III. TABLAS CON DOS MANTAS POR CAMA

  Las camas son unas tablas con dos mantas; y podrán tener una almohada de sayal. Y aunque es verdad que en las otras monjas reformadas

de otras religiones tienen sus jergones o colchones, por ser mujeres, en quien la naturaleza está más delicada, pero, como Dios en nuestra Religión ha hecho a los niños fuertes acudiendo al gran rigor que en ella se guarda, de la misma manera hemos de confiar de Su Majestad hará a nuestras sanctas monjas tan fuertes como la mujer de quien dice Salamón que tomó el huso con sus dedos para hilar y vestir a sus criados y gente de casa de vestiduras dobladas ¹. Dos cosas hallo yo en la fortaleza de esta mujer. La primera, que la que hila tiene el copo [de] lino o estopa a la mano izquierda en su rueca; y lo que hila lo pasa a la derecha, torcido y en madeja en el huso. Por la mano izquierda es entendida la flaqueza del hombre, pues en aquel lado [5v] tiene menos fuerza; y por el derecho se entiende la fortaleza. Por el copo de lana o estopa o hilo, lo propio, que no hay cosa más flaca en el mundo: un poquito de aire se lo lleva y una centella lo quema. Y esto que así es flaco cuando está en copo y en estopa a la mano izquierda, cuando está hilado y a la mano derecha, no hay cosa más fuerte, pues del hilo bien hilado se hacen las fuertes maromas. Pues decir ^a el Spíritu Sancto que aquella mujer era fuerte, que hilaba, quiso decir que su fortaleza estuvo en que, siendo ella flaca como la lana y la estopa cuando vivía en el mundo, que era el lado izquierdo, que, dándole Dios conocimiento y entrando en su casa, pasó aquello flaco a la mano derecha, hilando tan delgado y bien torcido que de toda su vida y acciones se puede hacer una fuerte maroma que suba y levante las cosas de mayor trabajo que haya en el mundo.

  Y así, digo yo, hará nuestro Dios con nuestras sanctas monjas: que, siendo flacas, tiernas, delicadas cuando estaban en el siglo -que, en fin, no hay que espantar, que están a la mano izquierda y en estopa-, pero que, venidas a la Religión, que es la mano derecha de Dios, las hilará^b, torcerá y doblará, de suerte que a boca llena el Spíritu Sancto diga que halló no una mujer sino muchas y muy fuertes; que, aunque lejos y remontadas a los ojos^c de los hombres, no a los ojos de la Sanctíssima Trinidad, pues las halla en su propia Religión. Que por eso dije denantes era Religión de a tres por su fortaleza, según lo que la Sabiduría dice: que "el hacecillo de a tres con dificultad se rompe" ².

  Y esto bien pudiera facilitarlo con exemplos de lo que acá pasa, pero no quiero en eso gastar tiempo, que me dirán que son exemplos de hombres. Pero pudiera hacer un libro de exemplos de fuertes doncellas y niñas que han asombrado el mundo y dejado atrás muchos varones fuertes, y hecho y alcanzado grandíssimas victorias en lo temporal y espiritual. Pero quiero dar una razón y es que, si a la primera mujer que hubo en el mundo, por haber de ser madre de hombres de carne, la hizo Dios y la sacó de una costilla del lado de Adán ³ para

pegarle y darle fortaleza y que fuese dura, fuerte y sufrida como güeso, habiendo Dios de hacer sanctas monjas nuestras, que no han de ser madres de hombres de carne, sino hermanas, con cuyo exemplo y ayuda se hayan de salvar millares, ¿por qué tengo yo de entender que, sacándolas Dios de su propio lado y poder, no les ha de dar una fortaleza tan grande que sufran trabajos y penitencias como si fueran de bronce? Y así no se les hará dificultoso el acostarse sobre unas tablas y con dos solas mantas.