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San Juan Bautista de la Concepción Obras IV – S. Juan B. de la C. IntraText CT - Texto |
EXHORTACION 11
De la poca firmeza que el hombre tiene en la virtud y de algunos exemplos que se la persuaden
1. Bien entiendo no habrá hombre ninguno de los que vuelven atrás en la virtud que, si con tantica de atención quiere entrar dentro de sí, que no halle una y mill razones de su poca perseverancia, sin que nos cansáramos de ponérselas a delante los ojos. Pero lo que agora se pretende con esta larga y prolija conversación que con sus charidades se tiene en estos capítulos, sólo es pinctar y poner por de fuera [38v] lo que adentro no se quiere considerar, un dispertar y buscar razones con que abrir los ojos para que, quitando de nuestra parte todos los tropezones que puede haber, nos dispongamos para que Dios nos conceda esta virtud de la perseverancia.
2. Quien mira la caña por de fuera y la ve inhiesta y levantada, si la quebrase y mirase cómo por de dentro estaba güeca, no andaríe a buscar otras razones de por qué se dobliega y abaja a los vientos y aires y, estando un rato derecha hacia el cielo, otro rato está tendida besando la tierra haciendo compañía a las yerbezuelas más bajas que a la tierra visten. Así dice san Crisóstomo (Hom. 27 in Math., operis imperfectis) b que es el hombre inconstante vestido de carne: Calamus —dice 1— est vacuus, et nullam habet virtutem; et ideo quocumque flante vento huc [et] illuc impellitur. Sic homo carnalis, in quo est nulla fidei medulla nec virtus veritatis, qualiscumque tentatio subierit, inflectitur. No tienen en el corazón e interior del alma la médula y tuétano de la fee ni la virtud de la verdad, llano es que han de rendir las armas a la vanidad y caer a cualquier tentación que los acometiere. Y siendo, al parecer, gente levantada en la virtud, quedan, por la culpa y por su inconstancia, tan abatidos como el que más.
3. Del leopardo dice c Geminiano que caza a saltos y que, si al tercer salto no coge la presa, desiste y la deja y, como vencido d, se vuelve atrás. ¡Qué de siervos de Dios, que lo son en sus principios, engañados de su flaqueza quieren ser perfectos a saltos y, sin pasar por los medios de la perseverancia, quieren llegar al fin y consumación e! Con el ayuno de cuatro días y oración de tres quieren llegar a perfección de veinte; y si a tres comienzos o principios, como a tres saltos, no llegan, luego se indignan con la vida y vuelven atrás dejando lo que tanto en los principios han deseado.
4. Contra quien dice san Pablo, Colossen. 2m f: Sicut Christum accepistis, ita ambulate in eo, radicati et superaedificati in ipso, et confirmati in fide 2. Et Efesiog 3m: Christum habitare per fidem in cordibus vestris, in charitate radicati, et fundati 3. El buscar la virtud ha de ser andando y corriendo, como el propio san Pablo dice en otro lugar 4: Sic currite ut comprehendatis. No a saltos, quiriendo alcanzar por el aire lo que se ha de hallar por trabajo, bajeza y humildad, andando por la tierra y corriendo por los exercicios santos. Mirad, dice san Pablo, como recebistes [39r] a Cristo en vuestros principios, de esa misma suerte ha de ser el perseverar en él. Que fue decir: el que salta afirma los pies en el suelo y parte sólida y después en el salto va por el aire. No habéis vosotros de ser de esa manera. Mirad cómo aferrastes los pies en Cristo cuando empezastes. De esa misma suerte habéis de caminar y andar en lo demás de la vida, sin os querer levantar del trabajo y que os lleve el aire a la perfección, que por humildad y trabajo habíedes de alcanzar.
5. En las h otras palabras nos persuade no quedemos ni seamos vanos en nuestros ejercicios, sino que a ellos procedamos llenos de Dios, de fee y charidad, para que no caigamos ni nos apartemos de lo comenzado con cualquier ocasión. Eduxit me de lacu miseriae et i de luto faecis. Et statuit me supra [petram] pedes meos, et direxit gressus meos 5. Tres cosas dice aquí David que hizo Dios con él: que le sacó del lago de las miserias y de las heces y lodo del mundo, y puso j sus pies sobre una piedra firme, y enderezó sus pasos. Tres cosas hace el que se desembarca: sale de la mar, pónese en el camino y viénese a su tierra, porque ninguna de las dos cosas primeras bastaba para conseguir lo que pretendía. Esto propio dice David hizo Dios con él: sacólo del mundo y púsolo sobre una piedra, que es Cristo, a quien él aguardaba y, para que estas dos cosas le aprovechasen, recibió de la mano de Dios la tercera, que fue enderezar y encaminar sus pasos. Porque no le sirve al religioso salir del mundo y desembarcarse de la mar, si se queda en el puerto y junto al propio mundo. Es necesario ponerse en el camino y parte firme, que es en el mismo Cristo y, ahí bien fundado, ha de pasar adelante, ha de caminar. No se ha de contentar con decir que ya es fraile y religioso y viste hábito sancto.
6. Pudiera en esta plática espiritual poner un exemplo en obras materiales que se vieran. Y aun dentro de las religiones, de algunos hermanos que vienen a pedir el hábito para legos y hasta alcanzarlo dicen que saben cien officios y que son grandes trabajadores, no los alcanzaréis de cuenta si les preguntáis qué saben o para qué son; y en tiniendo el hábito y comiendo el pan de los pobres y que ya su vida les parece está segura, [39v] no saben nada. En dándoles el hábito, son como la luna cuando enpieza a menguar: cada día la hallamos más vacía; y estos tales, con menos saber y menos fuerzas, que se las consumió el no querer. Que parecen algunos destos hermanos a los oficiales que les pagáis antemano la obra que han de hacer, que os la trampearán todo el año. No pretendieron más que acommodar su vida, halláronse pagados antemano; después regatean y trampean lo que han de trabajar. Lo cual k bien conociéndolo nuestra regla santa tiene prevenidos a los prelados diciéndoles: Siquis laborare potuerit et noluerit, locum illum deserere compellatur 6; que a ese tal lo echen fuera, no coma el pan de balde. Esto propio que sucede en lo material a esta manera de gente, sucede también en lo espiritual a muchos religiosos, que, en viéndose en lo exterior l hechos retratos de Jesucristo y que ya pusieron los pies en la Religión, parece que se entumecieron y que vinieron a ella por retratos y estatuas pinctadas, porque siempre se están de una manera sin pasar adelante.
7. Cuando se pone delante de la luna algún ñublado en noche lluviosa y tempestuosa y la miramos, parece que la vemos correr más que un ligero caballo. Y no es la luna la que nuestros ojos ven correr, sino el ñublado que se le puso delante, no obstante que nos parece que la luna corre. Y lo propio es cuando de muy lejos vemos una torre: que, andando nosotros y mudando sitios y lugares, parece que también anda la torre, siendo edificio firme y permaneciente. ¡Oh válame Dios, y qué verdad tiene esto en muchos religiosos!: que, habiéndose vestido de un sancto hábito, si los miráis dende fuera, parece que corren más que un caballo ligero y que van al paso que los sanctos anduvieron; y si os llegáis a saber la verdad, hallaréis que quien anda no es el tal religioso sino el hábito y la Religión que lleva delante, que él quedo se está y parado, como torre firme. Sino que m [40r] piensa el bueno, como él anda, que el otro a quien mira también anda, siendo la verdad que no es de aquellos que enderezaron sus pasos al viaje que primero desearon. Que parecen a unos hombres que salen de sus casas y suben en un alto para sólo dende allí ver tierra y campear heredades. Y quiera Dios no sean como los que salen de poblado, visten de camino y salen al desierto para capear y robar los pasajeros. Religioso que sube en lo alto de la Religión y no camina, o es para sólo mirar y descubrir nuevas tierras, nuevas vidas y estados o es para hurtar y robar, vestidos de este hábito sancto del camino del cielo. Y no parezca el exemplo fuera de propósito, que, si no merecen con el aprovechamiento que deben tener cada día el pan que comen, la cama en que duermen y el hábito que train, pan hurtado es y gente que capea, debiendo ellos, vestidos de n perfección, perseverando siempre, campear en la virtud.
8. La causa de estos males en los que no perseveran, son tres, que arriba decíamos: el estar vacíos de la gracia, el tener dentro en el alma algún pecado disimulado y no estar bien asidos y pegados con Cristo. De lo primero dice el Spíritu Sancto en los Actos de los Apóstoles, tratando de san Esteban: Plenus gratia et fortitudine, faciebat signa et prodigia in plebe 7. Por estar lleno de gracia, hacía él tales señales y tales obras, que no son para gente vana y vacía. De lo segundo dice Jeremías, Threnorum 1 o: Peccatum peccavit Jerusalem, propterea instabilis facta est 8. ¿Quién es causa de la instabilidad y poca perseverancia de Jerusalén sino el haber hecho y cometido peccados? Porque éstos dejan a un hombre enazogado, moviendo y meneando cualquier parte del cuerpo, sin tener en un lugar reposo. De lo tercero dice David, psalmo 72: Michi adherere Deo bonum est 9; que buena cosa es estar pegado y asido con Dios. Hoc est aedificare domum supra firmam petram 10.
9. De este tal dice el Eclesiástico, capítulo 15: Et firmabitur in illo, et non flectetur; et continebit illum, [40v] et non confundetur 11. No tuerce ni se dobliega el que a tan buen Dios se arrima. De este bien es alabado David en la Scritura: Sic est dominus meus rex, sicut angelus Domini, qui nec maledictione, nec benedictione mutatur 12. Es como los ángeles de Dios, que no se alteran con el bien ni el mal, siempre permanecen en un estado y están mirando el rostro de Dios 13. De p estos tales dice el Eclesiástico (Eclesia. 27) q: Homo sanctus in sapientia manet sicut sol; stultus sicut luna mutatur 14. Siempre el sol está lleno de luz y de claridad, y así es el justo, que siempre está lleno de una celestial sabiduría. Pero el necio está lleno de mudanzas como la luna. Del justo dice David que meditatur in lege Domini die ac nocte; pero del malo dice: Non sic impii, non sic, sed tanquam pulvis quem proicit ventus a facie terrae 15. El bueno es el que de noche y de día persevera en meditar en la ley de Dios, pero el malo es como el polvo, que si se levanta, es para cegaros y, si cai, es para dar consigo en la tierra y en el lodo.
10. A los primeros promete Dios el reino de los cielos y su salvación: Qui perseveraverit usque in finem, hic salvus erit 16. Y a sus apóstoles dice Cristo: Vos estis qui permansistis mecum in tentationibus meis. Ideo dispono vobis regnum 17. El bueno es como el oro, que en el agua de la prosperidad r no pierde su valor y, en el fuego de la tribulación, queda más resplandeciente. Pero el malo es como el lodo, que en el agua se deshace y en el fuego se endurece; en los gustos y prosperidades se vuelve carnal y en los trabajos queda obstinado. Es el justo como la figura cuadrada, que, por doquiera que cai, sienta bien y queda firme sobre otra piedra semejante. Pero el malo es como el camaleón, que toma mill colores según la diferencia de los lugares que muda.
11. Dibujado hemos, aunque sea a lo tosco, algunos retratos del inconstante y del que en la virtud no persevera. Abramos los ojos, mis hermanos, y el que en sí no conoce la causa de su flaqueza, véala fuera de sí dibujada para que, considerando qué mala cara tiene, no celebre tales desposorios ni funde y haga su edificio sobre tal polvo y arena, porque ésos son los que jamás consuman y acaban sus obras, [41r] s porque antes de tiempo perecen los fundamentos 18. Huiga de tal infamia como es volver atrás, que acá solemos decir por encarecimiento de la bajeza de uno t: Es hombre que vuelve atrás. Quiriendo dar mayor tesón y perseverancia al agua y río que corre a la mar que al hombre que fue criado para Dios. Que jamás se haya visto volverse el río por los lugares que una vez vino al lugar donde salió, ¡y que millares de veces, caminando el hombre al cielo, cuando pensamos que está a la puerta, lo hallamos metido en las entrañas de la tierra, de donde fue formado y hecho!
12. ¡Qué de veces sucede al alfaharero que está cansado de u hacer v jarras y vasos dignos de la boca del mismo hombre y, después de ese trabajo, al desenhornar sacar muchos hechos pedazos, que, llevando a los enteros a su tienda por su hacienda y premio de su trabajo, los otros hechos cascos los arroja al muladar! ¡Oh buen Dios, y si el hombre acabase ya de saber lo que a Dios le cuesta su hechura y formación por gracia, cuánto miraría su conservación! Pero ¿qué digo? ¡Cuántos hay que, después de haber Dios derramado por ellos su sangre y estar ya como hechos, pero no cocidos del w todo con el fuego del Spíritu Sancto, por su culpa salen deshechos y quebrados de su primera formación, de sus primeros principios, de suerte que, saliendo los firmes y constantes en su buen propósito, como hacienda de Dios, para en ellos [ser honrado], como en espejos y retratos suyos, ellos salen tan torcidos y deshechos que no valen sino para el muladar!
13. ¡Cómo hace erizar los cabellos el exemplo de esta verdad de lo que pasó en el apostolado! Un Judas hecho apóstol y en las manos de Cristo; cuando los otros once salen para honrar el mundo y aún a su mismo hacedor, cuando salen hechos vasos dignos de la mesa de Dios, Judas sale torcido, quebrado y perdido en el cuerpo y en el alma, pues el cuerpo fue rompido y sus entrañas derramadas x, ahorcado y y el alma en el infierno. Quiera nuestro gran Dios, por quien él es, tenernos de su mano para que así seamos libres de cualquier tropezón que nos pueda inpedir este summo bien de nuestra perseverancia, a quien se sigue la gloria. Etc.
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