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San Juan Bautista de la Concepción
Obras II – S. Juan B. de la C.

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I. CUANDO HAY QUE ACUDIR AL FAVOR DE LOS HOMBRES

 

            [f.420r] Me parece a se ha Dios con esta su Religión como una madre amorosa con su hijo: que un rato lo sienta en el suelo y no repara que el chiquillo llore y se revuelque en él, porque sabe que ella está cerca y lo ha de levantar y limpiarle el polvo y las lágrimas, sin permitir reciba detrimento en su persona. Otras veces, da b este su hijuelo a una muchacha o ama que lo lleve en brazos y sepa de todo y entienda que no siempre ha de estar asido al pecho. Otras veces coge el chiquillo y entre sus brazos lo aprieta y abriga, le da el pecho y regala.

            ¡Oh Dios de mi alma!, y cómo veo que haces esto con tu Religión: que unas veces parece que de tus brazos y regazos la sientas en el suelo y no reparas en que dé sus vuelos bajos, que asiente en el suelo y sepa de todo, que cerca está el que la ama para la levantar y limpiar del polvo donde por un rato fue postrada [420v] para que se sepa desear y estimar los brazos y pechos con que tal madre regala tal hija. Otras veces le da y pone en manos de los hombres para que la entretengan un rato con sus dádivas y favores. Otras veces la abriga el mismo Dios en su regazo y le da el pecho de suerte que, habiéndose escondido todo lo de acá, sólo parece Jesús, que es el que la levanta y el que, como gallina, junta c sus polluelos, los abriga y defiende del milano 1. Y estas diferencias de estado que así acostumbra Dios a dar a su Religión (y lo propio es al alma que él mucho ama) todo es porque sepa que cuando le sea madre amorosa, tiene d desdén con que castigar si el tal hijo no supiere estimar el primer regalo; y si por estar allí se le enseñare regalón, es necesario que sepa de todo.

            Qué de veces sucede esto que yo digo de la Religión a un alma que, estando hoy e sintiendo una particular elevación y un grado de unión particularíssimo, mañana se ve f en los brazos de los hombres, digo necesitada de que los hombres la consuelen, acaricien y regalen. Y otro día aun eso le falta y otra cosa no tiene sino sentarse en el polvo y ceniza g de que fue hecha y formada y allí derramar lágrimas y aguardar a que su padre piadoso torne a cogerla en sus brazos de dulcedumbre y le diga sus antiguos cantares y le torne el pecho regalado de que se ve bien necesitada, porque, como persona enseñada a dulce y entretenida con bendiciones de dulcedumbre, parece se le han caído


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los dientes para mascar las cortezas que de las manos de los hombres recibe, y es fácil darle dentera con lo agrio de la tierra.

 

1.            Mantener las virtudes y el buen ánimo

 

            Este variarse los tiempos y este gozar de invierno h y verano, de frío y de calor, de alto y de bajo, de diestro y sinistro, no es posible menos mientras en este mundo vivimos, y es necesario hacer el cuero a las armas y andar siempre con un vestido de virtudes para no nos arromadizar con las inclemencias del invierno ni nos desconsolar con los disfavores ni desabrigar porque hace verano, porque tras él viene el invierno. Quiero decir que no porque se vea favorecida ha de perder el cuidado que debe tener de vestirse y adornarse con virtudes; que suele muy sin pensar, cuando más calor hace, venir un aire cierzo que pasma a una persona y suele dar perlesía. En ningún estado debe uno descuidarse, sino velar y estar con grande cuenta, porque nuestro adversario, que [421r] vela como león 2, está mirando a qué parte descubre para asestar su tiro.

            Y cuando las vírgines locas no repararon en que sus lámparas se apagasen por ser media noche, cuando nadie suele llamar a la puerta i y hay menos obligación de cumplimientos, entonces tocan a rebato que viene el esposo a celebrar sus bodas 3. Y por eso es bien en todo tiempo vivir de una manera. Que Dios, que varía los tiempos, sabe que aquello le conviene a aquella alma mientras en este valle de lágrimas vive; que su tiempo se le vendrá cuando goce de los días del cielo, que no padecen ni tienen alteración, ni hay tarde ni mañana, sino siempre es mediodía, porque el sol que allí alumbra, que es el Cordero 4, siempre está parado para de asiento hacer unos mismos regalos y una misma comunicación que jamás enfada, antes siempre está dispertando sin cesar el apetito y deseo de amar y querer de nuevo aquel poderoso señor a las almas que de él gozan.

            Lo propio digo yo, mis caríssimos hermanos, de nuestra sagrada Religión: que no nos desconsuele el ver variación de tiempos, cuando favorecidos, cuando al parecer olvidados, que si acá abajo se sienten estas mudanzas, en el cielo siempre corre un tiempo y Dios siempre tiene un querer y voluntad de favorecer a los que le aman y levantar y no despreciar las obras de sus manos.

            ¡Oh Señor, y qué ruines somos los hombres, qué presto nos enllenamos de mohína y tristeza! Que parece somos como los labradores: que por un día que se detenga el agua, se afligen y suben el trigo, como si el cielo ya fuera de bronce y no supiera Dios dar jugo a la tierra con el rocío que no se ve de noche. Así hay algunas almas que,


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en detiniendo tantico Dios la lluvia de sus favores, ya nos ahogamos y pasarán con un trabajo, por pequeño que sea, y como gente que le parece que el cielo se volvió de bronca, ya suben el poco trigo que tienen en sus trojes. Quiero decir que ya estiman en más de lo que vale el favor y consuelo de la tierra, pareciéndoles los ha de dejar Dios comer pan de cebada j, que es lo que las bestias comen, no más de porque un día no llovió k para amasar y cocer pan de hijos. Es menester tener buen corazón, buen ánimo, que bien sabe Dios sustentar nuestras virtudes y sembrados en la tierra seca y sin jugo de nuestra alma con el rocío secreto que vos no veis.

 

2.         El favor de los religiosos a los seglares

 

            [421v] Y si un año acuden estos temporales que a mí me parecen aviesos y me necesita Dios que vaya a reinos estraños por trigo, así conviene porque a Su Majestad le parece convenir que de dos reinos se haga uno y la communicación y necesidad que l los unos tienen de los otros los hace ser una misma cosa y junta m con un vínculo de amor y charidad. Y quien trataba entre sí de guerra, ya tratan de paz y liga para contra otro enemigo.

            ¡Qué a la letra veo suceder esto en las obras de Dios! Las cuales muchas veces las deja Dios necesitadas del favor del seglar y de los grandes y príncipes para que el estado eclesiástico y secular sea todo un reino y los que entre sí estaban como apartados, viéndose los unos necesitados de los otros, traten de unirse con un vínculo de charidad; y que si hasta aquí trataban de guerra y aborrecimiento los unos a los otros, ya traten de paz y liga contra el demonio.

            Yo prometo cierto que, aunque aborrezco todo lo que se puede que un religioso se ande tras seglares, que busque sus favores, pero que cuando los veo juntos de suerte que el seglar está enamorado de las obras de Dios en el religioso y el religioso celoso del aprovechamiento del seglar, yo doy mill gracias a este gran Dios que por vías tan secretas vino a hacer de dos reinos uno y a hacer tales paces, amistad y junta. De suerte que podremos decir que para Dios no hay año malo, porque si algo lo sintió torcido el alma que él amaba por no le acudir con la n ración ordinaria del pan cotidiano que suele dar a los hijos, fue año de consideración y estima. Pues ¿por qué camino enriqueció Dios la casa de los que viven en la del mundo? Pues le metió por sus puertas al justo que, cargado y hecho nave que viene de lejos, le lleva pan de doctrina celestial 5. Y si fue tiempo riguroso el que vino por el desierto de Elías cuando se le secó el arroyuelo do cogía agua, mejorólo Dios, pues eso fue causa para que la falta de agua que él tenía en su desierto se volviese sobra de aceite en casa de la mujer sunamitis que su tinaja


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manaba y la privación del agua particular fue causa de que [422r] el propheta entrase en la ciudad y viese las lástimas que en ella corrían, los lloros, lágrimas, crueldades, todos causados por hambre y falta de o pan; que, en fin, ojos que no ven corazón que no quiebra. Y así, el profeta se vido necesitado de clamar a Dios y pedir agua para quien así padecía y hacerse una misma cosa con quien estaba enojado 6.

            Estas dos cosas suele causar en la casa del justo el esconderle Dios sus favores y el trocarle los temporales, el hacerle entrar por casa de los que viven en el mundo con tantos lloros y lágrimas, tanta hambre y necesidad por falta de consejo y quien les diga las verdades y que con sus propios ojos vean cómo el alma significada por la mujer sunamitis coge serojas por los muladares de la tierra para hacer una pobre tortilla con que suspender la grande hambre que tiene y padece y que a vista de ojos se vea necesitada en la tal casa, multiplique Dios el aceite de la charidad, que su ración y parte le cabrá al propheta, y que pase adelante y pida remedio y consuelo para el mundo; que por tiempo seco y falta de agua está todo agostado y todo pereciendo.

            Esto propio le sucedió a la esposa: que estando en su retrete y no hallando a su esposo a la puerta, fue causa que saliese por las calles dando voces y dándolo a conocer a otras pastoras. Y con ocasión de buscarlo, se vido necesitada de dar dél las señas a quien quizá no lo conocía y, por no conocerlo, no lo buscaba 7. ¡Qué de veces le sucede esto a un alma afligida a quien se le alejó Dios un rato!: que con el deseo que tiene de buscarlo y hallarlo, con cuantos se topa trata de Dios, dice sus señas y da sus prendas porque, a trueco de desafogar su corazón de las penas presentes, cuenta los buenos días pasados que en su presencia tenía. Lo cual es ocasión de que muchos le conozcan y, conociéndole, le amen y busquen.

            Y así para Dios no hay mal año, porque si para alguna persona lo habíe de ser, era para el alma a quien se le suspendió el temporal y faltó el agua y rocío con que vivía y pasaba su consolada vida. Y para esta alma no lo es, porque si su ración no se la dan en pan, dánsela en dineros para que con ellos vaya a casa de los que viven en el siglo; que allí suele Dios depositarlo a veces como en alholí para que de allí lo compren, [422v] truequen y cambien por ese dinero. Que si a veces en los labios del que vive en el siglo se hallan palabras cual yo las he menester, él tiene necesidad del dinero y valor que Dios me dio en lugar de la ración ordinaria que se me había de dar.

 

3.            Beneficio recíproco

 

            Y no parezca éste encarecimiento y doctrina torcida: el decir que muchas veces envíe Dios sus siervos a la casa del mundo a que de su


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tienda compren el pan y manjar que por aquel rato tienen necesidad, que trazas son ordinarias de Dios. Y esto significaba la parábola y enigma p de Sansón: De comedente exivit cibus 8, etc.; que habíe hallado manjar en la boca del que se comía los hombres. Y fue así porque en la boca de un león muerto había hallado un dulce panar de miel que allí había labrado un injambre de abejas 9.

            Qué de veces suele tomar un justo de la boca de los peccadores palabras que son dulces como la miel y de grande provecho para su alma porque por entonces así le pareció al Espíritu Sancto sentarse en aquella boca y menear aquella lengua para que el cansado caminante que por aquel rato anda fuera del entretenimiento del poblado donde Dios lo entretenía con los antiguos gustos, no todo sea camino áspero, sino que tope una venta q donde pueda tomar algún refrigerio, aunque sea en la boca de un peccador. Que si el ventero fuere ladrón, jurador y maldiciente, yo no tengo que ver con eso, sino tomar lo que de su venta me inporta y pasar adelante. Lo propio digo yo del alma a quien Dios necesitare que por un rato pare en la casa y compañía de los del mundo: que no repare en que sea gente aviesa y torcida, juradores y maldicientes, sino que tome de ellos aquello que el Spíritu Sancto los hizo depositarios, porque en ellos suele Dios poner muchas veces palabras de desengaño, consejos de gran cordura.

            Hay algunos hombres en el mundo que si ven trabar amistad a un siervo de Dios con uno de los del mundo ya les parece son uno de ellos. Bueno fuera que porque nuestro christianíssimo rey don Felipe hizo paces con Ingalaterra y consintió su communicación y trato 10, que dijéramos que los españoles eran ya herejes. No, señor, que eso sólo se hizo para que nos communiquen sus lienzos, holandas y otras mercadurías que allá hay; y con la ocasión del trato muchos se convierten. De esa misma manera [423r] ha de suceder al justo: que haciendo paces y tratando communicación con el peccador, sea para tomar de él lo bueno que en él hubiere puesto y sembrado la naturaleza y ponerlo en ocasión para que de este trato se convierta. No porque Caiphás fue inico juez deja el evangelista de entrarlo en el evangelio y tomar de su boca y lengua aquellas altíssimas palabras que en ella puso el Spíritu Sancto cuando dijo que convenía que un hombre muriese porque no pereciese el mundo 11. Y el mismo Dios por su profeta remite a su pueblo a las caballerizas 12 donde come el buey y el jumento, y al aire por do vuela la cigüeña y la golondrina 13 para que de ellos aprienda y tome lo que le inportare.

            Así, no se espante esta alma sancta si algunas veces, negándole Dios el regalo ordinario, le enviare, por los fines dichos, a la casa de los que viven


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en el mundo, que así conviene para trabarlos, pegarlos y asirlos y que, trabando Dios del corazón del justo, trabe y lleve el de el peccador. Que así se vido en aquellas diferencias de cortinas que estaban cubriendo el arca y propiciatorio, que siendo de tres maneras: unas de holanda fina, otra de seda y las de encima de jerga, estaban trabadas y asidas con tal orden que trabando de la una iban todas 14. Así hallo yo tres diferencias de estados en esta Iglesia militante: unos que son como holanda fina, blancos por la castidad, que son los religiosos; otros de seda, que son los continentes; otros de jerga, que son los meramente seculares. A éstos los quiere Dios tan asidos y trabados entre sí que, trabando del corazón del justo, se lleve tras sí los otros dos estados y que todos corran. Que bien debiera de saber esta doctrina la sposa cuando decía: Llévame en pos de ti, señor mío, y correremos 15; trabad de mí, que llano es que yo me llevaré esotras cortinas que están a mí pegadas.

            Bien diferente es el alma del cuerpo y las potencias de los sentidos exteriores. Y con todo eso, vemos que hizo Dios esta junta y esta trabazón y amistad entre entramos que tan de provecho viene a ser a este hombre exterior, porque trabando Dios del alma, traba y lleva también a sí el cuerpo y se levanta a su conocimiento nuestro entendimiento. El lleva tras sí la voluntad y la memoria, y estas potencias así levantadas, como piedra imán, traban de la jerga y sayal del cuerpo y sentidos. [423v] Y es bien, dice el sancto rey David, estén juntos r el rico y el pobre s 16, porque si el rico lo favorece y communica sus dineros, el pobre trabaja y le cava sus viñas. Esto digo yo que pasa entre cuerpo y alma, quien convino que estuviesen juntos. Porque si el alma rica y le da a gozar de la riqueza que Dios le tiene communicado, el cuerpo, como pobre, cava y trabaja para sus nuevos granjeos del alma; y si el estiércol es bajo y de poco valor, mucho vale en una haza para que dé fructo doblado. Yo confieso el poco valor del cuerpo y que es un poco de estiércol, pero también confieso su valor en compañía del alma; que, en fin, la fertiliza y hace llevar fructo doblado, pues trabajando ella por una parte en la contemplación del Altíssimo, el cuerpo trabaja por la suya, ejercitándose en las cosas de piedad que su amo le manda. Y lo propio hallaremos en la trabazón que Dios tiene hecha en todas las cosas, particularmente en los elementos. Que, siendo entre sí tan diferentes, los conecxionó t y enlazó de suerte que la superficie del uno fuese principio del otro, comunicándose el uno al otro aquella calidad de que cada uno estaba necesitado. La superficie de la tierra es asiento del agua y si la tierra es seca, el agua húmeda y le communica esa calidad de que tiene necesidad; y la superficie del agua es el asiento del aire y el agua fría, el aire la templa u; la superficie del aire es donde enpieza el elemento del fuego, etc. v Esto propio hace


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Dios en la materia que vamos tratando: que necesita a unas criaturas de otras porque, tiniendo las unas necesidad de las otras, se traben y unan y juntas las lleve Dios tras sí.

            Todo esto tomamos ocasión de decir, tratando la causa por qué nuestro Dios, siendo esta Religión tan suya y tan querida, la deja y da lugar para que acuda a buscar favor a la tierra y que parezca se le esconde por un rato y que la tome en sus brazos el poderoso y grande y la favorezca y ampare.

 

 

 

           




a            ms.Que me parece; porque el texto está enlazado directamente con el del escrito precedente



b sigue este tach.



c            ms. juncta



1         Cf. Mt 23,37.



d            sigue c tach.



e            sigue en tach.



f             sigue nec tach.



g ms. cenida

 



h            ms. ivierno



2         Cf. 1 Pe 5,8.



i            ms. parta

 



3         Cf. Mt 25,1‑13.



4         Cf. Ap 21,23.



j             corr.



k            vió sobre lín.



l            corr.



m           ms. juncta



n            corr. de las

 



5         Prov 31,14: «Facta est quasi navis institoris, de longe portans panem suum».



o            corr. de del

 



6         Cf. 1 Re 17‑18. El autor confunde la sunamita con la viuda de Sarepta.



7         Cf. Cant 5,10‑16.



p            ms. enima



8         Jue 14,14.



9         Cf. Jue 14,18.



q            sigue aca tach.

 



10        Tratado de paz de Londres (28‑VIII‑1604) entre Jacobo I de Inglaterra y Felipe III, que lo ratificó el 16‑VI‑1605. Cf. PÉREZ BUSTAMANTE, C., La España de Felipe III (Historia de España, dir. por R. Menéndez Pidal, XXIV), Madrid 1983, 359‑363.



11        Cf. Jn 11,50.



12        Cf. Is 65,25.



13        Cf. Jer 8,7.



14        Cf. Ex 26,1ss; 36,8ss.



15        Cf. Cant 1,3.



r            ms. junctos



s            corr. de pobres



16        Cf. Sal 48,3.



t            ms. conecxio



u            sigue el aire es tach.



v            sigue dic sin tach.

 






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