Índice: General - Obra | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText
San Juan Bautista de la Concepción
Obras I - S. Juan B. de la C.

IntraText CT - Texto

  • NOCHE DEL ESPIRITU EN EL ESTADO EXTATICO
      • CAPITULO 3 - De los grandes trabajos que el alma pasa cuando, recogida en sí propia o en un estado que ella no sabe, carece del trato y común correspondencia del cuerpo
Anterior - Siguiente

Pulse aquí para activar los vínculos a las concordancias

- 1056 -


CAPITULO 3a - De los grandes trabajos que el alma pasa cuando, recogida en sí propia o en un estado que ella no sabe, carece del trato y común correspondencia del cuerpo

 

            1.         No sé yo si hay muchas personas que lleguen a este estado, o si fuera de él habrá quien entienda lo que yo aquí digo, o si es verdad que le hay, o si es bobería y engaño de quien lo scribe. Sólo sé decir que parece fácil de scribir, pero no fácil de percebir, ni aun tampoco de llevar. Digo que parece fácil en el scribir porque debe de ser como el libro de Eczechiel, que en la boca era dulce y en el estómago amargo y si tenía un ringlón de versos dos tenía de lamentaciones y suspiros1. Gustoso es un libro cuando se lee, pero, cerrado y sellado y echado a cuestas, no tiene otra cosa sino la carga y el peso. El cual no es pequeño por no ser peso corporal, sino spiritual, y porque, aunque es verdad trabaja el cuerpo, pero quien pena es el alma de tantas maneras que es inposible poderlo decir ni declarar. Dígaselo Dios a quien así padece, para que con su carga se consuele y no se eche con ella.

 

            2.         No sé qué se es. Ya creo lo tengo scrito otras muchas veces. Ella lo gruñe y ella lo quiere, si no es como el otro dijo de las mujeres: que gustan de la junta y trato con los hombres y gruñen el preñado y parto. Pues en verdad que lo uno está acensuado a lo otro si una mujer es buena casada, porque lo demás es de adúlteras. Bueno fuera que quisiera un alma junta de unión con Dios y que otra se llevara y tuviera los trabajos del preñado y parto. Bien veo que una mujer con un preñado trai un hombre a cuestas; y, si dos, son doblados los trabajos y doblados los peligros de la muerte en el parto. [54r] Sólo veo una desigualdad en el parto spiritual y en el descargarse de estas penas, que no creo será, si por bien es, parir hasta que se salga de este mundo. Entonces no se acordará, como Cristo dice de las preñadas2, de sus aprietos y trabajos, porque nace un hombre a nuevo cielo y vida eterna.

 

            3.         Sólo quisiera yo hallar una salsa cual convenía para que este salpicón no fuera tan desabrido como por muchas partes se puede considerar. Una es, y no pequeña, que como el alma está tan allá dentro, como hemos dicho, sin percebir ni conocer las cosas de acá fuera como ella quisiera, ¿quién será bastante a poner puertas al campo y guardar güerta sin cerca o asegurar viña sin viñadero? Quiero decir que en esta parte de afuera parece que el demonio hace tantas trampas o trampantojos, así en las representaciones como en las penasb y tormentos que causa, que esto bastaba para decir que, mientras el alma está allá escondida, el cuerpo o, por mejor decir, el alma según la parte con que mira y pretende percebir acá fuera, padece un infierno. Y aun si por esa parte entendiese es infierno exterior de que Dios libra con


- 1057 -


facilidad, fácil sería de llevar; pero ve cada día nuevos principios y nuevos tormentos y no les puede imaginar el cabo. De parte de la propia persona, no sé yo qué salsa darles ni cómo remediarlos, porque los demonios que estos tiros hacen están en lo scuro, como dice David: Ut sagitent in obscuro rectos corde3. Sólo los hombres que conocen a estas tales almas y saben en qué cai esto podrían exteriormente remediar algo consolando, alegrando, divirtiendo o descubriendo el misterio de las cosas exteriores que la tal alma no conoce. Como el que, andando nadando muy adentro en el río y ya cansado el cuerpo de hacer officio de pez, le echasen una soga o un cabo para traerlo a tierra y do hiciese un poco pie y descansase algún rato; y bien se podría llamar rato pues, no siendo ese consuelo lleno, presto se tornaría a arrojar a lo profundo del río y a su antiguo bracear que, aunque trabajoso, ahí tiene puesto su stabilidadc.

 

            4.         ¡Oh Dios eterno y de infinita sabiduría!, cómo te has de esta manera con un alma que te desea. Ya que rompes la pared para que vea otro mundo, acaba ya, sácala del que no la puede sufrir, ni el cuerpo así ajironado la puede llevar, ni ella tampoco puede estar en casa tan descompuesta [54v] y cuerpo tan desencuadernado que estaba por decir ninguno quiere ya junta de desposorios en que el uno no tiene gusto con el otro.

 

            5.         Una de las cosas por qué es felicidad vivir en poblado es por la vecindad y communicación. Que, como no puede estar una casa llena de todo lo que ha menester, enpréstanse los buenos vecinos los unos a los otros lo que han menester, a diferencia del que vive en soledad, desierto y despoblado, que si algo le falta sin ello se ha de pasar, porque no hay quien se lo dé.

 

            Cuando en la ocasión y estado que decimos (aunque el alma en el cuerpo) se aparta en alguna manera según su trato y comunicación del cuerpo, es inposible dejar de haber menester eld alma muchas cosas enprestadas del cuerpo sin que no puede pasar so pena de trabajos inmensos. Porque cuando el alma a solas en la ocasión presente perciba allá en unas tinieblas y obscuridad algo de la bondad de Dios y de su grandeza, pero como aún no ha salido del cuerpo, no siempre puede estar ocupada en eso, que volver tiene el rostro a otras cosas, las cuales por sí sola no las puede percebir. Pedirle en esta ocasión enprestado al cuerpo lo que solía darle, ora sea porque están reñidos, ora sea por alguna indispusición que tenga o porque el alma no lo informa con aquella entereza que solía, no quiere o no puede dar lo que el alma le pide. Ocasión en que al alma le es fuerza pasarse con su poco o con su mucho. La cual, como está dispuesta en breve tiempo a entender mucho si mucho le diesen, siendo todo poco como quien poco sabe, que presto lo reza, presto pasa por todo aquello. Y aunque es verdad


- 1058 -


que la voluntad y la propia alma todo cuanto puede ahí desea estarse aferrada y unida, el entendimiento, goloso de cosas nuevas, deseando subir y penetrar cosas mayores, más profundas y diferentes, desásese de lo que primero entendía para entender y penetrar otras cosas, causa por qué la voluntad, viéndose comoe sola y sin el entendimiento que le acude a la continuidad de su unión, esle fuerza desasirse de donde primero estaba unida mediante tales y tales afectos.

 

            6.         En esta ocasión que el entendimiento ya se desasió por buscar más o más cosas diferentes y la voluntad, por faltarle la [55r] dependencia de su amigo y compañero el entendimiento, han de buscar, como si dijésemos, cosas nuevas en que se ocupar, porque ni el uno ni el otro no saben estar ociosos. Pues como en alguna manera están inposibilitados para otro cualquier officio, sino el ya dicho, habránse de estar, como dicen, ociosos, en la cual ociosidad y estado gastan y comen de sus carnes.

 

            Como la buena mujer hacendosa que, viendo que se tarda en amanecer para se levantar a trabajar en su casa, en el descanso y cama se deshace y da mill vueltas y riñe con sus criados, porque no se levantan y encienden o buscan luz en casa de sus vecinos para entender en algo, porque le parece es tiempo perdido en elf que se descansa; y si bien lo advirtiese, no descansa, sino más trabaja allí en la cama donde está que si estuviese levantadag trabajando, según lo que allí está triste y melancólica por ver no se hace lo que ella quiere y desea. Ojalá Dios nos diera a entender y aun nos trujera [a] este estado espiritual que, aunque melancólico y penoso, bueno debe de ser, en el cual el alma, viéndose desasida de la unión que arriba decimos y como ociosa, aunque el rato que le dure sea corto y pequeño, se le hace noche larga y la pena y aflige el ver no sale la luz en que de aquella ociosidad se ha de levantar a hacer algo, porque todo lo que no es amar a Dios con grande afecto y conocerle y penetrar sus misteriosh le parece nada. Y así, viendo que allá dentro, por los caminos extraordinarios que Dios se sabe, se tarda esta luz que a deshora la dispierta a alabar a Dios, da voces a sus sentidos exteriores y a todo este hombre de acá fuera, quien en casa los tiene como por criados, para que se levanten a trabajar y que busquen luz, si no la tienen ellos, por sus vecinasi las criaturas de la tierra y con ésa enpiecen a trabajar hasta que el sol sobrenatural extraordinario salga adentro y a toda el alma la levante a sus continuas alabanzas y ocupaciones sanctas que tenía en Dios.

 

            7.         Pues digo que en este estado no huelga, sino trabaja y pena porque, de sólo verse que no camina, se muere y está como reventando. Así como cuando un caminante sabe que tiene mucho que andar y el día corto, si llega a una venta y el mesonero es lerdo y espacioso en darle recado para su cabalgadura y persona, se está muriendo y deshaciendo y, llegado al comer con que le es necesario, come con [55v]


- 1059 -


disgusto y desabrimiento o, por mejor decir, sin le tomar sabor lo engulle y de esa manera sube en su cabalgadura, cansada y mal comida, a le apretar y pegar la spuela y que corra la posta; que, como llegue donde desea, poco se le da que muera, particularmente si la parte donde vaj es a enbarcarse y caminar por la mar, donde las tales bestias no son menester.

 

            ¡Oh buen Dios, y qué inquietud y desasosiego tiene un alma considerando lo mucho que le falta para llegar donde desea la cortedad de la vida! Y si alguna vez llega a alguna venta donde le es fuerza dar paja y cebada a este nuestro cuerpo, y aun no digo ahora darle regalo de mantenimiento y comida corporal, sino entretenerlo en el conocimiento de cosas exteriores, que ésa es su paja y cebada y ahí reposan y descansan sus sentidos cuando eso por algún particular favor alcanzase un alma en el estado dicho, siéndole cosas de gusto pasaríe por ellas sin tomarles sabor, engullendo la comida malk mascada y rumiada y las cosas, aunque necesarias, mal entendidas por la priesa que tiene de tornar a marchar en su jornada. Y así, con cualquier ayuda extraordinaria que sienta de Dios interiormente, torna a su jornada y a postear en su camino en su pobre cuerpo mal comido y bien cansado, sólo por llegar presto donde desea.

 

            8.         Que como en el estado de que hemos ido hablando más se camina como por marl, a vela y no remo, porque, aunque el alma pone de su parte lo que es en sí no siente ya allí trabajo ni pena, sino el viento delicado del Spíritu Sancto que sopla y la lleva por alta mar y apartada de tierra, pues como desea llegar a este punto, no le da pena que el cuerpo acabe, que ya le parece no lo ha menester. A quien yo digo que, aunque es verdad que en aquel estado superior que alcanzó después de haber posteado no [ha] menester el cuerpo para gozar y percebir la merced que Dios le hace por ser tan inmediata, no hace bien de lo acabar [56m r] en un día, como dicen; que, en fin, aunque en la tal ocasión se enbarca y va por la mar, pero a vista de tierra, como caminan las galeras tomando puerto cada día para se proveer de lo necesario; y tan manco y tullido podría estar el pasajero en la nave que de ella no pudiese salir a comprar y tomar flete para lo demás del camino que le falta, y si eso no se tiene propio no es cosa que se puede enprestar. Así como si un hombre acá estuviese enfermo y él no busca la salud, por mucho que lo amenn y quieran padre y madre, no se la pueden enprestar.

 

            Digo, pues, que aunque después de muchos trabajos llegue un alma donde ella quisiere y por algún rato no haya menester el cuerpo, bien es que dure y no se le acaben las fuerzas, porque, por mucho que el alma se engolfe, se queda a vista de tierra donde le ha de ser fuerza saltar a tomar lo necesario; y si el cuerpo estuviese tan inposibilitado, quedarse hía donde le sería fuerza el acabar presto, porque no se le pueden enprestar las fuerzas y salud que le falta para los tales ejercicios que profesa.


- 1060 -


 

            9.         Una vela, cuando arde, ella por sí sola alumbra y goza del officio que ejercita, pero si siendo el candelero en que está de barro se quebrase, la vela derretirse hía, yo la cera que sobre la llama cayese la apagaría. De esa misma suerte, digo que el alma, en este estado de que vamos tratando, ella por sí goza sin que en esa ocasión el cuerpo le ayude al tal officio sobrenatural; pero sírvele el cuerpo de candelero, el cual si se quebrase por ser de barro era fuerza que el alma en aquel officio y estado acabase y no pasase adelante.

 

            10.       Y así es bien que esas penas que siente y tiene cuando le parece está ociosa las pase con paciencia, que si el hombre cuando está en cama no le deja dormir el cuidado, en fin, los güesos descansan y el cuerpo reposa y toma algún alivio, aunque él no lo echa de ver, etc.p

[56v]




a  ms. 19



1 Cf. Ez 2,9-3,2-3 (según la Vulgata).



2 Cf. Jn 16,21.



b ms. peñas



3 Sal 10,3.



c  sobre lín., en lín. officio tach.



d corr.



e  al marg.



f  sobre lín.



g  corr. de levantadas



h  sigue todo tach.



i   corr. de vecinos



j  sigue no la a menester tach.



k corr. de más



l   corr. de mal



m ms. 59



n  ms. ame



o sigue e sin tach.



p sigue al tach.






Anterior - Siguiente

Índice: General - Obra | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText

IntraText® (V89) Copyright 1996-2007 EuloTech SRL