Índice: General - Obra | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText
San Juan Bautista de la Concepción
Obras II – S. Juan B. de la C.

IntraText CT - Texto
Anterior - Siguiente

Pulse aquí para desactivar los vínculos a las concordancias

- 282 -


CAPITULO 34 LA VIDA DEL HERMANO FR. PEDRO DE JESÚS a

 

            Aquí hay ahora bien que notar la muerte, en este suceso, de nuestro bienaventurado b Fr. Pedro de Jesús, que tal le podré llamar por haber consumado en breve c muchos y largos tiempos 1, granjeando en pocos meses lo que apenas pueden rastrear d varones fuertes. Y para que se vea en aquella ocasión quería ya Dios esta Religión le diese algunas premicias, que ya era razón, pues tanto cultivaba en esta nueva viña, se le diese algún fructo que lo entretuviese hasta los colmados que Su Majestad después había de coger, será bien, antes de tratar de su muerte, tratar de su vida.

 


- 283 -


1.            Ingreso en la reforma

 

            Este hermano era natural de e Fuente El Encina, siete u ocho leguas de Alcalá de Henares. En el siglo se llamaba Pedro de 2... Era hijo de padres humildes, aunque en su officio de sastres honrados; y pienso yo que nobles, que desto poco estoy informado. Este hermano vino a tomar el hábito f con otro su compañero g, que está vivo 3, en tiempo que andaban los pleitos con todos los frailes de la orden, así calzados como descalzos. No reparó que no había más de dos frailes del hábito 4 y ningún convento. Que Dios, que lo quería para sí en esta su Religión, o no le dio lugar a discurrir las dificultades que traía consigo tomar hábito de una religión que aún no era —y, para ser, se habían de pasar grandes trabajos; y, siendo tan pocos los frailes, que él era el tercero, le había de caber buena parte de ellos—; y si discurrió y consideró esto, fue muy cierto [235r] que Dios le dio luz h y conocimiento del bien que estaba encerrado en el padecer entre los primeros. Porque de otra manera es dificultoso de entender que un hombre tan mozo se echase y arrojase a nado a una religión o reforma nueva, que no se le conocía suelo ni solar.

            El tendría cosa de diez y ocho o diez y nueve años. Que quiero i, según mejor me acordare, pintarle su persona por si acaso en algún tiempo quisieren retratarlo. En el cuerpo era dispuesto y abultado, la cabeza proporcionada según su persona. Era blanco y colorado, la frente ancha, los ojos pienso que zarcos; la boca un poco grande, el labio de abajo algo befo j y mayor que el de arriba.

 

2.         Vida angelical

 

            Este hermano, dende el punto que entró en Valdepeñas 5, se dio a grande oración y hizo particular entriego de su persona a Dios 6: una humildad profundíssima, obediencia grande y una charidad encendida. ¿Cosas en particular? En él todas las que hacía lo eran por obrarlas con un alma, voluntad y entrañas tan de Dios, de suerte que, sin hablarle ni tratarle, se le conocía tenerlo Dios para sí k. Traía y tenía una alegría y risa espiritual en las cosas más dificultosas que a todos enamoraba. Y esto era de suerte que, siendo su officio enfermero, muchas veces el médico se me quedaba abobado con el enfermero; y si venía


- 284 -


una vez por el enfermo, dos venía por el enfermero; y su despedida era venirse por do yo estaba y decirme: —¡Oh, este enfermero, padre! Y esto cada día, que le parecía no cumplía con su conciencia si no venía a mí a decirme del enfermero.

            Y en las ocasiones que arriba dejo dichas de los muchos enfermos, sucedíale estarse con ellos curándolos y haciéndoles las camas y, después de este cansancio, venía a mí y me decía: —Hermano, ¿quiere que me vaya hasta la mañana con el Sanctíssimo Sacramento? Después de cansado, allí eran sus fiestas y sus entretenimientos y descansos. Y diciéndole yo: —Hermano, ¿no bastará una hora o dos?, respondía: —Si su charidad quiere, hasta la mañana. Y viendo que aquél era don del cielo, o que no era hombre sino ángel, callaba y decíale: —Vaya, hermano.

            Que lo que a mí más [235v] me admiraba es que en la vida activa y contemplativa me parece obraba como agente natural, sin temor, miedo ni pesadumbre, sino con notable facilidad. Si se ponía a curar los enfermos, parece había nacido para aquello y le había dado Dios amor y ternura de enfermera. Si penitencias, parecía que sobre su cabeza había puesto Dios los peccados del mundo para llorarlos y sentirlos. Si se ponía a rezar o contemplar, parecía ángel en la estabilidad; en lo l próspero y adverso, uniforme y con igualdad de ánimo.

            Vino a mí un día a pedirme licencia para lavar el hábito, y yo díjele, por le mortificar, que era muy curioso y que juntase todos los candiles y los limpiase con el hábito. Hízolo m así, que parecía ya se había lavado y vestido de boda. Otra vez pidió licencia para que otro hermano le diese una disciplina. Dije yo a un hermano donado que se la diese. O el demonio le quiso probar su sufrimiento o el n donado estaba o medio alocado: levantó la mano con unas sordillas y enpezóle a dar tan crueles azotes, que no , si fuera vivo, si se le duraran las señales; porque cierto en una pared hubiera yo lástima de dar de aquella manera. Acudí presto a que lo dejase, aunque, por presto, ya estaba señalado. Levantóse con tanta serenidad como si se levantara con benedicite y licencia para cenar.

 

3.            Aparición de la Virgen

 

            Ahora, llegándose el tiempo p en que Dios le había de pagar y su Madre agradecer la piedad y ánimo amoroso que con los enfermos tenía q, danle unas recias calenturas que le abrasaban las entrañas. Era tan sufrido en la sed que, pidiendo licencia para beber, con sólo decirle r: «Súfralo, hijo, por amor de Dios», esto bastaba. Que hoy en día es y tengo lástima de algún rigor que en esto tenía, movido del deseo que tenía que viviese. Porque veía, y ahora lo siento, la sed tan insufrible que tenía, que me da una notable pena ver que a un alma tan sancta


- 285 -


la hiciese yo padecer de aquella manera, porque la lengua más era corcha o palo que otra cosa.

            Ahora, pues, estando desta manera con estas calenturas, afligido y cansado, a los otros hermanos que estaban algo convalecientes diome gana una tarde [236r] de llevarlos al campo y llevarles de merendar para que se holgasen. Y, con el cuidado de los que llevaba, a mí no se me acordó del enfermo ni de dejarlo encomendado a nadie s, aunque Dios y su bendita Madre no lo tenían olvidado.

            Cuando yo vine, voy a su celda y, preguntándole cómo estaba, me dijo: —Hermano, siéntese y le contaré lo que me pasa. Mientras sus charidades [estaban] en su fiesta, yo parece que, viéndome solo y muy cansado en esta cama, vínome gana de que viniera un religioso a hacerme esta cama para descansar un poco. En un momento, como enpecé a tener aquella gana, entró t por esta puerta la Madre de Dios y me levantó y hizo mi cama, y me tornó a acostar y se fue. Díjele yo: —Pues ¿qué le dijo, hermano? Respondió: —Nada, porque, en el instante que entró, de sólo mirarla me quedé atónito y embelesado. —Pues ¿qué le dejó?, le dije. —Nada, respondió, sólo que me ha remojado la boca; y, cuando lo digo, se me humedece y luego se seca. Hícele algunas preguntas para enterarme no hubiese sido fiebre o sueño. Y con sus respuestas u a mí quitó cualquier duda que pudiera tener.

            Este hermano estaba así enfermo la noche que entró aquella buena gente a apoderarse del convento 7. Cuando ellos me cogieron, yo estaba tabique en medio de su celda, donde oía y entendía todo lo que pasaba. Y aquella noche le fueron a tomar juramento de que no iría contra ellos. Y no les pidió más de una condición: que no deshiciesen la Religión. Este hermano con su enfermedad, necesariamente le habíe de afligir un desorden como aquél.

 

4.         Santa muerte

 

            A la tarde, otro día, después de haber sucedido tantos disparates como arriba queda dicho que hicieron, yo fui a verlo y consolarlo. El, cuando me vido entrar por su celda, arrójase de la cama a mí y, cogiéndome las manos, como si [236v] ellas fueran buenas, me las besaba y parece quería comer, sólo porque las hubiesen atado por la defensa de mis hermanos. Y besándolas decía: —¡Ya estoy bueno, ya estoy bueno! Y así lo debiera de estar, porque, dentro de media hora, diciendo requiebros a la Madre de Dios, se nos quedó como un pajarico, o por v mejor decir, como un ángel, habiendo recebido los sacramentos y dádole allí la profesión y ganado la indulgencia de su escapulario. Se


- 286 -


fue a gozar de los premios que Dios acostumbra a dar a los que en la tierra, viviendo en carne, son más ángeles que hombres. Y yo vivo con particular confianza nos está ayudando dende allá.

            A su entierro se le hizo la mayor fiesta que pudimos, aunque mayor sería la del cielo, por ser el primero reformado y nuevo profeso en hábito y regla, que necesariamente le había de dar a Dios particular gusto. Y, cuando él tuviera algo que purgar o limpiar en el purgatorio, esto es el previlegio que tiene la fructa nueva: que no se repara ponerla en la mesa del grande y del rey tan sazonada y madura y aun con su cáscara; y así da gusto y se precia y estima y aun suele valer mucho más que la muy sazonada cuando hay mucha. Aunque cierto no creo que se podrá decir de nuestro hermano no estar, aunque en poco tiempo, bien sazonado, pues el amor tan grande que él tenía, que así le hizo caminar, ése en breve tiempo le haría consumar y acabar lo que otros en mucho. Téngale Dios allá, donde todos sus hermanos le gocemos por los siglos. Amén.

            Este hermano, después de muerto, se le apareció al primer religioso que después dél moría, en compañía de Cristo 8. Y, sin le haber visto en su vida, lo conoció y le daba voces diciendo: ¡Aguárdame, hermano!; ¡aguárdame, hermano! Al cabo de w algunos días, desenterrando para lo mudar a otra iglesia, fue tanto el olor que de sus güesos salía, que se pelearon por ellos, guardándolos para reliquias. Y viendo lo que pasaba, no lo trataron como a difunto, sino como a sancto 9, cantándole el benedicite y haciéndole fiesta x.

 

 




a            título del autor al marg.



b            tach. y sust. por V. de 2m.



c            sigue tiemp tach.



1         Cf. Sab 4,13.



d            corr. de arrastrear

 



e            rep.



2         El apellido es aún desconocido. Las crónicas de la descalcez no aportan ulteriores datos sobre este religioso. En Breve noticia, p.1, no se lee más que era de Fuente la Encina, tomó el hábito el 8III1600 y profesó el 1IV1601, pero este último dato es erróneo ya que Fr. Pedro murió a primeros de noviembre del año anterior.



f             sigue en tiem tach.



g            al marg. nuestro P. Francisco de los Angeles de 2m., en parte bajo un borrón de tinta



3         Francisco de los Angeles. Cf. supra c.31.



4         Juan Bautista de la Concepción y Clemente de Santa María.



h            sigue para tach.



i            sigue según tach.



j            corr. de bego



5         Tomó el hábito, como se ha dicho, el 8III1600.



6         Profesó el 1IV1601 (Breve noticia, p.1). Una breve semblanza en Crónica I, 189191.



k sobre lín.



l             en lo subr.



m           corr. de hízolos



n            sigue mo tach.



o            sobre lín.



p            el tiempo subr.



q          sigue y tach.



r            ms. decirlo



s            sigue quando tach.



t            al marg. aparecióse la Madre de Dios de 2m.



u            sigue a q tach.



7         La noche del 7 al 8 de noviembre de 1600.



v            ms. como



8         «En compañía del Niño Jesús, se apareció y consoló al hermano fray Bonifacio de la Presentación en su última enfermedad»: Crónica I, 191, 193 (donde se relata la aparición).



w           sigue la tach.



9 El hecho se produjo «pasados cuatro años» de su muerte, al «trasladarle a la casa nueva». «Su cuerpo está en el convento de Valdepeñas»: Crónica I, 191.



x            Este hermanofiesta al marg.






Anterior - Siguiente

Índice: General - Obra | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText

IntraText® (V89) Copyright 1996-2007 EuloTech SRL