conocimiento.

 

            13.       Yo no quiero calificar esto ni darlo todo por bueno. Lo que digo es que esto es público y la mujer a religiosos y a siervos de Dios


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no repara en decirles éstas y otras cosas, de que me pudiera alargar; y que, siendo esta persona buena cristiana, no es justo sentenciar esto por malo, puesto caso que puede ser bueno y don sobrenatural de que Dios le haya hecho merced. Y sabemos que dende el principio del mundo hay y ha habido personas que tengan particulares iluminaciones y conocimientos, quiriendo Dios hermosear esta Iglesia celestial con diferentes luces y lumbreras. Como el cielo, que, si no fueran como el sol, luna o estrellas, serán como los cometas y estrellas errantes que salen en la región del aire a quien llamamos cielo aéreo, las cuales siendo de unos vapores gruesosb y de tal manera dispuestos, se encienden y duran dando luz hasta que se consumen y acaban a cierto tiempo. Y si es verdad que hay piedras a quien Dios dio tal virtud y propiedad que en la noche den luz, y un animalillo que llamamos luciérnago de noche parece un candil encendido y se puede leer a su luz en un libro, ¿por qué Dios en el hombre, criatura racional y de tanta eminencia, no podrá dar y poner otra luz que, si no ordinaria, connaturalizada o naturalizada con la propia persona, con la cual luz vea cosas extraordinarias absentes y presentes?

 

            14.       Puesto caso que éste es don que se puede compadecer con cualquier estado que el hombre tenga, hemos de entender que estará más dispuesto para él cuando esté en gracia de Dios que cuando esté en peccado. Los ángeles malos quedaron con [70r] sus dones naturales y por el peccado en ellos quedaron como lesos, estorbados, detenidos y botos2.




a  corr.



b sigue perfectos tach.



c  ms. levantanda



d ms. soledas



e  ms. liempios



f  ms. piedra



g  corr.



h  sobre lín.



i   sobre lín., en lín. ese tach.



j  sigue ta tach.



k sigue quero tach.



l   sobre lín., en lín. la tach.



m ha menester sobre lín.



1 por anteojos.



n  corr. de levantera



o sigue pus tach.



p sobre lín.



q ms. illusiones



r  ms. illuminaciones



s  sigue se atreve tach.



t  corr. de vida



u  ms. illuminación



v  ms. inconveveniente



w            sigue pasando por tach.



x  ms. no necesaria



y  ms. illusión



z  sigue tenía tach.



a  ms. acerco



b ms. guesos



2 boto, "contrario a lo agudo ... Decimos boto de ingenio el que es torpe y grosero" (COVARRUBIAS).






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