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San Juan Bautista de la Concepción
Obras I - S. Juan B. de la C.

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  • EL RECOGIMIENTO INTERIOR
      • CAPITULO 13 - De cómo al alma que ha llegado al tercer estado en el camino de la perfección, no alteran los trabajos y las incitaciones del mundo
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CAPITULO 13 - De cómo al alma que ha llegado al tercer estado en el camino de la perfección, no alteran los trabajos y las incitaciones del mundo

 

            1.         Este es el bien del que camina en la noche: que si quiere tornarse, de nada le sirven sus pisadas y señas que dejó atrás porque no las vido; y así siempre se ve obligado a ir delante. Esto tiene el que busca a Dios desembarazado de todo: que, como va solo y en tinieblas, nada ve que le perturbe, a nada atiende aunque le llamen, siempre va adelante; porque es como la palma, que aunque más la carguen nunca se inclina ni tuerce y, por muchas pedradas que le tiren para derribar el fructo, no lo alcanzan por su altura.


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            Son de esta manera los siervos de Dios en este tercer estado, cuando ya llegaron a tener y poseer a Dios por particular gracia de unión: que por muchos trabajos y cosas que se les ofrezcan, nada les enpece ni turba. Son como el sancto Job que dice: Etsi occiderit me, in ipso esperabo1; no enturbiarán mi esperanzaa los trabajos aunque lleguen a muerte. Son comob [73r] la mar en quien omnia flumina intrant et mare non redundat, como dice el Spíritu Sancto2; que entran tantos ríos, arroyos y lluvias, y jamás crece ni sobrepuja de suerte que pase la raya que Dios le tiene puesta. Porque, como dice Dios al sancto Job, la tiene puesta en cárcel y como a niño envuelto en pañales3, que no saca los brazos, juega con ellos o hiere a quien le hace mal.

 

            ¡Oh dichoso estado! ¡Oh justos bienaventurados que ya llegastesc a juntaros con Dios! Que, aunque es en este mundo, con tal junta y unión mar quedastes hechos en quien, aunque entren los trabajos y tribulaciones de todos los hombres y el cielo llueva inclemencias, mare non redundat, la mar no sale de sí a hacer mal. No se descomponen ni alteran porque los tiene Dios como en cárcel y como niños obedientes envueltos en pañales, de suerte que los dos brazos del entendimiento y voluntad los tienend ligados y atados al conocimiento y amor de aquel grande Dios que tienen y poseen, para que de allí no salgan a pensar ni hacer alguna cosa contra sus hermanos. Como otro sancto Job que dice, capítulo 31e: Pepigi fedus cum oculis meis ne cogitarem aliquid de virgine4.

 

            2.         Notable cosa que en todo el capítulo 30 va el sancto Job tratando y haciendo una como resumpta y summa de todos sus trabajos y tribulaciones, de que fuera largo hacer aquí fiel traslado, y luego en el capítulo treita y uno va tratando la fidelidad que con Dios habíe tenido y el concierto que habíe hecho para siquiera no pensar un pequeño mal. Si ambulavi in vanitate et festinavit in dolo pes meus, apendat me in statera justa, et sciat Deus sinplicitatem meam. Si declinabit gresus meus de via et si secutus est oculus meus cor meum et si in manibus meis adhesit macula, seram et alius comedat et progenies mea eradicetur5. Va en todo este capítulo el sancto Job echándose maldiciones y haciendo protestas si delinquió en la cosa más pequeña, aunque fuese dar un paso descaminado y fuera del sendero que Dios le tenía señalado. No pretende engañar en esto que habla. Peso y medida pide, en que se ajusten y pesen sus obras; que si algo de malicia les sobre, pagar quiere y castigo pide, pues dice que por pena recebirá, si en algo hubiere delinquido, que él siembre y otro coja y que su generación sea arrancada y desparecida de la tierra.

 

            ¡Oh varón justo y sancto, qué bien dice de ti el Spíritu Sancto que eres varón justo y recto!6 Bien pruebas [73v] el testimonio que de ti da Dios cuando el demonio quiere maliciar tu virtud, diciendo el mismo


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Dios que no haya otro varón semejante sobre la tierra7; pues después de tantos trabajos, que son innumerables, de vos dice el Spíritu Sancto que con vuestros labios, que son tan delgados como un papel, que se mueven y menean a todos vientos, no peccastes8. No me espancto que sois mar en quien entran los ríos y ella no sobrepuja o se levanta a hacer mal. Así lo preguntáis vos: Nunquidf ego mare sum, aut cete, quia circumdedisti me carcere?9 Parecen palabras dificultosas éstas y que tienen necesidad de explicación. Pregunta el sancto Jobg: ¿Por ventura soy yo, Señor, mar o ballena, que me habéis puesto en una cárcel? Para cuya inteligencia se ha de notar que las aguash del mar de su naturaleza tienen el ser vestido y cobertura de la tierra, pero Dios, para que diesen lugar a la habitación de los hombres y de los animales, les mandó que se recogiesen a un lugar. La cual maravilla la explica David ps.103i: Abissus sicut vestimentum amictus eius (scilicet terrae); super montes stabunt aquae. Ab increpacione tua fugient, a voce tonitrui tui formidabunt. Ascendunt montes et descendunt campi in locum quem fundasti eis10. Cubrían las aguas los montes y los camposj como si fueran su vestidura. Dioles Dios un grito y con grande ruido y estruendo huyeron a un lugar, y dejaron se pareciesen los montes y campos en el lugar que Dios les habíe dado. De esa misma suerte se hubo Dios con la ballena. Porque así como la mar sobrepuja a la tierra, esta bestia sobrepuja a los demás animales; el cual por ser tan grande y que no pudiese hacer a mal a los que por brazos y mares strechas navegasen, la encerró Dios en el mar occéano. Pues viendo el sancto Job lo que Dios habíe hecho con él y cómo le habíe atado las manos para que no hiciese mal ni aunk cogitarem aliquid de virgine11 -que ni pensase una cosa pequeña ni diese un paso desconcertado-, dice: Nunquid mare ego sum, aut cete, quia circumdedisti me carcere? ¿Soy yo mar o ballena que me habéis encarcelado? Sin falta -como si dijera- debiera yo de ser algún mal hombre que, libre, había de anegar el mundo o, como ballena, inpedir y detener los que por él navegan, pues como marl me habéis encarcelado y metido en brete de tantos trabajos y, como a ballena, en el mar occéano de tantas adversidades.

 

            3.         Pues esto que Dios hizo en el sancto Job en los trabajos o lo que él cuenta que en sí hicieron las [74r] adversidades, eso hace con el justo y varón perfecto la unión y junta que alcanza y tiene con Dios cuando en este estado perfecto se hace una misma cosa. Antes de llegar ahí, el hombre de suyo es una mar de pensamientos que de su naturaleza después del peccado quedaron desordenados para cubrir y anegar la tierra y aun el cielo si pudieran, quiriéndose hacer dioses y alzarse con todo. Son como ballenas que se tragan a losm menos poderosos, como


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ballena que ensarta sardinas. Pues ¿qué hace Dios por su misericordia e infinita bondad? Da un griton y voz interior al hombre, cuando en los dos estados primeros está dispuesto para oírlo, que se recoja adentro, que vuelva sobre sí. ¡Oh buen Dios, y quién pudiera decir el ruido y corriente que llevan todas las cosas que en el hombre hay a recogerse a un lugar, cuando Dios lo llama con veras y él lo escucha y oye en verdad! Allá van los ojos, de suerte que quien con ellos juzgaba cosas muy pequeñas, ya no ve las grandes, porque [por] la fuerza de los ojos interiores y contemplación del entendimiento todo lo de afuera quedó obscuro. Allá van las locuciones y palabras con su Dios que tanto deseaba. Allí se juntano todos los sentidos y potencias, cumpliéndose en el alma del justo lo que Esaías dice: Levabit signum in nacionibus et congregabit dispersos in Israel12. Esta bandera que en esta alma se levanta es Cristo, a quien por particular gracia un alma se une y junta; y en el punto que los sentidos y potencias ven levantada esta bandera, estando hasta entonces disperdiciados, estendidos y ocupados en estas cosas exteriores, se recogen y entran adentro, según tanbién aquello que Cristo dice por san [Lucas]: Ubi fuerit corpus, illic congregabuntur et aquilae13.

 

            4.         Adonde podremos entender por "cuerpo" a Cristop, Dios hombre verdadero, en cuya comparación todas las cosas de la tierra no son cuerpo sino sombras e imaginaciones. Pues los sentidos, que en el hombre andan hechos águilas montaracesq y aves de rapiña, cuando siente que ya Dios está en el alma, con grande priesa se juntan y recogen a gozar aquel bien que allí se les entriega. De manera que el justo, cuando tiene a Dios, queda recogido, estrechado y abreviado [74v] como la mar en un lugar y como la ballena en el occéano, para que de r allí no salga a hacer ni pensar mal contra su próximo y hermano, aunque en él entren los ríos, avenidas y trabajos del mundo. La razón es porque es mar recogida en un lugar y ballena en el mar occéano y justo puesto en cárcel. Tal lugar y mar nos Dios, donde nos recojamos ys encarcelemos, pues son prisiones divinas y soberanas, cárceles de amor, cárcel y estrechura en Dios, captiverio y esclavonía para no hacer más de lo que Dios quisiere. ¡Oh dichosas almas que aquí llegáist!, que sois mar puesta en un lugar ya determinado; que si con vuestras olas y pensamientos subís hasta el cielo, ya parece no tenéis licencia de os estender por la tierra. Tenéis licencia de subir arriba como las olas de la mar, pero no de estenderos por la tierra como los ríos queu aún no llegaron a ella.

 

            5.         Tengan lástima todos los hombres de los que aún no llegaron a ese estado y lugar, sino que aún se están hechos arroyuelos sobre la haz de la tierra y charquillos en los valles, que aún no han recebido


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cuatro gotas de agua y ya están tan pujantes que parece quieren asolar el mundo con sus aguas turbias y cenagosas. ¡Oh miseria grande de los hombres que aún no merecieron llegar allí! ¡Qué presto se les enturbia su paciencia y se alborota su conciencia! Con cuatro trabajitos se encolerizan y levantan contra quien habló contra ellos; de suerte que no sólo tuercen sus pensamientosv y desencaminan sus pasos, pero pierden pie sin saber hacia dónde corren, solosw, como los ríos, dejándose llevar de su sensualidad y desordenados apetitos agua abajo. Ojalá fuera este ir agua abajo abajar nuestro gargox, soberbia y presumción, ira y cólera, humillándonos y abajándonosy hasta llegar a esta mar profunda de quien vamos hablando, que non redundat, que no sobrepuja la tierraz.

 

 

 

 

 




1 Job 13,15.



a  sigue pal. tach.



b sigue el avestruz tach.



2 Ecl 1,7.



3 Cf. Job 38,8-10.



c  ms. llegastas



d sigue como tach.



e  capítulo 31 al marg.



4 Job 31,1.



5 Job 31,5-8.



6 Cf. Job 1,1; 2,3.



7 Cf. Job 1,8; 2,3.



8 Cf. Job 1,22; 2,10.



f  ms. nunquit



9 Job 7,12.



g  al marg. Job 7



h ms. agual



i   ms. 203



10           Sal 103,6-8.



j  sigue vestían los tach.



k sigue pensase tach.



11           Job 31,1.



l   sigue pal. tach.



m sigue demás tach.



n ms. gruto



o ms. guntan



12           Is 11,12: "Et levabit signum in nationes, et congregabit profugos Israel...".



13           Lc 17,37.



p sigue pal. tach.



q sobre lín.



r  sigue allí tach.



s  sigue síl. tach.



t  ms. llegas



u  rep.



v sigue p tach.



w ms. solo



x  ms. cargo



y  ms. aabajándonos



z  al marg. aquí se divida este capítulo






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