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San Juan Bautista de la Concepción
Obras IV – S. Juan B. de la C.

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21

Jhs. Maria

Hodie scietis quia veniet Dominus, et mane videbitis
gloriam eius

Dos cosas hallo que considerar en estas palabras que hoy canta la sancta madre Iglesia 1: las buenas nuevas que nos trai, las albricias que nos pide, los buenos días, las buenas pascuas que nos da. Y lo primero con que nos da estas buenas pascuas y de que nos pide las albricias: Et mane a videbitis gloriam eius; que mañana veremos la gloria de Dios. A las lágrimas y pobreza, etc., llama gloria de Dios, porque el bien del hombre lo llama suyo y porque nuestra gloria está en sus manos; y lágrimas, etc. Dice que videbimus gloriam Dei. A la obra de la redempción y encarnación es propio [43v] de la Iglesia y prophetas llamar la obra de misericordia de Dios.

El sancto rey David esto que nosotros decimos en el invitatorio dijo él por otro lenguaje: Tu exsurgens, Domine, misereberis Sion b, quia venit tempus miserendi eius 2. La venida de Dios al mundo llámanla jornada de misericordia, porque no le trujo otro motivo sino remediar nuestras miserias; y éste tan desnudo y tan a solas que, habiendo procedido de su venida otros mill bienes en la tierra y en el cielo mayor excelencia de la naturaleza humana, agrado a los ángeles y aun honra y gloria al mismo Dios, como dice el tema, afirma lo más común de los theólogos que no intentara el viaje si no hubiera en los hombres males que reparar. Assí parece que lo quiere dar a entender la Iglesia en aquellas palabras: qui propter nos homines et propter nostram c salutem 3. San Bernardo 4 dice que bajó también por los ángeles que perseveraron en gracia y que ésta se les dio antemano en virtud de los méritos del Salvador que había de venir. Y san Jerónimo, en la calenda, que consagró el mundo con su piadosíssima venida: Mundum suo piissimo adventu consecravit 5. Y los theólogos dicen que fue obra de mayor grandeza y en que más resplandece el poder y bondad del inmenso Dios la unión hipostática y estar juntada nuestra naturaleza con Dios en Cristo que la creación del cielo y tierra y todo cuanto [la] naturaleza ha producido. Y no sólo eso, sino que excede sin proporción a todos los bienes que en la patria soberana gozan los bienaventurados, assí hombres como ángeles.

Es la razón por qué en todas las otras obras naturales y sobrenaturales comunica Dios sus bienes y en la encarnación d comunica su propio ser. Y todas las perfecciones que hay en las criaturas no son más de unas centellas casi apagadas de aquel fuego eterno que es Dios. Nuestros bienes son unos pequeños relievese de firmeza, pero sin la faciesf que allá tienen, [44r] sin el vellón vasto de las riquezas del criador. El cual se ha con las criaturas de la manera que un rico que trueca el doblón para dar limosna, y la da en cuartos, etc. Gran ventaja hiciera si le diera toda la pieza en su propio metal, y mucho más si fuera de infinito precio y peso. Pues sabed que todo el bien dado de la tierra y aun del cielo es un trocado largo de las mismas perfecciones de Dios en otro metal; o digamos que es el oro de ella, pero con mucha liga. Lo cual dijo san Joan: Quod factum est, in ipso vita erat 6. Todo lo criado estaba en Dios y en Dios era vida, porque era el mismo ser de Dios.

Ahora, al propósito, todos cuantos bienes reparte Dios no se los reparte puros como están en el mismo Dios, sino aguados y ametalados con las imperfecciones de las criaturas en la tierra. Y en los del cielo, ya que en ellos no haya imperfección, a lo menos hay carecer de la inmensidad con que están en Dios, como bienes propios y no habidos de limosna por mano ajena. Pero a la humanidad de Cristo no se contentó con dalle bienes con menguas y achaques, antes le comunica su mismo ser, el oro fino sin liga como él lo posee, de suerte que ya este hombre es Dios y es criador, es glorioso y tiene todas las perfecciones que el mismo Dios. Los hombres acá en la tierra participan un olor, los bienaventurados su vista, pero su ser sólo en Cristo lo comunicó [con la] común naturaleza. Y cuanta diferencia hay de gozar de Dios a ser Dios, tanta hay de las demás obras a la encarnación. Luego, si esto es así, ¿por qué la Iglesia no dice que decendió del cielo por ennoblecer las criaturas todas, por los ángeles, etc., por consagrar al mundo poniendo los pies en él, y más, porque hubiese una obra maravillosa que fuese que hubiese un hombre Dios? No hay que responder otra cosa sino que fue obra de misericordia, que tuvo por blanco reparar nuestras miserias. Y si de venir a repararlas se siguieron otros bienes, serán de recudida. Assí lo dice él por [44v] David, psalmo 11: Propter miseriam inopum et gemitum pauperum, nunc exsurgam, dicit Dominus 7. Que es lo que decíamos: Exsurgens misereberis Sion 8. Y san Pablo: Propter nimiam charitatem 9. Fue obra de misericordia.

Y si bien lo queremos mirar, hallaremos cumplidas todas las obras de misericordia en esta venida y entrada de Dios en el mundo. Y como toda ella es de tanto bien para el hombre y por blanco tiene remediar nuestras necesidades, nuestra madre la Iglesia hoy viéndole cerca pídeles albricias. Como el que aguarda la flota, cuando parece, le hace fiesta, pide chirimías y pídeles albricias, etc. O como cuando entra el rey en una ciudad, que por momentos vienen correos diciendo: ya viene, ya llega, cerca está, etc. De esta misma manera la Iglesia en todo este adviento no era otra su conversación. Unas veces dice: Regem venturum Dominum, venite, adoremus 10. Prope est iam Dominus 11, etc. Hodie scietis et mane videbitis 12, etc. Esta palabra, mane, dice con que significamos la primera parte del día. En latín es lo propio mane que manum et bonum 13, porque ordinariamente la mañana trae consigo la alegría y contento; de donde siempre por la mañana nos damos los buenos días. Y por ser ésta la primera palabra que se oía al principio del día, se quedó con este nombre: bonum. Y quizá esto quiso decir el sancto Job: Dies mei velociores transierunt, etc., et non viderunt bonum 14. No vieron el buen día, no alcanzaron a ver la dichosa mañana, acabáronse mis días antes que acabe de nacer el sol, de quien dice David 15 que ya se viene levantando; acabáronse mis días en las tinieblas, sin ver la luz ni dichosa mañana, de que nosotros gozamos.

Y en la misma correspondencia viene lo que después dijo san Pablo: Nox praecessit, dies autem 16, etc.; pasó la noche y vino el día. Y veremos que es lo propio que non viderunt bonum de Job, donde a lo que uno llama día otro lo llama bonum. Y aún es más, de estos [45r] que nos dan estos buenos días dice: Quam speciosi sunt pedes evangelizantium pacem, evangelizantium bona! 17 De los que nos dan los buenos días de haber salido el sol, etc. Y assí entiendo yo aquello de Esaías: Esto brachium meum in mane g 18. Y no lo pedís para la tarde ni para pasado mañana, etc. La palabra mane significa bonum 19, y quiere decir: ayúdame para todo bien, mi brazo, mi fortaleza siempre, que intentaré cosas buenas. Según esto, siendo todo uno, mane y bonum, anunciándonos la mañana: et mane videbitis, nos da los buenos días.

En esta plática dije muchas cosas otras. Y lo otro que, por no me acordar, no lo scribo, lee para este propósito y lima esto. Avisa sobre los siete psalmos 20 en este verso: Tu exsurgens, misereberis Sion, quia venit tempus miserendi eius 21. Está acotado en el elenco para la vigilia de la Natividad.

En aquello de cuando viene la flota y se ve se alegran todas las cosas, hoy las divisa la Iglesia cargadas: el tiempo lleno de paz, los cielos de gloria, los ángeles de alegría, etc., y la Virgen con Dios, etc.




1Era el versículo que se repetía en el oficio divino (invitatorio, antífonas, responsorio) y en la misa de la vigilia de Navidad.



aEt mane sobre lín., en lín. quem me tach.



bTu-Sion subr.



2Sal 101,14.



cqui-nostram subr.



3Misal Romano, palabras del credo.



4Cf. Sermones super Cantica Canticorum, 22,5-6 (ML 183,880).



5Martirologio romano, Calenda del día de la Natividad del Señor (25 de diciembre): «Iesus Christus... mundum volens adventu suo piissimo consecrare,... in Bethlehem Iudae nascitur ex Maria virgine factus Homo».



dms. carnación



ems. reluvis



fms. facen



6Jn 1,4.



7Sal 11,6.



8Sal 101,14.



9Ef 2,4.



10Breviario romano, invitatorio de las dos primeras semanas de adviento.



11Ibid., invitatorio de las dos últimas semanas de adviento: «Prope est iam Dominus, venite, adoremus».



12Ibid., invitatorio de la vigilia de Navidad: «Hodie scietis quia veniet Dominus, et mane videbitis gloriam eius».



13Mane procede, según algunos autores, del adjetivo manus, que significa claro, pero también bueno (bonus).



14Job 9,25; cf. Job 7,6: «Dies mei velocius transierunt...».



15Cf. Sal 103,22.



16Rom 13,12.



17Rom 10,15.



gbrachium-mane subr.



18Is 33,2, donde se lee nostrum en vez de meum.



19Cf. nota 13.



20Alude de nuevo a PEDRO DE VEGA, O.S.A., Declaración de los siete Salmos Penitenciales, Zaragoza 1606 (1.ª ed. Madrid 1602).



21Sal 101,14.






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