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San Juan Bautista de la Concepción
Obras IV – S. Juan B. de la C.

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EXHORTACION 19

En que se torna a probar la dificultad que consigo trai esta virtud de la perseverancia y cómo ayuda mucho a vencerla
el conocimiento de la nada que somos de nuestra parte
para conservarnos en esta virtud

1. Como la flaqueza humana a la virtud le halla tantas dificultades, particularmente a aquella que por todas partes ha de ser perfecta, como lo debe ser la de los religiosos, que por ser cosa que se profesa ha de ser virtud de perseverancia. Que los que no tienen eso por officio y profesión parece se contentan con cualquier grado de virtud y aun muchas veces la virtud en ellos no tiene sino el nombre, como las cosas que hacen los que no saben y, sin aprender officio, quisieron disimularse hurtando lo ajeno. Como dicen y fingen los muchachos una mentira: que el demonio, envidioso de todas las obras de Dios, quiso remedárselas y, acudiendo a las de la creación, dicen que por hacer hombres hizo monas y por hacer aves hizo murciégalos. Pero no hemos menester exemplos fabulosos, pues es verdad que sólo Dios puede criar y hacer de nada, como quiera que para eso se requiera potencia infinita. Acá lo vemos en el que, sin ser pintor o entallador, quisiese pintar o entallar, que aun puniéndole el rótulo de lo que la tal cosa era, aun no se conocería por tal. Así son los que quieren ser virtuosos sin tomar ese officio ex profeso y de propio intento, que, para saber que lo son, es necesario que ellos lo digan y pagar al pregonero para que lo publique. Los cuales me parece son como las langostas, que apenas han saltado para volar cuando ya cain con ímpetu en el suelo, de suerte que no las podemos llamar aves por su corto volar y presto caer. Lo propio digo yo de los que un rato se quieren levantar a la virtud, para gustar de todo o porque [65r] algunas razones temporales les mueven a a ello, que, durando en esos buenos intentos por un rato, apenas han subido cuando han caído y dado tan grande golpe en el suelo como dieron el vuelo en lo alto. Y para ese género de virtud yo no hallo dificultad, porque cuando la virtud la enpieza a mostrar, ya su aprendiz ha enpezado a huir.

2. De la virtud que aquí se trata es de la que se profesa en las religiones, la que se obra y trabaja con perseverancia hasta llegar a la perfección, según las fuerzas y gracia que Dios diere a cada uno. El vuelo de estos tales es al contrario del que ahora decíamos. Como el del águila, cuyas alas b prometía Esaías 26 [sic]: Qui sperant in Domino assument pennas ut aquilae, et non deficient 1. Toman alas de águila los que esperan en el Señor en el camino largo de la vida perfecta, alas de águila que vuela y no se cansa; de águila que pone y hace su nido en partes dificultosas. Y lo propio hacen los justos, que, tiniendo siempre su conversación en los cielos 2, no se cansan de volar y subir cada día más y más grados, tiniendo su asiento y morada en la propia virtud, que es la parte más dificultosa que hay en la vida perfecta.

3. Estando, pues, la virtud perfecta tan llena de dificultades, bien es un religioso las sepa, para que aprienda a tener ánimo y a vencerlas. Los maestros en las scuelas, antes de poner la conclusión, suelen poner los argumentos más fuertes que hay por la parte contraria y luego sus notables y la respuesta y solución de los argumentos. Cuando a un hombre lo llevan a la guerra, no le han de decir que allá se danza y baila, sino que hay miedos, temores, peligros, muertes y desastres, para que se vista de un ánimo invencible. Que, en fin, como dice san [Gregorio]: Minus iacula feriunt quae praevidentur 3; menos hieren las jaras y saetas que antes que vengan están previstas. Y la razón por qué hieren menos, es porque contra ellas va un hombre más apercebido. Bien es, mis hermanos, que sepamos que el perseverar en la virtud ha de costar trabajo y que no es officio de regocijo y fiesta para la carne el salir un religioso perfectamente virtuoso, sino que es negocio, el salir uno c con lo que pretende en el caso presente, de miedo, temor, peligro y muerte de la carne. Y es negocio donde muchos d, asombrados de la gritería de los enemigos que ahí se descubren, han vuelto atrás; y otros, por no saber valerse en ese estado, se han despeñado y caído miserablemente. Que, en fin, sabiendo las dificultades primero, sabrá de qué armas se ha de vestir y armar primero, como los que en alta mar se engolfan, que se proveen de remedios para no trocar y vomitar, sabiendo que muchos se marean.

4. Ya dije en el capítulo y exhortación pasada que aquí no tratábamos de las dificultades particulares que el justo descubre en el camino de la perfección, sino en común saber que es camino dificultoso [65v] y que tanto cuanto un hombre más se aleja de sí propio, tanto más fuertes son los contrarios que le acometen para lo hacer tornar abajo. Como el ave, que tanto cuanto más alto vuela tanto más recios aires goza que la combaten para le hacer batir las alas. Que es lo que el Spíritu Sancto dijo, Ecclesiastici 2, número 1: Fili, accedens ad servitutem Dei, sta in justitia et timore, et praepara animam tuam ad tentationem. El día que te sentares debajo de la bandera de Cristo, vístete de fortaleza y de temor y ármate, de suerte que sobrepujes las tentaciones que allí te han de venir. Dispónte para guerra trabada y sangrienta que el demonio tiene pregonada contra todos los hijos de Dios.

5. Apenas el otro ciego del camino enpezó a dar voces a Cristo, cuando al pie de la obra halló muchos que le increpasen y detuviesen 4. Dice Dios de su siervo Job, capítulo 1 e, que es simplex et vir timens Deum f. Y al instante salió la acusación del demonio, contradiciendo su virtud y diciendo: Numquid gratis timet Deum? g 5 Quid facimus, quia hic homo multa signa facit? 6 ¿Qué hacemos?, ¿cómo no nos desvelamos en quitar la vida a este hombre?, dicen los del concilio inicuo que se juntó contra Cristo; ¿qué hacemos, que hace este hombre muchas señales? ¿Qué razón dais para perseguirlo? No otra sino que hace muchas señales, que es bueno y sancto. Eso basta para ser un justo perseguido y atribulado y para que el infierno haga juntas y concilios contra él. ¿Qué habíe hecho Joseph porque sus hermanos tratan de lo vender y enpozar y quitar la vida? Sólo el verlo favorecido de su padre y que el cielo le descubre grandes secretos y Dios le revela sus misterios. Eso basta para que entre hermanos se toque al arma para contra el propio hermano 7.

6. Frater fui draconum et socius struthionum, dice Job 8; hermano fui de dragones. Y bien dragones, pues su mujer y propios amigos, que hasta allí le habíen hecho officio de hermanos, ya le procurarán echar ponzoña y veneno en su virtud, dañar y condenar su paciencia y buenas obras. Del dragón dicen los naturales que acecha al parto de los elefantes para morderlo y picarle con su ponzoña y veneno. Esto, pues, parece dice el sancto Job: Mis amigos me acechaban y miraban mis obras y mis palabras para morderlas y venenarlas. El decir también que tuvo por hermanos a los avestruces, debiera de querer decir que, así como el avestruz es pesado y vuela poco de suerte que no se puede levantar del suelo, de esa misma suerte eran para él pesados sus amigos y molestosos. Así lo dice el propio Job (Job 16, n.2) h: Consolatores onerosi estis vos i. Y no se levantaban nada del suelo al conocimiento de las obras y palabras que el sancto Job hablaba, de suerte que, no dando alcance a sus sentencias misteriosas, las habían de juzgar con juicios de la tierra. Y no es este mal pequeño para j los que siguen la virtud y perseveran en ella: el considerar que los malos los acechan y aguardan que paran obras buenas, para se las morder y calumniar, como si fuesen dragones, y serles molestosos [66r] y pesados, como avestruces, sin poder dar un alcance a la grandeza de las obras y palabras que el justo profesa, de donde les es fuerza juzgarlo todo según razones de la tierra y de mundo y según la sciencia que alcanzan.

7. No es pequeña la dificultad que este negocio de la perfección tiene de parte de nuestros hermanos, que siéndolo el justo suyo, ellos en el tal caso no hacen, como queda dicho, officio de hermanos sino de enemigos, incitándolos el demonio y moviéndoles la envidia a maliciar y condenar todas las obras que el justo hace. Basta haber tocado k esa dificultad; la experiencia la prueba y los sucesos que cada día vemos lo están enseñando. En todas partes hallaba peligros y trabajos el glorioso san Pablo, y a todos les echó el sello l con los que padecía en presencia y compañía de los que, siendo hermanos en la naturaleza, la malicia y depravadas intenciones los volvía falsos 9.

8. A sus discípulos, que siempre perseveraron con Cristo en sus trabajos, les dice: Vos estis, qui permansistis mecum in tribulationibus, etc., et ego dispono vobis regnum 10. En mi testamento os mando, discípulos míos, por haber sido de los de mi lado, de los continuos y compañeros en mis trabajos, por tanto os mando mi reino en el repartimiento que hago de mis bienes. Pero advertid, sanctos discípulos, que este reino está hipotecado a la cruz. Así lo dice Cristo: Quia sic oportebat pati Christum, et ita intrare in gloriam suam 11. Está hipotecado a la muerte, a las ignominias y trabajos. Así lo dice san Lucas en los Actos de los Apóstoles, capítulo 14: Per multas tribulationes oportet intrare in regnum Dei 12. Es un camino el que nos lleva allá fragoso, áspero y lleno de espinas y abrojos.

9. En los Cantares se lee, en el capítulo 3, que Salamón fecit sibi ferculum de lignis Libani; columnas eius fecit argenteas, reclinatorium aureum, sed ascensum eius fecit purpureum, et media charitate constravit 13. Hizo, dice, un carro triunfal Salamón o litera de madera cortada del monte Líbano. Las columnas dice que eran de plata, la parte donde se reclinaba o reposaba era de oro fino, pero la subida o puerta por donde se entraba era de púrpura. Et media charitate constravit. Parece que por estas últimas palabras quiere significar las cintas que se ponen encima de la seda o brocado, con que se clava y tachona la cosa que se guarnece. Y a esas cintas las llama media charitate, que se trababa y asía esa púrpura, con que estaba guarnecida la subida, con m charidad. Veamos qué quiso aquí Salamón significarnos. A nuestro propósito, parece que por este trono podríamos entender la Iglesia triunphante y este reino de los cielos que, hemos dicho, ofreció Cristo a los que con Su Majestad perseveraban [66v] en los trabajos. Este trono dice que se fabricaba de maderas cortadas en el monte Líbano. Y así se conpone y edifica la Iglesia triunphante: de los justos que se cortan en el monte alto de la perfección. Las columnas dice que eran de plata, que son los artículos de la fee que aquí han creído, según aquello que David dice: Eloquia Domini, argentum igne examinatum 14. Son las palabras y doctrina de Cristo más que plata. Pero la subida dice que era de púrpura colorada, que es la sangre que los justos padecían. Estaban trabadas, asidas y eslabonadas con charidad, que eran obras y sangre derramada por amor y charidad.

10. Para que a un religioso no se le haga pesada la subida y entienda que para llegar al reclinatorio, que es de oro fino donde está Dios gozándose con sus sanctos y ellos descansando con su Dios, que no hay otro camino sino el que llevó Cristo, el de los trabajos y nuevas dificultades que en esta subida cada día se les han de ofrecer. Que eso significaban también los leoncillos que hizo Salamón n poner en las gradas por donde se subía al propiciatorio 15, descubriendo en esto que, demás de ser subida de escalones, por quien hemos de subir levantando los pies del suelo, que son nuestros afectos, que quien dice subida dice pasos dificultosos, pues, demás de eso, hay leones en cada escalón y en cada paso que el justo da subiendo y aprovechando en la virtud. Le salen al encuentro mill enemigos, que en lo escondido están acechando ut sagittent in obscuro rectos corde 16.

11. Esto nos significa la Scritura cuando, habiendo de hacer mención de alguna cosa grande, nos la pone en un monte alto, cuya subida es muy para pocos por sus muchas dificultades. Al monte Thabor sube Cristo y lleva sólo a tres 17, dándonos a entender qué contados son los que quieren pasar dificultades para gozar de un tan summo bien. Y aun, en los tres discípulos que Cristo sube, está significada la perfección que un hombre debe tener, según lo que aquí vamos tratando, para alcanzar aquella gloria que allí muestra Cristo. Juan quiere decir gracia 18, Pedro piedra y fortaleza 19, y Diego 20 constancia y perseverancia 21, dándonos por esto Cristo a entender cómo el que aquí hubiere de llegar ha de estar en gracia, ser fuerte y perseverar en ella hasta la fin.

12. La ley tanbién la da Dios en lo [67r] alto del monte Sinaí 22. Y allá sube sólo Moisés, y los demás no pueden llegar 23, dándonos en esto a entender los pocos que subirían al cumplimiento de esta ley con la perfección y la verdad que se requería. Bestia, quae tetigerit montem, morte moriatur 24; la bestia que tocare a este monte, donde Dios da la ley, muera y acabe. Mostrando y significando qué lejos está el hombre que vive vida de bestia de subir a este monte y cumplir la ley de Dios.

13. Elías habla con Dios en un monte 25. En monte sube Cristo al cielo 26 y en monte de Sión baja el Spíritu Sancto sobre los apóstoles 27. Y en el monte calvario es donde Cristo dice que ha de llevar tras sí los suyos 28. De suerte que todas las obras de Cristo sublimes y gloriosas se hacen y celebran en monte, para que sepa el hombre que todo lo que vale el alcanzarlo ha de tener dificultades y que, para subir a gozarlo, ha menester vestirse de un ánimo varonil y fuerte para no se quedar en la halda del monte, sino subir a lo alto despreciando las cosas bajas de la tierra, según aquello de san Pablo, ad Colossenses 3: Quae sursum sunt quaerite, quae sursum sunt sapite, ubi Christus est ad dexteram Dei sedens, non quae super terram 29. Las cosas altas, para las alcanzar, ha menester el hombre ponerse de puntillas, subirse y levantarse de todo puncto. Pero las cosas que se buscan en la tierra, es menester bajarse e inclinarse a la tierra, como hacían aquellos de quien David dice: Oculos suos statuerunt declinare in terram (psalmo 16) 30. Para mejor gozar estas cosas de acá abajo se tienden y postran sobre ellas o, porque todo es bajeza, caídas y postraciones de los que buscan cosas de acá. Pero el que busca las cosas del cielo levantado, muy de puntillas ha de andar, y de todas las cosas debe hacer scalera sobre que se suba, y aun levantarse sobre sí y tenerse bien no caiga, para llegar y alcanzar lo que Dios promete a los escogidos.

14. Aquel árbor de quien trata Daniel, cuyos pinpollos y ramas llegaban al cielo, solas las aves subían a hacer allá su habitación, que las bestias abajo se quedaban contentas con sola la sombra del árbor 31. Harta lástima es que los del mundo sólo se contenten con gozar de la sombra del cielo, de las cosas que acá abajo influyen p, sentados en la tierra, por no querer tomar un poco de trabajo y pedir a Dios con David 32 les dé alas de paloma para volar a lo alto y gozar de aquellos celestiales fructos que gozan los que en la virtud perseveran y cada día suben más arriba.

15. Ya parece hemos visto la dificultad de la subida a lo alto de la perfección, la cual no se alcanza si no es con la perseverancia [67v] en la virtud. Bien seríe viésemos ahora las ayudas de costa que podremos tener para vencer estas dificultades y alcanzar lo que tanto trabajo cuesta. Será Dios servido añidamos algo a lo que en otros capítulos y exhortaciones hemos dicho facilitando esta subida.

16. Para lo primero, se me ofrece aquella huida que hizo Elías de la reina Jezabel, de cuyos trabajos y persecuciones se vido tan acosado que dice la Scritura que, arrojándose a la sombra de un junípero, petivit animae suae ut moreretur 33; que pidió a Dios lo sacase ya de este mundo y lo descolgase de tantos trabajos y dificultades como trai consigo el tratar los siervos de Dios con gente que no le conoce y con príncipes y reyes tiranos. Donde, a mi parecer, se le ofrecerían dos cosas: la primera, la huida de la reina, el alejarse de una mujer cruel; y lo segundo, el subir al monte, donde después caminó, para allí esconderse. Que son dos dificultades muy grandes, que son las primeras que siente el justo en este camino de la perfección y perseverancia en la virtud: huir del mundo, que lo busca para le quitar la vida, absentarse de la carne, enemigo cruel y, lo segundo, subir al monte de la perfección, donde tenga un hombre alguna seguridad. Las cuales cosas, así vistas de golpe de uno que desea agradar a Dios, le parecen tan dificultosas que parece le seríe más fácil morir que del todo y de veras apartarse del mundo, de padre, madre, amigos y parientes y dejar la hacienda y riquezas —cosas que, aunque no nos buscan con amenazas, como la reina a Elías, búscannos con halagos, que es más cruel persecución— y subirse a la soledad, donde muy a solas se trate con Dios.

17. Digo, pues, que el remedio que a Elías le dan en este trabajo para vencer estas dificultades, fue que se le apareció un ángel que, dispertándole del sueño que tenía, le dijo comiese un pan subcinericio que le traía y un jarro de agua q, con el cual le prometen fuerzas para subir al monte de Dios Horeb, donde tendría buen seguro de los peligros que se temía 34. Aunque es verdad que lo común que r los sanctos dicen acerca de esto fue una celestial y divina figura y sombra del sanctíssimo sacramento, que es el que a los flacos da ánimo para apartarse del mundo y subir a la perfección. Pero, atento que ahora no tratamos de este [68r] divino sacramento, dejando eso para otras ocasiones, veamos en ésta qué significaba este pan subcinericio y jarro de agua que el ángel le trai a Elías, que, por ser pan envuelto en ceniza, más parece significar muerte que no vida; y agua antes desmaya que no fortifica.

18. Bien pudiéramos aquí significar, por este presente que el ángel hace a Elías para vencer dificultades, las penitencias y ayunos a pan y agua s con que los justos maceran sus carnes en la huida que hacen del mundo para Dios. Y que no hay cosa que más ligeros los torne y levante el pie del suelo que la abstinencia. Y que, si la perfección está muy subida y levantada en monte, nadie hay que así ponga alas y levante el espíritu como el ayuno, hasta volver en muerte y en ceniza esta nuestra carne, que es de quien nos debemos temer en semejantes ocasiones. Así lo dice y canta la Iglesia 35: Qui corporali jejunio mentem elevas, virtutem largiris, et praemia. El es el que nos eleva y levanta a cosas altas hasta entrarnos por las puertas de la virtud y enllenar nuestras almas de premios eternos.

19. Huye Elías de la reina Jezabel y trainle para fortaleza pan subcinericio y agua. Todo, padres y hermanos míos, para que no nos aflijamos en nuestras dificultades y tentaciones, que, si fueren tan fuertes como son las de una reina y más poderosas que reina, que es nuestra propia carne sin desearnos la muerte, con sólo penitencia, abstinencia, pan y agua se enflaquecerá quien nos persigue y se fortalecerá quien de nuestra parte pelea. El pan ceniciento no es muerte, pero significa la memoria de la muerte, que es quien de veras sabe enfrenar apetitos desconcertados, sujetarlos y abstenerse de lo ilícito. El jarro de agua no da fuerzas ni ánimo, pero refresca el spíritu y apaga el fuego de quien a t fuego y sangre pretende ahogarlo y quitarle la vida. ¡Ojalá, mis hermanos, cuando de pensamientos de carne y de mundo, de gustos y de parientes nos vemos acosados, nos entrásemos por las puertas de Dios y le pidiésemos vivas consideraciones de muerte y de cómo todo eso se ha de acabar, y que nos diese a beber del agua viva que él promete! ¡Ay, qué otros nos hallaríamos, qué consolado el spíritu, qué apagados los deseos y concupiciencias de carne! ¡Oh qué fuerzas y ánimo tendría nuestra alma para perseverar en la virtud hasta llegar al monte de Dios Horeb!

20. [68v] Lo segundo digo. Y para que veamos lo que significaba este pan subcinericio y jarra de agua, quiero que notemos que, cuando Elías venía huyendo de la reina y se vido así tan afligido, venía de recebir particulares favores de Dios y de alcanzar grandes victorias contra los falsos prophetas del dios Baal, pues, habiendo bajado fuego del cielo a vista de todos en muestras que daba Dios de que Elías era su verdadero propheta, habíe quemado su sacrificio en señal de aceptación; y tras eso, habíe cortado la cabeza u a 400 prophetas 36, hecho por quien alcanzó nombre eterno 37. Tras este hecho, desmaya Elías en la persecución de la reina y se ve tan ahogado y afligido que petivit animae suae ut moreretur; y luego bajó un ángel con el pan subcinericio y jarra de agua. Como quien dice: Mirad, Elías, que quien alcanza las victorias pasadas y dará fuerzas para alcanzar las por venir es el cielo, que de parte vuestra veis aquí lo que hay: pensamientos de muerte y de acabar con trabajos, significados por el pan subcinericio. Y la jarra de agua fue decirle: Verdad es que bajó fuego del cielo a quemar vuestro sacrificio, de donde os vinieron v tantas victorias, pero advertid que lo que vos hecistes fue echar agua encima de la leña que lo habíe de quemar; y el agua ya veis cómo antes es contraria al fuego; y que, si se abrasó, fue porque todo ello fue dádiva del cielo. Concluyamos. Como si en esto dijera el ángel: Conocimiento de parte vuestra, Elías, alcanzará w todas las victorias que faltan, y considerar que todo lo bueno y quien ha de vencer las dificultades ha de ser Dios, que, por quien él es, se compadece de nuestra flaqueza y le acude con eficaces ayudas de costa.

21. Saquemos de aquí, mis hermanos, para vencer todas nuestras dificultades en la virtud de la perseverancia, que es necesario considerar lo poco que nosotros somos de nuestra parte para la merecer y que en nosotros antes hallaremos cosas contrarias, como lo es el x agua al fuego y la muerte a la vida; y que, si fuego ha de haber que abrase y queme el sacrificio que pretendemos ofrecer a Dios y encender nuestra voluntad, de allá [69r] ha de venir, como dijo David: Auxilium meum a Domino, qui fecit caelum et terram 38. El que hizo el cielo y la tierra será poderoso con su auxilio y socorro de hacer en mí de otra nada otra nueva creación 39 de y cielo nuevo z y tierra nueva 40. Otro cielo, de donde Dios por gracia viva, y otra tierra que lleve y fructifique virtudes y perfecciones.

22. Saquemos, lo segundo, desto que le sucedió a Elías qué de veces sucede a los siervos de Dios haber enpezado obras grandes y alcanzado heroicas victorias y después, en los medios, en las cosas fáciles, descubrirles Dios su flaqueza y lo poco que son de su parte, todo para que entiendan que lo pasado en los principios y lo por venir en sus fines no es suyo, sino a de Dios, que es el que da el velle et perficere in nobis 41, quien da el perficionar y acabar en nosotros.

23. Lo demás que pide esta exhortación se tratará en la que viene, dándonos Dios su gracia.




ams. mueve



bsigue pedía el justo: quis dabit michi pennas sicut columbae, volabo tach.



1 Is 40,31.



2 Cf. Flp 3,20.



3 GREGORIO MAGNO, Homil. In Evangelia, l.2, hom.35,1 (ML 76,1259).



csigue hombre tach.



dsigue han tach.



4 Cf. Mc 10,47-48.



esigue nunquid gratis Job timet Deum tach.



f que-Deum al marg.



g y diciendo- Deum? sobre lín.



5 Cf. Job 1,1.6.9.



6 Cf. Gén 37,3-20.



7 Jn 11,47.



8 Job 30,29.



h Job-2 al marg.



i Así-vos sobre lín.



jcorr. de de



kms. todado



lms. sellos



9 Cf. 2 Cor 11,23-27.



10 Lc 22,28: «Vos autem estis, qui permansistis mecum in tentationibus meis».



11 Lc 24,26.



12 He 14,21.



13 Cant 3,9-10.



mrep.



14 Sal 11,7.



nal marg. vide



15 Cf. 2 Re 10,20; 2 Crón 9,19.



16 Sal 10,3.



17 Cf. Mt 17,1-9.



18Yôha’na n (hebreo) = «el Señor ha hecho misericordia». Cf. Lc 1,60-63.



19PetroV, kefa (arameo) = piedra. Cf. Mt 16,18.



20 Derivación de Iacobus, a través de Iaco, tiaco, tiago, Diago.



21 En latín Iacobus, de la misma raíz que Iacob (Jacob). El autor alude probablemente, como otras veces, a Gén 32,28, donde, no el nombre Jacob, sino Israel significa fuerte: «Nequaquam, inquit, Iacob appellabitur nomen tuum, sed Israel: quoniam si contra Deum fortis fuisti, quanto magis contra homines praevalebis?».



22 Cf. Ex 24,12-18.



23 Cf. Ex 19,3ss; 24,2: «Solusque Moyses ascendet ad Dominum, et illi non appropinquabunt, nec populus ascendet cum eo».



24 Ex 19,12: «Omnis qui tetigerit montem, morte moriatur»; Heb 12,20: «Et si bestia tetigerit montem, lapidabitur».



25 Cf. 1 Re 19,8ss.



26 Cf. Mt 28,16.



27 Cf. He 2,1ss. Monte Sión es la ciudad de Jerusalén.



28 Cf. Jn 12,32.



29 Col 3,1-2: «Quae sursum sunt quaerite, ubi Christus est in dextera Dei sedens; quae sursum sunt sapite, non quae super terram».



30 Sal 16,11.



osigue basta tach.



31 Cf. Dan 4,17-18.



pms. influye



32 Cf. Sal 54,7.



33 1 Re 19,4.



qsigue por tach.



34 Cf. 1 Re 19,5-8.



rsigue esto tach.



s a pan y agua sobre lín.



35 Misal romano, prefacio de cuaresma.



tsobre lín., en lín. por tach.



ual marg. vide



36 Cuatrocientos cincuenta, según el texto sagrado.



37 Cf. 1 Re 18,19-40.



vsigue vict tach.



wms. alcanzarán



xsigue fue tach.



38 Sal 120,2.



39 Reminiscencia de nova creatura de san Pablo (2 Cor 5,17; Gál 6,15).



ysigue otro tach.



zsobre lín.



40 Alusión a Ap 21,1.



asigue solamente tach.



41 Cf. Flp 2,13.






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