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San Juan Bautista de la Concepción Obras IV – S. Juan B. de la C. IntraText CT - Texto |
Otro capítulo a los hermanos, domingo por la mañana. Trata cómo el seguir a Cristo ha de ser con perseverancia
1. La obligación de nuestra regla 1 nos trai aquí. Que, cuando yo no tenga qué decir, parece corre por nosotros la obligación que por los estudiantes: que, no tiniendo el maestro lección preparada que leer ni los discípulos gana para la oír, con juntarse cursan y no multan a los unos y a los otros. Con juntarnos aquí nuestros hermanos y presentarnos [7r] ante Dios, cuando de mi parte se descubra cortedad en el hablar y de sus charidades poca gana en el oír, parece cumplimos con Dios y con nuestra regla a. ¡Qué de veces mandaba Dios que los sacerdotes y levitas estuviesen delante de él 2, sin llevar officio u ocupación por entonces, dándose Su Majestad por contento y pagado con ver delante de sí los que son suyos! Como el amo y señor que gusta de ver delante de sí a sus pajes y criados, no obstante que no les haya de mandar nada. Que en esa presencia que hay de parte de ellos parece hacen lo que un ejército de soldados cuando salen a hacer la reseña, sin hacer o tener los verdaderos acometimientos contra el enemigo, disparar arcabuces o enarbolar banderas. Y de parte del señor o prelado parece en sola esa junta se hace lo que dicen de los ojos del amo cuando mira su caballo o pasea por su b haza: que al uno —dicen— con sólo mirarlo lo engorda y a la haza la estercola para que en ella el trigo crezca. Nadie tenga por ocioso estas juntas, aunque no estén acompañadas de preceptos y mandamientos, porque en sí están, como queda dicho, llenas de mill obligaciones, que todas se pagan con este acto de obediencia y de parecer aquí todos juntos ante nuestros prelados.
2. Con todo eso, mis charíssimos hermanos, quisiera yo añedir dos palabras a lo que el otro día decíamos de cómo habíemos de seguir a Cristo. Y lo que ahora se me ofrece es sobre la primera palabra que Cristo dijo en el modo que habíemos de tener en seguirle, diciendo: Qui sequitur me 3. La cual palabra dice duración, perseverancia y perpetuidad. Qui sequitur me, dando a entender que el que quisiere alcanzar vida perfecta, ha de seguir siempre a Cristo. No basta haberle seguido y después descuidarse ni decir «yo le seguiré», que c ni en lo pasado ni en lo porvenir está la perfección de la vida, porque lo pasado se pasó y no se conserva si no es con la duración de la perfección presente y lo porvenir no sabemos si llegará. Sólo consiste la vida heroica de los sanctos en lo presente, en estar siguiendo a Cristo, que en cualquier tiempo se pueda decir que le sigue. Los bienes spirituales se diferencian de los temporales en que un hombre, que en su mocedad ganó muchas riquezas, puede comer de ellas en su vejez sin menoscabarlas, porque puede comer y gastar de d lo que rentan y estarse el principal siempre en pie, pero en los bienes spirituales es menester estar siempre ganando, porque, el día que nos descuidáremos y diéremos de mano a la labor, es cierto se nos perderá lo pasado, cumpliéndose [7v] en nosotros lo que san Bernardo 4 dice: que no ir adelante es volver atrás. Y aun esto debiera de ser lo que san Pablo dice Ad Philipenses 3: quae retro sunt obliviscens, ad ea vero quae sunt priora, extendens meipsum 5. Lo pasado —como quien dice— pasado, sólo hacía cuenta de lo por venir. Lo cual muy bien nos muestra aquella palabra extendens meipsum, que se extendía y alargaba a las cosas por venir. Como el galgo que va tras la liebre: que, por alcanzarla y que no se le vaya, se alarga y desencoge, de suerte que quisiera dilatarse doblado de lo que es. Así dice san Pablo que, para las cosas sanctas y buenas que no habíe hecho, tras que corría y andaba, se le salía el alma, se extendía y alargaba, no se le fuesen de entre las manos. Como el pobre jornalero que no tiene qué comer si no es de la tarea del día presente, que procura trabajar con alma y vida y desea, si pudiese, detener el sol para que el día fuese más largo.
3. Diránme: Pues, hermano, ¿qué razón hay para que en lo temporal mi dinero me rente que coma en la vejez y tiempo cansado y cuando yo estoy imposibilitado para el trabajo, que no los bienes spirituales que cuando mozo procuré granjear? Respondo que los bienes temporales son para acá y acá tienen sus rentas y fructos, y los spirituales son para la otra vida y para allá nos promete Dios paga de buenos tributos, pues promete ciento por uno 6. Y así nadie se debe descuidar con lo ganado, pareciéndole que, cuando huelgue o descanse un año, le dará Dios virtudes, como quien de lo pasado paga censo, porque, si en eso estriba, perecerá.
4. Digo, lo segundo, que fue cosa muy justa y conveniente que de los bienes temporales se pagase aquí tributo en este mundo, porque, como éstos sólo se ganan con fuerzas y salud corporal, no siempre el hombre está en disposición de trabajar y ganar, porque unas veces está impedido con la vejez, otras con enfermedades, otras con tiempos contrarios; y así es necesario que esos bienes se puedan squilmar acá en la tierra. Pero, para granjear bienes spirituales, nunca jamás está un hombre imposibilitado, [8r] porque, si le falta la salud o las fuerzas, se contenta Dios con una sana y entera voluntad; y los tiempos no vienen tan trocados y adversos que en ellos no pueda tener muy buenas ganancias, como dice san Pablo: in prosperis et in adversis 7. ¡Oh qué engañados viven los que a cuenta de lo pasado quieren ser tenidos por sanctos y defendidos de sus tentaciones! ¿Qué le sirve a un mercader haber pasado la mar con buen seguro, si no se previene para el peligro de la orilla o del arroyuelo? ¡Qué de ellos hemos visto ahogados a la orilla y, quien ha salido libre del golfo y mar profunda, padecer naufragios porque se descuidó en el charquillo y arroyuelo! ¡Qué de sanctos libres en los peligros y grandes ocasiones y caídos en los llanos y cosas fáciles!
5. No hay, mis hermanos, que poner los ojos en cosas pasadas, que agua pasada no muele molino. Todo ha de ser de presente. No hay que escusarnos con decir que estamos cansados o imposibilitados, que con una sana y sincera voluntad y deseo se da Dios por obligado. Una nave muy grande y muy cargada en medio de la mar con un poco de viento se mueve y con una cuerda muy delgada se tira y lleva donde quieren, pero, si la sacasen de allí, no seríe posible menearla las fuerzas de los hombres. Un alma, cargada de sanctas y buenas obras, puesta y metida en la perfección de vida que Dios manda, con grande facilidad se mueve y llevará, así cargada, donde quisiere el dueño. Si no puede ir a remos porque le faltan fuerzas, si le parece que no corre el viento de los tiempos y ocasiones que él desea, sólo caminará con una soga o cuerda delgada, con una sana y libre voluntad de más agradar a Dios. Porque, si de ese mar sale y de esa perfección de vida, ¿quién será bastante a menearla ni trocarla, si cortó el hilo, si dio consigo en el arena? No hay que hacer caso de lo pasado. Eso quiere decir Cristo cuando dice: qui sequitur me; que es necesario seguirle con continuidad.
6. No quiere Dios que nadie se quede en los principios, que el reino de los cielos no es de los que enpiezan sino de los que acaban y perseveran. Aspicientes —dice san Pablo, Hebreorum, 12— in auctorem fidei, et consummatorem Jesum Christum 8. [8v] No se contenta con decir autor, sino consumador, porque autor dice principio y consumador dice fin y cabo. Y la bienaventuranza y joya que Cristo promete, ofrécela a los que acaban 9. Y así no quiere que sólo pongamos los ojos en Cristo en cuanto es autor, sino en cuanto consumador y en cuanto e acabó y perficionó todas sus obras con summa perfección.
7. Baruch en el capítulo tercero va tratando de la verdadera sabiduría y en qué consiste. Dala a solo Dios y a él sólo la concede. Y Dios dice que la entregó a Jacob. Y este entriego que de ella hizo, lo dice por un modo de hablar extraordinario: Tradidit —dice— eam Jacob, puero suo, et Israel, dilecto suo 10; entrególa a Jacob su siervo y a Israel su amado. Pues pregunto yo, ¿Jacob y Israel no es una propia persona? Sí, porque, aunque es verdad que la Escritura le da dos nombres, que es Jacob y Israel, un f hombre solo es, que fue el hijo de Isac. Pues ¿por qué en esta ocasión le da entramos nombres, como si dos personas fueran? Y más, ¿por qué, cuando lo llama Jacob, lo llama siervo y, cuando Israel lo llama, lo llama amado? Respondo que Jacob quiere decir luchador, Israel, consumador y el que ve a Dios 11. Y esta ciencia, de quien va el propheta hablando, no se da al que sólo en los principios lucha consigo para vencer sus pasiones, sino al que, después de vencidas, pasa adelante a hacerse Israel y ver a Dios. Que fue decir: no alcanza esta sciencia el que enpieza con brío luchando y luego lo deja, sino el que pasa adelante a tener, gozar y poseer a Dios con quietud y sosiego.
Cuando lo llama Jacob lo llama siervo y, cuando Israel, amado porque el justo en sus principios enpieza en el camino de la perfección como siervo, trabaja como niño, todo a costa de trabajo y lucha. Pero, después que se ha aprovechado en este camino, ya trabaja y sirve, no como siervo, sino como amigo. Y a éste es a quien Dios da y concede esta sciencia y sabiduría de seguirle con summa perfección.
8. Esta propia diferencia puso David tratando del testamento de Dios, psalmo 104 g: Et statuit illud Jacob in praeceptum, et Israel in testamentum aeternum 12. El precepto dice que lo puso a Jacob y el testamento a Israel. Porque el precepto conviene al siervo y el testamento al hijo y amigo. Y aunque es verdad que era un propio pueblo con quien allí hablaba David, pero, como cada día crecía y se mejoraba, unas veces lo llama Jacob, como cuando está en sus principios, otras, Israel, [9r] que es cuando se aprovecha y crece en perfección. Y así, en sus principios, lo trataba como a siervo h, con preceptos y mandamientos; y, en sus mejoros y aprovechamientos, lo trataba como a amigo y como a hijo, premiándolo. Pues el que esto hiciere y no se contentare con los principios, sino que pasare adelante, ese tal es el que sigue a Cristo y el que no andará en tinieblas, cometiendo y haciendo culpas y cayendo en terrores, antes tendrá lumen vitae 13, tendrá una fee viva y resplandeciente.