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San Juan Bautista de la Concepción
Obras III - S. Juan B. de la C.

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CAPITULO [12a EN QUE SE PRO SIGUE LA PROPIA MATERIA; Y QUE SI EL MALO NO TIENE TIEMPO SUYO, EL BUENO NO TIENE TIEMPO AJENO, APROVECHÁNDOLO TODO EN BIEN Y PROVECHO DEL ALMA

 

  1.  Así como hemos visto en el capítulo pasado que el malo apenas tiene tiempo suyo, porb el contrario el justo y el siervo de Dios apenas,


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podemos decir, tiene tiempo ajeno. De lo uno y de lo otro podríamos dar por razón la diferencia que hay entre el vender o prestar: que el que vende se desapropia de todo puncto de la cosa que vende, y el que empresta se queda por señor de ella, haciendo buena obra y aun obra de charidad a aquel a quien enpresta la tal cosa.

  Esta es la diferencia que hallo yo entre el bueno y el malo: que el peccador el tiempo véndelo y desaprópiase de él de suerte que no vuelve a sus manos, según de voluntad y de corazón hizo el entriego, y según vemos no tiene una hora suya para se confesar o hacer penitencia de sus peccados. Pero el bueno jamás tiene tiempo no suyo, porque si alguna vez gasta algún rato en cosas exteriores o en servicio del cuerpo, es tiempo emprestado que se lo hace volver y aun con sus réditos; que destos cohechos bien se huelga Dios que la hora que damos al cuerpo para dormir que se la hagamos pagar doblada para rezar, y sic algo del día ocupamos en [128v] sus menesteres lo torne a la noche volviéndola día para contemplar.

  2Aun más que eso quiero yo decir del tiempo del justo. Y es lo que arriba en otros capítulos hemos tocado. Y es que, como acá decimos de un hombre que es para mucho y para todos menesteres que es y sirve de silla y albarda, de esa misma suerted un propio tiempo le hace el justo servir de albarda para el cuerpo y de silla para correr la posta el alma, de suerte que si el cuerpo en una hora come, en esa propia el alma da gracias y bendice a su criador. Si de noche el cuerpo duerme, el alma vela en contemplación.

  3.  Yo pienso el cómo esto puede ser lo tengo declarado otras muchas veces; y ahora diré lo que Dios me ofreciere para que esto no parezca dificultoso. Digo, pues, que puede ser tan grande la atención que el alma trai de día en presencia de Dios que de noche adormido el cuerpo no la pierda. Bien hemos visto hombres muy estudiosos, que han gastado todo el día en ahondar dificultades muchas a que dispiertos no les pudieron dar alcance, dormirse y tornarlas y ofrecerse a la imaginación. Esto es muy cierto. El cómo eso puede ser, no es de este lugar. Yo pienso que esto no es milagro ni sobrenatural en muchos, sino muy natural, porque dispiertos, la cabeza cansada y la imaginación fatigada no acierta a formar fantasías, semejanzas y retratos de aquello que pretendió saber; y después, aflojando la cabeza en el sueño, como al sangrado cuando le desagarrotan la cinta, sale más sangre porque dio lugar aquella atadura para que entrase sangre nueva a la picadura por donde se vertía, y aun estando durmiendo con gran suavidad, si se desata la venda se va la sangre. De esa misma suerte hay hombres que para estudiar dan garrote y trato de cuerda a sus pobres cabezas, afligiéndolas de suerte que vienen a dar muy gota a gota los conceptos, y cuando un hombre se echa en la cama aflojando esos cuidados, unas veces dormido y otras medio dispierto, suelen juntarse aquellas species y fantasías que quedaron levantadas de los pensamientos de día y forman


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los conceptos para quien en la imaginación ya estaba hecho el molde antes que la tal persona se durmiese.

  4.  En los ñublados vemos de aquella materia crasa que se formaron juntarse algunas veces en el aire de tal proporción que parecen retratos y figuras de hombres, de leones, de caballos y de otras cosas, para las cuales figuras no damos particular acuerdo o decreto de quien así [129r e] las juntó. Y si ésta no es la razón, yo no la . Sólo decir que eso sucede en los que duermen muchas veces, pues si en el que estudia damos eso, en el que contempla, que tiene necesidad de menos species y semejanzas por la elevación y exaltación que tiene el tal entendimiento a las cosas de Dios, más atención habremos de poner en él y más alto conocimiento. Porque si de día esta tal alma anda como desencuadernada del cuerpo dejándolo acudir algunas veces a cosas exteriores sin que en las interiores ella sea impedida, ¿por qué no lo hará de noche? Si muchas veces el fuego sepultado debajo de las cenizas arde y quema al tizón en quien está encorporado, ¿por qué no podrá un alma en un cuerpo dormido levantarse a Dios? Si el león duerme los ojos abiertos f y las mulas dicen los carreteros que duermen tirando el carro, ¿por qué al justo [no] le g podrá dar Dios tal propiedad que durmiendo el cuerpo estén abiertos los ojos del alma para contemplar, y juntamente con tirar el carro, acudiendo a las necesidades del cuerpo, duerma el alma en particular reposo de su oración y quietud?

  5.  La esposa dice que en su cama y lecho buscó a quien su alma desea 1. Yo pienso que se puede entender esto en la forma que vamos tratando: que dormida esta amorosa esposa en el sueño y descanso del cuerpo buscaba a su esposo. Porque decir que en su lecho buscó bien se deja entender que para tener oración de reposo y buscar a Dios que no se habíe de acostar, sino entrarse en su oratorio y allí, de rodillas y con lágrimas, buscarlo; sino que siéndole fuerza darle de en cuando en cuando al cuerpo lecho y cama que duerma y repose quedándose el cuerpo dormido, el alma se fue por particular previlegio a buscar a quien amaba.

  Y decir David en el psalmo 6: Lavabo per singulas noctes lectum meum 2, bien se deja entender que h no se acostaba de propósito para llorar. Y a quien está con esta pasión pocas veces le da lugar a un hombre para se echar a dormir, sino que muchas veces, demás de las que dispierto regaba con lágrimas su lecho, dormido se le aflojaba i la cinta y soltaba la venda y se le iba la sangre, o, por mejor decir, las lágrimas por las aberturas de sus ojos, que con el dolor de las culpas, como con lancena estaban rompidos; y así sin las poder detener en esa ocasión salían tan apriesa y de tan buena [129v] gana como si estuviera dispierto. Y así en el psalmo 15 va dando gracias a Dios porque le dio entendimiento: Benedicam Dominum qui tribuit michi intellectum; insuper et usque ad noctem


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increpuerunt me renes mei 3. Sujetándolo a toda censura, parece dice que bendice a Dios porque le dio entendimiento de noche y de día hasta que sus renes le reprehenden, hasta que el cuerpo se queja del j poco reposo que le dejan tomar, porque luego dice: Providebam k Dominum l in conspectu meo semper 4; que traía a Dios presente siempre sin sacar tarde ni mañana, ni el tiempo del comer, ni el de dormir.

  6.  Que estos dos officios sucedan a los sanctos y siervos de Dios muy de ordinario sobrenaturalmente, eso ni m tiene dificultad ni duda, pues la sagrada Escritura lo enseña de millares de sanctos y profetas a quien, en sueños y dormidos, Dios enseñaba y descubría grandes secretos suyos. Y por estar la Scritura tan llena de testimonios de esta verdad no los traigo aquí. Basta saber que muchas veces, para asegurar la verdad y certidumbre de muchos sacramentos que enseñaba Dios n, le daba Su Majestad marro al cuerpo y a sus sentidos, cogiéndolo dormido para se las haber a solas con el alma. Y digo para asegurar la certidumbre y pureza de las cosas que Dios enseña, porque cuando entran vía ordinaria por los sentidos enbástanlas y guísanlas de modo que les hacen perder gran parte de su sabor. Que mucha diferencia hay de tomar la medicina en simples de cosas de la botica o en compuestos. Los cuales compuestos preparan las cosas al paladar de los sentidos y les hacen perder algo de su fineza y delicadeza o que las tales cosas sobrenaturales train consigo.

  7Decir san Pablo que su conversación es en los cielos 5 y otra vez decir que fue arrebatado hasta el tercer cielo donde vido cosas que no se pueden decir ni hablar, y tratando de este rapto y de esta visión dice que ni sabe p si fue en el cuerpo o fuera del cuerpo 6. Pues digo yo ahora: si san Pablo dice que no sabe si esto le pasó estando el alma en el cuerpo o fuera del cuerpo, marro se le dio al cuerpo como quiera que fuese, fuese en el cuerpo o fuera del cuerpo, pues tan lejos estuvo de él y de darle parte de aquellos secretos y misterios, que dice no sabe si estaba allí el cuerpo o si estaba fuera dél. Es certíssimo es traza de Dios usar de estas mañas cuando quiere hacer alguna manifestación grande de sus secretos.

  8Llano es que si al cuerpo de una iglesia se le quiere entrar algún retablo grande que no se quiere o no [130r] se puede desbaratar, que se ha de usar de maña q cuando no cabe por las puertas o se ha de hacer allá dentro, de suerte que, sin r meterlo por las puertas hecho, allá dentro se fabrica y se hace. Y esto hace Dios muchas veces con los justos por cuyos sentidos no caben las grandezas de las cosas que Su Majestad quiere enseñar: que allá dentro en el alma las hace y fabrica, sin que de aquello sepan los sentidos. Otras veces las cosas


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grandes las entran por puertas chicas desbaratándolas y entrándolas por piezas. Y así muchas veces mete Dios cosas en nuestra alma por los sentidos, desbaratándolas y, por piezas y representaciones, allá después las junta y traba. Otras veces se fabrican las paredes en circuito de alguna cosa grande, dejándosela dentro. En el alma de san Pablo puso Dios y mostróle cosas tan grandes que dice que en aquella ocasión no sabe qué se habíe hecho el cuerpo, porque no eran aquéllas cosas que podían entrar por puertas tan pequeñas y ordinarias como las del cuerpo, como ni tampoco podían salir, pues dice que oyó s lo que no puede hablar. Luego si no puede salir aquella grandeza de las cosas que oyó, tampoco podrían entrar. Y lo propio cuando dice que "ni la oreja oyó ni los ojos vieron lo que Dios tiene preparado para los que le aman7. Señal es que por puertas y entradas chicas para cosas tan grandes reprueba los ojos y las orejas. De aquí es que muchas veces comunica Dios sus secretos en sueños cuando el cuerpo está dormido, pues a Su Majestad le es tan fácil en cualquier ocasión volver atenta el alma. Y en este sentido se dice que los justos aprovechan el tiempo y lo doblan haciendo a un mismo tiempo dos officios, acudiendo a las necesidades del cuerpo y granjeándolo en bien del alma.

 

 




a  ms. 46



b corr.



c  sigue el di tach.



d sobre lín.



e  ms. 229



f ms. abierabiertos



g rep.



1 Cf. Cant 3,1.



2 Sal 6,7.



h rep.



i sigue la venda tach.



3 Sal 15,7.



j  sigue que tach.



k ms. providevant



l sigue pal. tach.



4 Sal 15,8.



m sobre lín.



n sobre lín.



o corr. de delicadezas



5 Flp 3,20: "Nostra autem conversatio in caelis est".



p sigue síl. tach.



6 Cf. 2 Cor 12,2-3.



q sigue o traça eso el rol tach.



r sigue p tach.



s  sigue y o tach.



7 1 Cor 2,9.






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