Índice: General - Obra | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText
San Juan Bautista de la Concepción
Obras IV – S. Juan B. de la C.

IntraText CT - Texto
Anterior - Siguiente

Pulse aquí para desactivar los vínculos a las concordancias

EXHORTACION 43

Del cuidado que tiene Dios de llamarnos a mayor perfección y la ingratitud del hombre a sus vocaciones

1. Como en la perseverancia y perfección religiosa están encerrados los bienes y premios eternos, deseoso Dios de darlos y comunicarlos al hombre para quien los tiene, parece Dios está hecho un pregonero llamando al hombre por mill modos y maneras a que acuda a él, goce y tenga corona tan inmarcesible como la de su gloria. El la sube, la baja, abarata y ofrece como de balde, pues non sunt condignae passiones huius temporis ad futuram gloriam 1. Tengo por tan grave culpa no acudir el hombre a tal vocación a y llamamiento, que, me parece, siempre habíemos de estar tratando de estas voces b que en lo secreto de nuestra alma resuenan a que nos levantemos y corramos a él. Y si bien abriésemos los ojos para pesar y considerar esta vocación interior a mayor bien, no nos veríamos poco obligados, todas las horas del mundo, a pasar adelante.

2. ¡Oh buen Dios, y cómo me pareces una madre amorosa que, apartándose de su chiquillo, abiertos los brazos, lo llama que vaya a ella y, cuando el niño llega, se torna a desviar para que más ande, más se aleje del lugar primero y más y mejores abrazos merezca cuando llega! Padre de misericordias, [137v] cuando mi alma oye por secretas inspiraciones este surge, propera et veni, amica mea, y que, por mucha priesa que se un alma, nunca alcanza en este mundo de veras lo que desea, sino que siempre oye las propias palabras de propera et veni, date priesa y ven, ¿qué tengo de entender, Señor mío, sino que, al paso que un alma corre a ti, tú finges unos amorosos desvíos para que yo más ande y más camine, más me aleje de mí y me acerque a ti, para que merezca más y mejores abrazos, que tú sabes dar c a quien de veras te busca? Así dijo el sancto Job, capítulo 13: Vocabis me, et ego respondebo tibi 2; llámasme interiormente y yo te respondo haciendo lo que me mandas; tú me inspiras y yo obedezco.

3. De grande consideración es estar un siervo de Dios advertido que cualquier inspiración buena que dentro del alma siente no es otra cosa sino una presencia de Dios, que con la tal inspiración nos llama y dispierta para su execución. Porque, como quiera, según san Pablo dice, 2 Corint. 3, que no somos d suficientes para pensar cosas buenas, como si nosotros fuésemos el autor de ellas, y que en esa materia toda nuestra suficiencia es de Dios 3, por ese propio caso, siempre que en la oración e o en otra cualquier parte se nos ofrecieren pensamientos sanctos, sanctas y buenas inspiraciones, hemos de estar advertidos que Dios es el que allí está llamando para la execución de lo que inspira.

4. Y porque pocas veces está el hombre dispuesto para oír voces tan delicadas, las cuales no bien se perciben sino en la soledad, donde Su Majestad sabe llevar a quien él bien ama para lo hablar al corazón 4, busca otros modos más comunes y generales, más exteriores y sensibles que llamen al hombre a mayor perfección y amor a su criador. Este modo tiene Dios de hablar con todas las criaturas del mundo, las cuales nos enseñan que sólo en Dios está el fin, término y paradero de todo nuestro deseo. Así lo dice san Pablo 5: Invisibilia Dei, a creatura mundi, per ea quae facta sunt f, intellecta, conspiciuntur. Y según aquello de [la Sabiduría]: Et hoc quod continet omnia, scientiam habet vocis 6; este mundo que contiene todas las cosas pregona con sabiduría y acierto g que vamos a Dios.

5. Y por si el hombre es ignorante y no entiende esas voces mudas, dio y puso otras más claras en los h predicadores, prelados y otro género de gentes que muchas veces, sin pensar y sin i particular acuerdo, lo tiene Dios, ya que no de golpe de resultida, para j avisarnos de muchas cosas que nos importan y convienen k. Así como [138r] sucede tirar un hombre a un terrero y dar y matar un ave, y l poner una poca de liga para un gorrión y caer un gavilán. Y cuántos ladrones hay que, oyendo el pregón del otro que van azotando, suena en sus orejas la justicia ajena como propia, y aun escuecen los azotes ajenos en propias spaldas; y aun yo de mí propio hacerme verdugo y pregonero sin advertir ni pensar, reprehendiéndome y sentenciándome m con palabras no acordadas, porque muchas veces Dios, que movió la lengua de Caifás para que profetizase 7 y la de una jumenta para que hablase contra un mal propheta 8, puede mover la mía para que profetice y diga el castigo de mis males y los males de mis tibiezas y los descuidos de mis flojedades.

6. No tratemos ahora tan en particular de las voces que en mí por mill maneras resuenan, que sería nunca acabar, y acabar con notable confusión viéndome tan a pie quedo, sin hallarme en algo adelantado en aquello que tanto me conviene y Dios desea. Sólo ahora trato de las amonestaciones que tenemos de los prelados que nos n llaman para aquel grande y celebrado convite que hizo aquel padre de familias, de quien dice san Matheo, capítulo 22, que misit servos suos vocare invitatos ad nupcias 9; que envió la gente de su casa para que llamasen los convidados para las bodas. Donde se ha de notar que ya dice eran convidados, ya estaban aplazados cuando se les enviaron estos criados a que los llamasen. ¡Oh misericordia inmensa de Dios! Que, cuando exteriormente me llamas, ya me tienes muchas veces avisado secreta e interiormente que mire que yo soy para quien está aparejada aquella cena grande, que yo soy para quien se hizo tanta costa en el monte Calvario, para quien se derramó tanta sangre y se puso la mesa.

7. Ya me tiene Dios avisado secretamente que esté alerta y aparejado para el cuando debo entrar en esos eternos convites. Lo propio parece sucedió a aquellas vírgines prudentes y locas que salieron a recebir a su esposo, pues antes del oír la voz y el clamor de la medianoche o, que decía: Ecce sponsus venit, exite obviam ei, primero dice el evangelio 10 que exierunt obviam sponso et sponsae. Luego primero fueron avisadas. Y es certíssimo que, primero que se oyan las voces acá fuera, [138v] allá dentro tiene Dios dados ciertos avisos secretos en que nos pide el estar apercebidos.

8. Pero veamos lo que respondieron aquellos convidados, ya convidados y después llamados: et nolebant venire 11; que regatearon la ida y al cabo no fueron. Y lo propio sucedió a las vírgines, pues de diez solas las cinco entraron 12. ¡Oh Dios sancto, y qué bien dices: Beati qui audiunt verbum Dei et custodiunt illud 13! Aquel et p es conjunción copulativa. No se puede llamar dichoso el que oye la palabra de Dios, sino el que la oye y la guarda. ¡Oh, dichosa el alma que está aparejada y dispuesta para cuando oye la voz de su Señor para la obedecer! Pero, como el hombre vive con tantos descuidos de las cosas del alma atendiendo más a las cosas del cuerpo, adentro le llaman muchas veces y él acude fuera, como el niño Samuel ignorante que le llamaba Dios y va al sacerdote viejo Elí 14. De éstos q podemos decir lo que el refrán r: entendemos como queremos y no como Dios manda s.

9. Con todo eso, para que no pretendamos ignorancia, el mismo Dios toma a su cargo, como al principio decíamos, el officio de pregonero por si acaso t, como él u dijo por san [Mateo], viendo que aquellos arrendadores de su viña lo habíen hecho tan mal con sus criados y mayordomos, a quien habíe enviado a pedir el tributo y arrendamiento de su viña v: verebuntur forsitam filium meum 15; quizá se avergonzarán viendo entrar a mi propio hijo por sus puertas. Lo propio parece hace su divina Majestad, que, aunque es verdad tiene señalados predicadores, prophetas y prelados que llamen, el mismo Dios toma a su cargo el ser pregonero, llamar y dispertar; verebuntur forsitam, a ver si acaso el hombre se avergüenza de que Dios lo llama y él se hace sordo. Así lo dice san Pablo, Ad Haebreos: Multifariam, multisque modis olim locutus est Deus, novissime, diebus istis locutus est nobis in Filio 16. Esto podríamos decir a un religioso: que de antes en el siglo lo llamaba Dios por muchas maneras y, últimamente, lo llama en su Hijo, con quien tan de ordinario trata en la oración y recogimiento.

10. Dirán que cuándo nos llama el Hijo de Dios. Digo, mis hermanos, que todavía están vivas aquellas palabras y el eco de ellas se está resonando en las orejas de los hombres, que Cristo dijo por san Lucas, capítulo 8: Poenitentiam agite 17. Que de veras hagamos penitencia, que se llega ya el reino de los cielos, cuando no habrá [139r] más lugar de merecer y satisfacer por peccados, porque al lado que el árbor cayere aquél se quedará. Todavía se están vivas aquellas palabras: Venite ad me omnes qui laboratis, et ego reficiam vos (Math. 11) 18. Y aquellas palabras, Lucae 8: Qui habet aures audiendi, audiat 19. Oigan todos los que tienen orejas, que habla el Hijo de Dios. Y en la muerte, con una voz y clamor grande dio Cristo su espíritu al Padre 20. Dice san Bernardo w: Ascendit in altum, ut ab omnibus videretur; voce magna clamavit, ut ab omnibus audiretur; clamori lachrimas addidit, ut ei homo compateretur 21. Sube, dice, Cristo a lo alto del monte x Calvario para que todos lo vean, clama con voz alta para que todos lo oigan, añade lágrimas para que el hombre dél se compadezca.

11. ¿Qué hay, sancto Dios mío, de tantas voces, de tantos clamores de parte del hombre que no sea ingratitud y mala correspondencia? ¡Oh buen Dios, que digas tú por David y: Laboravi clamans, raucae factae sunt fauces meae 22; que de dar voces estás cansado y ronco, y el hombre siempre sordo y detenido en sus gustos! No leemos que, de todos aquellos que llamó aquel gran padre de familias para que fuesen a trabajar a su viña 23, hubiese quien se excusase, que bien echaban de ver que, aunque los llamaba al trabajo, a ése se le habíe de seguir paga y premio; y que, como dicen, en el color y pelo de la capa se le echaba de ver era hombre poderoso que bien podía pagar lo que en su servicio se hiciese. Y así todos fueron sin dilación. Antes los que fueron z tarde, dieron por disculpa de su ociosidad y tardanza que nadie los habíe llegado a llamar 24, dando a entender que, si antes los llamaran, antes hubieran ido. Verdad es que inadvertencia fue suya, que sí los habíen llamado. Y por mucho que el hombre madruga, más madruga Dios, pues apenas ha enpezado el hombre a tener uso de razón cuando ya está Dios aguardándole a la puerta de su ignorancia para le dispertar, con una nueva luz al principio de su prudencia y discreción a, a que acuda al cumplimiento de la ley. Pero, con todo eso, aquellos buenos hombres en aquella escusa que dieron descubrieron el buen deseo que llevaban de ir llamados y alquilados de tan gran padre de familias. ¡Cuántos hay en el mundo (y quiera Dios no sea entre nosotros) dignos de reprehensión por ser llamados [139v] una y muchas veces no sólo al trabajo sino al premio, no a la cruz sino al descanso, y con todo eso, tibios y flojos b!

12. ¡Oh buen Dios, y qué confusión para el hombre ver cuán sujetas y obedientes tienes todas las criaturas de la tierra y del cielo a tu c palabra, y qué inobediente es el hombre! ¿Quién es éste, dicen los que se hallan con Cristo en su nave d, quia venti et mari obediunt ei 25? Los vientos y la mar le obedecen. Quid est tibi, mare, quod fugisti? Et tu Jordanis, quia conversus es e retrorsum? 26 ¿Qué tienes, mar, dice David, que, en llegando a ti el pueblo de Dios, huiste y tú, Jordán, cómo te vuelves atrás? El propio David responde: A facie Domini mota est terra, a facie Dei Jacob 27. Son f, como si dijera, todas las criaturas del mundo tan obedientes a Dios, que aun no aguardan palabras expresas para obedecer sus mandatos. Delante de sus ojos y rostro se humillan, postran y tiemblan; y con cualquier señal hacen cosas tan dificultosas como son la mar abrirse y apartar sus aguas, haciendo de ellas murallas para defender su g pueblo h; y el Jordán dejó su curso abajo y tornó arriba, siendo cosa tan contraria a su naturaleza. Y siendo el hombre criado para el cielo y caminante para aquellos bienes eternos y llamado tantas veces que esté Dios ronco, y que, con todo eso, lleve para sus gustos y para los disgustos de Dios corrida tan acelerada, que un Dios entero no lo puede detener. Que lleve tanta priesa a rodar al infierno, que le arroje Dios un cielo entero para calzar las ruedas que corren, y que suba por encima y pise tantas promesas como Dios le hace sólo por un gustillo perecedero.

13. ¡Oh buen Dios eterno, que el agua deja de ser agua y se torna sangre mandándole Moisés 28 en nombre tuyo i, y el polvo j deja de ser polvo k y se torna mosquitos 29, y todas las criaturas a la voz de Dios l en el hombre se truecan y buscan el ser y naturaleza que mejor es y más m acommodado a la tal voluntad, sólo porque en estas criaturas se haga tu n voluntad o, y que el hombre, siendo por sus peccados bestia y bruto, no quiera dejar esa fiereza mandándoselo Dios, rogándole p con palabras de amor y afición se trueque en un ser divino y de hijo de Dios y ángel por gracia y sancto por sus virtudes y costumbres q! Oh qué bien dijo r quejándose por Esaías: [140r] s Filios enutrivi et exaltavi; ipsi vero spreverunt me t. Bos cognovit possessorem suum, et asinus praesepe domini sui; Israel autem me non cognovit 30. ¡Que tenga yo hijos mayores u bestias que los brutos v, pues ellos conocen a sus amos; y habiendo yo levantado a los hombres en una dignidad tan grande como es ser hijos por gracia, ellos me desprecien, desechen y no conozcan mis voces e inspiraciones! Abranos Dios las orejas y dénos una voluntad muy conforme a la suya, por quien él es.

14. Para que concluyamos con esta exhortación, sólo quiero declarar en qué podremos entender que oímos las voces de Dios y obedecemos sus mandamientos, porque yo no dudo sino que hay muchos que, estando bien lejos de hacer el gusto de Dios hacen el suyo, viviendo bien engañados. Digo, pues, que aquellos oyen las voces que las cumplen en la propia cosa que se les manda, porque, si Dios me llamase a mí para ejercicios activos y de trabajo, y yo me quisiese estar en la celda, no acudía a su voz, aunque a mí me pareciesen mejoros los de la celda. Pues veamos dónde nos llama Dios.

15. Surge, dice, propera et veni 31, que vamos tras él siguiéndole sus pisadas. Como un Thomás que dice: Eamus, et moriamur cum illo 32. Y como el mismo Cristo dice, Math. 10: Qui non accipit crucem suam et sequitur me, non est me dignus 33; si quis michi ministrat, me sequatur 34, Lucae 14 [sic]. Aquellos oyen esta voz que van en pos del mismo Cristo. No como aquel de quien dijo Job 15: Tetendit adversus Deum manum suam, et contra Omnipotentem roboratus est. Cucurrit adversus eum erecto collo, et pingui cervice armatus est 35. Hemos de correr tras Cristo, non contra Cristo. Miremos si en el estado que tomamos tenemos cruz o buscamos gusto, si abrazamos trabajos o, huyendo de ellos, queremos premios.

16. En esto, dice Cristo a sus apóstoles, conoceréis si sois mis discípulos: si feceritis omnia quae praecipio vobis 36. Miremos si hacemos en todo lo que Dios manda, si cumplimos su ley y mandamientos. Si en nuestra vida nos mejoramos y cada día pasamos adelante, es cosa cierta que en eso echaremos de ver que oímos su voz y acudimos a sus inspiraciones y vamos tras él a ser premiados en aumento de gracia y gloria. Etc.

[140v]

Jhs. M.ª




1Rom 8,18.



acorr.



bsobre lín., en lín. Dios tach.



csobre lín.



2Job 13,22.



dcorr. de solemos



3Cf. 2 Cor 3,5.



esigue se nos ofrece tach.



4Cf. Os 2,14: «Et ducam eam in solitudinem, et loquar ad cor eius».



5Rom 1,20.



fper-sunt sobre lín.



6Sab 1,7.



gcorr.



hsobre lín., en lín. sus tach.



isobre lín.



jsobre lín.



ksigue a nuestro aprovechamiento tach.



lsigue ca tach.



msigue a mí propio tach.



7Cf. Jn 18,14.



8Cf. Núm 22,28-29.



nsigue amonestan y tach.



9Mt 22,3.



o de la medianoche sobre lín.



10Mt 25,1.6.



11Mt 22,3.



12Cf. Mt 25,10.



13Lc 11,28.



psobre lín., en lín. est tach.



14Cf. 1 Sam 3.



qsobre lín., en lín. quien tach.



r lo que el refrán sobre lín., en lín. que tach.



ssigue pero tach.



t por si acaso sobre lín.



usigue mismo Dios tach.



val marg. vide



15Mt 21,37.



16Heb 1,1.



17Mt 4,17.



18Mt 11,28.



19Lc 8,8.



20Cf. Mt 27,50.



wsigue emisit spiritum tach.



21 No se halla en los escritos de san Bernardo, incluidos los de dudosa atribución.



xms. monde



ysigue el tach.



22Sal 68,4.



23Cf. Mt 20,1ss.



zsigue más tach.



24Cf. Mt 20,7.



aal-discreción sobre lín.



b y con-flojos sobre lín.



ccorr. de su



dsigue dicien tach.



25Mt 8,27.



ems. est



26Sal 113,5.



27Sal 113,7.



fsigue dice tach.



gsobre lín., en lín. el tach.



hsigue de Dios tach.



28Cf. Ex 7,17-20.



isobre lín., en lín. de Dios tach.



jsobre lín., en lín. aire tach.



ksobre lín., en lín. aire tach.



29Cf. Ex 8,12-13.



lcorr. de del hombre



m y más sobre lín.



ncorr. de la



osobre lín., en lín. de Dios tach.



pcorr. de rogándoselo



qse-costumbres al marg.



rsigue Esai tach.



sal marg. derecho 8



tsigue ten tach.



30Is 1,2-3.



ucorr.



vms. brotos



31Cant 2,10.



32Jn 11,16.



33Mt 10,38.



34Jn 12,26.



35Job 15,25-26.



36Jn 15,14; cf. ibid., 8,31.






Anterior - Siguiente

Índice: General - Obra | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText

IntraText® (V89) Copyright 1996-2007 EuloTech SRL