Índice: General - Obra | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText
San Juan Bautista de la Concepción
Obras III - S. Juan B. de la C.

IntraText CT - Texto
Anterior - Siguiente

Pulse aquí para activar los vínculos a las concordancias

- 950 -


CAPITULO [18] DE CÓMO TIENE DIOS DOS MANERAS DE COMUNICAR SU SPÍRITU A LAS RELIGIONES, UNAS VECES HACIENDO DEPÓSITO DE ÉL EN EL FUNDADOR QUE ESCOGE, OTRAS VECES RESERVÁNDOLO Y DETINIÉNDOLO EN SÍ DE QUIEN SE REVIERTE A LOS DEMÁS a

 

  1.  De los dos notables pasados me parece se me ofrece ocasión para tratar éste, deseoso de que acabemos de entender cómo, en materia de entablar spíritu en el principio de las religiones o reformas, importa mucho el conformarnos y medirnos con el gusto y voluntad de Dios, pues es verdad que una cosa tanto [90v] tendrá de Dios cuanto menos tuviere de nos y más de Su divina Majestad. Pues digo -y me parece no creo que me engaño- que Dios tiene dos modos de enpezar y entablar religiones y communicarles su divino Spíritu. Unas veces lo da y lo deposita en quien él es servido, para que de allí se vierta y derrame a los demás de aquella sancta congregación, como fuente recogida en alguna arca de donde por caños yb vertientes diferentes se coge de chicos y grandes. Y de esta manera se hubo con san Francisco [y] sancto Domingo, que fueron archivos y depósitos de lasc grandezas de Dios según y como las habíe de dar y communicar a aquellas religiones.

  2.  Pienso tiene Dios otro modo de fundar d, entablar y reformar religiones, y es que aquel spíritu que puso y depositó en los demás fundadores no lo quiso dar y entregar con ese don de communicación en estas religiones de quien ahora voy tratando -intento particularmente tratar de la nuestra-, sino que lo quiso retener en sí de suerte que, dando Su Majestad grande spíritu en los principios de estas tales religiones a personas particulares e, reservó para sí la communicación y las vertientes del tal spíritu, como él propio dice por Esaías 1: Effundam super eos spiritum meum, etc. f

  El fundamento que Dios tiene para hacer estas diferencias él se entiende. Que bien vemos que el rey, que hace duques g, condes, priores, él también quiso reservar para sí esos títulos, pues siendo rey es conde de..., duque de... y gran prior. Lo propio podremos decir de Dios: que, siendo el que hace fundadores de religiones, quiso reservar para sí la fundación y reforma de algunas, como es la de la nuestra, de quien por tantas razones y títulos es padre, patrón, señor y fundador la Sanctíssima Trinidad.

 


- 951 -


3.  Supuesto este fundamento por cierto -que si fuere necesario atrás lo probaremos más-, digo que, puesto caso que se conoce de la voluntad de Dios reservar y querer para sí el principio y fundación de una religión, hace mal el fraile que presume de sí que tiene spíritu para communicar, entablar, hacer y guiar el agua que sólo ha de moler en el molino de Dios a que muela en el suyo, do ha de ser fuerza hacer mala harina. Es este spíritu, que le parece a este tal religioso que tiene, spíritu de presunción, peligroso, de soberbia y anbición. Porque si es verdad que el spíritu que Dios derrama sobre los suyos lo reservó para sí propio, es terrible cosa que, siendo el de este tal religioso spíritu corto, limitado -pues ha de ser h, aunque dado de Dios, a medida del que lo recibe- que podremos decir [91r] es de medio celemín, debajo de quien se escondió la luz que Dios puso en él.

  Y aunque es verdad que Cristo dice 2 que nadie enciende la vela y la entra debajo del medio celemín i, eso hase de entender de los primeros fundadores, de quien dijimos, a quien Dios hizo candeleros y antorchas encendidas para que alumbrasen a otros. Pero, en la religión donde el mismo Dios quiere ser luz y sol que alumbre, el fraile particular toma la luz y vela encendida que Dios le diere y alúmbrese él con ella y mire, según su estado, lo que tiene necesidad de hacer, y no se meta en cuidados ajenos, digo en querer usurpar a Dios su officio y quererse él hacer fundador y repartidor de la ración que sólo es para él; y en fin es capa que a dos no puede cubrir. En estas tales religiones, tendré por buen spíritu el spíritu rendido, sujeto y dejado a Dios para que Su Majestad haga, disponga y corte a su querer y voluntad.

  4.  Porque no se haga dificultoso el entender estos dos modos de comunicar Dios su espíritu, uno por sí y otro por sus siervos, quiero poner dos exemplos. El uno lo apuntaré solamente, porque lo tengo ya scrito en otra parte. Ya se sabe que Dios alumbra el mundo con el sol, con la luna y las strellas, a quien Dios dio y communicó aquella luz que tienen para que la diesen y repartiesen a los hombres. Y este Dios y Señor que por medio del sol dio y hizo esta merced a las criaturas, reservó para sí el ser luz y sol para los bienaventurados, según lo que san Juan dice 3 de j la bienaventuranza, que lucerna eius est Agnus k. Y en otra parte dice 4 que no tienen necesidad aquellos soberanos y divinos cortesanos de que el sol los alumbre, porque el Señor quiere ser su luz l. De esa misma manera Dios, que dio a algunas religiones en sus principios fundadores que fuesen sol, luna y luceros que las alumbrasen y que influyesen en ellas, en ésta quiso Su Majestad serle luz, lucero y cordero que la alumbre.

  El otro exemplo sea. Bien vemos que hay dos maneras de regar los trigos y sembrados, una con algún río o fuente, otra con la lluvia del


- 952 -


cielo. Yo no trato cuál sea la mejor, que ello se dice. De esa misma m manera hay algunas religiones en quien puso Dios ríos n caudalosos y fuentes, que fueron sanctos en sus principios que, a mano y con agua de pie que acá llamamos por estar cerca y al pie de la obra, se riegan con su doctrina y exemplo. Pero otras, como la nuestra, reservó su riego para la lluvia del cielo y para que [91v] de allá se recibiesen más inmediatamente o los bienes que a la tal religión se le hubiesen de communicar.

  5.  Ahora, pues, veamos para que con algunos indicios, en la manera que se puede, se conozca el que debe de ser electo para prelado conforme la diferencia de la comunicación de estos dos spíritus. Digo, pues, que para coger agua de una fuente es menester que inclinéis la vasija que lleváis y la abajéis, pero para coger agua de la que cai del cielo es necesario tenerla derecha y que la boca esté arriba para que el agua que cai de lo alto la coja. Pues esa propia diferencia hay en el modo de coger spíritu en estas dos maneras de religiones. En la religión donde Dios les dio ya fuente, donde les puso ya Dios fundador, como en la de san Francisco, es necesario que el prelado que hubiere de coger esta agua que se incline, se humille y rinda a las palabras, consejos, doctrina y exemplos de su fundador y que le siga sus pisadas, pero el que está en religión donde sólo Dios es su fundador y del cielo, como lluvia, ha de bajar el spíritu que hubiere de tener, ha de estar mirando allá, atendiendo allá y abriendo la boca de su entendimiento para que Dios enllene los senos de su voluntad, que si ella fue de Dios reservar para sí esta communicación no los dejará ni desamparará. Pues no desampara los corvezuelos cuando no tienen padre en la tierra, sino que él propio se hace su dispensero y remedia su necesidad 5, ¿por qué nosotros habíamos de desconfiar de que no nos habíe de dar su Spíritu, no habiéndonos dado padre particular acá en la tierra? Esta propia diferencia que hemos dicho de coger agua de fuente o agua del cielo hay entre los que caminan por la tierra o por la mar: que el que camina por la tierra, para no errar, ha menester bajar los ojos, inclinarlos y humillarlos a la tierra a mirar las pisadas y camino que hicieron los que fueron delante de él, pero el que camina por la mar ha menester levantar los ojos al cielo y mirar el norte y las strellas, por quien se rige.

  6.  ¡Oh buen Dios mío! Y cuánto más sanctos deben ser los religiosos que tú trais a esta sagrada Religión y cuántas más son sus obligaciones, pues mirando los de las otras a sanctos que primero fueron tierra, los nuestros han de mirar al cielo para no errar y decir con David: Levavi oculos meos in montes, unde veniet auxilium mihi 6; nuestro spíritu y socorro nos ha de venir de allá. Confieso, mis hermanos, que a todos les viene el socorro del cielo, pero pongo una diferencia, [92r] y es la que hay de los que miran el sol en la tierra y rebatideros que hace acá abajo


- 953 -


o los que miran el sol en el sol, que para mirar el sol en la tierra cualesquier ojos bastan, pero para tomar y coger la luz del sol en el sol son menester ojos muy claros y tanto que sean como los del águila, que, remontándose de los hombres, pone los suyos en el sol del cielo. Mis hermanos, para mirar la luz de Dios en los hombres, donde parece que la fuerza quedó quebrada, bastan cualesquier ojos, pero para mirar el Spíritu de Dios en Dios, ¿qué será menester? ¿Qué vida?, ¿qué costumbres?, ¿qué pureza?, ¿qué alma? Y aun por eso digo yo que los religiosos de esta sagrada Orden, que cogen el agua del cielo, han menester estar derechos, recta la razón, levantado el entendimiento y dispuesta la voluntad.

  7.  Llega Moisés un día a Dios y dícele que desea de ver a Dios en Dios, que por eso pidió el ver p y mirar su cara: Merear, Domine, faciem tuam videre, y, como cosa de tanta grandeza para que tanto se requería, le respondió Su Majestad: Posteriora mea videbis 7; contentaos con coger, como si dijera, el agua de la fuente y mirar al sol en sus spaldas, que es en sus revertideros, porque para lo que vos pedís, Moisés, habéis menester estar muerto, y q lo que yo os ofrezco podéis gozar vivo. Ea, mis hermanos, los que han de coger el spíritu de Dios en Dios muy dispuestos han de estar, por lo menos muy muertos al mundo. Que los que hubieren de aprender y mirar el spíritu de Dios en los hombres no se requiere tanta mortificación, tanta desnudez ni vista tan aguda, porque en los hombres ya las cosas de Dios están compuestas cosas que más se conforman a nuestros entendimientos. Pero las cosas de Dios en Dios están sin ningún género de composición, están simples y así es menester un entendimiento puro, simplicíssimo, que por r don particular y misericordia sobrenatural con modo extraordinario conozca las cosas de Dios sin composición, sino simples y puras, como él es servido de communicarlas.

  8.  Ahora, pues, digo que estos dos modos de communicación de bienes de Dios en las criaturas o en el mismo Dios estuvieron figuradas y pintadas en la promesa que hizo Dios a Abrahán, a quien lo sacó Dios de su tierra diciéndole que mirase al cielo y contase s la muchedumbre de strellas y polvo de la mar, si podía, y así le dijo que habíe de multiplicar su linaje 8. Pues [92v] digo que estos dos modos tiene Dios de sacar hombres del mundo. A unos les dice que miren la muchedumbre de religiosos de san Francisco, cuya humildad los hizo parecer a la tierra t; que miren los sanctos que vivieron en la tierra, las obras que hicieron y los exemplos que dejaron; a otros, que miren al cielo y de allá inmediatamente les viene el despego de las cosas de acá. Dos maneras de hombres: unos strellas por su contemplación, otros polvo por su humildad u.

 


- 954 -


El otro exemplo que pusimos fue en el sol, por quien alumbra Dios los hombres, y en el Cordero que alumbra a los bienaventurados. Pues veamos la diferencia que hay de aprovecharse de la luz del sol o de la luz del Cordero de que gozan v los bienaventurados. Digo que para aprovecharnos y gozar de esta luz del sol hemos menester ojos, y así los hemos menester para mirar, leer, escuchar la vida de estos sanctos que fundaron las religiones; pero para gozar los bienaventurados de la luz del Cordero no son menester ojos, sino limpieza de corazón. Así lo dice Cristo: Beati mundo corde, quoniam ipsi Deum videbunt 9; con sólo limpieza de corazón se ve, goza y posee.

  9.  Según esto, respondido queda cuáles han de ser las señales que ha de tener el que hubiere de ser prelado: en esotras religiones, un hombre que tuviere buenos ojos para mirar las pisadas de sus sanctos, el que escuchare sus exemplos y doctrina, etc.; y, de la nuestra, un hombre que tuviere corazón limpio y puro para que Dios se le dé y communique. No ha menester ojos de carne, pues acá no tiene que mirar; ha menester grande luz en el entendimiento, pues del cielo le ha de venir lo que ha de imitar. Ha menester tener los ojos que tuvieron los apóstoles, a quien Cristo dijo: Beati oculi qui vident quae vos videtis 10. Es llano que no hablaba de los ojos del cuerpo, pues muchos hubo que vieron a Cristo y no fueron bienaventurados, sino que habló de los ojos del alma y de los del entendimiento conque, en medio de tanta pobreza como la que Cristo tenía, conocieron las riquezas de Hijo de Dios. Estos son los ojos que nosotros hemos menester, ojos para contemplar y mirar las grandezas de Dios en el mismo Dios, si esto por sola su misericordia Dios nos concediese.

  10. No querría que esto pareciese dificultoso de entender. Que si queremos estar atentos hallaremos que Cristo, predicando unas veces amonestaba y decía que fueran a mirar y aprender de las aves del cielo y bestias del campo. Y así, para enseñar a confiar, dijo que mirasen y pusiesen los ojos en las aves del cielo que no sembraban ni araban 11 y, dejándose en las manos [93r] de Dios, él tiene cuidado de ellas y las apacienta. Otra vez, quiriendo por su profeta enseñar el conocimiento y agradecimiento, los remitió al buey y al jumento, que el uno conoce el pesebre do come y el otro el dueño con quien ara 12. Otra vez, quiriendo enseñar la vigilancia w, cuidado y vela que un hombre debe tener y el diferenciar los tiempos, los envió a las cigüeñas y golondrinas 13. Otra vez, quiriendo enseñar fee, los envía a casa de los patriarcas x y los remite a Abrahán, Isac y Jacob 14. Otra vez, quiriendo enseñar perfección y largueza, no los envía a casa de su vecino, sino los remite a su Padre, diciendo: Estote perfecti sicut Pater vester perfectus


- 955 -


est 15. Otras veces los llamaba y traía a su casa para que de él aprendiesen, diciendo: Discite a me, quia mitis sum, et humilis corde 16.

  Según esto, no habrá que espantar de la diferencia que hemos puesto de las dos maneras de religiones y prelados, que en las unas envíe a los unos a san Francisco para que apriendan y a sancto Domingo, y en las otras no los remite a nadie, sino les dice que miren a él y pongan los ojos en y su Padre z, que es perfecto, y le demos gracias. Veamos por qué: Quia solem suum oriri facit super bonos et malos, et pluit super justos et injustos 17.

  11. Adviertan, por amor de nuestro Señor, en dos cosas puso exemplo, tomando de los dos exemplos que nosotros hemos puesto arriba de cada uno su cosa a. El un exemplo que pusimos fue en la luz del sol y del Corderob. El segundo pusimos en el agua de la fuente y de la lluvia. Del primer exemplo tomó el sol, que es el que se mira con los ojos y se ve en sus rebatideros en la tierra y en el suelo. La lluvia es la que sin industria humana riega los sembrados. Que parece nos estaba pidiendo Su Majestad agradecimiento por los dos modos que tiene en darnos bienes, unos en los hombres y otro en sí propio, que le agradezcamos el haber dado Dios a algunas religiones hombres que sean soles y luz de sus congregaciones y el haber reservado para sí el riego de otras, dándoles la lluvia del cielo que las fertilice. Y así, habiendo esta diferencia en los principios de diferentes religiones, no parecerá dificultoso pidamos diferente dispusición a los que hubieren de ser prelados y seguir el spíritu según y como se lo da y communica a su religión.

  12. Ahora quiero abstraer de los unos y de los otros y dar una doctrina para todos y descubrir una señal del que de veras hubiere de ser prelado y Dios lo tuviere para por él communicar su espíritu y regir su pueblo. De Saúl, primer rey de Israel, dice la sagrada Scritura que unius anni erat Saul cum regnare coepisset 18; que cuando le dieron el reino [93v] era de un año; que era simple, como si dijera, sencillo, puro, casto, humilde y rendido como si fuera de un año. ¡Oh buen Dios, y qué presto lo hemos dicho y descubierto las propiedades del que ha de ser rey en la casa de Dios! Niño manso, humilde, casto, puro, sencillo y, sobre todo, las propiedades más principales del niño es no hacer en nada su voluntad, sino del superior que lo rige y gobierna o del ama que lo cría. Esto ha de tener el que escoge Dios para prelado: que ande sugeto, rendido y resignado en las manos de Dios, que se rija y gobierne por las leyes y costumbresc que recibió de su primer superior, si fue san Francisco o sancto Domingo, o si son y han sido, como queda dicho d, más inmediatas del mismo Dios.

 


- 956 -


13. Tiene más el niño, que para obligarle a alguna cosa dificultosa es menester cómo engañarlo con el almuerzo o la merienda. Y así fue Saúl, que como a niño lo engañan para el officio y cargo de rey y cuidado de aquel pueblo, pues, habiéndolo de elegir, Samuel le sale a recebir del camino por do viene y lo lleva a su casa, lo sienta a la mesa y llaman al cocinero y dice que traiga la ración, que se le habíe mandado guardar de industria, y sácanle una espalda de carnero para que coma 19. Que si el buen Saúl abriera los ojos, echara de ver en la merienda o comida que lo engañaban, digo dándole officio bien cargoso, pues en la merienda con que lo regalan le dan una espalda, dándole a entender que las habíe de tener grandes, no de niño, para llevar los trabajos de su pueblo; niño en el rendimiento y dejarse llevar de Dios, pero hombre en el trabajar y en el obrar.

  ¡Oh, qué linda señal para escoger a uno por prelado, que sea necesario para que lo acepte engañarlo como a niño, con meriendas y prevenciones! ¡Oh qué mala señal que para ser vos prelado no sea necesario engañaros ni daros la merienda, sino que vos engañéis a otros y deis las meriendas y los presentes! No son estos tales buenos para prelados. Y si no, miremos e. Pues ya hemos visto cuándo le dieron el reino, miremos cuándo y por qué se lo quitan. Dánselo cuando es niño y cuando lo engañan, si así se puede decir, con la merienda, y quítanselo cuando se hace hombre libre, amigo de hacer su voluntad y cuando él quiere engañar a Dios con otra merienda y oferta de sacrificios contra su voluntad f. Envíalo Su Majestad a la guerra de [Amalec], dícele cómo ha de alcanzar la victoria. Respecto de que cuando el prelado es niño y rendido a Dios obliga al mismo Dios a que haga sus causas y alcance sus victorias, como a niño le dan la recepta de lo que ha de hacer, [94r] que es que pase a todos a guchillo, dende el mayor hasta el menor de los animales. Llega Saúl, alcanza la victoria, ve grandes ganados, lucidos, gordos, frescos, codícialos y dice que los quiere perdonar y reservar para ofrecerlos en sacrificio a Dios de Israel. De niño hácese hombre haciendo su antojo, rigiéndose por su parecer, volviendo las espaldas al orden que Dios le tenía dado. Viene a Saúl a pedirle cuenta y dícele que qué es lo que ha hecho. Responde que todo lo que se le mandó. Y estando él diciendo esto y engañando y mintiendo al profeta de Dios, le estarían descubriendo su peccado, mentira g e inobediencia los balidos de las ovejas, los berridos de los toros, y estarían diciendo: no lo creas, propheta, que miente, que ya no es niño, ya sacó los brazos que traía ligados y atados y los ha jugado a su libre albedrío y sin orden alguna de Dios y de su profeta. ¿Esto pasa, Saúl? ¿Tal trueco habéis hecho? Pues advertid que transtulit Dominus regnum tuum a te, etc. h; reprobádote ha Dios, etc. 20

 


- 957 -


Según esto, si por niños y obedientes se dan las prelacías a los inobedientes y amigos de regirse por su spíritu, por su antojo, y no por las leyes de sus padres y fundadores, por las de Dios y del cielo que en su principio se dieron, se les ha de quitar y no admitir. Y si alguna vez dijeren que son buenos para prelados, sus inobediencias, si las tuvieren, darán voces y levantarán el grito, berrearán y dirán que mienten, que quien no es rendido, humilde y pone los ojos, como hemos dicho, en los principios de su religión, no es bueno para rey, etc.

 

 




a  sigue de las ocasion d tach.



b sigue f tach.



c sigue cosas de Dios tach.



d sigue y tach.



e sigue commu tach.



1 Is 44,3: "Effundam spiritum meum super semen tuum".



f sigue (vide)



g sigue y tach.



h  sigue a me tach.



2 Cf. Mt 5,15.



i sigue p tach.



3 Ap 21,23.



j sigue ellos tach.



k al marg. vide



4 Cf. Ap 22,5.



l sigue el otro exem tach.



m  sigue ma tach.



n ms. dios



o corr.



5 Cf. Mt 6,26.



6 Sal 120,1.



p  corr. de verle



7 Cf. Ex 33,18-23.



q sigue pa tach.



r sigue p tach.



s sigue las strellas tach.



8 Cf. Gén 15,5; 22,17.



t cuya-tierra sobre lín.



u Dos-humildad al marg.



v  sigue y de tach.



9 Mt 5,8.



10  Lc 10,23.



11  Cf. Mt 6,26.



12  Cf. Is 1,3.



w sigue y tach.



13  Cf. Jer 8,7.



x al marg. vide



14 Cf. Heb 11,9.



15 Mt 5,48.



16  Mt 11,29.



y  sigue el tach.



z su Padre sobre lín.



17  Mt 5,45.



a sigue pusimos tach.



b sigue en tach.



18  1 Sam 13,1.



c sigue de su pri tach.



d sigue de tach.



19 Cf. 1 Sam 9,14ss.



e  sigue qu tach.



f con otra-voluntad sobre lín.



g sigue y tach.



h sigue (vide)



20  Cf. 1 Sam 15,1ss; 28,17.






Anterior - Siguiente

Índice: General - Obra | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText

IntraText® (V89) Copyright 1996-2007 EuloTech SRL