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San Juan Bautista de la Concepción
Obras III - S. Juan B. de la C.

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CAPITULO [11a EN QUE SE PRO SIGUE LA MATERIA DEL CAPÍTULO PASADO, Y CÓMO EL JUSTO PARA APROVECHAR TODO TIEMPO TIENE MUCHOS OFFICIOS PARA CADA TIEMPO ACOMMODADOS

 

  1.  Es certíssimo que para el que tiene gana de servir a Dios jamás hay día malo que no lo sepa muy bien aprovechar. Como la buena mujer hacendosa, que de día labra, de noche hila, con el buen tiempo se ejercita en obras de piedad y con el malo hace las haciendas de su casa; la fructa que se cai del árbor la echa en conserva, la otra la aguarda para con su sazón, de suerte que tanto le vale la que se cai como la que se queda, la que madura como la que se pasa. No hay día perdido para el justo que para él no sea muy ganado, pues Dios le dio sabiduría para en diferentes tiempos hacer diferentes officios, de suerte que en su casa haya tantas haciendas que hacer que por muchos días que tenga y muy doblados, todos tengan sus provechos y ocupaciones.

  2Divino exemplo es el que pudiéramos poner en aquella mujer fuerte de quien habla el Spíritu Sancto en los Proverbios, capítulo 31, que fueron tantos los officios que tenía que seríe largo el resumirlos y contarlos tan en breve. Basta saber dos o tres cosas de ella que nos descubrirán sus continuas ocupaciones y cuán bien aprovechaba el tiempo, pues de ella dice el Spíritu Sancto que panem otiosa non comedit 1; que jamás comió el pan de balde. Lo otro, que la llama nave de mercader: Quasi navis institoris, de longe portans panem 2. La nave siempre camina, de noche y de día, no tiene hora de descanso en que esté parada, corriéndole aire. Lo otro, que de ella dice que non extinguetur in nocte lucerna eius 3; que es como las mujeres cuidadosas que dejan luz encendida con el cuidado que tienen de madrugar. Léase aquel capítulo y verán cómo en ella no holgaban manos, dedos, lengua, boca y las demás cosas ­que en ella podrían obrar o negociar. Preguntarémosle a mujer de tantos officios si para ella habíe algún día malo o tiempo que desechar y veréis lo que nos [126v] responde. Mujer que madrugaba a dar el almuerzo a sus criados y siervos y los tenía vestidos con ropas aforradas para que en su casa no se temiese el frío de la nieve, y veremos cómo no es posible la hallemos un momento mano sobre mano porque no hace buen tiempo.

 


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3.  De suerte que el tiempo, para el que quiere, siempre es a propósito. Léanse los psalmos y esos libros sapienciales yb veamos si hay algún tiempo no bueno para alabar y bendecir a Dios. Que parece tenía David delante los ojos estos desechos y apartados que el malo hace de los tiempos cuando tantas veces y cada momento repite que alabemos a Dios en todo tiempo, que le bendigamos en todo tiempo, que guardemos sus justificaciones en todo tiempo. Preguntémosle al malo si hay algún mal tiempo para su maldad, si hay heladas, nieves, lluvias o soles para sus deshonestidades, si hay noches obscuras, tenebrosas o tempestuosas para sus juegos. De quien dice el Spíritu Sancto, Proverbio­rum 6c: Pravo corde d machinatur malum, et omni tempore jurgia seminat 4; que el malo no tiene tiempo malo ni fuera de propósito para sembrar maldades. Y en el capítulo 18 dice: Occasiones quaerit qui vult recedere ab amico, omni tempore erit exprobrabilis 5; el que tiene gana de apartarse de Dios, nunca le falta un ahé a cualquier buena ocasión. Y del bueno dice el capítulo diez y siete que omni tempore diligit qui amicus est, et frater in angustiis comprobatur 6; el que es amigo en todo tiempo ama y en las angustias y tribulaciones se prueba el que es hermano.

  4.  ¡Oh sancto Dios mío, si el hombre en esta materia pusiese los ojos en ti, qué confuso se hallaría! ¿Cuándo tú, Dios mío, nos dejaste de amar? ¿Cuándo hubo mal tiempo para no nos favorecer? ¿Cuándo fue de noche para no nos oír? ¿Cuándo estás ocupado para no nos recebir? ¿Cuándo quieres holgar y descansar para no nos sustentar? Tú e, Cristo mío, ¿no dices por san Juan: Pater meus usque modo operatur, et ego nunc operor7; siempre mi Padre trabaja y yo ahora y todo trabajo en bien y en salud de los hombres. Callen, Señor, nuestras lenguas en esta materia, pues, estando la tuya aheleada con la hiel y vinagre que en la cruz te dieron y llena de sangre cuajada, estuvo buena y fue buen tiempo para rogar por mí y por todos los que te ofenden. Pues entonces, Señor, halló el buen ladrón en tu casa tiempo oportuno para ser oído 8, yo digo que ningún tiempo habrá en vuestra casa sin tiempo para me oír y recebir. Así lo dice el mismo [127r] Dios por Eczechiel f: En cualquier tiempo que el peccador gimiere, será oído 9. Pues ¿no habrá algún tiempo, Señor, que reservéis para otros negocios más graves o para otras ocupaciones? No, que no hay cosa más grave para Dios que esto.

  5Bien se vido en los muchos despachos que concurrieron cuando Cristo estaba puesto en la cruz, pues allí estaba para negociar su madre y el buen ladrón y su cuerpo sediento que pedía agua, y de todo se desembaraza y hace calle g y aparta a su madre para que llegue el peccador y negocie. Rara cosa que estaba el sol aguardando para se escurecer y vestir de tinieblas porque se avergonzaba de ver la desnudez


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del que a él le habíe vestido de luz y de claridad y quisiera se abreviara el día y lo detiene y no consiente se apague esa vela hasta que lleven buen despacho los peccadores. ¿Quién, Dios mío, con esto no se avergüenza diciendo que hay noche helada para levantarse a maitines y día triste para rezar y tener oración? Di, peccador, ¿es posible que no te avergüenzas de ver los tiempos de que usa Dios para te favorecer como buen amigo que en todo tiempo ama? ¿Qué amistad es la tuya? ¿Qué amor has de alegar el día del juicio si siempre aborreces? Yo te quiero conceder, como otras veces he dicho, que hay malos días; ahí se ha de echar de ver tu bondad y el amor que tienes a Dios si acudes a lo que él te manda en el tiempo de la tribulación.

  Fácil es decir con san Pedro en el monte Thabor: Quedémonos aquí 10; dificultoso confesarle por maestro cuando lo injurian y afrentan 11. No es mucho que muchos le sigan cuando hace milagros, sana enfermos, satisface hambrientos y enseña a ignorantes. Lo que se le ha de agradecer al hombre es que lo acompañe cuando lleva la cruz a cuestas y que con el buen ladrón lo confiese por rey 12 cuando no tiene hermosura y todo está llagado de pies a cabeza: Qui amicus est omni tempore diligit, et frater in angustiis comprobatur 13. En esto se echará de ver si eres amigo de Dios y fiel hermano, si no haces diferencias de tiempos, pues para amar ninguno hay malo; y si lo hay, el tiempo malo es el que prueba al hermano verdadero.

  6Pregunto yo: si tienes hambre, ¿aguardas a matarla cuando haga buen tiempo? Si tienes sed, ¿dejas de beber porque el día no sea a propósito? ¿Por qué todo tiempo ha de ser bueno para acudir al cuerpo y malo para acudir al alma? [127v] ¿No dicen que a buena hambre no hay pan malo? Si tú tuvieras hambre de Dios y deseo de satisfacer los deseos de tu spíritu, poco te importarían las diferencias de los tiempos. Porque si Salamón hizo distinción diciendo que habíe tiempo de nascer y tiempo de morir, tiempo de plantar y tiempo de arrancar 14, etc., todos fueron officios exteriores y corporales de quien allí va haciendo mención, que de los officios del alma jamás los sanctos hacen diferencias de tiempos. Vespere, mane, et meridie narrabo opera Domini 15; no hay diferencia de tarde, mañana y mediodía h para alabar al Señor; y los niños en el horno de Babilonia a todos los tiempos convidan para que todos ellos se ocupen en bendecir a Dios: al hielo, al frío, al granizo, al invierno, al verano, al otoño y al estío 16. No hemos de ser como el ruiseñor i, que sólo canta mientras duran las flores de mayo j, como si lo demás del tiempo no comiera. Así será ruiseñor k el que obligado de gustos y sólo cosas exteriores se ocupa en glorificar a Dios, como los que a Cristo le siguieron en el desierto: que cuando los ha hartado y aún el


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bocado se tienen en la boca, entonces lo confiesan por rey 17, y pasada esa ocasión le llaman indemoniado y samaritano 18. Y no faltando ninguno de los apóstoles de hacer compañía a Cristo en la cena 19, todos le dejaron solo en el Calvario y muerte de cruz 20.

  7.  De la cigüeña y de la golondrina dice el Spíritu Sancto que conocieron su tiempo, que para el hombre es muy malo que l en esto sea semejante a estas aves que tienen tiempo suyo y luego tienen tiempo no suyo 21. Sí, porque en el tiempo bueno m y apacible vienen, y en el tiempo riguroso no es suyo, y así se van. Es mala cosa que el hombre tenga tiempo no suyo. Aquel será tiempo no mío que yo no soy señor de él, sino él es señor de mí, sujetándome a sus commodidades o incommodidades, a quien no me atrevo a hacerle n rostro, sino a huir y esconderme como la golondrina en el tiempo riguroso. Tampoco es tiempo mío el que por fuerza gasto en la vanidad y el que doy a la negociación y cuidados exteriores, pues no soy señor de hacer en él lo que yo querría y me conviene en bien y provecho de mi alma. Deste tiempo hablaba el Spíritu Sancto en el Ecclesiastés o, capítulo 7: Ne moriaris in tempore non tuo 22; guárdate no mueras en tiempo no tuyo. ¿Qué piensan, hermanos, que es [128r] pedir a Dios a la hora de la muerte nuevos plazos? Que no tiene ya tiempo suyo en que morir y pide a Dios otro tiempo de más del que le dieron por suyo. Como el que jugó y desperdició su hacienda p en vida, que después en la muerte no tiene una mortaja en que le entierren ni una sábana para su enfermedad. De esta manera son los malos que desperdician el tiempo en vida, lo juegan, mal logran y malbaratan y después no tienen una hora suya en que morir; que parecen a los que tienen toda su hacienda censuada, enpeñada y vendida, que después de haber hecho en cambio y venta no les dejarán gastar una blanca, sino que en muerte y en vida se la quitarán a pospelo. El hombre, mientras vive, malbarata el tiempo y da con mujer, hijos, hacienda y amigos; y a la muerte vienen a pedir ese tiempo como ya suyo, sin dejarles siquiera la última hora para que se vuelvan a Dios. Y esto es morir un hombre en tiempo no suyo.

 

 




a  ms. 45



1 Prov 31,27.



2 Prov 31,14.



3 Prov 31,18.



b  sigue hallaremos tach.



c sigue puo tach.



d sigue síl. tach.



4 Prov 6,14.



5 Prov 18,1.



6 Prov 17,17.



e sigue d tach.



7 Jn 5,17.



8 Cf. Lc 23,34-43.



f sobre lín., en lín. Jeremías tach.



9 Cf. Ez 33,14-19. En la mente del autor resuena tal vez, vagamente, He 7,34: "Vidi afflictionem populi mei... et gemitum eorum audivi, et descendi liberare eos".



g sigue para tach.



10 Cf. Mt 17,4.



11  Cf. Mt 26,69-74.



12  Cf. Lc 23,42.



13  Prov 17,17.



14 Ecl 3,2.



15  Cf. Sal 54,18: "Vespere, et mane, et meridie narrabo"; Sal 17,17: "Et narrabo opera Domini".



h  día sobre lín.



16  Cf. Dan 3,51ss.



i corr.



j corr. de marzo



k ms. ruiniseñor



17 Cf. Jn 6,5-15.



18  Cf. Jn 8,48.



19  Cf. Mt 26,20ss.



20  Cf. Mt 26,56.



l  sigue se tach.



21 Cf. Jer 8,7.



m sigue qu tach.



n sigue espaldas tach.



o corr. de Ecclesiástico



22  Ecl 7,18.



p sigue q tach.






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