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San Juan Bautista de la Concepción
Obras I - S. Juan B. de la C.

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  • EL RECOGIMIENTO INTERIOR
      • CAPITULO 41 - Cómo el Spíritu Sancto nos reprehende con la sabiduría de animalejos bajos nuestra ignorancia acerca del no guardar recogimiento. Y de los males y bienes que están encerrados en andar un alma dentro o fuera de sí propia
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CAPITULO 41 - Cómo el Spíritu Sancto nos reprehende con la sabiduría de animalejos bajos nuestra ignorancia acerca del no guardar recogimientoa. Y de los males y bienes que están encerrados en andar un alma dentro o fuera de sí propia

 

            1.         No olvidó el Spíritu Sancto de apoyar y confirmar esta doctrina que vamos diciendo. En los Proverbios, en el capítulo 30, n.26, dice: Quatuor sunt minima terrae, et ipsa sunt sapienciora sapientibus: formicae, populus infirmus, qui preparat in messe cibum sibi; lepusculus, plebs invalida, qui colocat in petra cubile suum; regem locusta non habet, et egreditur universa per turmas suas; stelio manibus nititur, et moratur in aedibus regis1. Cuatro animalejos, dice Salamón, hallo que son los más bajos y desechados de la tierra, los cuales son más sabios que los sabios del mundo, que pueden leer cátreda (como si dijera) a los más doctos y bachilleres. El uno es la hormiga, que rompe la tierra y hace bóvedas y aposentos en lo cóncavo de ella y los enllena y provee, como el labrador discreto sus alholíes, de trigo y mantenimiento necesariob en el verano. El segundoc animal es la lebrecilla flaca, que sube y elige aposento en la encumbrada peña. El tercero es la langosta, que no tiene rey que la enseñe y sale hecha escuadrones y ejército y toda junta marcha y camina. El cuartod animalillo


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es una sabandijuela que llamamos salamanquesa, que no tiene alas sino que, trepando con sus manecillas, tiene su casa y morada no doquiera sino en casa de los príncipes y reyes.

 

            No viene fuera de propósito esta confirmación de la lección que en el capítulo pasado nos leía la naturaleza prudente en los animales rústicos. Más sabios, dice Salamón, son estos pequeños y desechados animalillos que los que en el mundo se estiman por prudentes y discretos, pues vemos que éstos, hechos cigarras y pajarillos parleros, pasan su vida andándose a la flor del berro, enpinándose y encumbrándose sobre los arbolillos, matas y flores, chirlando y cantando, haciendo fiesta al tiempo y festejando los buenos días y serenas noches. Los cuales, si fueran discretos, debían aprender de las hormigas, haciendo dentro de sí aposento y troxes donde con [144r] tiempo encerrasen provisión spirituale que les sirviese def sustento cuando en el inviernog de los trabajos y tribulaciones se viesen obligados a vivir dentro de sí; imitando a las lebrecillas y conejuelos, que, apercibiéndose para su flaqueza, ponen sus nidos y camas en las scondidas piedras, donde sus contrarios con facilidad no las puedan sacar de rastro; y no menos siguiendo las pisadas de las sabandijuelas, que con sólo el trabajo de sus manos, sin otras alas, se entran en las casas de los reyes.

 

            2.         No es de menos valor el alma de un justo, pues dice el Spíritu Sancto que es silla y asiento de la sabiduría de Dios2. Esa es casa real y cielo de gloria que alaba a Dios, según lo que dice David tratando de los scogidos: que son cielos que glorifican a Dios3. Esta casa y esta morada no se debe trocar por todas las que el mundo tiene, aunque estén vestidas de cuantas riquezas posee; sino, con los pies y manos que Dios le diere, que es su gracia y ayuda, procure vivir en sí retirado y recogido. Que de príncipes y reyes es no ser demasiado de común de las personas ordinarias. Muy por jubileos lo ven y tratan aun las personas que lo buscan; qué fea cosa fuera un príncipe que tiene ricos y hermosos palacios andar entretenido y pasando tiempo en las casas viles de los tahúres y jugadores, en las tabernas y caballerizas de los mesones.

 

            Dime, alma, en quien Dios edificó y puso tales moradas, tales edificios y casa real como dentro de ti tienes, ¿cómo no te afrentas siendo de casta y casa real, pues tan a boca llena san Juan te llama hijo de Dios, nacido no por carne ni sangre sino por gracia y misericordiah suya4, de andar y vivir en estas viles y bajas caballerizas de la tierra pisada y acoceada de tus propios enemigos? ¿Por qué no abres los ojos y miras ubi nunci postrata sis, como dice Dios por el propheta [David] a su pueblo, y donde conculcaverunt te inimici tui5, y te entras en compañía de Dios que dentro de tu alma te aguarda?


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            3.         Notó Cayetano sobre aquellas palabras del Génesis, capítulo 2, donde dice la Scritura que, habiendo Dios de formar a Eva, tulit una de costis eius et edificavit eam in mulierem; que le quitó Dios a Adán una de sus costillas y de ella edificó mujer para Adán. Notad -dice este autor grave- que no dice: "formó" o "crió" o "hizo" de ella una mujer, como dicej la Scritura de las demás obras que Dios habíe hecho, sino "edificó", que es propio de las casas, para darle a entender a la mujer que, para [144v] ser quien debe y guardar la honra y gravedad de su marido, ha de ser casera y ha de traer consigo pegada, asida y edificada la casa donde siempre ha de estar recogida6. Pues, si a la que ha de ser mujer de un hombre y esposa de otro igual le dan y hacen casa en que siempre y en cualquier tiempo esté recogida, ¿qué hemos de decir del alma del justo, esposa del mismok Dios, hermana querida y compañera de Cristo?

 

            4.         Y aun por eso el Spíritu Sancto llamó a estal alma, figurada en la esposa de quien trata en los Cantares, "güerto cerrado" y "fuente sellada"7. En esto se diferencia la comida y bebidam de los reyes a la de la gente ordinaria: que aquella va tapada y guardada llevando consigo mayordomos, maestresalas y alabarderos, y la comida de la gente común se da sin recato ni cuidado alguno. En el "güerto" y en la "fuente" dio allí a entender el Spíritu Sancto que el alma del justo es comida entera para Dios, pues es güerto de fructa y agua de fuente. En pedir sea cerrado y sellado pide grande cuenta en que, como comida y bebida de príncipe y rey, se cierre y selle tapándose y encubriéndose a todas las criaturas del mundo, de quien puede caer polvo o alguna inmundicia que cause asco al que le hubiera de comer.

 

            5.         La misma razón lo pide. ¿Qué labrador hubiera en el mundo que, tiniendo un cercado de ricas uvas y fructas y una fuente de agua muy dulce, tuviese lo uno y lo otro abierto y patente para todos cuantos van y vienen? Bueno fuera que del jardín sólo gozara el amo la sobra y rebusca que dejaban los estraños y que bebiera el agua en que se revolcaban los lechones y pisaban las bestias. Mayor mal tiene un alma sin guarda y recogimiento, pues no sólo en ella entra quien la destruye y roba su hermosura, enturbia y encenaga su pureza, sino que ella propia por las puertas que tiene patentes y portillos de sus sentidosn como ramera, se sale de casa y ella propia convida a las criaturas que de ella no se acuerdan, ella propia se hace pregonera, ventera y tabernera de los bienes que los otros no conocen. La paga que de todo lleva es ignominia y afrenta, la que le queda al árbor a quien apedrean y


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apalean para quitarle la fructa y lo que le queda a la fuente de quien bebe la bestia, que lo primero la pisa y enturbia.

 

            6.         Y si queremos saber el premio y paga que trairemos fuera de este recogimiento interior que tanto le inporta al verdadero religioso, consideremos la salida que hizo Dinao, hija de Jacob y hermana de doce patriarcas, [145r] cuando salió a pasearse por las plazas y calles de Siquén, cuán perdida y estragada tornó a su casa8. No pongamos exemplo en ella sino en la esposa de quien tantas veces hemos hablado: que saliendo de su recogimiento a buscar a su esposo, encendida y abrasada con un amor divino y celestial, torna sin manto y herida y sin topar quien le nuevas del que tanto su alma ama. ¿Qué tienes tú que aguardar que sales de ti propio no lleno de amor sino de tibieza y flojedad, y no buscas al que debe amar tu alma sino al que con veras debe aborrecer? Si la que de su persona tiene tanto cuidado que, cuando más descuidada está, dice que durmiendo ella vela su corazón y cuando más vela vuelve a su casa despojada de las guardas9, ¿qué puede aguardar quien en su comparación cuando más vela duerme? ¡Oh si un alma, cuandop después de estos paseos y divertimientos fuera de sí torna a sí, se mirase! ¡Cómo se vería desnuda y despojada del adorno de las virtudes y aun herida de ignominia y afrenta de los agravios que todas las criaturas han hecho a su alma, esposa de Cristo!

 

            7.         Por eso pide Dios por el propheta [Ezequiel] a su pueblo, que apartándose de él dioq en casa de los dioses de madera y ídolos de palo, que se mire r: Vide quod nuda sis10; mírate a ti propia y verás cómo te hallas desnuda. ¿Qué le podían dar dioses tan pobres, que ellos han menester con qué cubrirse, sino quitarles lo que tienen encima? Porque todos ellos son como la zarza y cambrón, de quien dice la Scritura en el libro de los Jueces que él sólo quiso aceptar a ser rey y señor entre todos los árbores11. Pues id al cambrón que os favorezca, y lo que llevaréis será que os quitará de los hombros el vestido que lleváredes y os sacará la sangre de las venas.

 

            Esto hacen todas las criaturas fuera de Dios: que su pobreza es tanta que, cuando salimos de entre ellas, es fuerza dejar en ellas el adorno y vestido que antes cubría nuestra desnudez; y aun quiera Dios no nos saquen de las entrañass la sangre que ahí tenemos de Cristo, dejando la fee y lealtad que a un sólo Dios tenemos, dándoselo a quien no lo merecet, que eso es propiamente idolatrar aunque disimuladamente. Cuánto mejor es y de mayor consideración tratar con Dios, que es rico y tanto que, no tiniendo [145v] él necesidad de nuestros bienes, abre su mano y enllena todo animal de mill bendiciones12; y es el que, a poca costa y sin sacar nada de su casa ni menoscabar su hacienda,


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viste de particular hermosura a los lirios y flores del campo y sustenta las aves del cielo13.

 

            8.         Todo esto lo hallaremos dentro de nosotros propios, si ahí lo queremos buscar, porque mientras en este mundo vivimos nos puso Dios dentro de este cuerpo como en cárcel y en clausura. Así lo dice David: Educ de custodia animam meam14; deseaba que lo sacasen de aquella estrechura donde se veía obligado a vivir. Y san Pablo dijo: Cupio disolvi et esse cum Christo15; donde al cuerpo lo llamó brete y cadena. Pues pregunto yo: si un juez tuviese a un hombre preso y fuese a visita de cárcel donde se hacen los favores y mercedes y hallasen que el preso se había ido a pasear fuera de la cárcel, quedaríe infaliblemente privado de esos bienes. Los cuales no se dan sino al alma que de veras está en clausura y recogimiento, como ahora lo veremos, siendo Dios servido, en este capítulo que viene.




a  acerca-recogimiento sobre lín.



1 Prov 30,24-28.



b sobre lín.



c  sigue es tach.



d ms. cualto



e  sigue quando tach.



f  rep.



g  sigue se tach.



2 Cf. Prov 14,33: "In corde prudentis requiescit sapientia".



3 Cf. Sal 18,2: "Caeli enarrant gloriam Dei".



h  sigue de Dios tach.



4 Cf. Jn 1,13; 1 Jn 3,1-2.



i   ms. nuc



5 Sal 55,3: "Conculcaverunt me inimici mei tota die".



j  sigue da tach.



6 "Aedificatio costae in mulierem, ex ipsa metaphora aedificationis significat mulierem ad hoc fieri, ut sit aedificium hominis; ut sit velut domus fovens hominem in hominis initio" (DE VIO CAIETANUS, T., Opera omnia quotquot in Sacrae Scripturae expositionem reperiuntur, Lugduni 1639, I, 23).



k sigue Cristo tach.



l   sigue esposa tach.



7 Cant 4,12.



m y bebida sobre lín.



n  ms. sentido



o sigue hermana de tach.



8 Cf. Gén 34,1ss.



9 Cf. Cant 5,2.7.



p ms. cuand



q corr.



r  que se mire sobre lín.



10           Cf. Ez 16,7.22.



11           Jue 9,14-15.



s  sigue sobre lín. los méritos de tach.



t  ms. mere



12           Cf. Sal 144,16.



13           Cf. Mt 6,26-28.



14           Sal 141,8.



15           Flp 1,23.






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