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San Juan Bautista de la Concepción Obras III - S. Juan B. de la C. IntraText CT - Texto |
XX. HACER ALGO MAS QUE LOS OTROS
El diferenciar los ayunos del adviento, cuaresma y vigilias con todos los que la Iglesia tiene costumbre de ayunar, que éstos quiere se ayune con el rigor que se ayuna la cuaresma, -que en conclusión quedan a pan y yerbas, porque, no pudiendo comprar pescado y no pudiendo comer güevos, bien se deja entender cuán rigurosos quedan-, y en esto parece que el fin que tuvo nuestra regla fue el querer añidiésemos siempre algo a lo que los otros hacen. Como quien dice: cuando los hombres no ayunan, ayunen mis frailes; cuando ellos ayunan y comen güevos a y pescado, quiten nuestros frailes los güevos; cuando ellos ayunan y no comen güevos, no coman o no compren nuestros frailes pescado ni vino. De suerte que siempre en cosas de rigor quiere llevar la bandera y que nadie le eche el pie adelante, sino que a los preceptos añade consejos y a los consejos summo rigor. Y pues decimos son y han de ser nuestros frailes los más queridos, los más allegados, han de mostrar este amor en algo más que los otros y ofrecer algo más que las otras religiones ofrecen.
1. Caridad extensiva a cautivos y pobres
Abrahánb, cuando envió a su criado para que escogiese mujer para su hijo Isacc, pidióle señas para saber y conocer cuál había de ser la que Dios tenía por esposa de un tan gran patriarcha como d Isac. Y díjole: Illa erit sponsa filii mei quae plus fecerit quam tu petieris ab ea; la mujer que hiciere más de lo que tú le pidieres. Llegó sediento el buen Eleacer a una fuente, donde Rebeca estaba cogiendo agua y dícele: Mulier, da michi bibere. Respóndele y dice: Non solum tibi, sed et camelis tuis. Respondió Eleacer: Haec est quam praeparavit Dominus domino meo; ésta es la que tiene Dios preparada para mi señor 1, para que sea madre de muchas gentes mujer de tanta charidad que gusta de darme de beber y vaciar el cántaro y sacar agua para satisfacer a mis camellos; ésta es la que Dios tiene preparada para esposa de mi señor y principio de su pueblo. Y con mucha razón, que la charidad, que es Dios, sea principio del pueblo de Dios; y que en su principio todos beban de esta agua. Y que no sólo se estienda a los hombres, sino a los camellos, para que de veras
se parezca a aquel amor y charidad encendida del mismo Dios, con que puesto en la cruz, derrama su sangre para buenos y malos.
Y a todos quiere y a todos ama, y a todos llama: Sitientes, venite ad aquas [41v] et qui non habetis argentum, properate, venite et emite 2; venid, sedientos, a beber de las aguas vivas; y los que no tenéis dineros para comprar, conténtome con que apresuréis el paso, que con eso me doy por pagado y satisfecho y obligado a daros esta agua, como si de justicia y compra os la debiera. Venite ad me omnes qui laboratis et onerati estis, et ego reficiam vos 3. ¿Quién son los cargados sino los peccadores, que, a semejanza de camellos por su fealdad, andan siempre cargados de cuidados, de trabajos, de solicitudes e y de peccados? Los cuales, para mejor cargarlos, el demonio, a semejanza de los camellos, los hace hincar de rodillas, abajar y tender en tierra hechos tierra, adorando sus trabajos en quien tienen puestos sus gustos.
Pues Dios, cuya charidad es tan inmensa que da agua y llueve f sobre buenos y malos 4, razón será le busquemos por esposa una religión que le imite, cuya charidad se estienda no sólo a beber ellos y sacar agua de la fuente del Salvador 5 para sí y para g los hombres, hermanos y compañeros suyos, sino para los camellos, para los pobres y captivos, que los unos están bien cargados de enfermedades y los otros de molestias y trabajos, a quien la gravedad de la carga los hace arrodillar cada momento para mover a compasión, no para que de nuevo los carguen sino para buscar alivio de sus trabajos y de viejo los descarguen. Camellos no parecidos a los peccadores en la fealdad de la culpa, sino parecidos al mismo Dios en la gravedad de la pena que tomó por nosotros, pues dél dice Esaías que non erat in eo sanitas a planta pedis usque ad verticem capitis 6; que, como soberano y divino camello, para que los hombres mejor le cargasen h las penas de sus culpas, [se] arrodilló con la cruz a cuestas. Como quien dice: Si os parece que, siendo Dios, soy alto y que no alcanzáis a descargar en mí vuestros trabajos y cuidados, veisme aquí hombre y hombre reputado por gusano, bajo y tendido en el suelo, y con cruz a cuestas para que en ella, como en caja, echéis y encerréis vuestras penas y trabajos para las llevar y echar en aquel piélago de misericordias, como piedra en lo profundo de la mar.
Y en esto son los pobres y captivos semejantes a Cristo, en quien el mundo arroja sus penas, sus afrentas y en quien busca [42r] sus menesteres; a quien las persecuciones y trabajos los train siempre postrados por tierra. A éstos esta sancta Religión de Descalzos de la Sanctíssima Trinidad llama y convida que vengan a beber del agua del Salvador 7, que es decir que, por haber Cristo puéstose en la cruz a ser salud y salvador de los hombres, ella ha cogido de aquella salud y la quiere dar y repartir a los pobres y salvar y librar a los captivos.
Que, pues su esposo tiene tales propiedades, que será razón las tenga también la esposa y la que el Señor le tiene preparada.
2. ¡Qué mayor riqueza que los cautivos y los pobres!
Y para que veamos cómo tiene en eso sus propias ganancias, quiero que advirtamos que aquellos camellos a quien así satisfizo y dio de beber Rebeca iban cargados de joyas para la misma Rebeca, que habíe de ser esposa de Isac; y allí las descubrió luego y las dio, repartió, vistió y hermoseó con ellas i. ¡Seas tú, Dios mío, mill veces bendito, qué presto y qué sobremano y qué bien pagas una jarra de agua, un hacer la charidad algo más de lo que tú pides! ¿Qué decís, Rebeca, a esto que os pido: que me deis de beber a mí? ¿Qué? Que no sólo a vos, pero también a vuestros camellos. Pues aguardad, que no sólo tengo yo de ser vuestro criado, sino estos camellos, a quien ofrecéis de beber, vienen cargados de joyas para vuestro adorno y hermosura.
Ea, Religión sancta, ¿qué decís? Dad de beber a estos religiosos j y a estos hombres que a vos acuden pidiendo vuestro sancto hábito y vienen sedientos, deseosos de abrazarse con la cruz de Cristo, con el rigor y penitencias, que eso es sólo lo que les satisface. ¿Qué respondéis a esto? ¿Qué? Que no sólo a ellos, pero también a sus camellos, también a los pobres enfermos y captivos. Pues esperad la paga sobre la mano bien cumplida, y es que estos que así toman el hábito serán siervos y esclavos vuestros, ofreciendo mill veces la vida por vuestro servicio y cumplimiento de vuestras leyes y regla. Y esos pobres y captivos, a quien vos ofrecéis esa agua, ésos vienen cargados de joyas y bienes, con que vos quedaréis rica y hermosa. ¡Qué mayor riqueza que tener por propios captivos y pobres! ¡Qué mayor adorno y hermosura que las penas y trabajos de los pobres, pues Cristo k, con ser Dios, gustó de hermosear [con ellos] su persona! [42v] Así se lo dice su Padre por su propheta: His omnibus ut vestimento vestieris 8. Con esto se pule, se hermosea y adorna nuestra sancta Religión.
De donde el otro día, mostrándome la corónica que el padre maestro fray Antonio Navarro escribe de la Religión 9, vi un tratado que hace de las muchas y muy copiosas redenciones que su Religión ha hecho. Y yo lo sentencio por una particular alabanza, riqueza, joyas y adorno con que se viste y hermosea aquesta sagrada Religión, vestida y adornada con la vestidura y adorno que el Padre eterno vistió a su Hijo, que fue con los hombres y con sus trabajos y penas.
3. Para ocuparse de cautivos y pobres
Da michi animas, caetera tolle tibi 10. Y allí quiere decir animas hombres. Porque, cuando aquellos cinco reyes captivaron a Lot, sobrino de Abrahán, y a sus criados, fue Abrahán tras ellos en su seguimiento y, mostrando que sólo ponía su honra y ser en el rescate de los captivos que se llevaba, dice Abrahán: Da michi animas 11, dame los hombres, dame los captivos y llévate lo demás. No reparo en riquezas ni en los ganados; sólo reparo en las almas que te llevas; reparo en Lot mi sobrino y hermano y en sus criados. Grande amor, grande charidad de Abrahán; grande desasimiento de las cosas de la tierra y charidad encendida para con sus prócximos y hermanos, que a sólo ellos quiere, con sólo ellos se honra y enriquece.
Pues esta riqueza, esta honra es la que hace Dios a esta sagrada Religión, la cual, como l otro Abrahán, llena de charidad, sólo pone su riqueza, hermosura y adorno m en que le den los hombres, que le den los pobres y captivos; y que los dineros, las riquezas que se los lleven quien quisiere, que sólo quieren las ánimas y los hombres. Y estos hombres a quien remedia y libra éstos son la hermosura y riqueza de la Religión. Y si ella les da agua, satisface la sed y descarga de sus penas, ellos vienen cargados de joyas y adornos para componerla y hermosearla como sposa de toda la Sanctíssima Trinidad. Y, pues [43r] toda ella tiene puesta su mira en hacer bien a los hombres y darse y comunicarse a ellos, haga ella lo propio: dese, repártase y communíquese a todos. Y en todas sus obras sea otra Rebeca, que no sólo haga lo que le piden, pero aun más de lo que le piden, de suerte que, si Cristo y la Iglesia mandan que ayune en el año unos pocos de días, que diga: Yo quiero ayunar ésos y mucho más. Que si piden que los ayunos sean a abstinencia de carne, que diga nuestra Religión: Yo quiero abstinencia también de güevos y cosas de leche. Dice la Iglesia que se abstenga el hombre de güevos y leche; diga ella: Yo quiero abstenerme de pescado.
Dice Cristo que dejemos nuestros padres, etc., que nos neguemos, tomemos su cruz y lo sigamos 12. Pues yo quiero añedir lo que la esposa, que decía: Trahe me, post te curremus in odorem, etc. 13. Llevadme vos, hacedme vuestro, y yo llevaré tras mí otros. Haced vos esta Religión vuestra y tan vuestra que se pueda llamar de la Sanctíssima Trinidad, que no se contentará ella con esa negación y desprecio de las cosas del mundo, sino llevará en pos de sí los pobres y captivos, que parece están detenidos para caminar ese camino, porque los unos están cargados de hierro y los otros cojos y enfermos en las camas. Y aunque la carga parece pesada, las fuerzas que tú, Señor, le darás puestas en la charidad serán tales que ella con sus captivos y pobres corra tras el olor de tus
ungüentos. Yo pienso que estos ungüentos que Cristo derramó fueron las obras de charidad, cuando con tanto trabajo andaba por el mundo curando pobres y en la cruz redimiendo captivos. Pues dice esta Religión: Llévame, Señor, en pos de ti, que yo oleré tus obras nacidas de tan ardiente charidad, que luego me cargaré con los pobres y captivos y correré en pos n de ti. Y para que en esta carrera y camino vaya más desembarazada, más ágil y más dispuesta a alargar el paso, yo procuraré asentar muchos ayunos, y ésos no como quiera, sino tan rigurosos que siempre al mayor rigor de los demás añada yo algo. Y todo será poco para lo que yo deseo hacer por el que con tales entrañas se da y se entriega por esposo y marido de esta sagrada Religión.
4. Para obtener la bendición de Dios
[43v] Y pues hemos comparado esta sagrada Religión a Rebeca porque tuvo tanta charidad para con quien le pidió una poca de agua que le dio el cántaro y hizo más de lo que le pidió pues dio de beber a Eleacer y a sus camellos, que en la Religión representan las obras de charidad tan cumplidas como esta Religión hace y debe hacer, no vendrá fuera de propósito, ni de la materia que vamos tratando del rigor de los ayunos, lo que hizo esta buena desposada después cuando por hijo tuvo a Jacob: que, amándole, quiriéndolo y deseándolo dejar rico y heredero de la bendición de su padre, del pan y vino y heredad o mayorazgo que se heredaba por los primogénitos, usó de una industria particular: que vistió a su hijo Jacob de pieles; de suerte le puso las manos que el buen viejo su padre le había de atentar, ásperas o, etc.; y diole un guisado que de presto hizo de los cabritos del ganado p. Y pareciendo así ante su padre, atentando el rigor y aspereza de las manos, y al regalo y gusto de la comida tan bien preparada, cazó, ganó y alcanzó aquella tan copiosa bendición que su padre le dio 14. Lo propio hace esta sagrada Religión. Deseosa de que alcancemos la bendición de su querido esposo y de toda la Sanctíssima Trinidad, hace, prepara un guisado cual ella sabe que lo come Dios, que es de pobres y captivos, y pone en nuestras manos, en nuestras obras rigor, aspereza, penitencias, cilicios y ayunos. Los cuales vistos por toda la Sanctíssima Trinidad y gustado el manjar, viene a alcanzar el título y mayorazgo, a heredar el título y nombre y heredad de la Sanctíssima Trinidad de Redención de Captivos.
De donde podríamos decir a esotras religiones lo que dijo Isac a Esaú, después de le haber llevado su hermano la bendición. Que acudió al sancto viejo y le dijo: "Ea, padre, come para que me bendiga tu alma". Respondió el sancto viejo: "Vino tu hermano primero que tú y
hurtóte la bendición; yo lo he constituido su heredad en pan y vino, ¿qué otra cosa te puedo dar?; pero también eres tú mi hijo, anda, dete Dios del rocío del cielo y grosura de la tierra" 15. ¡Seas tú mil veces bendito, [44r] que, acudiendo esta sagrada Religión por tu bendición, se la diste y pusiste su heredad en pan y vino! Que es decir que el pan y vino que Dios come y bebe son pobres y captivos. Así lo dice él a sus apóstoles. Cuando, estando con la Samaritana, le dijeron: "Come, Señor, de esto que traemos", respondió: "Otro manjar tengo yo que vosotros no sabéis" 16. Y éste era redimir aquella alma captiva.
Ahora, pues, puso Dios nuestro mayorazgo en pan y vino, que es la redención de captivos, manjar de Dios. ¿Qué se les puede dar a las demás religiones? En fin, son hermanas y hijas también de este gran Dios. A ellas les dice: Det tibi Dominus de rore caeli et de pinguedine terrae 17. Deos Dios rocío del cielo, oración, trato y comunicación con Dios. Y para que lo podáis llevar, deos también riquezas, que es la grosura de la tierra, que son sus heredades y haciendas. Pero ésta en particular llévese el vínculo, el mayorazgo, el título y nombre de la Sanctíssima Trinidad de Redención de Captivos. Todo lo cual se alcanza, conservaremos y heredaremos mientras hiciéremos las dos cosas que hizo Jacob: guisar bien el manjar que Dios come y vestirnos de pieles, de sayales bastos, de cilicios q y rigor en los ayunos, de suerte que, como digo, siempre les vamos añidiendo algo a lo que las demás religiones hacen y la Iglesia manda, no contentándonos con hacer y dar lo que nos piden, sino, como la buena Rebeca r, que dio más de lo que le pidieron.