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San Juan Bautista de la Concepción
Obras III - S. Juan B. de la C.

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CAPITULO [10a DE LOS DESEOS GRANDES QUE EL JUSTO TIENE DE BIEN LOGRAR EL TIEMPO; Y CÓMO APROVECHA EL ALMA EN BIEN SUYO EL TIEMPO, DE QUE EL CUERPO SE SIRVE

 

 

  1Aunque hemos ido siempre haciendo diferencias del tiempo en cuanto el malo usa mal dél y el bueno bien, con todo eso en este capítulo quisiera yo con grandes veras descubrir dónde llegan las ansias y deseos de un alma justa para emplear los días y las noches con una perpetua continuidad en alabanza de su Dios y Señor. De suerte que si los justos se hallan vestidos de estos días y noches ordinarias como de telab y paño basto, ellos quisieran allá dentro de su alma tejer otra de brocado de tres altos con que agradar a Dios.

  2Bueno es el tiempo y de grande estima, pero no tiene qué hacer con las labores que en él obra y hace el justo. Téngolo por telar de palos viejos en que se labran divinas y soberanas virtudes. El tiempo es el que se va y se viene. Lo que en él se labra es lo que importa. Buenas son las flores de abril y mayo, pero mejores son los letuarios que de ellas se hacenc, porque las flores como flores se pasan y las conservas duran. Y lo propio sucede en la labor que hacen las abejas, pues de flores que en breve se marchitan hacen ellas miel que dura.

  Este consejo nos dio el Spíritu Sancto para que aprovechásemos el tiempo cual conviene, Ecclesiastici 4: Fili d, conserva tempus, et devita a malo 1; hijo, conserva el tiempo y apártate de lo malo. Un consejo es de que los justos se aprovechan muy de ordinario. Sienten mucho que se les vaya de entre las manos el tiempo e y en ellas manoseándolo se les marchiten y deshagan los años y meses, y así procuran echarlo en conserva y hacer de él divinos letuarios, convirtiéndolo, como decimos, en labores interiores que labra el alma.

 


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3Verdad es que no es posible menos, sino que el justo ha de gastar tiempo en comer y beber y otros ejercicios necesarios al cuerpo; pero no por eso dejan de tener esos ratos f grande valor, porque son como los cuartos: que si son de cobre y metal bajo, el sello y armas del rey que se les estampa los hacen valer y que sean precio con que muchas cosas se compran y aprecian. [125r] El justo, como todo cuanto obra lo obra y hace en nombre de Jesucristo, ningún rato de tiempo pierde, según aquello que san Pablo dice: Sive comedatis, sive bibatis, omnia in nomine Jesu Christi facite 2. Gastan tiempo en comer y beber. Si como y bebo porque Dios lo quiere, tiempo es de valor en el cual se merece y agrada a Dios. Con lo basto del tiempo acudimos al cuerpo, y con su quintaesencia g, que el alma saca como por alambique, se acude al spíritu.

  4Considero al tiempo como las uvas en un jaraíz, que de ellas sacamos el vino puro regalado para los hombres y el orujo para las bestias. ¡Oh, cómo me temo ha de ser muy dificultoso de entender el hacer de un mismo tiempo estas dos diferencias y divisiones! Pero sospéchome no debe de ser dificultoso para quien quiere hacer una poca de diferencia entre el cuerpo y el alma. Bien veo yo que para el hombre que en sí sólo considera esto exterior, que el tiempo es sencillo, que es este que corre y de que gozamos, pero quien dándole al cuerpo lo que es suyo no defrauda el alma de lo que le viene, hallará en un mismo tiempo horas dobladas. Llano es que si en un día metéis en vuestra casa para alguna obra dos officiales, doblastes el día, y si uno no fue más de un día, sencillo. Y si vos los años sólo los gastáis en el cuerpo, serán años sencillos, pero si juntamente obra el alma y se aprovecha de ese tiempo para sus ejercicios spirituales, que serán años doblados y duplicados.

  5.  Así entiendo yo h aquellas palabras del Eclesiástico, en el capítulo 26: Mulieris bonae beatus vir: numerus enim annorum illius i duplex 3; tienen doblados los j años los buenos casados. Y no querría aquí decir que tienen doblados los años porque son dos los compañeros contando los años k del varón y los años de la mujer, que eso claro se está. Y también son doblados los años de los malos l casados, y bien doblados, pues cada día se les hace mill años, deseando apartarse el uno del otro. Sino quiso decir que la vida de cada uno de los buenos casados obraba y trabajaba por dos, de suerte que según crecían sus bienes eran los años doblados. Aun acá vemos que m es ordinario lenguaje cuando un trigo en un mes ha crecido mucho decimos: este trigo cuatro meses ha que se sembró, y en el trabajo de dos días decimos que ha cuatro. Pues los buenos casados aprovechan tan bien el tiempo que lo doblan. Y no


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sólo doblan el tiempo los justos por la prisa que se dan a trabajar, sino porque labran a dos haces y ocupan el tiempo con dos manos. De suerte que siendo necesario el tiempo para acudir a los menesteres del cuerpo, hacen que también sirva al alma, haciendo dos ejercicios en una misma hora [125v] y aprovechándose del tiempo. Como de n algunas fructas que con grande razón las podríamos llamar fructas dobladas, como un albarcoque o melocotón que tiene de comer lo de fuera y dentro tiene una almendra o pepita sabrosa o para algunos menesteres de consideración; y estos dos fructos los aparta con una cáscara que tiene en medio que divide la carne de afuera de la pepita de adentro, que parece gaveta de scritorio con diferentes apartados. Otra fructa hay sencilla, como el higo, la camuesa y la manzana y el dátil. Y así es sencillo el tiempo de los malos de quien no se aprovechó sino de lo exterior y de afuera, pero para el bueno es fructa doblada y en un mismo tiempo tiene diferentes apartados: lo de afuera para el cuerpo o y adentro tiene una médula y almendra muy sabrosa para el alma. Estas diferencias y apartados lo hace la consideración del justo y el deseo que tiene que nada se le mal logre; y no ser como los delicados, que si han de comer alguna fructa, toda o la mayor parte la desechan en cáscaras.

  6.  Y no se espante nadie de tanto exemplo rústico, que estas cosas yo no con qué mejor darlas a entender. Que esto propio le sucede al hombre perdido y melindroso del tiempo, quien podrá ser en todo un mes no halle un día bueno para ir a misa o para algún ejercicio sancto. Hoy no es bueno porque llueve p, mañana porque hace frío, esotro porque hace aire, esotro porque hace calor, etc. De suerte que no sólo el mes, pero todo el año, se os va en cáscaras y mondaduras y os vendréis al cabo del año a quedar mondo y en blanco, sin hacer cosa. Los días de estos tales bien podremos llamarlos sombra, como dice Job: Dies mei q sicut umbra praetereunt 4. Al sancto sus días parecíanle sombra porque les faltaban la sustancia y entidad de la vida y persona de Cristo, y también porque es propiedad del justo todo lo que hace parecerle nada; y como quisiera Job tener más aprovechados sus días, parecíanle sombra. Pero los días del malo se pueden llamar y tener por días umbríos y umbráticos, por días de sombra, porque en ellos nada hay de entidad ni de cuerpo; por días umbríos porque, así como a la sombra y donde no da el sol nada nace ni prevalece, de esa misma suerte en los días que vive el malo a quien no le salió el sol de justicia, porque no fue temeroso de Dios, sus obras [126r] no nacieron ni aprovecharon, todos sus días se les pasaron en verdor de r speranzas, aguardando un día tras otro sin que para ellos llegase día a propósito.


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De donde para estos tales los tiempos menos son que sencillos, pues todos los quieren pasar por cuartos falsos, pues ningún día vale nada para que en él y por él aprovechen a su alma.

 

 




a  ms. 44



b corr. de tella



c sigue qu tach.



d ms. Filii



1 Eclo 4,23.



e el tiempo al marg.



f  sigue el valor tach.



2 1 Cor 10,31: "Sive ergo manducatis, sive bibitis, sive aliud quid facitis, omnia in gloriam Dei facite"; Col 3,17: "(Facite) omnia in nomine Domini Jesu Christi".



g ms. quitaesencia



h sigue en el sentido spiritual tach.



i ms. illorum



3 Eclo 26,1.



j sigue buenos tach.



k ms. annos



l sigue casad tach.



m sigue q tach.



n  sobre lín.



o sobre lín., en lín. alma sin tach.



p ms. lueve



q ms. meis



4 Cf. Job 8,9: "Sicut umbra dies nostri sunt super terram"; Sal 143,4: "Dies eius sicut umbra praetereunt".



r sigue buen tach.






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