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San Juan Bautista de la Concepción Obras III - S. Juan B. de la C. IntraText CT - Texto |
1. El texto que se publica aquí ocupa los ff.101v-141v del tomo I autógrafo de san Juan Bautista de la Concepción, todo él (226 ff., formato 30 x 1,5) empaginado de propia mano. El Santo además distribuye el contenido en 10 breves "tratados" -es el término que usa-, si bien, de hecho, al juntar los papeles (cuadernillos de 10 pliegos cada uno) enumera progresivamente todos los capítulos como si se tratase de un único libro. Las páginas ahora seleccionadas figuran como "tratado 6 [= 7]" (ff.101v-135v) y "tratado 8" (ff.136r-141v), pero desarrollan la misma reflexión, razón por la que las agrupamos bajo un único epígrafe -Estima de la vida-, acuñado por nosotros. También hemos introducido los números de párrafos. Sin embargo los títulos de los capítulos son originales.
Teniendo delante el encuadre general y unas pocas alusiones rastreadas fuera del escrito, se calcula que éste salió de la pluma del autor hacia finales de 1609 o primeros de 1610 en Salamanca 1.
2. El motivo que le mueve a escribir nos lo señala el Santo al comienzo del segundo capítulo: rebatir la opinión de "los que murmuran de algunos siervos de Dios porque comen", demostrando que éstos, no obstante los ayunos y otras penitencias, estiman y aprovechan la vida más y mejor que los pecadores. Lo recuerda de nuevo al entrar en el capítulo 16: "Si bien nos acordamos, se movió la plática y se dio ocasión a todo lo que en estos tratados hemos dicho con una murmuración que se habíe tenido de un siervo de Dios de que comía, habiendo tenido y pasado por el otro estado en que comía menos". Por tanto en su mente pervive, como dato histórico desencadenante, el hecho ya referido en Errores en el gobierno y en la dirección de almas, texto antecedente al actual en el manuscrito (cf. I, 1067-1118): Ayer supe de un religioso calzado muy conocido mío, "que por muchos años ha tenido algunos arrobos y éxtasis, y ... dicen ya no se arroba", por lo que algunos murmuran de él: "el que antes se sustentaba con unas pocas de pasas y almendras, ahora no se ve harto de pan" (I, 1096-1097).
3. Con continuas referencias a la Sagrada Escritura, el autor va exponiendo en paralelo las dos maneras de enfrentarse a la vida y de usar de los bienes terrenos: la del justo y la del pecador. El primero, respetando el plan de Dios sobre sus criaturas, aprovecha la vida y el tiempo en beneficio del alma y de su destino eterno. El segundo, descuidando las exigencias de su alma, aunque parece disfrutar más de los goces del cuerpo, desestima y pierde la vida.