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San Juan Bautista de la Concepción
Obras I - S. Juan B. de la C.

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  • DIALOGOS ENTRE DIOS Y UN ALMA AFLIGIDA
    • DIALOGOS ENTRE DIOS Y UN ALMA AFLIGIDA
      • CAPITULO 6 - Cómo muestra Dios no enfadarse porque el alma le pregunte cuando su deseo de saber es para más aprovecharse. Da la razón por qué es corto con el hombre en darle a conocer sus secretos en esta vida. Y responde a la primera duda, monstrando quién sea la causa del trueco del primer estado al segundo
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CAPITULO 6 - Cómo muestra Dios no enfadarse porque el alma le pregunte cuando su deseo de saber es para más aprovecharse. Da la razón por qué es corto con el hombre en darle a conocer sus secretos en esta vida. Y responde a la primera duda, monstrando quién sea la causa del trueco del primer estado al segundo

 

            1.         A mi providencia convino, hija mía, disponer las cosas de suerte que el hombre, mientras vive, no tenga el lleno conocimiento de las cosas, porque no es bien a la criatura darle a comer más de lo que el estómago puede digerir. Y como la voluntad es más tarda para amar que el entendimiento para conocer, es necesario que el uno al otro se vaya aguardando, y lugar el entendimiento a que digiera la voluntad lo que ya le ha ofrecido sin que, atropellando muchas cosas, las unas deje por las otras, porque el hombre mientras vive es tardo en el obrar, espacioso y detenido en el amar y querer. Y así no de una vez y de golpe le descubro yo todos los secretos que tengo escondidos en las mudanzas de los tiempos y truecos de estados.

 

            [91v] Uno de los amigos de Job, que le venían a consolar, confiesa él muy bien el modo con que yo me manifiesto y doy a conocer a las personas que gusto sepan y entiendan mis secretos: Audivi (dice) verbum absconditum, quasi furtive dictuma1; una palabra abscondida, como hurtada y distilada por secretos mineros de la tierra, que me susurraba a las orejas. Son todas estas palabras de cosa que se da escasa y mezquinamente. Esto significan estos términos: abscondido, hurtado, distilado y susurrado. Que es decir fueron palabras y conocimiento corto, finito y limitado. La sciencia y sabiduría es comparada al vino y, como los hombres son flacos en esta vida, es necesario dárselo a escondidas, hurtado y distilado, no lo enbriaguen y saquen de sí, sino que lugar


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a la voluntad que obre, quiera y ame. Y como yo soy tan escaso y corto en esto, no me espanto que el hombre, inclinado a saber, cada momento esté la boca abierta aguardando alguna gotilla de este soberano licuor; y si la sed crece, que ordinariamente suele provenir de repleción y mucha comida, no me espancto que se pida y desee, porque la sed es una pasión que aflige muchob y da poco lugar a sufrimiento.

 

            2.         Dígote, hija mía, que es propiedad de almas que mucho me aman aumentárseles la sed y deseo de conocer mis secretos, porque este conocimiento, como bebida, es ayuda de la digestión del manjar y obras que abraza la voluntad. Y así pocas veces sufren sus dudas y dificultades, antes siempre están deseando satisfacción de ellas. De aquí es, hija mía, que yo no me espanto de tu deseo de saber, porque va enderezado a más amar y obrar. Porque, si en otro tiempo dije yo a mi sposa que sus ojos me hicieron volar2 y absentarme de ella, trataba de los ojos que quieren ver y mirar por sólo curiosidad, que esa bebida, por ser a solas y sin el manjar de la voluntad, enborracha y enbriaga yc causa daños en la persona. Pero tu conocimiento es muy provechoso por ir mezclado con los fervorosos deseos que tienes de descubrir tierra nueva para andarla; y así me doy por contentod de tus deseos, para acudir a ellos y satisfacer tu duda, en que me preguntas quién es causa de esta mutación que al presente has tenido: del estado primero en que, como niño en el vientre de su madre gozaba sin molestia todo lo que tenía necesidad y tú, levantada a un ser divino, gozabas sin afán y trabajo mill bienes celestiales, al segundo estado en que, desasida y apartada de estas entrañas que así te abrazaban y abrigaban, fuiste entregada [92r] a trabajos exteriores en que, como niño en otro mundo, gritas y lloras como persona que te ha de costar trabajo todo lo que hubieres de gozar y tener.

 

            3.         Has de saber, hija mía, que, cone deseof de perpetuar tu vida en el camino de la perfección, en ella gusto y quiero estos truecos y mudanzas; porque la vida natural, subida a vida tang sobrenatural como en el primer estado gozabas, no era perpetua ni durable, no por falta del bien que lah elevaba, sino por la flaqueza de la persona que de éli gozaba. Muy ordinario es al músicoj tañedor bajar las cuerdas del instrumento músico que están subidas tres puntos, para que duren y no se quiebren. Y el herrero saca el guchillo de la fragua y lo mete en el agua para templarlo y sacarle los filos, porque el fuego, si fuera perpetuo, consumiera y acabara aquella materia que de suyo es consuntible3. De esa misma suerte hago yo muy de ordinario con muchas almas que, por mi bondad y misericordia, subí tantos puntos que su voz me fuese suave y amorosa. Y para que durasen para otras fiestas semejantes, me agradó aflojarlas y descenderlas a otro diferente estado


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en que, como en agua, de disgustos y trabajos se templasen después de haber estado metidas y encendidas en el horno de mi infinita charidad.

 

            Cosa es llana que el hombre cuando duerme goza vida y estado más bajo que cuando ora y está ocupado en otros ejercicios santos. Y, con todo eso, es mi gusto que duerma y descanse de sus trabajos continuos, para que dure y no acabek natural tan flaco. Mucha fructa hay que no la dejo yo madurar en los árbores, donde está asida con tanto regalo participando de la virtud que el mismo árbor le comunica mediante la unión y junta que con él tiene; y otra fructa hay que en el punto que está madura es menester cogerla y desasirla porque no se pudra; y esta fructa, de allí apartada y cortada, puesta en paja y encamarada, suele durar muchos meses. Grande es la virtud que yo communico a un alma cuando, asida y pegada a mí, la levanto a este primer estado, y grande el regalo de que goza. Pero es necesario desasirla a tiempo y despegarla porque no se consuma natural tan flaco, y ponerla en otro estado y vida de trabajos enl que, como en paja, se conserva y dura.

 

            4.         Mi siervo Jacob por espacio de una noche estuvo subido y levantado a un admirable grado de perfección, en que, asido y pegado conmigo, luchó con grande brío y fuerza; por mucha priesa que le di a que se desasiese y despegase, quedó de la lucha fuerte cojo de un muslo4. Si más durara, más cojo y consumido quedara, y tanto pudiera durar la lucha que en ella se quedara. [92v] Y esto no es defecto de la misma alma, porque ella es incansable, incorruptible, sino es defecto de la naturaleza por parte del cuerpo y de parte de las disposiciones que son medio con que el alma lo informa, las cuales con la suspensión y elevación primera viénense a resolver de suerte que, faltando el atadura que junta el alma con el cuerpo, no pueden estar juntos ni pegados, yéndose el alma al cielo para donde fue criada y quedándose el cuerpo en la tierra de donde fue hecho.

 

            Por este exemplo lo entenderás. Mira un cerrojo y cerradura que en mucho tiempo no se usó. Cuando quieres con él cerrar y juntar la puerta con su bastidor, no puedes porque todo lo hallas desavenido y desconcertado, de suerte que es fuerza quedarse la puerta


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abierta y fuera de su bastidor, porque los gonces no corren y el cerrojo no cierra. El alma púsela yo en el cuerpo, avínela y ajustéla de suerte que dentro del propio cuerpo, como puerta en su bastidor, se cerrase y escondiesem, haciendo esta junta y aveniencia mediante ciertas disposiciones que, como gonces y cerradura, se corren y aprietan el cuerpo y el alman. Cuando con este primer estado el alma es elevadao, salió y desencajóse el cuerpo (en la forma que pudo, sin dejarlo del todo), quedó la puerta abierta y, aunque asida con los gonces y disposiciones naturales, desavenida y desencajada de su bastidor que es el cuerpo. Si tarda mucho tiempo en tornarse a su encaje, juntura y lugar, es llano que esos gonces y cerradura no han de querer correr ni el alma ajustarse con el cuerpo, de suerte que venga a ser necesariop apartarlos y descomponerlos y que se acabe esta vida natural que el hombre vive.

 

            5.         También está este defecto de parte del cuerpo, porque, como es casa de tierra, en faltándole morador por muchos días, su poco a poco se cai, se enllena de goteras, telas de arañas, de suerte que se vuelve inhabitable para el mismo dueño cuando quiere tornar a él a cabo de los muchos días que faltó haciendo su absencia. Al alma, que en ese cuerpo y casa vive, muchas veces la prendo yo por amores y la saco de sí y pongo en este estado donde, como captiva y presa, no sale si no es con mi licencia, detiniéndose muchos días en esta absencia y prisión. Cuando quiera volver a su casa antiguaq que es el cuerpo, ya lo hallará tan consumido y acabado que no admita reparo, estando más para dar consigo en una sepultura que para estar en pie. Y así r, quiriendo yo que el hombre viva vida larga y en ella me sirva y agrade, suelto al preso y doy lugar a que [93r] torne a su casa, la habite y repare, quedándose las mismas deudas en pie para tornar a hacer la prisión cuando a mí me agradare.

 

            Trai a la memoria aquella salida de mi pueblo captivo a Babilonias, donde les fue fuerza desamparar su ciudad y casas; el fuego con que ofrecían sacrificios a Dios y celebraban sus fiestas fueles necesario dejarlo escondido en un pozo. Tardándose muchos años en el captiverio y absencia que habíen hecho, todo lo material lo hallaron asolado y destruidot e inhabitable. Cuando fueronu a sacar el fuego, lo hallaron hecho barro y masa crasa, de suerte que, a no herirlo el sol con sus rayos y producir en él nueva vida, se quedara sin su fuego antiguo, para ellos de tantos provechos5. Es figura, hija mía, que te descubre las causas de tus mudanzas. Tuve particular agrado, aficionado de la hermosura de tus pensamientos, captivarte y prenderte y, en la manera que se puede, apartarte de ese cuerpo, ciudad y casa de tu morada. El tiempo que en esta prisión eres elevada, el calor natural, que como fuego vivifica y es causa de tu conservación y vida, es necesario dejarlo (en este captiverio y absencia del alma), dejarlo escondido, detenido, suspenso, que no haga su officio. Si el alma se tarda de volver a su tierra, ciudad y casa, este calor hase de hallar hecho barro y massa crasa de suerte que, si yo, sol de justicia, con los rayos de mis divinos favores no lo vivifico y torno como a reengendrar, el hombre se quedaría sin fuego, calor y vida con que pudiese tornar de nuevo a mev ofrecer


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otros sacrificios y celebrar otras fiestas. Y así tengo particular cuidado de que haya año de jubileo en que los captivos y presos salgan y tornen a sus casas, y goce el cuerpo también de esa indulgencia siendo de nuevo vivificado y habitado.

 

            Jhs.




a  sigue media lín. en blanco



1 Job 4,12.



b corr. de mundo



2 Cf. Cant 6,4.



c  sigue hace tach.



d corr. de convencido



e  sobre lín.



f corr. de deseoso



g  sobre lín.



h  corr. de a ella



i   corr. de ella



j  sobre lín.



3 Consumible.



k corr. de acabemos; sigue con tach.



l   sobre lín.



4 Cf. Gén 32,23-33.



m y escondiese sobre lín.



n  el-alma sobre lín.



o sigue de tach.



p sigue no cerarse ni juntarse sino tach.



q sigue ya la hallará tach.



r  sigue tinie tach.



s sigue y para que en este segundo estado en que tú, hija mía, buelves a tu casa tach.



t sigue sin estar tach.



u  ms. fuero



5 Cf. 2 Mac 1,19-22.



v  sobre lín.






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