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San Juan Bautista de la Concepción Obras III - S. Juan B. de la C. IntraText CT - Texto |
CAPITULO [22] a CÓMO DANDO CRISTO A SUS DISCÍPULOS POR LUCES DEL MUNDO, LE DA CANDELAS CON QUE MUERA POR ESTAR TANb AL CABO Y TAN SIN PULSO Y SE PREGUNTA POR QUÉ SIENDO EL MUNDO ENEMIGO DE LOS APÓSTOLES Y DISCÍPULOS DE CRISTO, COMO LOBOS DE CORDEROS, SE LOS DA POR LUZ Y OJOS A SU PROPIO ENEMIGO
1. El dar Dios al mundo prelados debajo de este nombre de luces y ojos, pues todo es uno, no deja de tener su misterio. Pues ya vemos que el mundo está tan al fin y al cabo, así por ser la última edad y estar en el último tercio de su vida, como por estar ya él agonizando por la priesa que se ha dado a caminar por cosas tan contrarias a su salud y vidac. Lo tienen los peccados y abominaciones d tan descompuesto y alterado que nadie le tomará el pulso que, mirando las intercadencias que tiene, que no diga que expira y acaba. Por lo cual, para que no muera e a escuras, dale Dios luces que le sirvan de candelas que tenga en la mano y luces que le guíen por pasos y caminos tan dificultosos. No será necesario probar la senectud y vejez del mundo con muchos lugares de la Scritura, pues ello se ve y la experiencia nos lo muestra cuando ya lo vemos con las propiedades y calidades de los que ya están viejos y caducan.
2. No sé yo quién así delira que haga tantos disparates y desconciertos como hace el mundo. Ya le tiemblan las piernas, pues cada día en diferentes partes del mundo hay f temblores de tierra tan grandes que se ven ciudades y pueblos caídos y asolados como viejo que arrodilla. La hermosura del rostro, que es la virtud y verdad, arrugada, que ya no se conoce ni sabe por lo que es lo que fue. Vémoslo frío y helado en la charidad, sin tener pies para dar un paso en la virtud ni manos, según las tiene gafas para el bien obrar. ¡Ay, mundo, y qué viejo estás! Lo que más se enflaquece en los tales es la vista y lo que más falta les hace es la luz. La cual por habérsele menoscabado al sancto patriarcha g Isac, Jacob le dio a entender que era su hermano Esaú 1. Para evitar esos daños y males del mundo, dale Cristo en sus apóstoles h, discípulos y sanctos prelados ojos y luz para que vea sus desengaños y no caiga en tantas miserias como suelen los viejos por faltarles a la vejez i vista y ojos.
3. Una cosa me espancta a mí en esto de hacer Cristo a sus apóstoles luz y ojos del mundo. Y es que siendo el mundo enemigo tan declarado como lo es de los apóstoles y discípulos de Cristo, los
haga luces y ojos del propio mundo. Que sea su enemigo, el mismo Cristo lo dice en hartos lugares: Si mundus vos odit, scitote quia me priorem vobis odio habuit. Si de mundo fuissetis, mundus [213r] quod suum erat diligeret: quia j vero de mundo non estis, sed ego elegi vos de mundo, propterea odit vos mundus (Joannis 15) 2. Donde con tanta claridad dice Cristo que el mundo aborrece a sus apóstolos y discípulos; y Joannis 17: Et mundus eos odio habuit, quia non sunt k de mundo 3. Pues si l el mundo es tan enemigo de los sanctos, ¿por qué los hace Cristo luces y ojos del que así es su enemigo? Digo que los hace luces y ojos del mundo, que es su enemigo y está tan encontrado con ellos, para que sepa que persiguiéndolos y quitándoles la vida no se hace menos mal y daño que sacarse los ojos y apagar la luz que tanto les importa; y para que por ahí se eche de ver la rabia, maldad y ceguera del mundo, que a trueco de perseguir un sancto no repara este mal mundo en sacarse los ojos y quedarse a escuras. Que es lo que acá solemos encarecer un enojo cuando decimos: cobró Fulano tanto aborrecimiento a su criado que con ser sus ojos lo echó de su casa. Y aunque es verdad que Cristo habíe llamado a sus apóstoles y discípulos niñas de sus ojos diciendo: Qui tangit vos, tangit pupillam oculi mei 4, pero como los hombres suelen muchas veces por su propio amor amar más las cosas propias que las ajenas, aunque sean las niñas de los ojos de Dios, no se contentó Cristo con darles el primer apelido de suyos a los apóstoles, sino de luces y ojos del mismo mundo. Porque como vemos que es tan natural a todas las criaturas guardar sus ojos sobre todas las partes más principales del cuerpo, como quien dice: quizá por este camino el mundo amará a mis apóstoles y discípulos, pues se los doy por luces y ojos. Pero como no eran ojos de aquella cara por ser ella tan fea y abominable y ellos ojos tan hermosos no los pudo sufrir en su rostro, sino que se los arrancó y sacó, persiguió y dio la muerte.
Y eso es lo que Cristo dice por m san Juan: Si de mundo fuissetis, mundus quod suum erat diligeret n 5; si fuérades, como si dijera, hechos a las mañas del mundo y a sus costumbres, feos y abominables como ellos, ellos os amaran como cosas suyas, sed quia ego elegi vos de mundo, propterea odit vos mundus 6; porque os hice personas scogidas, seletas y apartadas por virtud y hermosura, por eso os aborrece o el mundo. ¡Oh sancto Dios!, y cómo ésta es verdad no pasada sino presente. Qué de prelados vemos aborrecidos, perseguidos y como corderos entre lobos, como Cristo dice de sus apóstoles 7. ¿Sabido por qué? Porque siendo ellos ojos hermosos, el rostro y cara donde están es fea y no puede sufrir vista hermosa rostro abominable, y por no ser el prelado hecho a las mañas de los súbditos lo per siguen, destruyen y pretenden quitar la vida, sin
reparar que haciendo mal al prelado que Dios les ha dado se sacan los ojos [213v] y pierden la vista.
4. La lechuza entre los demás animales es quien tiene mejores ojos, más hermosos y más clara vista, causa porque le per siguen todas las aves y la train tan acorralada y retirada que no se atreve a salir de día de su agujero ni aun de noche de las iglesias y templos, quiriéndose valer del sagrado para contra quien le quiere sacar los ojos. Recia cosa que los buenos ojos del prelado y el ser luz conforme Cristo manda ha de tomar por causa el perseguidor de tenerlo acorralado, retirado, huido, desterrado y en los rincones de su celda como en sagrado scondido para que no le saquen los ojos y quiten la honra.
Si no digo verdad, díganlo quien esto leyere. Cuántas veces habrán oído decir de un sancto y buen religioso que es riguroso, penitente, celoso, scrupuloso, que no consiente peccados, sino que todo lo quiere llevar por su cabal. De este tal dicen: Bueno es, pero para su celda, para rezar y para estarse p delante del sanctíssimo sacramento; para prelado, Dios me libre. Harto mejor dijera este tal: Dios libre a ese tal religioso del officio de prelado q, porque si en él entrare no faltará quien le saque y desentrañe los ojos, porque tales ojos no son para tan feo rostro como r es ese tal que tal habla y otros como él, sino para que se guarden delante del sanctíssimo sacramento o cerca de la custodia; y aun plega a Dios ahí cerrados los del cuerpo y contemplando los del alma, no se los saquen y perturben. Porque no hay cosa más odiosa que luz y ojos que de cerca y de lejos descubran las maldades y bellaquerías del mundo.
5. Estraordinaria venganza fue la que tomaron los philisteos de Sansón. Habíeles quemado sus campos, mieses y haciendas. ¿La causa? ¿Porque su esposa y mujer la habíen dado a otro? Pero ellos, procurando vengarse de él, buscaron muchos medios, y entre otros fue el postrero que, habiéndole cortado los cabellos en que tenía la fuerza s, le sacaron los ojos y hicieron moler en una atahona, como se cuenta en el libro de los Jueces, capítulo 16. Pero fue pena y castigo que llovió sobre ellos, porque juntándose un día en el templo del dios Dagón todo el pueblo empezaron a hacer grandes fiestas y decir grandes alabanzas a su dios porque les hubiese entregado a Sansón su enemigo. Como el día era tan solene, llevaron a Sansón al templo y dijéronle que jugase delante de ellos un poco. Hízolo así. Habíanle ya enpezado a nacer los cabellos en que tenía las fuerzas. Después de haber jugado un rato, pidió a la persona que lo guiaba que lo arrimase a las columnas del templo para descansar y reposar un poco. [214r] Estaban dentro los príncipes y poderosos de los philisteos y sobre tres mill personas de hombres y mujeres que estaban aguardando la fiesta que les hacía el juego de Sansón. Arrimado, pues, a las columnas, hizo oración a Dios, pidióle las primeras fuerzas et irruit spiritus Domini in Samsonem 8, y apechugando
con las columnas del templo sobre que estribaba dio con él abajo y perecieron todos. De suerte que quitándole los ojos a Sansón, se quitaron ellos la vida, derribaron el templo de su dios y perecieron todos.
6. ¡Qué a la letra pasa el día de hoy en la persecución de los sanctos y buenos prelados, que son luz y ojos de la república y de sus comunidades! Las cuales t tiniéndose por agraviadas porque estos tales u les queman sus sembrados, quitan sus gustos y contentos, reprehenden sus entretenimientos, desprecian sus riquezas, y a todo parece pegan fuego con sus palabras por haber ofendido a Dios en su sposa la Iglesia, cosa que él tanto ama v. Los cuales ofendidos procuran sacar estos ojos w, apagar este fuego y obscurecer esta luz, sin reparar los daños que a ellos les vienen, que son los que vinieron a los philisteos: perder la vida, caerse la x religión y comunidad que los tales prelados sustentaban, regían y gobernaban; finalmente, dar con todo el edificio y fábrica del templo y casa de Dios en tierra y. Que todo eso puede la envidia y aborrecimiento de los ojos claros como son los prelados, a quien hoy llama Cristo luz del mundo. Lo cual muy bien se lo pronosticó Cristo cuando les dijo que los enviaba como corderos entre lobos.
7. Del cocodrilo z dice Plinio que es enemigo del ipoymón, que es un animalejo pequeño y humilde, el cual envuelto en tierra se lo traga el cocodrilo, que es animal grande, pero después de allá metido, le roe las tripas y lo hace reventar 9. Lo propio pasa entre los phariseos y perseguidores de los justos, que como lobos se comían los corderos y gente humilde, pero comida era que los hacía reventar y acabar con ellos. Y si no, díganme los que han leído y leen las vidas de los sanctos cuántas veces, estando los enperadores y poderosos del mundo martirizando y despedazando sanctos, caían las casas, llovía el cielo rayos, fuego, pedrisco y temblaba la tierra de suerte que no [214v] salían de allí con la vida. ¿Qué otra cosa es ésa, sino el mal provecho que les hacía a ellos los potajes de fuego y de martirios que daban a los sanctos? Que es el provecho que vamos diciendo tienen las comunidades de perseguir sus prelados, que es sacarse los ojos a sí propia y perder la luz que tanto les inporta.
8. La última razón por qué Cristo hace luces a sus apóstoles y discípulos del mundo, que es su enemigo, es porque los unos sean martirio de los otros y así todos salgan con ganancia, cumpliéndose en cada uno de ellos lo que san Pablo dice de sí propio a: Michi mundus crucifixus est, et ego mundo 10; yo soy cruz para el mundo y el mundo para mí. Luego todos saldrán crucificadosb y mejorados porque el mundo padece su cruz en los justos, y los justos y sanctos en el mundo; y por
ese camino se ahorra Dios de verdugos y cruces, pues los unos se crucifican a los otros y los unos son cruces de los otros: los malos son cruces de los buenos y los buenos de los malos, los malos con sus maldades y tiraníasc crucifican a los sanctos, y los sanctos con sus virtudes crucifican y atormentan d al mundo.