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San Juan Bautista de la Concepción Obras I - S. Juan B. de la C. IntraText CT - Texto |
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CAPITULO 20 - En que se prosigue la propia materia del capítulo pasado, y se declara por exemplos qué sea verdadera resignación y igualdad de la voluntad ena sólo querer y no querer según la voluntad de Dios
1. Hemos dicho en el capítulo pasado cómo las cosas criadas, todas ellas con sus exemplos son cortas para descubrir dónde llega una resignación verdadera, por lo mucho que la voluntad ayudada de Dios se transmonta en el mismo Dios, donde estas cosas no pueden entrar ni llegar a señalar con el dedo lo que pesa y vale una voluntad vestida de Dios; y porque en ese viaje y camino se pierden de vista a quien tanto camina, como el que por la mar, alejándose de tierra, pierde un norte por quien se guía y descubre otrob; y tanbién porque en ese lugar el alma alcanza otra mayor luz, que añubla y escurece la sabiduría y cienciac que dan las cosas de la tierra.
No es esto dificultosod, que, como decimos acá, en cada tierra su usoe, y cada gallo canta en su muladar; y así, en la tierra, tierra, y en el cielo, cielo. Y estas cosas materiales, que con los ojos vemos y con las manos palpamos, hablen y den gritos acá abajo en estos muladares del mundo. Pero en el cielo y en Dios, donde se transmonta y transforma la voluntad, todos callen y aun la propia voluntad tenga silencio, y sólo hable y enseñe Dios. No se asombren las criaturas ni se desestimen por no gozar deste favor, y reconocer aquí su cortedad, que razón era que, siendo el alma esposa de tan grande Señor, hubiese ratos y lugares donde a solas y en secreto Dios y ellaf se descubriesen sus pensamientos y tuviesen sus dulces coloquios. Que, en fin, son sposo y esposa, y no es bien que, cuando en unión perfecta se juntan desnudándose la voluntad del querer y no querer, estas criaturas bajas gozasen y viesen eso, porque no era honra ni grandeza de tal esposo que su sposa desnuda pareciese o fuese vista de estas cosas acá abajo, que visten siempre tan a lo grosero.
No es mal exemplo el que desto nos da el Spíritu Sancto en los Cantares donde, habiendo dado particulares apodos a su esposa comparando [126v] las partes exteriores del cuerpo a cosas criadas visibles, halló en ella otras partes secretas interiores, que no era bien sujetarlas a cosas tan cortas y bajas como las que aquí se ven. Y así dijo, después de los apodos que eng muchos capítulos le da: Absque eo, quod intrinsecus latet1; lo dicho es -como si dijera- dejando aparte lo escondido de adentro.
Yo pienso que esto secreto y escondido es lo que vamos diciendo de la voluntad cuando se transmonta, aleja de sí y esconde en Dios.
Llamamos también en esotros capítulosh a todas las cosas luces y caminos que nos llevaban a Dios y que, como criados y escuderos, se quedaban a la puerta; y que, como luces cortas, quedaban enbargadas para enseñar a los que viven en estas tinieblas, sin tener licencia de entrar donde el alma ve y conoce en oscuro, después de se haber dejadoi a las spaldas los caminos que representaban esas mismas cosas. Que llano es que el que anda por un camino, atrás deja lo que pisa y pasa; y el que en tinieblas ve, las luces le estorban.
2. No hay que detenernos en esto, que ni las criaturas se agraviarán ni losj hombres se espantarán de que, en el lugar que decimos, la voluntad se esconda y transmonta, haga su peso sin añediduras de cosas bajas, porque allí de nada tiene necesidad para hacer contrapeso ni ajustar las balanzas, que en fil están tiniendo en la una el querer todok lo que Dios quiere y, en la otra, nada de lo que Dios no quiere; en la una, un sí que todo lo abraza y, en la otra, un no que todo lo niega. Acá abajo es donde apenas se cumple una medida y peso al justo, que no sea necesario para ajustar una voluntad echarle mill remedios y añediduras, pues apenas hallamos a un hombre contento sin que sea necesario darle algo de lo que acá abajo desea y quitarle algo de lo que aborrece. En fin, son pesos que se ajustan con güeso e ijada, cosas que al poner la mesa es necesario echarlas (como dicen) al perro. Pero en Dios, donde la voluntad hace sus medidas conforme sul querer y voluntadm, no hay pieza que desiguale ni medida de sín que pase la raya del no. Digo que allí es igual el querer y no querer. Y si, cuando la voluntad quiere, parece que sube y, cuando no quiere, parece que baja, advierta el hombre que en [127r] ese subir y bajar va el alma tan transmontada que no puede juzgar ni sabe si ésa es igualdad o desigualdad, porque el bajar en la casa de Dios y no querer nada, es subir y quererlo todo. Y así, las medidas por la una y otra parte están llenas y revertidas.
3. Bien pudiera yo poner un exemplo de esta igualdad de balanzas, cuando la una sube y la otra baja, sino que me temo no ha de ser de todos entendido. Fuerza ha de ser hacerse dificultoso que, subiendo por una parte la voluntad a querer y bajando por otra parte a no querer, las balanzas quedan en fil, por parecer son dos cosas contrarias querer y no querer, tener y no tener, subir y bajar. Será Dios servido se entienda el exemplo que yo ahora pondré; y, si no se entendiere, no ha menester exemplo el que lo hace, que bien sabe y conoce esta verdad.
Ahora pues, consideremos que, en el centro de la tierra y en medio destos globos y orbes celestiales, está la clavija de donde se cuelga un peso, y que la una balanza, por muy cargada, va hacia allá abajo, y la otra, por no tener nada, sube hacia acá arriba. Pregunto yo: si dende aquella parte donde está colgado el peso hay igual distancia por todas partes para el cielo, dondequiera que vaya cualquiera de las balanzas, es fuerza que esté en fil, en orden y respecto del cielo, porque la que vino haciao arriba se acercó y la que fue hacia abajo se acercó y entramas, estando con igual distancia, quedaron en fil.
¡Oh alma sancta! que de veras te desnudas de todas las cosas de la tierra y sólo quieres conformarte con la voluntad divina, nada tienes que te pueda dar pena: no cuando te alejas de ti y subes, que a Dios te acercas; no cuando te desvías de todo lo criado y te abates y abajas, que a Dios caminas. Arriba y abajo está Dios, así lo dice Davidp: Si ascendero in celum, tu ilic es; si descendero in infernum, ades2. Y san Pablo consideraba a Dios con tanta grandeza que, enllenándolo todo, por todas partes hallaba y consideraba a Dios a dextris et a sinistris, en la altura y profundidad3. Procura tú, alma devotaq, asirte en un centro y punto, que a cualquier [127v] parte que mirares, tengas a Dios por un igual y parejo, de suerte que la razón que tuvieres para querer lo que Dios quiere, ésa propia tengas para [no] querer lo que no quiere r, que por cualquier parte que eches toparás a Dioss, ora subas ora bajes, ora eches por la derecha ora por la izquierda. Procura tú que en estas balanzas nada entre que no sea Dios, porque te digo de verdad que, en el propio punto que llegue cualquier afición o mezcla, te descompondrá de suerte que no hagas peso bueno ni medida justa, hasta que sólo peses querer y no querer, ajustado por la voluntad de Dios.
4. Darte he un exemplo desta verdad. Alguna vez habrás visto pesar moneda. Suelen, para más presto hacer la cuenta, poner en una balanza dineros contados y, en la otra, lo ponen sin cuenta. Y en ajustándose las balanzas, hallan tanto en la una como en la otra. Y si no pueden ajustar el peso porque, quitando una pieza de plata, quitan mucho y, puniéndola, ponen mucho, luego echan un juicio muy cierto de que se entremetió algún cuarto u ochavillo que desconpuso el peso, porque aquello no puede faltar respecto de que toda aquella moneda sale del cuño ajustada.
Deme Dios, alma, cómo yo pueda este exemplo acommodarlo para que en él entiendas la verdad de las cosas que vamos diciendo. Cuando en la una balanza de la voluntad pone Dios el querer según lo que Su Majestad tiene determinado, ya envía y pone en esa balanza todas las cosas ajustadas, y no consiente siquiera la voluntad cosa que no vaya acuñada, señalada y conocida por suyat. En la otra balanza, estando ésta con moneda y cosas contadas, como decimos, por el querer de Dios, no ha menester contar lo que en la otra balanza pusiere, no quiriendo sino echar a montones, que al justo viene otro tanto por igual altura de balanzas de lo que se puso en la balanza del querer. Y si alguna cosa descompone el peso entre querer y no querer, no hay sino echar juicio cierto que algo de las cosas de la tierra se entremetió entre la moneda ajustada que Dios tenía puesto para que quisiere y no quisiere; no hay sino buscarlo y, como cosa baja, echarlo fuera. Que, quedando [128r] del todo y en todo la voluntad desnuda y resignada, que suba que baje, siempre estará en un igual y proporción, juzgándola Dios tan rica y vestida cuando no quiere por su amor como cuando quiere por su voluntad.
5. Bien pudiera poner otro exemplo (aunque algo parecido a éste) de lo propio que vamos diciendo, de suerte que no se te haga dificultoso, alma, la igualdad que en ti voy poniendo cuando te considero rica en el querer y pobre y resignada en el no querer. Y este exemplo se ha cuando el solu nace y sube por ese hemisferio arriba. Cuando los de esotras partes dicen "el sol se pone", digo yo "el sol nace", y cuando yo digo "el sol se pone", dicen otros "el sol nace". Y esto es de suerte que, siendo el mundo redondo, hay en él hombres que están siempre diciendo "el sol se pone" y siempre hay hombres que están diciendo "el sol nacev". Desta misma suerte el alma, que de veras está resignada en Dios, siempre mirándola por una parte está diciendo que quiere y, por otra parte, que no quiere, de suerte que parece que nace y se pone; y así es que siempre está naciendow y produciendo nuevos actos de la voluntad con que ama lo que siente ser voluntad de Dios, y siemprex se está remontando y como escondiendo y alejándose de todo lo que es afecto y voluntad de querer lo que no siente ser voluntad divina.
6. Paréceme que, sin pensar, hemos puesto exemplo en el cómo se hace esta resignación. Lo que yo arriba dije esy que exemplos yo no los hallaba que descubriesen dó llegaba la voluntad en ese camino, por lo mucho que se transmontaz, aleja y esconde en Dios. Que el saber cómo se hace y cómo a un mismo tiempo y con una mano puede subir y bajar, querer y no querer, exemplos hay y fácil es de entender; que bien vemos cuando uno saca agua de un pozo con dos cubos, que tirando de uno hacia arriba, tanta priesa como lleva en el subir tanta lleva el otro en el bajar, y con un propio movimiento sube uno y otro baja, haciendo la propia obra y servicio a su amo el que sube lleno y el que baja vacío, porque si uno sube a descargar el otro baja a enllenar. Y desta misma suerte, la voluntad que lleva [128v] una parte llena cuando, quiriendo, sube, hace el mismo servicio a Dios que cuando baja vacía, porque, llena, sube a vaciarse en Dios haciendo su voluntad y, cuando baja vacía, va a enllenarse de lo que Dios ordenare.
Tanbién pudiéramos poner exemplo en los árbores, en quien vemos el tiempo los viste y los desnuda, según el sol sube o baja en diferentes grados, considerando en sí un propio precio y valor cuando tiene fructa y cuando no la tiene, porque, cuando la tiene, está ya dispuesto a que de ella lo desnuden y, cuando no la tiene, está cercano a vestirse presto de ella. Según esto, fácil es de entender el modo de la perfecta resignación de querer y no querer; cómo en esta obra no engaña Dios a un alma cuando le da que quiera o no quiera, antes la enriquece, pues por todas partes y a todas manos le da nuevos granjeos y bienes. Lo que a esta alma todavía le queda abscondido, y para lo que no hallamos exemplos, es para saber y conocer los quilates y precio que tiene la moneda que en estas balanzas se pesa: él es trato con Dios y peso que Su Majestad recibe, él lo sabe y lo entiende. Tengamos nosotros, tanbién en eso, perfecta resignación, y no lo queramos saber, que a cuenta queda -como dicho dejamos- de quien pagará hasta los últimos quilates con gracia y gloria, etc., in secula seculoruma.
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a sigue que tach. b sigue y p tach. c sigue de tach. d corr. de difificultoso e sigue y en la tierra tierra, y en el cielo cielo, y en tach. f sigue alma tach. g sigue todos los o tach. 1 Cant 4,1.3. h también-capítulos sobre lín. i sigue los caminos a tach. j sigue os tach. k sobre lín. l sobre lín., en lín. el tach. m sigue de Dios tach. n de sí sobre lín. o sigue as tach. p al marg. vide 2 Sal 138,8. 3 Cf. Ef 3,17-19. q sigue que tu voluntad tach. r ms. quieres s sigue subien tach. t sigue estas tach. u sigue sube tach. v sigue hasta sí tach. w sigue con tach. x pre sobre lín. y sobre lín. z sigue y tach. a sigue espacio de siete lín. en blanco |
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