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San Juan Bautista de la Concepción
Obras I - S. Juan B. de la C.

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  • DIALOGOS ENTRE DIOS Y UN ALMA AFLIGIDA
    • DIÁLOGO SEGUNDO
      • CAPITULO 4 - De cuánto más le agrada a Dios un alma afligida por su amor y ocupada en las cosas de que su voluntad le ordena que no retirada y recogida por su gusto
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CAPITULO 4 - De cuánto más le agrada a Dios un alma afligida por su amor y ocupada en las cosas de que su voluntad le ordena que no retirada y recogida por su gustoa

 

            1.         En el cielo millares de spíritus divinos tengo que me están alabando y bendiciendo: así lo dicen y manifiestan a los hombres mis prophetas1. David dice que mis carros triunphales son de diez mill en diez mill, y muchos millares los que conmigo se regocijan en aquel lugar sancto2. Y el propheta Esaías dice que de en ciento en ciento son los decenares de millares que ante mí asisten3. Lo que yo busco, quiero y deseo es que enb las tribulaciones y trabajos me alaben y bendigan, que como la oración es un perfume y varilla de humo, ésta no da su fragrancia ni sube si no es cuando la pastilla o confección de olores se quema y se echa en las brasas.

 

            Aunque mis oracionesc y palabras fueron de infinito valor, las que yo dije y ofrecí por los hombres en la cruz fueron muy agradables ad mi Padre y a los hombres, pues por ellas se detuvo la ejecución de la divina justicia; y en ellas el hombre conoció la fineza del amor que le tenía, pues tantas avenidas de agua [137v] como en mi pasión sobrevenían no fueron bastantes a apagar el fuego y charidad que en mi pecho ardía. Palabras fueron que siempre enamoran, ablandan y derriten pechos helados y los disponen a mi imitación.

 

            2.         No puedes tú, alma, saber la afición y ternura con que yo te miro en la tribulación y en el trabajo, cuánto me agradan y aficionan tus lágrimas, cuán bien me suenan tus quejidos. Por esto, buscando yo a mi sposa, la hablaba y decía sonase su voz4 porque le escuchaban


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sus amigos. Bien se deja entender que esta voz, que era tan deseada y aguardada de los cortesanos del cielo, que no habíe de ser del metal y calidad de las voces que en la gloria suenan; algo debiera de tener diferente que los volviese atentos y gozosos en su oído. Lo que teníae diferente era que era voz de tórtolaf5, la cual tiene su canto no como los jilgueros y pajarillos, que ésos ya más se asemejan en su suavidad a los cantos y músicas del cielo, como aun ya se ha visto haberlo yog representadoh a algunosi siervos míosj en el canto de un pequeñito pájaro, con el cual se vek en la vida de los sanctos padres haber yol entretenido muchíssimos años a un gran religioso que deseó saber algo de lo que en el cielo pasaba. Pero el canto de la tórtola es canto de un alma afligida, penada, mortificada, cargada, que, como tórtola, arrulla y llama a su querido esposo que venga a le hacer compañía y a favorecerla. Esta es la novedad que tiene el canto de mi sposa, que tanto desean y aguardan los ángeles en el cielo y a mí me deleita tanto oírlo en la tierra.

 

            3.         Un pedazo de pan más lo estima un hombre cuando está pobre que cuando rico. Siendo yo tan rico como mi Padre por haber puesto en mis manos todos sus tesoros, quise por el bien del hombre enpobrecerme para con mi pobreza enriquecerlo6. Y puesto caso quem con mi pobreza lo había de enriquecer, convino que fuese muy grande, para que con ella fuesen grandes los thesoros que yo le comunicase. Así verás que, mientras viví con los hombres, no tuve dónde reclinar mi cabeza7; si había de comer, era pan de cebada; sin había de descansar un rato, había de ser en el campo o entrarme por puertas ajenas; si dormir, en el suelo; y morir en un madero y ser sepultado de limosna. Necesidad y pobreza fue tan grande que, representándosela [138r] una mañana a mi sposa, le rogaba con palabras amorosas y blandas que me abriese y diese acogida en su casa. Llamé a su puerta, púsele delante que era mi amiga, mi hermana, mi paloma y sin mancha, todas razones que a la persona más desconocida la hicieran atropellar con cuantos inconvenientes hubiera para acudir a mi ruego, como lo vemos lo hace un amigo por otro amigo y un hermano por otro hermano; y una paloma no repara en que cada día le quiten las crías en casa del amo para se entrar por sus puertas. Púsele tanbién delante mi necesidad, que era tan grande que, por venir desnudo y pobre al mundo, en la noche de esta vida mi cabeza se me enllenó de rocío, que eran mill penas y trabajos que por los hombres padecí.

 

            Con todo eso, me fue tan ingrata en esta ocasión esta mi esposa que, por no inquietarse un poco levantándose de la cama puniendo los pies en el duro y helado suelo, por no vestirse la camissa, me despidió8. Significando en esto a muchas almas que les parece que, ocupándose


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por mi amor en algunas cosas de trabajo corporal y espiritual, han de perder la quietud y sosiego interior, a cuya causa no quieren enfriar los pies descalzos andando por el mundo, saliéndome a abrir, que los llamo en el bien y aprovechamiento de las almas; no quieren vestirse la túnica que dejaron, que son los cuidados de que ya una vez dieron de mano, como si yo no fuese poderoso para mullirles cama sobre spinas y abrojos y darles altíssima contemplación en las cosas que a ellos les parecen más contrarias.

 

            4.         Los tres niños de Babilonia en el horno, en el fuego y entre llamas me alababan y bendecían9. Y tantos mártires, que por mi amor dejaron las vidas en manos de tiranos, unos colgados de garfios, otros enclavados en cruces, otros arrojados en la mar: en cada uno de estos y otros lugares semejantes les preparaba yo templos, capillas y oratorios donde con grandes veras orasen y me hallasen, porque a mí nada me es imposibleo. Yo soy sobre la naturaleza; y quien dio al fuego que caliente y a la nieve que enfríe, puede trocar las manos y mudarles los efectos y hacer que el fuego enfríe y la nieve caliente. [138v] Así dice mi siervo David: que yo sé hacer de la nieve lana, y dispertar en el fuego marea suave10. Y Moisés dice: Ut sugeret mel de petra, oleumque de sacxo durissimo11. La suavidad de la miel y la blandura del aceite soy poderoso de lo sacar y dar en un guijarro y sacar agua de un pedernalp.

 

            Según esto, mal hace quien quiere medir mi poder con su corta confianza y poco saber, pareciéndole que sólo ha de hallar lo que ella pretende en las cosas que ella mejor se acommoda. Toda cuanta commodidad ella puede pretender, pregúntole yo, ¿quién se la dio? ¿Quién le dio esa quietud y sosiego a la cama de flores, para que en ella descanse el cuerpo afligido? Y quien eso le dio ¿no sabrá quitársela para que en ella no repose y pare el hombre más soñolentoq? Supuesto esto, no tendrás tú, alma, más quietud en tu rincón de la que yo te quisiere dar. Y si ésa te quito, buscarme has luego obligada de tu inquietud. Como hizo la esposa cuando sus sábanas no la abrigaban y, conociendo que habíe hecho mal de no abrir a quien tanta obligación tenía, salió r de su retrete y casa y me fue a buscar. Y tomara ella hallarme entre las guardas que le quitaban el manto y la herían, porque más valen llagas y males con quien los sabe remediar que no bienes a solas, que se han de acabar.

 

            Y así una y muchas veces decía: Quis michi det te fratrem, ut inveniam te foris ubera sugentem matris mei, ut deosculer et amplecxer te?12 Ya me contento, esposo mío, con hallaros hecho hermano acá fuera en los brazos de mi madre, para estampar y dar en vos mill besos y abrazos, que los gustos y contentos de esposo a solas y en lo ascondido dejarlo he para cuando estemos en el cielo. Conténtome con que ahora seáis mi hermano. Y


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el trato, como el de los hermanos, puede ser público; así el nuestro lo sea ahora por las calles y plazas, predicando y convirtiendo almas, que los trabajos que en eso padeciere serán para mí besos y abrazos.

 

            5.         En lo primero que de mi sposa he dicho, tú, alma, te has asemejado. Concertámonoss entre los dos: yo a que te daría grandes premios, te acudiría y ayudaría en los trabajos; tú a que por mi amor dejarías tus gustos, sin sacarme condiciónt alguna más de que te dabas por contenta con que [139r] yo lo estuvieseu, y que en su lugar tomarías mi cruz. En estos conciertos hubo grandes regocijos de la una y otra parte, entramos nos dimos por contentos. Siendo esto como un celestial otorguijo13 con palabras de futuro, hízose la fiesta en el cielo de las nuevas ganancias que de este trato y compañía se seguían. Dite por colación salud, fuerzas, vida y otras muchas cosas, en que nada fui corto.

 

            Llegó el tiempo del efetuar los conciertos por palabras de presente, de que tú con el efecto y la obra te desasieses de esos gustos de que en la oración y recogimiento gustabas, y de que te diese yo mi cruz, mis afrentas, ignominias y trabajos. Veo que te me has retirado y recogido a tu primer rinconcillo y que te has dejado llevar de los gustos interiores que en ti habíen hecho asiento, por no dárselo a mi cruz, que en ti deseaba hacer otro monte Calvario para que a su semejanza en ti se obrase remedio para muchas almas. Véote como otro soldado que dende fuera hace bravatas y, al relucir las picas del encuentro y batalla, huye a se meter en los hogares. Véote llena de miedos, temores, asombros y vestida de la flaqueza del primer hombre, la cual debe de hacer quizá más fuerza en ti para volver las spaldas a mi cruzv que los gustos de la contemplación. Véote bien semejante a mi sposa en el primer estado, cuando, por no tomar un poquito de trabajo en abrirme, que te llamo, gustas de dejarme dormir al sereno en muchas almas pobres que, por no tener quien les ayude, no edifican templos sumptuosos dentro de sí.

 

            Vuelve, alma, sobre ti, mira con quién heciste el trato y concierto, mira que vale más un mal día en mi casa y compañía (si nombre de malo pudiera tener el padecer trabajos) que todos cuantos buenos puedes tú buscar por tu gusto14. Suene ya mi voz en tus orejas, que te desengañe de tu parecer y propia voluntad, la cual veo más inclinada al descanso y fiesta que al trabajo yw mortificación.

 

            6.         Cosa es muy cierta que la mujer desposada ha de tener el propio officio del desposado, que no seríe bien el marido se ocupase en cosas de gran trabajo granjeando y multiplicando, y la mujer y desposada se ocupase en holgar, descansar y desperdiciar. [139v] De aquí es que, siendo yo pastor, cuyo officio es guardar ganado, velar y trasnochar,


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procuré desposarme con una doncella hermosa que fuese pastora, y que ésta siguiese mis pisadas y tuviese mis propias ocupaciones. Un día (Cantares 1º)x enfadada de un poquillo de moreno que en ella habíe pegado el sol del officio de guardaviñas en que la habían puesto sus hermanos, quiso sombras y más descanso, y así deseaba mi compañía en el lugar de la siesta donde yo descansaba y me recostaba al mediodía. Pero, viendo yo que esto le nacía del olvido de su officio y profesión, procuré dispertarla con retratos y dibujos de la necesidad que tenía su ganado; y así le decía: Si ignoras te, o pulquerrima inter mulieres, egredere et abi post vestigia gregum tuorum, et pasce edos tuos justa tabernacula pastorum15, etc. Si has olvidado, esposa mía, el officio y estadoy que tienes, sal de tu casa y pon los ojos en las huellas y pisadas del ganado que primero te encomendé, mira las obras que hacen y medro que tienen, y verás cómo no es tiempo que descanses ni te recuestes. Lleva ese tu ganado junto a los tabernáculos de los pastores; lleva esas tus ovejas y corderillos con la consideración a esos cielos, compáralosz a los ángeles, a quien se deben asemejar, y verás cuán flacos y magantos están, cuán desmedrados y necesitados de nuevas velas y cuidados en los pastores. Equitatui meo asimilavi te in curribus Faraonis16; no eres -como si dijera- semejante a las damas de palacio, que pasan las siestas a las sombras y las noches en el abrigo; eres semejante a la caballería ligera del rey Faraón, que con grande promptitud y obediencia acuden a la guerra y cosas de trabajo.

 

            Lo propio te puedo decir a ti, alma cristiana: que, por los primeros conciertos que conmigo heciste, quedaste con officio de pastora, obligada al cuidado y al trabajo. Parece que, asombrada de sólo el acuerdo, huiste a buscar dónde pasar la siesta de esta vida, recogiéndote en lo abscondido de tu retrete y celda. Sal, pues, egredere, sal de tu casa, entra por esas plazas, pasea esas calles, echa ojo a las necesidades de los hombres, mira sus pisadas, adviertea sus obras, mira tantas almas redimidas con mi [140r] sangre que, por no tener quien como deben las apaciente, están flacas, desmedradas, perdidas, magantas, que no están sino para dar con ellas en los sepulcros y muerte eterna. Sube a esos cielos con la consideración, y verás qué de ello les falta para llegar a lo que tienen obligación, si es que han de ser semejantes a mis ángeles para que de mí gocen. No te comparo yo, mientras en este mundo vives, a los queb descansanc en la otra vida, sino a los que aquí trabajan, a los caballos ligeros por las muchas y buenasd carreras que debes dar en las cosas que pertenecen a tu officio. Compárote al soldado y ejército en la compañía, para que de veras entiendas y de una vez te persuadas que, mientras aquí vivieres, todo ha de ser guerra y sobresalto, librando ele descanso para los siglos venideros.




a  Capítulo-gusto al marg.



1 Cf. Is 6,2-3.



2 Sal 67,18: "Currus Dei decem millibus multiplex, millia laetantium".



3 Dan 7,10: "Millia millium ministrabant ei, et decies millies centena millia assistebant ei".



b rep.



c  sigue todas tach.



d sigue Dios tach.



4 Cf. Cant 2,14.



e  sigue tenía tach.



f  ms. tortoloa



5 Cant 2,12.



g  sobre lín.



h  sigue Dios tach.



i   sigue sus tach.



j  sobre lín.



k corr. de lee



l   sobre lín.



6 Cf. Col 2,3; 2 Cor 8,9.



m sigue que tach.



7 Cf. Mt 8,20.



n  sigue me tach.



8 Cf. Cant 5,2-3.



9 Cf. Dan 3,23-24.51ss.



o sigue porque tach.



10           Cf. Sal 147,16.



11           Deut 32,13.



p y Moisés-pedernal al marg.



q sigue es así tach.



r  sigue de 2m. pues sobre lín.



12           Cant 8,8.



s  ta sobre lín.



t  sacerme condición corr.



u  sigue en es tach.



13           Otorgamiento, otorgo.



v  a mi cruz sobre lín.



14           Cf. Sal 83,11.



w            sigue desasosiego tach.



x  Cantares 1º al marg.



15           Cant 1,7.



y  sigue con tach.



z  sobre lín., en lín. aseméjalos tach.



16           Cant 1,8.



a  corr.



b             sigue aquí tach.



c  sigue cansan tach.



d             sigue síl. tach.



e  sigue trab tach.






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