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San Juan Bautista de la Concepción
Obras IV – S. Juan B. de la C.

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EXHORTACION 16

Cómo el haber enpezado a gustar de Dios es causa de perseverar en la virtud y de caminar hasta el fin con
grande aceleración, de suerte que nada sea bastante
a estorbarlos hasta hallar ahí lo que pretenden
y desean

1. Bien entiendo, mis charíssimos hermanos, que tanto tratar de la obligación que tenemos a perseverar más es para aquellos que apenas han entrado en los principios de la virtud y bien obrar, que para a aquellos que están ya algo aprovechados y han enpezado a gustar b de Dios. No pienso que en ellos obra tanto el hablar, decir y persuadirles a esta virtud cuanto el gusto y entrañable deseo que en ellos nace de haber enpezado a conocer c a Dios, el enpezárseles ya a traslucir por vías secretas qué suave es el Señor d para aquellos que le e aman 1, porque ahí se les comunica una virtud tan atractiva y acelerada f que no los deja parar g ni sosegar en un lugar. Siempre están anhelando a más y más.

2. Y no es mucho eso porque, si el oro, con que un hombre remedia y acude a las necesidades corporales, engendra una codicia y deseo grande h que hace poner medios extraordinarios y continuos para tener y alcanzar más y más oro, ¿qué hará la tenencia y posesión de Dios por una gracia admirable como lo tienen los justos, bien que enllena y satisface los vacíos y deseos del alma? Si el toque de la piedra imán inquieta y perturba la agujilla del relox para que jamás esté quieta y parada, sino que siempre esté aleando a aquella parte del norte donde la piedra la inclinó i, ¡qué mucho que nuestro corazón esté inquieto, como dice san Agustín 2, donec perveniamus ad te, hasta que llegue a Dios, estando tocado del mismo Dios, que tiene [53r] virtud infinita! Que eso significó Cristo por aquellas palabras que dice por san Juan: Si exaltatus fuero, omnia traham ad me ipsum 3; que habíe de llevar al hombre tras sí, en quien están todas las cosas como en cifra j y epílogo. Y quien dice que habíe de llevar al hombre a sí, que es Dios infinito e inmenso, no dice que le señalará fin particular donde pare y se detenga, pues es verdad que, por mucho que un hombre haya pasado k de este camino, le queda mucho más que andar para llegar adonde Su Majestad pretende llegarlo a sí.

3. Si el perro de caza con solo sacarlo el amo de casa, a costa de unos mendrugos de pan, puesto en el camino le basta el olor de la liebre para correr tras ella y no parar hasta darle alcance y cogerla, ¡qué mucho que el alma, a quien ya sacó Dios del mundo y la puso en el camino de la perfección l y ha conocido las pisadas del que ama y olido la suavidad de sus ungüentos, que no pare sino que siempre corra, ande y no pare m! Trahe me, post te curremus in odorem unguentorum tuorum 4. Ponedme, Señor, en el camino donde conozca yo y vea vuestras pisadas, que el olor y suavidad de vuestros ungüentos, virtudes y gracias tendrán cuidado de me hacer correr y alargar el paso.

4. Si vemos acá que un manjar corporal bien guisado abre las ganas de comer a un enfermo, le dispierta el apetito de suerte que quiere más y más, ¿qué será cuando Dios paladea un alma con su gracia y le adereza divinos potajes spirituales? Esto es, hermanos n, lo que el Spíritu Sancto dice en el Eclesiástico 24: Qui bibunt me adhuc sitient 5; que los que beben del corriente de estos deleites, siempre están con sed, no de necesidad sino de gusto y deleitación. Abreles Dios de tal manera las ganas, que jamás se ven hartos. Si el pez en el agua no se cansa de nadar y el ave en el aire de volar y el gamo en la tierra de correr, ¿quién se ha de cansar de buscar a Dios en el mismo Dios?

5. Parece que esto es lo propio que dijo san Pablo, Ad Phili. 3 o: Ea quae sunt retro obliviscens, ad ea autem quae ante me sunt extendens 6. De lo pasado, dice, se descargaba y olvidaba, para que no le hiciese enbarazo la memoria del algo que podía haber hecho, para pasar adelante, en quien solamente tenía la mira como si no hubiera enpezado. Ad ea autem quae ante me sunt extendens; que se extendía y dilataba para alcanzar lo que le faltaba. Que parece en estas palabras dice el sancto lo que hace el galgo cuando va tras la liebre: que, para más correr, se ase y cose con la tierra, de suerte que parece mucho menor de lo que es porque se hace un ovillo, y luego se extiende de suerte que se quisiera hacer tan largo como el término que hay entre él y la caza. De esa misma suerte san Pablo se apoca olvidando lo mucho que habíe hecho [53v] y dilatando los deseos y el alma para hacer y alcanzar lo que le faltaba. Lo propio hacía el glorioso Francisco. Después de la impresión de las llagas de Cristo en su cuerpo y habiendo padecido inmensos trabajos por su amor y hecho obras grandes, decía a sus hermanos poco antes de la muerte: Incipiamus, fratres, servire Domino Deo nostro, quia usque nunc parum profecimus 7. ¿Qué significa este parum profecimus, sino lo propio que san Pablo dice: quae retro sunt obliviscens, olvidar lo pasado y que todo nos parezca poco? ¿Qué significa aquel incipiamus, sino una dilatación de deseos para lo que le faltaba?

6. En las bodas de p Caná de Galilea, cuando el architiclino probó el vino que a la postre les daban, que es q el que Cristo habíe hecho y convertido del agua r, viéndolo tan bueno dijo: Omnis homo primum vinum bonum ponit et postea deterius; tu autem servasti optimum vinum usque adhuc 8. Costumbre, dice, es de los hombres poner al principio el buen vino y a la postre el peor —que, en fin, cuando los hombres están enbriagados, no lo echan tanto de ver—, pero tú has hecho al revés, que el buen vino nos das a la postre. Que [en] verdad tienen esta diferencia entre los del mundo y los de la casa de Dios: que los del mundo al principio de su virtud, si la tienen, entonces ponen las ganas y tienen los deseos de servir a Dios y, a la postre, el mal vino, la poca gana, el fastidio y cansancio; al principio con cuatro obras buenas ya parece están enbriagados, y no echan de ver cómo, cuando se habían de mejorar, se enpeoran y vuelven atrás. Pero los justos son al revés, que, si enpiezan con algún detenimiento, en s gustando allá a la postre de la vida perfecta t sacan el buen vino, descubren el buen ánimo, muestran grande brío y parecen tener más fuerzas. ¿Qué es esto? Servasti bonum vinum usque adhuc.

7. Es lo que san Pablo dice: Ad ea autem quae ante me sunt extendens 9. Es lo propio que el mismo san Pablo scribió, 1 u Corint. 15: Non prius quod spiritale, sed quod animale est 10. Al principio parece que la naturaleza enpieza en sus obras de lo inperfecto a lo perfecto, de lo animal a lo spiritual. Y así es el justo, que cada día va más perficionando sus obras hasta sacar el buen vino a la postre. Quiera la majestad de Dios, por quien él es, darnos a gustar las cosas del cielo para que de veras, despreciando las de la tierra, sólo busquemos a Su Majestad, no con paso lento y reposado, sino con priesa y aceleración. Como de la gracia dice san Gregorio 11, que nescit tarda v molimina w Spiritus Sancti gratia; que no es la gracia [54r] amiga de perezosos ni tardíos. Es un fuego que hace salir de paso al alma en quien entra. Son los pasos del cuerpo y de la carne muy cortos y pesados para lo mucho que el alma tiene que andar y así, cuando la gracia entra en ella, la trueca y le da otro brío para que salga de ese modo corto y ordinario.

8. Y todo es necesario, porque las cosas lentas y espaciosas fácil es el detenerlas. Pero ¿quién será bastante a detener una piedra grande que baja de un monte? ¿Quién a estorbar un río, que no pase adelante? ¿Quién a hacer parar un fuego que abrasa un monte, soplado de grande viento x? Antes parece son éstas cosas que en sus movimientos y, como les son tan naturales, tienen tanta fuerza que se sustentan de sus contrarios, como el fuego grande, que más se aviva cuando le echan agua y con mayor ímpetu parece vuelve por sí contra las personas que lo quieren apagar. David es reprehendido y burlado, porque saltase y danzase descubierto delante del arca del Señor, pero eso no le apagó el fuego y fervor con que lo hacía, antes, por ser obras nacidas de una ardiente charidad y de un amor muy encendido, responde (2 Regum 6) z: Ludam a, et vilior plus quam factus sum, et ero humilis in oculis meis 12. Si esto es desprecio, más me tengo de despreciar y humillar b, porque más tengo de hacer fiesta y danzar ante el Señor. Cuando san Pablo se ponía a predicar en Damasco en su primera conversión, muchos, asombrados y espantados de esta mudanza, procuraban estorbarle su predicación (Actorum 9) c: Ille multo magis convalescebat, et confundebat Judaeos, qui habitabant Damasci 13. No desistía del sacrificio que ofrecía a Dios el sancto Patriarcha Abrahán, aunque veía bajar aves a inpedírselo, antes las spantaba y echaba de allí, perseverando d en su buena obra hasta la noche 14.

9. Un perro de caza, un alano o gentil mastín, cuando viene del campo y entra con su amo en poblado, salen muchos perrillos a él ladrando, pero de ninguno hace caso, sino que él se va con grande mansedumbre su paso a paso, lo cual no hiciera si fuera algún cachorrillo parejo con ellos. Esto tiene un ánimo generoso lleno de encendida charidad, que nada le estorba para perseverar en su buen propósito, no los dichos e y murmuraciones de los hombres, ni las dificultades de la obra, la delicadeza de la persona, ni el decir de las gentes. Espanta con la mano, como otro Abrahán, las aves y estorbos que le quieren inpedir el sacrificio que ofrece a Dios. Y, como buen soldado viejo, nada le asombra en la guerra y batalla hasta ver el fin que desea y aguardar la victoria. No repara en que a sus pies caigan muertos los compañeros y que junto a él den las balas, ni que los enemigos le acometan, antes entonces acude con más brío diciendo a todas esas dificultades, que parece le obligaban a volver las spaldas: In Domino confido, [54v] quomodo dicitis animae meae: transmigra in montem sicut passer? 15 Cercado David de sus enemigos, le dicen sus amigos que, si no se hace pájaro, no se puede escapar. Y, con todo eso, no se da por ahogado, antes confía en el Señor, en quien todo lo puede, riyéndose de los que se ahogan en poca agua de las tribulaciones f y de los que vuelven atrás con livianas ocasiones.

10. La vestidura de Arón por mandado de Dios tenía por orla, a lo último de ella y a los pies del sacerdote, muchas granadas en contorno 16, que es fructa a quien entre todas la naturaleza la honró con corona. Y esas coronas las manda poner Dios en la fimbria de la vestidura de Arón, dando a entender cuán en lo último de la obra y al fin de la perseverancia el justo ha de hallar la honra y la corona. A los pies del sacerdote estaban, porque ahí se ha de humillar y bajar el que la pretende y quiere; ha de andar por el suelo hecho paño de pies, sin que nada le estorbe para llegar a lo último de la obra, en quien están las granadas coronadas.

11. Cuando en el desierto quieren levantar a Cristo por rey, se esconde y huye 17. Y cuando en la muerte le coronan, no lo desecha, antes, cuando en la cruz le ponen título y nombre de rey llamándole «Jesús nazareno rey de los Judíos» 18, lo admite y recibe de buena gana, bajando la cabeza en señal de aceptación 19. La razón es quia finis coronat opus, porque al fin y a la muerte y cuando ya había perficionado las obras que su Padre le habíe dado a su cargo, era el tiempo de recebir los premios. Cuando él ha dicho consummatum est 20, ya todo es acabado, entonces viene bien la corona. Y así dice san Juan, capítulo 19 número 28: Sciens Jesus quia iam omnia consummata sunt, ut consummaretur Scriptura, dixit g: Sitio; que para decir tenía sed, puesto Cristo en la cruz, aguardó a que todas las cosas que pertenecían a su pasión estuviesen cumplidas. Pues válame Dios ¿qué necesidad había de consumar los trabajos y acabar tantas obras para significar y decir la sed tan grande que Su Majestad tenía? Digo, hermanos, que, según muchos doctores dicen, en esta sed que Cristo dijo tener significó y descubrió la sed que Cristo tenía de los hombres, la sed y deseo de que todos se salvasen 21. La sed era del alma, la cual era premio y paga de sus trabajos. Así lo dice David 22: Dedit michi gentes haereditatem, etc. Pues, para pedir paga y premio, bien es necesario se acabe la tarea primero y que todo esté acabado. Pues decimos que finis coronat opus, póngasele la corona y premio de sus trabajos al fin de la vida, al morir y entregar el spíritu al Padre, para que sepan los hombres cuándo han de pedir el jornal y concierto que tiene hecho Dios con ellos, que es después de haber trabajado todo el día, cuando venga la noche y diga el padre de familias: Voca operarios, et redde illis mercedem 23. También el día que señala Dios [55r] para el descanso es el último h, cuando cesó del trabajo de los siete días 24.

12. Quiere Su Majestad darnos la paga toda entera para que en este mundo no la mal logremos y también porque, así como al pastor y cavador mientras están en su trabajo no es tiempo de ponerse el vestido de las fiestas, sino guardarlo para el día del holgar, no se eche a perder o nos inpida el trabajar, de esa misma suerte aquellos premios eternos y gustos interiores, que Dios ha de dar a un alma con particular satisfación de su agrado, se lo guarda para el otro mundo, porque en este valle de lágrimas no es tiempo de vestirnos de tal librea. El mismo Cristo en este mundo detuvo allá dentro de su alma la gloria que le nacía de la visión y fruición del Verbo, sin darle lugar a que se redundase y vertiese en el cuerpo, dándole lugar al trabajo y padecer por los hombres, dejando ese vestido para después de su muerte con los otros premios que por la cruz se le habíen de dar, contentándolo con las vislumbres de que gozó en el monte Thabor 25.

13. Contentémonos, hermanos, con saber servimos a un Dios fiel y verdadero, que no tiene necesidad del trabajo y sudor del hombre para quedarse con él, como hacen los del mundo, y que, si quiere en este mundo padezcamos, es para que en la forma que podemos lo obliguemos a que en la otra vida nos haga grandes mercedes, guardándonos el vestido de las fiestas para cuando estemos en aquellas eternas bodas y en compañía de todos los ángeles, donde no entra ningún mal vestido ni tratado. Todos van compuestos con virtudes, adornados con dones y gracias, y hermosos con dotes de gloria. Contentémonos en este mundo con saber que, si hacemos lo que debemos, seremos amigos y hijos de Dios; y que ni al amigo ni al hijo no le está bien andar preguntando lo que le han de dar después del trabajo, sino trabajar y callar, que cuidado tiene el amigo de hacernos particioneros de sus bienes y el Padre hacernos herederos de su gloria. La cual la da Su Majestad a los que en este mundo perseveran en el bien obrar. Lo uno y lo otro nos i lo conceda Dios por quien Su Majestad es. Etc.

[55v]




asobre lín.



bsigue ago tach.



c a conocer sobre lín., en lín. a gustar algo de tach



d el Señor sobre lín., en lín. Dios tach.



ecorr. de los



1 Cf. Sal 33,9.



f y acelerada sobre lín.



gcorr.



hsobre lín., en lín. de más tach.



isobre lín., en lín. tocó tach.



2Confessiones, 1,1 (CCL 27,1): «... quia fecisti nos ad te, et inquietum est cor nostrum, donec requiescat in te».



3 Jn 12,32.



jcorr. de cibra



kcorr. de andado



lsigue no parece sino que tach.



msigue que tach.



4 Cant 1,3.



nsobre lín.



5 Eclo 24,29.



oms. 1



6 Flp 3,13: «Unum autem, quae quidem retro sunt obliviscens, ad ea vero quae sunt in priora extendens meipsum,...».



7 S. BUENAVENTURA, Legenda maior S. Francisci, 14,1.



psigue architiclino tach.



qcorr. de eso



rsigue dijo tach.



8 Jn 2,10.



ssigue enpeçando a tach.



tsobre lín.



9 Cf. Flp 3,13.



ums. 2



10 1 Cor 15,46.



11 Más bien S. AMBROSIO, Expositio evangelii secundum Lucam, 2,19 (CCL 14,39), a propósito de Lc 1,39: «Exsurgens autem Maria in diebus illis abiit in montana cum festinatione, in civitatem Iuda».



vcorr.



wms. molima



xsobre lín., en lín. aire tach.



ysobre lín., en lín. acciones tach.



z 2 Regum 6 al marg.



ams. ludar



12 2 Sam 6,22.



bcorr. de humillarme



c Actorum 9 al marg.



13 He 9,22.



dsigue hast tach.



14 Cf. Gén 15,11.



ems. tach.



15 Sal 10,1.



f de las tribulaciones tach.



16 Cf. Ex 28,33; 39,24-25.



17 Cf. Jn 6,15.



18 Jn 19,19.



19 Cf. Jn 19,30.



20 Jn 19,30.



gms. dicit



21 Autor incierto (antes atribuido a san Bernardo), Vitis mystica o Tractatus de passione Domini, 13 (ML 184,662): «Sed non satis credibile est ipsum de siti corporali dixisse, [...] sed potius desiderium ardentissimum salutis nostrae ipsum credimus sitivisse».



22 Sal 2,8: «Postula a me, et dabo tibi gentes haereditatem tuam».



23 Mt 20,8.



h úl sobre lín.



24 Cf. Gén 2,2.



25 Cf. Mt 17,1ss.



ims. no






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