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San Juan Bautista de la Concepción
Obras III - S. Juan B. de la C.

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VI. EL HABITO

 

1.  Señalados con la cruz de Cristo

 

  [7v] § 7.  Manda nuestra regla que traigamos cruces 1, que son las que ahora usamos en el scapulario y en la capa, y la que bajó el ángel cuando se apareció 2. Que no sé yo qué mejor presente nos podía hacer el cielo que enviarnos esta sancta cruz y escalera para pasar allá. Lo cual yo tengo por admirable pronóstico para la buena dicha que han de tener nuestros hermanos en la hora de la muerte: haberles enviado y arrojado el cielo este sancto hábito y divinos sayales remendados, con esta sancta cruz que traemos en los pechos.

  La cruz, como digo, es escalera que el cielo nos pone en señal de amistad y deseo que todos subamos y acertemos el camino derecho que va allá, que es abrazar de corazón la cruz del crucificado Cristo. Que ésta es la diferencia de las cruces que train en los pechos los hombres de la tierra: que en ellas se conocen los servicios que hicieron los tales a los reyes, y que los reyes los tienen muy en la memoria, pues los favorecen con lo que es honra en su reino; y que ellos han de abrazar aquella cruz, que representa la que tiene la espada en la enpuñadura para que, como buenos caballeros, la enpuñen en defensa de su rey y reino. Significa también el ser cruz pulida y bordada y de seda, el estar aquella cruz engastada en los diez mill de renta. El tener esas cruces esas vueltas y revueltas que llaman flor de lis, significa bien a la letra


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que, con tener tantos garabatos, no hay quien la pueda asir; y las vueltas que tiene, las muchas que dan los que esas cruces buscan y los pocos que las hallan. Cruz en flor, que en a flor se pasa y es honra que como flor se acabab.

  Pero nuestra sancta cruz, que el cielo nos dio y nuestra regla manda que traigamos en el pecho, significa el amor que el cielo nos tiene y los servicios que hacen y han de hacer nuestros religiosos a Dios. Pues con su propia cruz nos honra y, en señal de esta honra, le hemos de pagar, de suerte que, en la ocasión que se ofreciere, hemos de volver por su honra, enpuñando de muy buena gana su cruz para vencer los enemigos, muriendo en ella si fuere necesario. Y el ser cruz tosca y de paño basto, que advirtamos que, pues es paño basto el de la cruz, que no aguardemos en este mundo rentas de gustos por esta cruz, pues no han menester riquezas con que engastar y guardar un poco de sayal de que se hace la cruz. El ser llana y sin garabatos significa que el que viviere con llaneza la alcanzará; y que es tanto el deseo que tiene Dios de darnos la honra de su cruz, que con pocos rodeos la hallaremos. Finalmente, significa el amor que el cielo nos tiene, pues nos echac la escalera fija y cierta por do hemos de subir.

  Suelen los castillos fuertes tener una gran fosa y puerta levadiza por amor de los enemigos, y las torres de las fronteras, ventana con escalera, que la levantan por los contrarios y enemigos y, en tiempo de bonanza d y amigos, la echan, señal que el campo está seguro. El cielo es castillo fuerte. Así dice el evangelista que regnum caelorum vim patitur; que es menester pelear y hacer fuerza [8r] para entrar en él 3. A los malos, como a enemigos, levántales Dios la escalera y puerta levadiza por do se entra en el cielo, que es su sancta cruz e. Así lo dice David tratando de ellos: in laboribus non sunt, et cum hominibus non fla­gellabuntur 4. No dan un alcance a la cruz de Cristo, que esa puerta sólo la da Dios y la echa a sus amigos en tiempo de bonanza. Y así la hizo el cielo, mostrándosenos favorable al principio de nuestra fundación, descubriendo a nuestros sanctos padres fundadores cuán aparejada tenía la entrada para sus religiosos. Como quien dice: lo que por acá más vale es la cruz del crucificado; pues eso que así vale y es de estima, se os cai encima y el cielo os lo arroja.

 

 

2.  Dádiva y representación de la SS. Trinidad

 

  Y, finalmente, fue nuestro sancto hábito con su cruz una dádiva de toda la Sanctíssima Trinidad en los tres colores: blanco el hábito y cruz azul y colorada. Que, aunque los muchos colores significan remiendos, si los remiendos son de la Sanctíssima Trinidad, dichosos remiendos y


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dichosas 5 colores. ¿Qué pudieron significar esas diferentes colores y con ellas nuestro hábito remendado? Que más vale ser religioso descalzo de la Sanctíssima Trinidad remendado que cuantos brocados hay en el mundo; y que los suyos los honra Dios con remiendos.

  Pudieron significar que todas tres personas hicieron una junta y cada una de ellas, deseándonos vestir de su paño, nos dio cada una su pedazo. Lo blanco, del Padre, que, así como lo blanco disgrega la vista, nos muestra en ello la poca que el hombre tiene para conocer sus juicios. El Hijo nos dio lo azul, que significa su pasión y muerte, significando cómo nos la está aplicando cada día. Lo colorado dio el Spíritu Sancto, que es amor, con que nos recibe por hijos de la Sanctíssima Trinidad.

  Y si no, digamos que significa lo que de sus frailes quiere toda la Sanctíssima Trinidad, que, a mi ver, en ver el hábito que nos da se conoce fácil su querer y voluntad. Pregunto yo: si llegase un hombre y me diese un lienzo grande en un bastidor y un pincel y una paletilla de colores, ¿no era fácil entender que quería que pintase? Sí, por cierto, y más si me daba algún retrato, que sería dar a entender quería lo sacase y copiase. Seas, Dios mío, mill veces bendito, que, fundando esta tu sagrada Religión, en el hábito que le diste mostraste el officio y ocupación en que querías ejercitar tus frailes. Dasles, Señor, el hábito blanco, que es el campo y lienzo en que f han de pinctar. El pincel es tu sancta cruz. Los colores diferentes son la variación de virtudes con que han de adornar su alma. El llamarlos de la Sanctíssima Trinidad es darles la imagen que han de copiar. Y fue decirles clara y distintamente: Dadle, hijos míos, a vuestras almas un jabón con blanqueo y campo dispuesto, para en ellas poder dibujar y pinctar. [8v] Que ningún campo hay más a propósito para el dibujo que lo blanco, que es sobre quien mejor cain todos los colores y dibujos que se quieren hacer. Que, así como acá decimos " sobre negro no hay tintura", por el contrario, sobre blanco son las buenas pincturas. Este color nos lo dio el Padre, que, como a él se le atribuye la creación y la pinctura y hermosura del mundo, quiso Su Majestad fuésemos buenos obreros e imitadores suyos, pinctando y, como quien dice, de nuevo criando en nuestras almas cielo nuevo y tierra nueva 6. El Hijo nos dio su cruz, que es el pincel con que Su Majestad dibujó y pinctó nuestra redención; y es el Hijo, pincel del Padre, per quem facta sunt omnia 7. Y así quiso el Hijo que, en ese campo que el Padre nos daba, pintásemos nuestra redención, justificación y salvación 8; que eso sólo se hace con la cruz del mismo Cristo. Y porque el hombre es pobre y de su cosecha no tiene g caudal para colores, dánoslas el Spíritu Sancto las mejores, las más subidas


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que hay en el mundo, que son blanco, colorado y azul: blanco, pureza; colorado, amor; azul, celos, deseo de Dios.

 

 

3.  Colores naturales, virtudes básicas

 

  Ahora adviertan, por charidad, de estas tres colores. He notado en un hermano pinctor que tenemos en casa que sólo le veo comprar estos tres colores, blanco, azul y colorado, y los otros colores los hace con mezcla de éstos. De manera que, según esto, estos colores son los más naturales. Lo segundo, que con estos tres se hacen y alcanzan los demás. Pues darnos el cielo estos colores, es decir: esto es lo necesario, lo natural, aquello de que siempre ha de estar proveído un religioso de esta sancta Religión: de pureza, limpieza, sinceridad, que eso significa lo blanco; amor de Dios, que es la charidad; azul, que son los deseos y ansias que siempre se han de tener de más obrar, que es el aceite con que se ceba esta charidad y fuego que nos da. Con estas tres cosas que un religioso tenga, esle fácil alcanzar y tener todos los demás colores que hay, que son las demás virtudes.

  Ahora probemos a sacar un verde de esperanza: mezcla amor de Dios y deseos grandes de Dios. Hagamos un amarillo de muerte: "Fuerte es, dice la esposa, el amor como la muerte" 9. Dadme vos, hermano mío, un religioso tan dichoso que la Sanctíssima Trinidad le haya dado las tres virtudes que los tres colores significan, que yo os lo daré rico entre todos los hombres y que, con esas tres virtudes, las demás con facilidad se alcanzan; y estando en casa, que son las reinas, las demás se honran, como damas, de venirlas a servir.

  [9r] Más, estas tres colores son colores naturales, cual la h tierra las produce y lleva, y se hallan sin componerlas con mezcla de otras simples. Antes estos tres colores son simples con quien los demás se componen. Pues dar la Sanctíssima Trinidad a sus frailes estos tres colores, es decir que hemos de vivir con llaneza, con simplicidad y rectitud y sencillez, que es la virtud que mucho agrada a los ojos de Dios. Que parece le ofenden los hombres compuestos y mezclados de virtudes ajenas traídas de otras canteras; que por eso abominaba Dios tanto de los hipócritas, que componen su i rostro y aspecto para parecer bien a los hombres 10.

  ¡Oh buen Dios, que quizá fue ésta la causa que, habiendo de escoger y tomar esposa, buscaste una pastora, que viste la ropa del color de la lana 11! Yo en mi vida vi pastor ni pastora que trujesen variación de colores; blanco o pardo, conforme la lana la llevan las ovejas, sin otra tintura ni composición. Y aun muchas veces, por no meterse en dibujos de tejer, urdir y tramar, cogen los zamarros y hacen los vestidos de los propios pellejos y pieles de su ganado. ¡Qué linda doctrina! Que ha de


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ser pastora el alma que ha de agradar a Dios: que se vista sin composición, a lo llano y natural del color de la propia virtud, como Dios la da y la envía, sin andar compuniendo, fingiendo ni disimulando. Que eso de mezclas y composiciones hacen las damas que viven en la corte y siguen los fueros del mundo, pareciendo jilguerillos pinctados. Que, en fin, podrémosles decir que pinctan el naipe para engañar la gente. Pero, como Dios es el que ve los engaños, no hay para qué tratar con Dios sino con llaneza y simplicidad. Y aun ése era el cargo que le hacía el otro [Ezequías]: Memento, Domine, quod ambulaverim coram te in simplicitate cordis 12. Y a Job le alaban por "varón simple y recto" 13. Y Dios nos pide que andemos en simplicidad de corazón 14. Y fuera nunca acabar querer scudriñar todos los lugares de la Scritura que tratan de eso j. Contentémonos con lo dicho y con entender quiere Dios a los religiosos de su Religión de la Sanctíssima Trinidad puros, castos, fervorosos y amorosos, cosas significadas por los tres colores, y colores simples y llanos. Que, si fuere menester, a trueco de no tejer, tramar ni urdir, que juntemos la pobreza de las pieles de los animales con esos colores simples; se da Dios por contento, que es pastor y quiere sea su esposa pastora, y no cortesana, pulida y galana al uso del mundo.

 

 

4.  La cruz en el pecho

 

  [9v] Dice más esta cláusula de nuestra regla: que esta cruz que la traigamos en el escapulario. Porque, según los padres del Paño, aquella palabra que dice la regla tratando de la cruz: in capis imponantur signa, dicen significa el escapulario. Y yo k y todo voy con eso. Y, según eso, la cruz queda asentada en muy buen lugar, que es en el pecho, en medio de la parte más principal del hombre, que es donde está el corazón y donde se forjan los deseos. ¡Qué linda manda, mis hermanos!: que traigamos la cruz en medio en el pecho. Que es decir: nuestras ansias, nuestros deseos sean padecer por el crucificado Jesús. Que el asiento de la cruz sea el corazón, que en ella es donde este nuestro corazón, como en lagar y prensa, se aprensa para salir conforme el corazón de Dios y donde da muy lindo jugo allí apretado. Que, aunque de esa cruz y congojas y apreturas del corazón los labios distilan mirra, mirra es y hacecillo l de mirra de quien se precia la esposa 15. Porque, a mi ver, mirra y gracia todo es uno. Y si la esposa a su esposo le dice que sus labios distilan m mirra 16, el profeta a esa mirra la llamó gracia vertida en los labios de Dios, diciendo: diffusa est gratia in labiis tuis 17, etc. Dando a entender que eso amargo que está derramado por todo el justo n, es una gracia tan agradable a los ojos de Dios, que por


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ella lo bendice Dios, pues, después de haber dicho diffusa est gratia, dice lo que causa: propterea benedicit te Deus in aeternum 18.

  Muy lindo lugar el que manda que demos a la cruz: corazón, entrañas, amor, voluntad y deseo de siempre padecer; en el pecho, cerca de los ojos, donde un momento no la perdamos de vista. Ahora noto que los del siglo la train al lado, que significa lo que acá solemos decir o cuando afirmamos que uno tiene olvidado una cosa, decimos: echólo al lado. Y así es, por nuestros peccados, que ya el mundo ha echado al lado la cruz de Cristo y ya la va olvidando; y si alguna vez allí la mira, es para acordarse que tiene en medio de su memoria los diez mill que renta. Grande desdicha que las cosas del mundo estén en el corazón y en medio de las entrañas del hombre, entrañadas con ellas, y que la cruz esté al lado. Y en el juicio será al revés: el mundo y los que le siguen al lado izquierdo 19; la cruz se aparecerá en medio el cielo 20, significando cómo los que han seguido a Cristo y su cruz, los tiene Dios puesto en medio de su corazón y los ama y quiere como a sus entrañas.

 

 

5.  Los dos brazos

 

  Tiene nuestra cruz dos brazos: el que va hacia arriba es colorado y el que atraviesa es azul. El brazo p colorado que va hacia arriba significa la charidad, que, como fuego, [10r] levanta y ensalza al hombre, por caído que esté, y la que siempre camina hacia arriba y no sabe estar ociosa ni hace cosa baja; la que hace en el hombre que busque las cosas de arriba, ubi Christus est ad dexteram Dei sedens, non quae super terram 21.

  El brazo azul que atraviesa significa pasión, dolor y trabajos q cruzados con el brazo colorado, que es charidad. Es decirnos que, para ser agradables a los ojos de Dios, los trabajos que el hombre padece han de ser padecidos y sufridos por su amor; y en él se nos harán fáciles; y que trabajos mezclados con charidad y amor son los que componen una cruz suave, amorosa y meritoria. Y cruz compuesta de trabajos y charidad es cruz celestial. Y así fue necesario bajase del cielo y se pusiese en los pechos de nuestros sanctos padres, mostrándoles en este dibujo el cielo que, si les daba regla rigurosa llena de trabajos, penitencias, mortificaciones y estrecha pobreza, que es el brazo azul, que no desmayasen, que el mismo cielo que les enviaba el brazo colorado, que representaba r la charidad, les daría el peso y medida de esos trabajos, amor y charidad, en quien todo se puede. Y así, no sin misterio, tiene nuestra cruz los brazos iguales, porque promete lágrimas con medida y no consentirá que ningún religioso padezca más de lo que puede llevar, según el cielo le ha dado las fuerzas.


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6.  Brazos iguales en su forma

 

  Son iguales los brazos de esta sancta cruz, los s brazos de arriba y el pie de abajo, de manera que la cabeza, brazos t y pie ha de ser de una medida, en significación de la igualdad de ánimo que un religioso ha de tener en lo próspero y adverso. Significa la igualdad entre todos nuestros hermanos en cuanto al padecer, sufrir y trabajar; que la cruz de nuestra sagrada regla la ha de abrazar de tan buena gana la cabeza como los pies, donados y súbditos. Significa la grande hermandad que entre todos ha de haber, que por eso es cruz entretejida y enlazada con charidad. Porque esta charidad es la que hace los trabajos [ajenos] propios, según lo que dijo san Pablo: Quis infirmatur, et ego non infirmor? 22 No veo cruz en hombre que no me la eche a mis cuestas; y si veo algún hombre enfermo y afligido, me visto de su enfermedad y aflicción. Y eso les quisieron dar a entender a nuestros frailes: que, pues nuestras cruces se amasan con charidad y la charidad a todos hace iguales, que lo seamos en esas propias cruces y trabajos.

  Brazos iguales de la cruz es decirnos que, mientras esta cruz se repartiere por partes iguales, será cruz amorosa de Cristo; y cuando esta cruz fuere mayor en los pies, que son los menores, sin igualarse en la cabeza y brazos, que son los medianos, ésa no será ya cruz de regla de la Sanctíssima Trinidad, sino cruz parecida a las del mundo, bien pesada y más parecida a la horca, [10v] que, como dicen, se hizo para los desdichados. Pero nuestra cruz para los dichosos, por ser cruz llena de amor, de charidad y de igualdad, cruz suave y amorosa: ver que de ella y del cáliz de Cristo le cabe tanta parte al superior como al inferior y que está diciendo a los súbditos beban el cáliz que él bebe, según el exemplo de Cristo.

  Estos dos brazos de esta sancta cruz, azul y colorado, me parece estuvieron bien figurados en aquella u columna que iba delante de los hebreos por el desierto 23. De día era nube; ven ahí el brazo azul, que es muy ordinario serlo las nubes pardas que tiran a azul. Y de noche esta columna era de fuego; ven ahí lo colorado. Pues veamos qué representaban aquellas dos cosas con el pueblo, para que lo propio entendamos de nuestra sancta cruz. Lo primero, los guiaba a la tierra de promisión. Y esto propio hace v el rigor w de nuestra regla, representada en esta cruz. La nube x es obscura y el fuego claro, en significación y de que, en medio de las mayores tinieblas, nos habíe Dios de dar luz. La nube significa trabajos; la columna de fuego, fortaleza en los trabajos. Y hase de advertir que estas dos columnas cada una andaba de por sí, que, aunque eran una misma cosa, pero no se mostraban juntas: de día la columna de nube y de noche la de fuego. Para darnos a entender que de antes que Dios viniese al mundo andaban de por


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sí los trabajos, y no se les habíe entretejido el fuego de amor y de charidad hasta que Dios z vino al mundo. Y en señal de que ya las dos columnas se habíen juntado, bajó nuestra cruz tejida con azul y colorado. Y que ya habíe fuego que abrasase y quemase nuestros duelos y trabajos, para que no fuesen tales. Y que ya nuestras tinieblas, significadas por lo azul, se mezclaban con nuevas luces de colorado a, para hacer grandes aciertos en el camino del cielo. Cruz hecha con azul y colorado y bajar del cielo, todo es cielo, porque lo azul representa el cielo, lo colorado el fuego que Cristo bajó del cielo a encender en los corazones de los hombres 24. Y bajar del cielo paréceme, mis hermanos, que fue decirnos que, si nosotros somos bajados y venidos del cielo, en nosotros todo será cielo, conforme lo que san Pablo dice: Qui de terra est, de terra loquitur; qui de caelo est, super omnes est 25. Todo es cielo en él: Primus homo de terra, terrenus; secundus de caelo, caelestis 26. Todo esb celestial el que baja del cielo. Y así, bajando nuestra sancta cruz del cielo, bajó azul, que es cielo, y colorado, que es charidad y fuego del cielo. Y con brazos iguales, porque el cielo no hace aceptación de personas 27; séase alto o bajo, etc., a todos han de medir con una medida y pasar por un juicio y rasero. En cuya conformidad nuestra sancta regla tiene tantas cláusulas que tratan de la igualdad que todos y en [11r] todos debe haber, como en su propio lugar se verá.

 

 

7.  Interrogante sobre la cruz descalza

 

  Parece, pues aquí se ha tratado de las cruces que traemos, fuera bien tratar y saber la causa por qué nosotros hemos diferenciado de las cruces que train los padres del Paño, siendo ésta así seguida y llana y la otra arqueada. Como se ve en esta efigie, que, para hablar más claro, será bien ponerla aquí, no obstante que de todos es tan sabida y conocida.

  La de los padres del Paño es ésta:    . Y la nuestra esc ésta:

 

 

 

  .

  Dificultad tantas veces preguntada de los seglares, porque no les ha dejado de causar admiración ver que hubiésemos trocado la forma de la cruz. Y si tengo de dar la razón literal y el fundamento que esto ha tenido, diré d la verdad de todo lo que de esto sé y en lo que yo me he fundado, según lo que acerca de esto dejo scrito en nuestras fundaciones 28, que otra cosa nueva ahora no se me ofrece que poder responder.

 

 




1 "In capis fratrum imponantur signa" (Regla, art.8).



2 Cf. p.12 nota 11.



a  sigue flor tach. 



b Cruz en flor-pasa sobre lín.



c  sigue es tach.



d sigue la tach.



3 Cf. Mt 11,12.



e sigue p tach.



4 Sal 72,5.



5 El autor, como otros escritores de la época (cf. color en Covarrubias), utiliza indistintamente el masculino y el femenino para color/es.



f  sigue as tach.



6 Cf. Ap 21,1.



7 Expresión del credo. Cf. Jn 1,3.



8 Cf. 1 Cor 1,30.



g sigue para colores tach.



9 Cant 8,6.



h  sobre lín.



i ms. sus



10  Cf. Mt 6,16.



11  Cf. Cant 1,5ss.



12 2 Re 20,3; Is 38,3: "Obsecro, Domine, memento, quaeso, quomodo ambulaverim coram te in veritate et in corde perfecto".



13  Job 1,1.8; 2,3.



14  Cf. 1 Re 9,4; Sab 1,1.



j  sigue si tach.



k corr. de otro



l ms. cacecillo



15  Cf. Cant 1,12; 5,5.



m ms. distillan



16  Cf. Cant 5,13.



17 Sal 44,3.



n una 2m. pone en plural los justos



18 Sal 44,3.



o  sigue esto tach.



19  Cf. Mt 25,33.41.



20  En los textos litúrgicos de las fiestas de la cruz (Invención el 3 de mayo y Exaltación el 14 de septiembre) se repetía: "Hoc signum crucis erit in caelo, cum Dominus ad judicandum venerit".



p corr. de labrazo



21  Col 3,1-2.



q sigue cruç tach.



r ms. reprentaba



s  sigue g tach.



t ms. pbraços



22 2 Cor 11,29.



u corr. de aquellas, sigue dos tach.



23  Cf. Ex 13,21.



v sigue nuestra tach.



w ms. ligor



x sigue era tach.



y sigue q tach.



z  sigue vi tach.



a sobre lín.



24 Cf. Lc 12,49.



25  Cf. 1 Cor 4,48; 1 Jn 4,5.



26  1 Cor 15,47.



b sobre lín.



27  Cf. Rom 2,11; Ef 6,9; Col 3,25.



c ms. est



d ms. dirá



28  Cf. Memoria de los orígenes de la descalcez trinitaria, 38,7 (II, 312-314).






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