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San Juan Bautista de la Concepción
Obras III - S. Juan B. de la C.

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CAPITULO [14] DE LOS SERVIDORES A MESA PRIMERA

 

  Este officio es de todos. Y puesto caso que, levantándose el prelado a hacer alguna mortificación, queda el más antiguo en su lugar para presidir mientras hace la tal mortificación, bien podrá también hacer el officio de servidor la semana que le cupiere, como los demás, pues entonces hace officio de religioso particular, haciendo el más antiguo officio de prelado. Y así, este officio de servidor se debe echar desde el mayor hasta el menor. Siempre echan dos servidores, según la muchedumbre de los frailes; y tantos puede haber que sea necesario se señale tercero para que eche agua y vino y no se estorben los servidores ni detengan en eso. Estos dos hermanos jamás han de tener officio incompatible, ni otro ninguno que tenga cualquier officio. Para aquella hora han de procurar estar desocupados. Si les encomendaren alguna


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cosa que sea necesario estorbarse, avisen a quien se la encomienda y digan el officio y ocupación que tienen, aunque sea el prelado, el cual muchas veces encomienda algunas cosas a quien no sabe el estorbo y ocupación que tiene. Si el servidor a aquella hora, por su culpa o negligencia, se ocupare en alguna cosa que pudo tenerla hecha para aquella hora, como es oír missa o acudir a cosa semejante, debe ser castigado. Si lo ocupare en alguna cosa forzosa la obediencia, pida licencia para encomendar su officio.

  Llegada la hora del comer, ya que quieren salir del examen de conciencia, han de ir entramos, si fuere verano, por el agua y el vino do estuviere a enfriar, como queda dicho a. Si fuere invierno, el refitolero lo tiene aparejado en su refectorio. Y esto sea de suerte que cuando se empieza a bendecir la mesa estén ya allí entramos.

  Cuando los religiosos se sientan en las mesas, ellos se quedan junticos en medio del refectorio, sus pies juntos, los cuerpos derechos, sus manos debajo del scapulario y sus capillas quitadas. Algunos han querido usar que tengan las capillas puestas hasta que les den sónito; no es cosa que importa, bien las pueden tener quitadas, pues ya enpiezan a representar officio de ángeles y pajes que sirven a la mesa de [53v] los siervos de Dios. Desta manera han de estar hasta que el prelado segundo sónito, porque el primero es para que enpiece el lector y el segundo es para los servidores. Entonces, en habiéndoles dado este sónito, hacen juntos una profunda inclinación y, si es verano, como queda dicho, el uno toma su cántaro de agua y enpieza a echar en sus jarras, y el otro el jarro de vino, si lo hay, y empieza a echar en sus tazas, tiniendo advertencia a la señal que cada uno le hace, por haber algunos que no beben vino o tan poco que casi es nada. Esto lo han de hacer con presteza.

  En este tiempo, el cocinero ha de estar echando en sus escudillas o platos el potaje o comida. Acabado de echar la bebida, han de ir al servicio y tomar sus tablas en que estáb puestac la comida y entramos, parejos y a una, han de ir a repartirla, advirtiendo que en llegando en medio del refectorio han de hacer una humillación en la forma que pudieren y luego empezar por la parte más alta y dende el prelado a dar su comida, tiniendo cuenta al acommodar los platos en las tablas no los pongan con orden que a su amigo o conocido le quepa el mejor; y avisar al cocinero, si fuere necesario, que no enllene las scudillas de suerte que se les vayan vertiendo, ni ellos carguen tanto que no lo puedan llevar y den con todo en tierra. Cuando lleguen la tabla para que el d religioso tome su escudilla, acommódenla de suerte que no sea necesario levantarse para tomarla.

  Cuando vienen con estas tablas, suele haber algún religioso en pie en medio del refectorio o que el prelado lo ha llamado y, al volverse, suele topar con las tablas y dar con las escudillas en el suelo. Es


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necesario advertencia en tal ocasión para detenerse hasta que el tal religioso haya vuelto e el rostro o le haya avisado con alguna señal.

  En habiendo dado este primer plato, no se han de tornar al servicio, sino dar lugar para que lo coman y para que el cocinero eche otro, si lo hay. En el entretanto, se vuelven en medio del refectorio entramos -y siempre han de guardar esto que acaben de dar algún plato-: allí puestos, no han de tener los ojos bajos, antes han de mirar con modestia y humildad lo que a los religiosos les falta, porque, como no pueden [54r] pedir nada, si sus ojos no remedian la necesidad f que tiene el que está comiendo, saldráse con ella, y el prelado que come -a cuyo cargo también está eso- podría también no advertirlo. No aguarden que se les acabe el pan, sino a la media comida tome el un servidor la cesta y el otro el jarro del vino -si es que la abundancia lo permite-, y una vuelta por las mesas. Siempre se les a los religiosos pan suficiente a cualquier precio que valga, de suerte que no se les tase sino que cada uno tome lo que hubiere menester. Lo propio hagan con el agua que en medio de la comida requieran las jarras. Tengan gran cuenta con los que van entrando tarde, que si no abren los ojos se saldrán sin comer. Para dispertar a los servidores, ya que el que come no lo pide, se permite que, en saliendo de la mesa, diga el tal fraile cómo lo han olvidado y no ha comido, y entonces el prelado manda le den la comida del servidor, para que otro día tenga cuidado y abra los ojos.

  Pues, como van sirviendo y dando de comer a los religiosos, han de ir quitando los platos y escudillas, cogiéndolos en las mismas tablas, advirtiendo que, si en los platos sobra algo, no pongan uno sobre otro, que es porquería y maltratar la comida de los pobres, ni de los platos y escudillas hagan caramillos que den con ellos en el suelo, ni al ponerlos en el servicio hagan ruido. En los ratos que estuvieren en pie en el refectorio mirando lo que se ofrece, si el prelado llama mírenle a las manos, que con ellas de ordinario hace señas de lo que quiere que a los religiosos: levantando un poco de pan en la mano si quiere que den pan, o haciendo señal en la boca de la jarra o taza si quiere que den agua o vino. También miren si a algún religioso se le cai de la mesa alguna cosa, se lo den y alcen, particularmente si es pan, aunque sea muy poco. En el servicio han de pedir por señas lo que quieren, porque allí no es lícito hablar. La tabla del servicio no la lleven muy alta de suerte que parezcan horneros, aunque tengan buena fuerza, ni muy baja llevando los brazos caídos, sino junto al pecho, sin arrimarla a sí de suerte que se puedan manchar y ensuciar.

  Al cabo de la comida, cuando no hay que darles y ellos acaban, han de tomar la cesta del pan y otra en que se cogen las cáscaras y reliquias, y las ponen en medio el refectorio para coger. En lo que es el vino, como apenas se bebe, no se acostumbra a coger [54v] porque nunca sobra. Pero yo digo que, en los conventos que lo hay, que


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también pongan un jarro en medio del refectorio, tiniendo cuenta que en medio esté la cesta del pan. En dando sónito el prelado para que cojan, los servidores -o los que ya hubieren comido g, si los servidores estuvieren ocupados- tomen sus cestas y jarro y hagan una profunda humillación y vayan hasta la mesa traviesa todos tres juntos, llevando en medio el que lleva la cesta del pan y, en llegando do está el prelado -y, aunque no lo esté, a la imagen que está en medio-, hacen otra profunda humillación. Y se queda un poco atrasado el que lleva la cesta y escobilla para barrer las migajas y cáscaras, dando el primer lugar y delantera al que coge el pan y el segundo al que coge el vino, y él a la postre limpiando lo mejor que pudiere las sesiones, de suerte que pueda seguir a los que van cogiendo, advirtiendo el delantero, si queda atrasado el postrero, que lo vaya aguardando, de suerte que acaben todos a una. En acabando de coger, tornan las cestas y jarros a su lugar y, descogiendo sus escapularios y metiendo las manos debajo dél, se quedan en medio del refectorio, como cuando empezaron a servir. En dando el segundo sónito, que es para que el lector diga: Tu autem, Domine y acabe, ellos se hincan de rodillas, puestas sus capillas, como avergonzados de lo mal que han hecho aquel officio y pidiendo perdón, y luego les dan otro sónito y se levantan.

  En las cenas y colaciones se guarda lo propio, salvo que si es colación, particularmente de la Iglesia, no hay para qué sean tantos servidores, sino uno que siempre esté en medio del refectorio a ver lo que le manda el prelado. Si fuere invierno, han de tener cuenta que luzgan bien los candiles, particularmente el del lector. Han de procurar esté siempre la puerta del refectorio cerrada. Si a ella llegare algún seglar sin licencia, decirle que perdone y se vaya, y torne a cerrar su puerta, salvo si fuere alguna persona principal que viene a ver el orden que los religiosos tienen.

  Procuren no se la comida fría, que suele algún plato estarse gran rato en el servicio ya frío y helado y darlo al primero que entra. Avisen al cocinero lo torne a la olla [55r] y otro. Cuando han algunos levantádose de comer y otros se sientan en su lugar, adviertan de darles todo lo que a los primeros, no dando a los unos las sobras de los otros; y, en viendo sentar algún religioso donde otro se ha levantado, vaya lo primero con la cesta y escobilla y limpie la sesión y la taza, porque seríe mala crianza el que se sienta derramar lo que en ella estuviese ni andar soplando la mesa, y luego déle pan y la fructa que los demás han comido sin que les falte nada. Y advierta que al limpiarle la mesa y la taza no ha de ser echándolo o derramándolo en el suelo, sino tomar la cesta y con ella limpiar las migajas y echar en el jarro lo que hubiere en la taza. Los que entran tarde, como no tienen licencia de levantar los ojos, suele haber algunas sesiones desembarazadas y, por no verlas, quedarse ocioso por aquel tiempo. En esta ocasión, es bien


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que el servidor lo advierta y mire h, lleve y guíe al que viene tarde donde se ha de sentar.

  Si alguno come en el suelo, ha de llegar a él y con palabras muy bajas le ha de preguntar qué es lo que ha de comer, porque ya se lo habrán ordenado; y, por no saber si aquello es orden del ministro o del maestro de novicios, es bien se lo pregunte a él propio, y él con pocas y humildes palabras lo dirá. Y entonces, según lo que ha de comer, le pongan allí en el suelo recado, advirtiendo que, cuando le traigan la comida, no se la traigan en la tabla junto con la de los demás, porque no se podrá bajar a dársela. Y cuando traiga comida para uno solo -esté en el suelo o en la mesa- procure traerla de suerte que no meta el dedo en la scudilla; y si, por alguna causa, la scudilla la trujere en plato, el que come tome su escudilla sola y déjele al servidor el plato en las manos, pues nuestro modo de comer ha de ser descalzo y humilde.

  Suelen en el refectorio levantarse algunos a hacer algunas mortificaciones, como es besar los pies o pedir que les den algún bofetón o que les den por amor de Dios. Cuando llegaren a besarles a ellos los pies, han i de hincar la una rodilla en el suelo y darles el otro pie, y si es bofetón, hincarlas entramas y darle, como luego se dirá.

  Suelen comer por alguna justa causa en nuestro refectorio algunos seglares, los cuales también están a cuenta de los servidores, que se debe advertir la calidad de la persona con quien, sin hacer estremo, se puede cumplir, dándole otra servilleta más, un vaso en que beba u otro pan, tiniendo en el discurso de la comida alguna más cuenta con él, como es darle la comida en los platos de los enfermos o, en lugar del plato que no come, darle otra cosa si la hay.

  Acabada la comida, mientras dan gracias, cesen los servidores, que no es bien anden atravesando por en medio. Importa poco que los que comen se aguarden algo. Es officio de los servidores echar, si acaso entra, algún perro en el refectorio, particularmente en los conventos de la Mancha, que los hay para guardar la casa j.

 

 

[55v]     Jhs. M.ª

 

 




a  como-dicho al marg.



b ms. están



c corr. de puestas, sigue las tach.



d sigue frai tach.



e  sigue las sp tach.



f sigue del tach.



g  sigue se lev tach.



h  sigue y tach.



i corr. de hanse



j Es-casa al marg.






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