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San Juan Bautista de la Concepción
Obras IV – S. Juan B. de la C.

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Jhs. Maria

Misericordiam Dei

Pide misericordia al que es misericordioso y miserador: Misericors et miserator a Dominus 1. Buscando en qué se diferencia misericordioso y miserador, está en el hebreo una palabra por miserador, que no sólo quiere decir hacer bien, sino el que se desentraña por hacer bien 2. Llégase, pues, hermano, a pedir misericordia a Dios, que no sólo se contenta con hacer bien a los hombres, sino se desentraña, se deshace por hacernos bien. Semetipsum exinanivit 3, y assí humillado, se tornó a exprimir y apretar en el lagar de la cruz para nos hacer bien. Y assí siempre que de sí hacía comparación, si se comparaba a hombres, se comparaba a aquellos que por cumplir con sus officios se deshacen, se desentrañan y cansan y fatigan b: al padre de familias 4, que este nombre, padre, no es otra [45v] cosa sino solicitud y cuidado; a la madre 5 que, por sustentar su hijo, le da su carne, etc.; al pastor 6, al labrador 7, al pescador 8, etc. Si se compara a las cosas, se compara a aquellas que también, para hacer su officio, ellas se confirman y deshacen a la luz, etc.: a la granada, en cuyo símbolo mandaba Dios que el sacerdote el remate de las vestiduras fuese de granadas: Deorsum vero, ad pedes eiusdem tunicae, per circuitum quasi mala punica facies 9.

Espántanse muchos doctores sanctos porque haga Dios flocaduras de granadas en la vestidura del summo sacerdote 10. Flavio Josepho, a quien sigue san Jerónimo, dice c que, como en la vestidura jacinta del summo sacerdote estaba significado el mundo: In veste enim poderis quam habebat, totus erat orbis terrarum 11, las campanillas significaban los truenos y por las granadas los relámpagos, significando con esto cómo el sacerdote y el que estuviese en su casa había de ser un trueno y un relámpago 12, etc. San Gregorio dice que por las granadas se entiende la unidad de la fee: Nam sicut in malo punico una exterius cortice multa internis grana inveniuntur, sic innumeros Sanctae Ecclesiae populos unitas fidei contegit, quos intus diversitas meritorum tenet 13. El Venerable Beda dice 14 que por las granadas se entienden la muchedumbre de actos meritorios y de virtudes, que el sacerdote y religioso ha de cubrir con la corteza de la charidad 15. Otra razón podríamos dar y es que, entre todas las frutas, a sola la granada proveyó de corona; y poner corona a los pies del sacerdote es decir que el que estuviere en la casa de Dios, el cetro, la corona y honra ha de estar a los pies para desecharlo, etc.

Pero de todas estas dudas saldremos considerando a nuestro propósito la virtud de la granada, que es tan grande su liberalidad, que es tanta que, si es necesario, para que sus granos engorden se desentraña, hace pedazos y abre para que ellos se ensanchen [46r] y medren. Miremos en toda la vida de Cristo cuán a costa suya nos engordó y ensanchó 16, etc. Miraldo abierto en el árbol de la cruz, costado y pies y manos. Assí los antiguos, pintando el amor con tantas jarcias de cosas, como refieren Alciato, Fornutus, Verdeiro y otros muchos, sólo le dieron por armas la granada. ¿No hiere? ¿No mata? ¿No prende? ¿No captiva? ¿No vence? ¿No rinde? ¿No encadena? Pues ¿por qué no le pusieron por blasón de sus hazañas estos trofeos 17, sino granadas? La razón es porque no hay prueba más alta de amor que la de la granada. No ha mejor prueba de amor que hacer bien a quien le hace mal 18. Y esto hace la granada: que, en retorno de que sus granos le rompen las entrañas, ella d los ensancha, etc. Esto hace Cristo y por eso David lo llama: Misericors et miserator 19. Que, en retorno de tantos males como su charidad ha hecho, etc., él abrió su costado para perdonarlo y traerlo a su casa, etc.

Pero, para que advirtamos cuánto hoy a su charidad le ama y cuánta misericordia usa, notemos que en una cosa se diferencia la granada en el arca a Cristo en la cruz, y es que la granada cuando se parte se parte la corona y Cristo, aunque abrió su pecho y partió su sangre, pero la corona de espinas se le quedó entera. Y es la causa que la corona de la granada significa honra y la naturaleza quiere que todas las cosas de honra se partan, pero la corona de spinas de Cristo significa deshonra, afrenta, mortificación 20. Esta la ama tanto Cristo que para él la quiere entera y no de suerte que se le caiga, sino hincada en su celebro. Hermano, mire cuán misericordioso es Dios hoy con su charidad, que no parte hoy honras sino su corona de spinas, sus trabajos, sus ayunos, su cruz y mortificación, etc. Que eso es lo que Dios estima, porque quien ésos tiene, tiene la gloria y majestad que se puede imaginar. [46v] Lo de Moisés: Merear faciem tuam videre 21, etc. Dic. Y assí David dice del justo que sicut palma florebit 22. Dice Hugo en este lugar que las hojas de la palma son como espadas 23. No florecen [los justos] como los peccadores que, sin trabajo ni angustia, todo se les viene a pedir de boca, etc. Sino que por las picas alcanzaron las coronas, por las espadas angustias y apreturas, etc. 24. Que es lo que en otro lugar dice: In tribulatione dilatasti mihi 25. El Bernardo 26, fol.174. Hoy le damos y ponemos en la mano espadas, que son hojas de palma, disciplinacilicio e, para que con ellas florezca ganando la bienaventuranza, virtudes, etc.




aMisericors et miserator subr.



1Sal 110,4.



2Cf. ZAMORA, L., o.c., 428: «Muchos días anduve dudando qué diferencia había entre misericordioso y miserador, y al fin me sacó de esta duda un hebreo, diciéndome que el nombre rabum quiere decir no sólo tener misericordia, sino desentrañarse por hacer bien».



3Flp 2,7.



bms. fatiga



4Cf. Mt 20,1.



5Cf. Is 49,15.



6Cf. Jn 10,11.



7Cf. Mt 13,3.



8Cf. Jn 21,6.



9Ex 28,33.



10 En el presente comentario en torno a la granada sigue de cerca a L. ZAMORA, o.c., 424-426 (discurso 1.º de los dedicados a la feria quarta post dominicam quartam), copiando incluso algunas frases, como la actual. Tras citar las palabras del Exodo, Zamora escribe: «Espántanse mucho los doctores santos porque haga Dios flocaduras de granadas en el vestido del sumo sacerdote» (425).



cms. dicen



11Sab 18,24.



12ZAMORA, L., o.c., 425: «Flavio Josefo [Joseph., lib.3 Antiq., c.8], a quien el bienaventurado S. Jerónimo sigue, Filón Judío, dicen que, como en la túnica jacintina del sumo sacerdote estaba significado el mundo, según aquello del libro de la Sabiduría: In veste..., por las granadas se entendían los rayos y por las campanillas los truenos».



13Regula pastoralis, 2,4 (ML 77,31), donde se lee muniuntur en lugar de inveniuntur.



14 También estas dos últimas referencias están tomadas, casi literalmente, de L. ZAMORA, o.c., 425.



15De tabernaculo, lib.3 (CCL 119A,111): «Quia enim in malo punico multa interius grana, uno foris cortice teguntur, recte per mala punica multifaria virtutum operatio, uno caritatis munimine undique versum tecta designatur».



16Cf. ZAMORA, L., o.c., 425-426.



17 Los que señala Zamora (cf. nota siguiente) y que nuestro autor se ha saltado: arco, hacha, saetas, etc.



18Ibid., 429: «Pintando el amor los antiguos con tanta jarcia de cosas, como refieren Alciato, Fornutus, Verdeiro y otros, por qué ni le dieron por armas el arco, la hacha, las saetas, el pulpo, las flores o las demás cosas, sino la granada... ¿No hiere? ¿no mata? ¿no prende? ¿no cautiva? ¿no vence? ¿no rinde? ¿no encadena? Pues ¿por qué no le pusieron por blasón de sus hazañas estos trofeos, sino granadas? La razón, si no me engaño, fue porque no hay prueba más alta de amor que la de la granada; no hay piedra del toque que así descubra la fineza de la afición, como hacer bien en retorno de mal».



dms. ellas



19Sal 110,4.



20Cf. ZAMORA, L., o.c., 428.



21Cf. Ex 3,2-6; Sal 118,135: «Faciem tuam illumina super servum tuum».



22Sal 91,13.



23HUGO DE STO. CHARO, Opus admirabile..., II, Venecia 1703, 245r: «Habet folia similia gladio, quia verba sanctorum acuta. Hi sunt gladii ancipites in manibus eorum, idest verba in operibus».



24Copiado de ZAMORA, L., o.c., 180: Pondera «en este paso el cardenal Hugo: las hojas de la palma tienen figura de espada. No florecen los justos como los pecadores, que sin trabajo ni angustia ni persecuciones, les vienen a pedir de boca los bienes de fortuna... Sino que por las picas alcanzaron la corona, por las espadas, angustias y apreturas llegaron a la palma, al triunfo, a la corona y vencimiento».



25Sal 4,2.



26San Bernardo cita y comenta el Sal 91,13 en Sermones super Cantica Canticorum, 23,4 (ML 183,886).



ems. silicio






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