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San Juan Bautista de la Concepción
Obras I - S. Juan B. de la C.

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  • EL RECOGIMIENTO INTERIOR
      • CAPITULO 60 - En que [se] prueba nuestro intento principal con un lugar de la Scritura
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CAPITULO 60 - En que [se] prueba nuestro intento principal con un lugar de la Scrituraa

 

            1.         Dos bendiciones muy de pensado y de propósito y acuerdo hallo en la Sagrada Scritura que dos personas señaladíssimas echaron al pueblo de Dios. La una fue de Moisés, que para que se tuviese por bendición acertada, de consideración y según el gusto de Dios, al principio del capítulo donde de esta bendición trata la Scritura llama a Moisés hombre de Dios, diciendo en el capítulo 33 n.1º [del Deuteronomio]: Haec est benediccio, qua benedicxit Moises, homo Dei, filiis Israel ante mortem suam. Todos tengan atención, dice la Scritura Sagrada, a las palabras con que Moisés bendice a su pueblo, que siendo varón y hombre de Dios, serán acertadas y, diciéndolas a la hora de la muerte, serán de grande encarecimiento. Fue bendiciendo a cada uno de los doce tribus de por sí diciendob grandes aventuras y buenos sucesos. Y, últimamente, vuélvese a todosc y, después de les haber pronosticado y dicho grandes bienes que en Dios tenían y habían de tener, dice: Habitabit Israel confidenter et solus1; habitará Israel y vivirá con confianza y solo. No se juntará -como si dijera- ni mezclará con otra ninguna gente, pues éste es el pueblo escogido. ¡Oh, alabanza y excelencia de la soledad y del retiramiento! No se puede decir más. En ella recopila Moisés las mercedes y bendiciones que ha echado a todos doce tribus. A ella la hace estanco, alholí y paradero de las corrientes, misericordias y beneficios de Dios: que, pues es pueblo suyo y pueblo escogido, que viva aparte y de por sí,


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que no se mezcle y junte con los demás, que en lo uno está su daño y perdición y, en lo otro, su bien y ganancia. Y notemos que guardó Moisés el hacer memoria de las señaladíssimas mercedes que Dios hacía a aquel pueblo, contando una entre ellas: que su magnificencia la derraman las nubes, et manificencia eius discurrunt nubes2. Y luego dijo: Habitabit Israel confidenter, que fue decir: ¿quieres, pueblo mío, no mal lograr [185v] mis misericordias?; recógete solo, y en esa soledad, como en arcad de piedra, cogerás esas lluvias y las tendrás como en argive para las gozar en tus necesidades.

 

            2.         Digo lo segundo, que el haber dilatado hasta esta ocasión en ese propio capítulo Moisés estas magnificencias de Dios, fue para poner todo junto, dádiva y agradecimiento, merced hecha y retorno de ella. Que fue decir Moisés a su pueblo: mucho, pueblo mío, te tiene Dios obligado y más te obligará, pues con su magnificencia correrán las nubes por toda la sucesión de tiempo que vivieres lloviendo favores; pero adviértote que con cosa ninguna mejor las podrás agradecer que con vivir solo y a solas con tu Dios; eso quiere y con eso se contenta por paga.

 

            3.         Y adviertan por charidad lo que Moisés dice: Habitabit Israel confidenter et solus; vivirá con confianza y solo. ¿Para qué juntó aquí Moisés la confianza con la soledad? ¿Qué tiene que ver lo uno con lo otro? Ahora miren: parece que Moisés responde a una cuestión y duda que le pudieran poner los hebreos antes que se la pongane. Si sólo les dijera que aquel pueblo estuviera solo, pudieran decir: Pues, si algo nos falta en nuestro reino, ¿cómo nos hemos de proveer de ello si nos quita el trato y communicación? ¿Qué reino hay tan lleno que no haya y tenga necesidad de sus vecinos y comarcanos? Pues, para soltarles esa duda y responderles a esa cuestión, les dice que habitabit confidenter et solus. El remedio de todo lo que te faltare, cuando te vieres solo y privado de esos bienes que dices será posible faltarte, es la confianza; ella será tu remedio, tu dispensera y quien te acudirá con todo lo que tuvieres necesidad, sin que sea necesario salir ni tratar fuera con los estraños y alienígenas. Fue decirles: si quieres, pueblo escogido, conservarte y guardarte solo, ten confianza en tu Dios, cuya magnificencia llueven y discurren las nubes; porque, si desconfías, al punto buscarás el remedio de tus antojos en los hombres, aunque sea a costa de tu alma.

 

            ¡Oh Dios sancto e inmenso!, que, para decir que tenga el hombre confianza en la soledad, dice que las nubes discurren su magnificencia. [186r] Discurrir quiere decir una cosa que se hace con duración, que permanece y se dilata. Mira, pueblo, no te canses de vivir y estar solo, confía en mí, que yo no me cansaré de te acudir y remediar todas tus


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necesidadesf; antes te cansarás tú deg estar solo que yo de te acudir y remediar.

 

            4.         ¡Oh sancto Dios! Abre, bien mío, los ojos de los hombres, y en particular los de todos mis hermanos, para que sepan y entiendanh a dónde llega la bendición que un alma tiene cuando está sola, pues ésa es su profesión y a eso vino. Dime, mi charíssimo hermano, si tan grande bendición es la de aquel pueblo no tratar con otros sino estar solo, que ahí se recopilan y ahí se juntan todas las demás y esa soledad es la conserva de todas ellas, ¿cuál será y a dónde llegará el recogimiento secreto, retirado y verdadero del verdadero religioso? Aquel no sólo apartarse de los otros reinos que pueden pegar tiña, pero quien olvida su pueblo y la casa de su padre3 y deja sus hermanos y se aparta de todas las cosas de la tierra y aun se niega a sí propio, ¿cómo llamaremos a este bien? Parece que más que bendición lo habíamos de llamar, pues tanto sobrepuja a la bendición grande que Moisés echó a aquel pueblo.

 

            Eran manificencias dilatadas las que aquel pueblo recebía, no pasando la raya de los términos y límites que Dios le ponía. ¿Cuál será la grandeza y pureza de los beneficios celestiales que un alma recibirá no saliendo acá fuera de sí, sino quedándose escondida dondei sola y a solas pueda gozar sus dichosos entretenimientos con Dios? Aquí es, alma sancta, donde tienes grande necesidad de juntar confianza y soledad, persuadiéndote quej mejor te proveerá Dios en esa soledad y retiramiento de todas cuantas cosas tuvieres necesidad que todas juntas las criaturas de la tierra, pues ellas en sí no pueden dar bienes que no sean muy mezclados, y en ti y en Dios a solas los hallarás purosk y enteros, y no sólo un día [186v] sino muchos, pues sus nubes cargadas y hechas recuas y acémilas de tus menesteres discurrenl.




a  Capítulo-Scritura al marg.



b ms. diciendos



c  sigue dice tach.



1 Deut 33,28.



2 Deut 33,26.



d ms. ararca



e  sigue p tach.



f  sigue de suerte que tach.



g  rep.



h  ms. entienda



3 Cf. Sal 44,11.



i   ms. dondo



j  rep.



k corr. de muros



l   al marg. se divide capítulo






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