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San Juan Bautista de la Concepción
Obras IV – S. Juan B. de la C.

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82

[203v]

Jhs. Maria

Otra plática por Pascua

Fundada en que un hermano entró tarde después de haber tañido. No si me acordaré, que la scribo muchos días después de hecha. Y fue día de san Marcos 1. Etc.

 

Válame Dios, hermano, ¿qué es de aquellas primeras palabras que en el noviciado le enseñan acerca de la puntualidad, de la obediencia, que la voz de la campana es voz de Dios? Y aquel dicho que dijeron los sanctos Reyes: Hoc signum magni Regis est, eamus 2, etc. Y su charidad, después de tanto tiempo tornado tan a sus nuevos principios, que es necesario volverle a enseñar las primeras letras del abecé. No están mal pintadas en el evangelio de hoy, si las queremos escudriñar y aplicárselas a su charidad: Designavit Dominus et alios septuaginta duos, et misit illos binos ante faciem suam in omnem civitatem et locum, quo erat ipse venturus. [Et dicebat illis:] Messis multa, operarii pauci, etc. Nolite portare sacculum, neque peram, et neminem per viam salutaveritis 3. Paréceme que hasta aquí con todas las palabras reprehende Cristo a su charidad y a los tibios, flojos y detenidos en el servicio de nuestro Señor, representados, etc. Siéntese su charidad, y diremos lo que Dios nos diere.

Designavit, señaló. Es Dios amigo de gente señalada. Gente ordinaria en el siglo la hay. Entre los casados se hallan muchos que sirven a Dios, pero, no contento Dios con eso, instituyó y hizo religiones, donde se críe y haya gente señalada en la virtud, en el fervor. Y particularmente, la ha de haber en ésta, que la hizo la Sanctíssima Trinidad señalada: en el nombre dándole el suyo; en el hábito, pues sus charidades dicen [204r] que es el más hermoso de cuantos hay; en la insignia de la cruz, que es de más valor y precio que las que tienen y traen los comendadores de Santiago con sus dos mill de renta, porque estotra representa más descalzamente la cruz de Cristo, por ser cruz pobre y menesterosa y llena de mortificación. Y assí quiso señalar a los que a esta Religión vinieren, para que ellos sean señalados en todo: en la humildad, etc. Y aun en el número de 72 significó también esta seña, que fueron figurados por los 70 viejos que dio Dios a Moisés para que le ayudasen 4. El tibio y flojo mal podrá ayudar, etc. Et misit illos binos, de en dos en dos, como hoy se ha dicho, que significa el amor de Dios y del próximo; que en quien se halla este amor, se halla el cumplimiento de la ley, como dice el glorioso Pablo 5. O, si no, de en dos en dos para que el uno dispierte al otro si se descuidare; traiga un veedor que no le deje descuidar en cosa ninguna.

Y dice que los envía ante faciem suam, que es una cosa que al religioso lo había de tener más alerta: el ver que anda, está y obra delante los ojos de Dios. Que, aunque todos y de todos se puede decir, pero particularmente de los que tratan de perfección y viven en su casa, donde él tiene particular asistencia. Y esto nos había de mover y acelerar el paso, ver que Dios está a la mira. A dextris est michi, dice David. ¿Qué nos viene de ahí? ne commovear 6; el andar muy medido en todas mis acciones, no dejarme llevar de mi flojedad, etc. Y, si no, miren, hermanos, la diferencia que hay del criado que está delante del rey al que anda fuera de allí: que el que está delante le enseñan hasta el modo del hacer la reverencia, etc. Dice más, que los envía in omnem civitatem et locum, quo erat ipse venturus. No basta haber sido bueno en un lugar y cansarse luego, sino en todas partes y lugares. Y advertirles que va tras ellos, va a hacer pesquisa y examinar sus obras [204v] y mirar la huella que dejan. Que había de ser bastante esto para medirse con la propia rectitud y justicia: ver que el que va a hacer esta pesquisa y cuenta es el mismo Cristo, que por nombre le da Esaías: Accelera, Festina praedari 7, etc. Dice más: Messis multa, operarii pauci. Como si dijera: hay mucho que hacer y pocos que lo hagan. Díganme, hermanos, ¿qué hombre hay en el mundo que, viendo la mucha obra y tarea y los pocos ayudadores, se eche a dormir, o se vaya a espacio? Pues yo les digo, hermanos, que, si esto lo aplicamos al común de la Religión y a lo mucho que hay que hacer y los pocos que hagan, que era bastante para que ninguno durmiera ni sosegara, etc.; y que, si lo miramos esto acerca de los particulares de cada uno, lo mucho que le falta para ser perfecto, para enllenar la medida del officio para que Dios le ha escogido de religioso descalzo, que eso bastaba para que alargara cada uno el paso y no durmiera, etc.

Pues la última palabra que dijimos del evangelio que a esto nos convidaba, que era: neminem per viam salutaveritis, no es de menos consideración al propósito. Id a do os envío y ese avío sea tan apresurado y acelerado que no os me detengáis, aunque sea a un «vaya norabuena» al que topáredes; no os me detengáis aunque sea a cosa tan justa como es una salutación, etc. Ahora díganme, hermanos, si al siervo de Dios y al enviado de Dios no es lícito detenerse en cosa tan justa, ¿cómo le será lícito al religioso detenerse en su tarima, que le detenga a o estorbe el sueño o las cosas de su gusto?

Todo lo que tengo dicho y está pintado en el evangelio se ve bien claro en aquella tan prudente y discreta comparación que hace el Spíritu Sancto en los Cantares, en el capítulo 4, donde compara los dientes de la sposa, que son los justos y escogidos, a la manada de [205r] ovejas que sube a los montes, cuando van lavadas, desquiladas, blancas y limpias 8. Lo primero que aquí se ofrece, antes que entremos en tratar la conveniencia de los dientes con las ovejas, es tratar la conveniencia que tienen los justos con los dientes. Y digo que, en esa comparación, nos descubrió la fortaleza que el justo debe tener, el brío con que se debe defender de todas las cosas que se le ofrecieren a le impedir la subida a la cumbre de la perfección. Acá es lenguaje ordinario a una cosa que se defiende y es fuerte, decir que tiene dientes. Y assí el siervo de Dios todo ha de ser dientes, que se sepa defender a sí del mundo y demonio. También solemos decir acá, para mostrar la ira y enojo, brío y fortaleza para contra nuestro enemigo: a bocados lo despedazara entre los dientes. Que tenga tanto brío que a nuestros tres capitales enemigos los desafiemos a despedazarlos entre los dientes, etc.

Ahora, pues, veamos qué conveniencia tiene esta comparación de los dientes con las ovejas que suben lavadas y trasquiladas el monte arriba. Lo primero, no es desproporción que los dientes se comparen a cosa grande como la oveja, porque, si la cabeza es grande como el monte Carmelo 9, los cabellos como palmas 10, los ojos como lagunas 11, la nariz como una torre 12, no será desproporción ser los dientes tan grandes, pues dice que son como las ovejas que suben lavadas y trasquiladas el monte arriba. Esto tienen las ovejas cuando van marchando alguna cuesta arriba: que van muy juntas y pegadas. Y ésta es propiedad de los dientes buenos: que están muy parejos y juntos, que he visto yo pronosticar de los dientes muy apartados brevedad de vida. Y assí los justos, como dientes, han de estar muy iguales, parejos, juntos en amor y en charidad: Unus Spiritus, una [205v] fides 13, etc. Pues en el hábito lo pedimos: la junta y compañía de los hermanos; una charidad, un amor, una lengua, trato y conversación, etc. Porque, a no estarlo assí unidos, el pronóstico es muy cierto de brevedad de vida, pues es de Cristo que dice que omne regnum in se divisum desolabitur 14, etc.

Dice que eran ovejas lavadas, limpias, que es una propiedad que han de tener los buenos dientes: estar limpios. Y assí lo ha de estar el religioso, etc. Lo tercero, trasquiladas, que no han de tener suciedad; no han de tener más de ser dientes. Y adviertan que la oveja cargada de lana, en ella hace primero el lobo la presa. Y como decimos acá, por el hilo se saca el ovillo. Y la oveja cargada de lana, esa misma lana la impide al marchar y caminar, porque se enzarza entre las spinas y cambrones y eso la detiene. El religioso que vive en la Religión cargado de lana, digo, de cosas exteriores, por ese hilo sacaremos el ovillo y la mala hilaza que hace. En eso es donde el demonio hace su presa y hinca sus dientes. Y esas cosas es muy ordinario el detener y estorbar esta presteza que ha de llevar un alma, por cuya razón hoy Cristo manda a sus discípulos los suban al monte de la predicación sine sacculo, sine pera, sine calceamentis 15, etc.; limpios de polvo y paja, como ovejas trasquiladas, porque no los impida el cuidado de estas cosas exteriores.

¿Qué dirán a esto, hermanos míos? ¿Cómo sus charidades no se limpian y desembarazan? El qué les fuese lícito quitar, miren ellos qué, que yo no se lo sabré decir. Trasquilar hasta los cerquillos, si no tenemos ropa que poder dejar, que más vale subir trasquilados al cielo, donde se hacen las finas coronas de finos diamantes, que no acá de cabellos que se los lleva el aire. Y el que en lo exterior no tiene ya qué podar, entre dentro de sí y examine sus afectos [206r] y pensamientos, y vea si en ellos hay qué lavar, qué cortar. Y adviertan que es cosa fea trasquilar a trompicones, dejar algunos cabellos. Como decía estotro día el hermano fray Jerónimo: Hermano, ya que me quitan el cerquillo, quítenmelo bien. Habló bien, en razón de que parece mal un hombre mal trasquilado. Y más le valiera estarlo en lo interior que no en lo exterior; y si lo estuviera en lo interior, no había de hablar, sino dejar que lo dejaran feo, etc. De aquí se tuvo el sancto rey David por agraviado de que el otro rey les rayese las medias barbas a sus criados 16. Religioso que dejó el mundo y se rayó de sus padres, hermanos, hacienda, etc., y no se ha dejado a sí propio, no es buen siervo de Dios, etc. Ecce nos reliquimus omnia 17; todo, no ha de reservar nada.

Ahora nos queda otra dificultad, con que acabaremos, acerca de este propósito, y es si los dientes significan fortaleza, ¿cómo se comparan a las ovejas, que son débiles y flacas y no tienen más defensa que un pobrecito y manso balido con que llaman b a su pastor? Respondo dos cosas. La primera, que toda la fortaleza de la oveja la tiene de fuera: el perro que ladra y el pastor que guarda. Y assí ha de ser el religioso y el varón justo, que tiene en Dios, que es su pastor que le guarda y le defiende, toda su fortaleza. Dominus, fortitudo mea et laus mea c 18. Aunque oveja flaca, si tengo tal pastor, quem timebo? d 19 Y assí el mismo Cristo: Michi vindictam et ego retribuam 20, etc. Lo segundo, digo que quiso decir que toda la fortaleza del justo, pues es comparado a la oveja, es el sufrir y consiste toda su fortaleza en mansedumbre, en un amoroso balido a su Dios. Y con este sufrimiento y mansedumbre viene a quedar una alma por victoriosa. ¿Queréislo ver?

[206v] Ahora advertid una cosa notable. Está el género humano captivo, prisionero del demonio, aherrojado, etc. Está el demonio encastillado en el mundo, enseñoreado de las gentes. Y pónese a pedir al Padre eterno que les envíe un fuerte armado, un valeroso capitán, etc., que los defienda y libre. Y pídelo debajo de unas palabras admirables e. Por Esaías dice: Emitte, Domine, agnum, dominatorem terrae 21. ¿En qué consiste esta fortaleza, si viene hecho cordero? Digo que la fortaleza que había de venir había de ser mansedumbre, conmoviendo con balido tierno. Y assí, al punto de dar la batalla, se puso, como cordero, a sufrir que le quitasen la lana sin abrir su boca f: tanquam agnus coram tondente, non aperiet os suum 22. Y assí, si le preguntamos a este Señor con qué armas venció guerra tan sangrienta, dirá eso: quasi agnus mansuetus, qui portatur ad victimam 23; yo como manso cordero que lo llevaban a matar.

Y que esta victoria se hiciese como cordero y con estas armas, lo vido y lo significó san Joan en aquella visión que tuvo en el Apocalipsi (Apo 5) g. Dice este glorioso sancto que vio Agnum stantem tanquam occisum en medio de muchos venerables viejos; y todos se postraron en medio del Cordero, diciendo: Digno es el Cordero, que fue muerto, de la honra, la gloria, el trono real y la corona. Y diciendo esto, en seña de esta victoria, rendían y se quitaban sus coronas 24. Llámale como muerto, por las señales con que le vido de su pasión y las llagas. Y al Cordero que allí estaba haciendo representación de muerte, ríndansele a ese Cordero las coronas y cetros del mundo, que a esa mansedumbre y llagas se le debe todo, etc.

Hermanos, ¿qué les parece de esta doctrina y de este nuevo modo de victorias y que, para alcanzarlas, toda nuestra fortaleza consiste en mansedumbre y sufrimiento, en no abrir [207r] la boca cuando nos trasquilaren y cuando nos llevaren al sacrificio? Al que de esta manera se mostrare, se le rindirá el mundo y sus coronas, etc. De aquí es que, habiendo de salir los discípulos de Cristo con estas victorias, los envía con estas armas: Ecce ego mitto vos sicut agnos in medio luporum h 25. Que, siendo mansos y sufridos y tiniendo amorosos balidos, harán del mundo lo que quisieren y se les rindirán las coronas. A esto aludía san Pablo cuando decía: Signa apostolatus mei facta sunt super vos in omni patientia 26; la señal que yo doy de mi apostolado es de paciencia. Con estas armas se han de armar los siervos de Dios. Etc.




125 de abril.



2Breviario romano, fiesta de la Epifanía, I vísperas, antífona ad Magnificat.



3Lc 10,1-4.



4Cf. Núm 11,16-17.



5Cf. Rom 13,8.10.



6Sal 15,8.



7Is 8,3.



a de sobre lín.



8Cant 4,2: «Dentes tui sicut greges tonsarum quae ascenderunt de lavacro».



9Cant 7,6: «Caput tuum ut Carmelus».



10 En la biblia no se hace esa comparación, sino más bien esta otra (Cant 4,1): «Capilli tui sicut greges caprarum». A la palma se compara la estatura (Cant 7,7).



11Cant 7,4: «Oculi tui sicut piscinae Hesebon».



12Cant 7,4: «Nasus tuus sicut turris Libani».



13Cf. Ef 4,4-5.



14Lc 11,17.



15Lc 22,35.



16Cf. 2 Sam 10,4-5.



17Mt 19,27.



bms. llama



cDominus-mea subr.



18Ex 15,2; Sal 117,14; Is 12,2.



dsubr.



19Cf. Sal 26,1.



20Rom 12,19.



eal marg. Esai. 16 ó 7 et 65.



21Is 16,1.



fal marg. Esai. 56



22Is 53,7.



23Jer 11,19



gal marg.



24Cf. Ap 5,6-14; 4,10mittebant coronas suas ante thronum»).



hEcce-luporum subr.



25Mt 10,16.



262 Cor 12,12.






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