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CAPITULO 18
- En que se prosigue la misma materiaa
1. ¡Qué
bien dijo el Spíritu Sancto tratando del justo en [la Sabiduría]: Justum
deducxit Dominus per vias rectas, et ostendit illi regnum Dei et dedit illi
scienciam sanctorum et honestavit illum in laboribus et complevit labores
illius!1 Llevó -dice- Dios al justo por caminos derechos, porque el
camino más derecho es el de los trabajos, que el de los gustos y regalos es
camino torcido y de rodeo. Dice más, que le mostró el reino de Dios.
Eso tieneb el que va a
alguna parte por camino derecho: que ve dónde va. Pero elc que va por
rodeos y caminos torcidos, no puede ver el pueblo o ciudad donde camina, porque
todo aquello que tuerce
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todo eso la
deja a las espaldas. El justo que va por este camino de los trabajos, en ellos
ve el reino del cielo que así se lo tiene prometido Cristo2. Y el que deste camino
se desvía y se tuerce, todo eso que se aparta de los trabajos deja a las
espaldas el cielo.
2. Dice más, que honestavit illum in
laboribus, que lo honró Dios en los trabajos, porque los trabajos de los justos
son trabajos honrados. Los demás, que viven en el mundo, son ganapanes del
propio mundo que los carga con pesos y cargas infames cond que el alma
queda manchada. Pero el justo, si va cargado, es ganapán de Dios, que por
premio y paga de su carga le dan el cielo, y es carga honrada la cruz de
Cristo. Y si acá un
hombre no tiene por afrenta andar cargado de dineros, antes se tiene por rico y
honrado, cuánta mayor razón hay para que se tenga por honrado el que lleva por
carga la cruz que el mismo Cristo puso sobre sus espaldas, que no es dinero,
oro ni plata [84v] sino cielo y gloria.
3. Dice más el Spíritu Sancto del justo:
que complevit labores illius, que cumple Dios los trabajos de los justos, que
es decir que tienen fin, que acaban. Como acá un criado que sirve a un amo: cuando sale de su casa dice
que cumple, porque se concertó para servirle por uno o dos años. Esto hacen los
trabajos en casa del justo: que entran por tiempo a servirle de criados y a
granjearle hacienda; y estos trabajos cumplen, que no duran para siempre jamás;
y cuando más duran, duran hasta la muerte y entonces se van, porque iam non
erit amplius neque luctus neque clamor, quia priora transierunt3. Pero
en casa del peccador no cumplen los trabajos porque son perpetuos y eternos y,
si se tardan en entrar en su casa, nunca tienen fin para salir.
Complevit labores
illius; diole trabajos cumplidos. Como el que hace acá un vestido cumplido,
ancho y largo, que no ha menester echarle ensanchas porque le cubre de pies a
cabeza. Y cuando Dios envía trabajos a los justos es así, que son trabajos
cumplidos, porque por todas partes los abrazan, sin que en ellos haya cosa que
huelgue ni que sea menester remendarlos ni que los hombres les echen
añadiduras, porque Dios tiene cuidado de dárselos cumplidos. Por no ser tan
anchos y cumplidos los que tienen los peccadores, andan en ellos apretados y
comprimidose. Complevit labores illius: quiere decir que al justo, como
Dios lo ama tanto y le dio tan grande amor suyo, enllenóle las medidas y
cumplióle los deseos que tenía de padecer por su amor. Complevit labores illius:
quiere decir que fueron trabajos no vanos ni vacíos como son los de los malos,
sino trabajos llenos; que, si trabajáis en quebrantarlos, como el que parte la
nuezf, halla y saca de dentro el núcleo o tuétanog con que se
sustenta; pero el malo trabaja y dentro de esos trabajos no halla nada.
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4. Y si tanto bien tienen estos trabajos y
mortificaciones, paciencia, paciencia, vengan por donde vinieren, vengan de
cerca o vengan de lejos, vengan de las manos de Dios o de las manos de los
hombres, vengan de los padres espirituales porque mortifican o, porque no
sabiendo regir y gobernar un alma, la penan, afligen y trabajan. Que no sin
particular acuerdo del Spíritu Sanctoh Job llamó a los trabajos saetas:
Quia sagitae Domini in me sunt, quarum indignacio ebibit spiritum
meum4. La saeta se diferencia de esotras armas [en] que las demás hacen
el golpe de cerca, como el cuchillo, la espada y la lanza, pero la saeta viene
de lejos, que os sentís herido sin saber qué brazo os tiró y dio el golpe. Hay
trabajos que los recebimos como golpe de cuchillo o de espada, y vemos quién
nos hiere y por qué nos castigan; pero otras veces nos veremos heridos y
penados [85r] sin saber de dónde viene el golpe y de dónde salió el tiro, porque
el brazo que envió la saeta está lejos y escondido, que es Dios, el cual suele
muchas veces penar y afligir por manos de maestros y padres spirituales que no
saben lo que se hacen, para que los refiramos y atribuyamos a Dios. Y siendo
éstos los trabajos más penosos por verlos errados, no debemos tanpoco
desconsolarnos en ellos pues, no hallándoles causa en la tierra, los hemos de
referir a Dios como propio autor, quiriendo con esos trabajos que a nosotros
nos parecen descaminados encaminar algunos yerros secretos nuestros que, si al
presente no son, antes fueron y no fueron corregidos, enmendados y purgados.
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