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San Juan Bautista de la Concepción
Obras III - S. Juan B. de la C.

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VIII. LA FORMA "DESCALZA" DE LA CRUZ

 

  Volvámonos de donde salimos, que no yo cómo nos hemos divertido.

 

 

1.  El frontispicio de Santo Tomás in Formis

 

  Está, pues, en Roma un monasterio, que es el primero que se les dio en aquella ciudad a aquellos sanctos padres, con los 30.000 a de renta que digo, aunque ahora de él no ha quedado más de un frontispicio antiquísimo a la puerta con las insignias que diré.

  Está a la puerta un arco muy grande de piedra, muy costoso, en quien no se reparó hacer algún gasto respecto de que en él se habían de esculpir las insignias de la Sanctíssima Trinidad. Encima de este arco está un escudo grande de piedra y en él, hecho a lo mosaico, un Salvador. Y en las dos manos tiene el trueco de los captivos. Está a un lado un ángel con un estandarte y encima délb una cruzc, como tienen todos los guiones que sacan acá en España. Y aquélla es de esta

 

 

 

 

manera    . Hay otra cruz en lo alto del scudo y parte [14r] más

 

 

 

 

principal, que es la que nosotros traemos, de esta manera    . Ahora

 

 

 

 

corre la dificultad: ¿Por qué los padres d del Paño tomaron aquella que parece ser más parecida a la que el ángel tiene en el guión y nosotros la que está en la parte más principal del scudo?


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2.  Razones históricas

 

  Respondo que pudieron al principio tomar esta que nosotros traemos, y los tiempos e y dispensaciones, como corrompieron el sayal en grana blanca, pudieron corromper la cruz llana en cruz curiosa y, sin hacer agravio a los que ahora viven, venir su poco a poco a modificarla en la forma que está ahora.

  Digo lo segundo que, como se tiene por cosa certíssima que esta cruz bajó del cielo, bajaríe muy llena de gloria y de resplandor. Y así, quiriendo los padres del Paño pinctar la cruz con resplandores, pusiéronla de aquella forma, no porque la cruz bajase con aquellos garabatos y vueltas que tiene la suya que train. Como cuando acá pinctan un Jesús, lo suelen pinctar con rayos del sol a la redonda, en significación que aquel nombre es nombre glorioso. Y a Moisés lo pinctan con cuernos f, no porque los tuviese, sino porque, bajando del monte de hablar con Dios, echaba rayos de su rostro de suerte que non poterant intendere in faciem Moysi propter gloriam vultus eius 1; que se defendía de los que lo querían mirar como si tuviera cuernos. Y así la sancta cruz que nuestros sanctos padres calzados train, puede ser la causa el haberse manifestado esta sancta cruz con rayos y resplandores de gloria.

  Puede ser también la causa el haber tenido fundamento en la cabeza de la cruz que tiene el ángel encima del guión.

 

 

3.  Razones morales y místicas

 

  Puede tener y haber otras razones morales y místicas. La primera, que, como la regla se ha modificado y los sujetos enflaquecidos para el rigor de la regla, es menester darles la cruz de Cristo, que desnuda se dio a nuestros primeros padres, dársela ahora a los presentes vestida de gloria para que la abracen y la lleven, y aquellos rayos y punctas ser rayos y punctas que los asen para que de esta cruz, ya siquiera modificada, no huigan.

  Como la parra g, árbor flaco, le proveyó la naturaleza de unas gafas y asideros con que asirse y levantarse del suelo, arrimándose a los árbores más cercanos, para que, así levantada, llevase fructos más agradables. Ea, padres míos de la regla modificada 2, miren, mis padres, que la cruz de su regla se ha caído en el suelo, su aspereza, su penitencia, su abstinencia y mortificación. Y siente Dios tanto el ver su cruz h, representada por nuestra sagrada regla, por el suelo que, para que se levante y asga en los corazones de vuestras paternidades, ha echado y proveídole Dios de esas punctas, de esos asideros o gafas con que vuestras paternidades las train hechas, que significan rayos de gloria.


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Que, en fin, esas i vislumbres y rayos de gloria son los que [14v] a los flacos los asen y traban el corazón para que con veras, con ánimo, con gusto y contento se asgan a la cruz del crucificado Cristo. Que siente mucho Su Majestad que su cruz ande por el suelo, que en fin fructo que llega al suelo bien se ve que no j sazona k ni madura como conviene.

  Díganme por charidad qué fructo ha de dar el rigor y cruz de Cristo echado por tierra, olvidado, modificado, dejado y desperdiciado. Ninguno, por cierto; y si alguno, mal maduro y poco sazonado. Así nuestro amoroso Cristo, para levantar su cruz y rigor de regla, ¿qué hace? Hoy pónele asideros, provéele de gafas y garabatos, como los de la parra, que éstos son los rayos de gloria que Dios va dando a esta sancta Religión, dándole apoyo en las casas de los príncipes y reyes. Y esto lo hace Dios mirando cómo nuestra sancta cruz ha enflaquecido de tal manera que tenga necesidad de arrimos y apoyos para la levantar.

  ¡Oh Dios de mi alma!, que al principio desnuda diste tu sancta cruz a aquellos dos varones sanctos, porque estaba ella bien asida en los corazones. Después acá enflaqueció con los tiempos rigurosos y tuvo necesidad, para que la tornasen a levantar, de arrimo y apoyo. Y para eso ¿qué hace Dios? Apóyala, ásela con lazos y rayos de gloria, significados por los que vuestras paternidades train en su sancta cruz delgada, delicada, a ver si, así preparada, nos la tornásemos a beber. Que, aunque en la boca dulce, como el libro de Eccequiel 3, allá en el vientre haría de las suyas; que, pues es cruz, crucificar tiene para hacer y obrar según su condición.

  Yo he visto trasponer árbores y, cuando el árbor es delicado y la tierra do se traspone delicada, traspónese una ramita, un l cogollico tierno y delicado con grande regalo de abrigo, agua y tierra buena. Pero, si es el árbor fuerte y la tierra fértil, ponen el árbor de una estaca, como lo vemos en la oliva que se pone de un leño o madero. ¡Seas tú, Dios mío, mill veces bendito!, que, como el árbor de tu cruz se hizo ya delicado en nuestros tiempos y se había de trasponer en gente delicada, traspóneslo en rama, en cogollo, para que prenda y asga; y, junto con eso, a esa cruz así delicada la riegas, regalas y cultivas con riquezas y dispensaciones de regla. Pero, en tiempo de nuestros sanctos padres, la cruz de Cristo era árbor recio, fuerte y trasponíase en tierra fértil; no tuvo necesidad de ponerse en cogollo ni en rama ni en flor ni con regalo, sino de estaca de un palo seco, descortezado, sin género de regalo ni curiosidad. Y gente tan desasida de cualquier género de interés, no ha menester venir [15r] la sancta cruz con rayos, resplandores, gloria y regalo, que todo lo dejan para la otra vida. No tenía en tiempo m de aquellos sanctos padres necesidad la cruz de asideros n con que se levantar, que bien asida y levantada estaba en sus


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corazones, donde, habiéndola Dios plantado o en sus corazones, estando ellos en los desiertos, habíe brotado y producido p tales fructos tan parecidos a los de la cruz primera en que Cristo se puso, como fue rigor de regla, aspereza de vida. Y si estos soberanos fructos se quedaron en agraz y no maduraron como debían, fue porque se cayó la cruz y aspereza en el suelo; y faltando aquellos sanctos varones, no faltó quien soltó la cruz de Cristo y la dejó caer en el suelo.

  ¡Mil veces seas, Dios mío, bendito!, que tú sabes tanto que, viendo estos soberanos fructos de tu preciosa cruz, nos la guisas con gloria y rayos de gloria para que, levantándola del suelo do estaba caída y olvidada olvidando nuestro antiguo rigor, nos levante ella a ser verdaderos hijos de la Sanctíssima Trinidad, que lo seremos cuando, abrazados de veras de esta sancta cruz y rigor de regla sin garabatos ni ramos de modificación, la pusiéremos y conserváremos en nuestro propio ­corazón.

  De aquí queda respondido, según lo moral, la razón y causa por qué, habiendo tomado nuestros padres del Paño aquella cruz, nosotros escogimos ésta, que al parecer tiene menos de curiosidad y artificio. Porque bien se sabe que lo artificial es un remedo de lo natural y que va la diferencia de lo uno a lo otro la que va de lo pinctado a lo verdadero. Y quiriéndonos Dios verdaderos hijos y religiosos de la Sanctíssima Trinidad, quiere que traigamos en nuestros pechos cruz sin artificio, la cruz verdadera que nuestros sanctos padres trujeron en sus entrañas, que fue esta regla que ahora se guarda sin modificación, significada por esta sancta cruz basta que traemos en los pechos tan sin rodeos. Que, aunque así al parecer sin adorno, sin vueltas y descortezada, podremos decir lo que el propheta: Ibi abscondita est fortitudo eius 4. Que, si en la cruz de los padres del Paño escondió Dios regalo y modificación, en la nuestra escondió fortaleza, porque en esa cruz, en ese rigor de regla está escondida la fortaleza de Dios, que es Cristo ayudando a los flacos, asiendo y levantando a los humildes. Que si nuestra cruz y regla no tiene garabatos o vueltas [15v] de regalo y gusto a que nos asir, tiene esta nuestra y su regla clavos que nos asgan y levanten q con el crucificado Cristo.

  ¡Oh buen Dios, y quién de veras te amase y quisiese, y cómo no buscaría cruz curiosa, sino muy desnuda, que ésa es la que a los desnudos abriga! Ea, mis hermanos, verdaderos imitadores de Jesucristo, no hay sino levantar nuestros corazones a obras grandes, que grande es Dios y todo lo puede y, si estamos en él, en él lo podremos todo. Si alguna vez nos cansáremosr viéremos que se nos sienta esta cruz al hombro, por no llevar la almohadilla que llevan los penitentes del mundo cuando llevan en sus penitencias cruz al hombro, entendamos que el mismo Cristo está puniendo sus blandas y amorosas manos debajo


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de esa cruz pesada para que no hiera. Y si se sentare en la carne, entendamos que entonces se sienta el alma a tener un poco de reposo con su esposo do reposa a mediodía 5.

  Esta es, señores, una razón por qué nosotros hemos echado mano desta cruz llana deseando vivir en nuestro rigor de vida con llaneza y sin altos ni bajos. Bajos de desconfianza, de [no] entender [que] si queremos podremos, ayudados del cielo, llevar la carga y no desconfiar y echarnos con ellos, como tan al principio se echaron los que en la Religión vivieron, modificando la regla tantos años ha. Sin s altos de soberbia y presunción, quiriendo enmendar lo que nuestros sanctos padres con un spíritu tan del cielo ordenaron y hicieron. Esto significa nuestra sancta cruz, este no tener ningún género de vuelta: que, sin vuelta ni rodeo, le entreguemos nuestros corazones, que corazón llano es el que Dios ama y quiere y el que alcanza victorias de observancia de regla.

 

 

4.  Razón literal

 

  La razón literal que para esto puede haber y ha habido, por haber yo sido el primero que he procurado poner esta cruz en nuestros hábitos, es el haberla visto en aquel escudo en más principal lugar, con un rótulo que dice: Signum Sanctissimae Trinitatis 6. Y así queda entendido no haber en ello más misterio que entender ser aquella cruz más t conforme a razón, la de la regla primitiva, por tener más principal lugar en el escudo, y más conforme a nuestro hábito basto y grosero, en quien estaban encerrados los bienes y significaciones que u arriba quedan dichas. Y pudieron los padres del Paño tomar [16r] principio para la forma de la cruz de la que el ángel, digo, tenía pintada en su estandarte.

 

 

5.  Por qué dos formas diferentes

 

  Dirán ahora: Pues, hermano, siendo una la cruz que el ángel bajó, ¿qué es la causa que allí se dibujasen dos formas y acá traerlas los padres del Paño y los de la reforma, debiendo conformarse con la misma verdad y mayor certidumbre de aquella que se entiende ser la que el ángel había traído? Respondo. Cuando no entendiéramos haber sido la nuestra la propia forma en que el ángel la bajó, que hace harto al caso, para entender ser ella, el haberla esculpido y tenido conservada con tan antigua tradición en un lugar tan eminente, y en la ciudad que es cabeza de la cristiandad; y particular breve y mandato para que allí se conserve, sin que se consienta quitar, para entender ser ella.


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  Y, cuando esta que nosotros traemos o la que los padres del Paño train se diferencie en algo de la primera que el ángel bajó, no es ningún inconveniente, pues vemos que, siendo una la cruz en que Cristo murió, hay tantas formas y diferencias de ellas. Que, como tiene virtudes tan admirables, cada uno, por gozar de ellas, las guisa a su modo. Y, como quiera que se pincte y dibuje, nos defiende de muchos peligros y trabajos del demonio, y nos es motivo para levantar el corazón al crucificado Cristo. Porque, si la cruz sólo anduviera con clavos y espinas que punctan 7, como la train muchos religiosos descalzos, o en madero como la lleva el penitente el jueves sancto, mal se pudiera guarecer con ella la dama y galán pulido, trayéndola en medalla v, en oro o cristal. Y debajo de esa gala y riqueza les amasó Dios su cruz para que de sus fructos pudiesen gozar todos y, siendo muchas las diferencias y formas de cruces en que acá nos diferenciamos, uno fuese el fin donde fuésemos, que es a dar con Cristo en ella crucificado.

  Y así el haberla guisado de dos maneras los padres calzados y nosotros, ya que por la cruz en algo nos diferenciemos w, el fin es y ha de ser todo uno, que es ser todos hijos y religiosos de la Sanctíssima Trinidad, pretendiendo todos amar mucho a Cristo, que así gustó anduviésemos todos señalados con su cruz.

 

 




a  ms. 3000



b sigue estandarte tach.



c sigue cr tach.



d sigue tomaro tach.



e  sigue como tach.



f corr.



1 2 Cor 3,7; cf. Ex 34,29-35.



g corr.



2 Llamada así la versión de la regla aprobada en 1267 por Clemente IV. Cf. GROSS, J. J., The Trinitarians' Rule..., 25-34.



h sigue q tach.



i  sigue vislum tach.



j sigue está tach.



k corr. de sazonado



3 Cf. Ez 3,3.



l sigue g tach.



m sobre lín.



n sigue que así tach.



o  sigue en los de tach.



p ms. pruducido



4 Hab 3,4.



q ms. levante



r sigue nos tach.



5 Cf. Cant 1,6.



s  sigue baj tach.



6 En torno al círculo en mosaico se lee más bien: Signum Ordinis Sanctae Trinitatis et captivorum. La cruz grande "descalza" está encima del círculo.



t sigue principal tach.



u rep.



7 Por punzan.



v  sigue o tach.



w sigue no tach.






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