Índice: General - Obra | Palabras: Alfabética - Frecuencia - Inverso - Longitud - Estadísticas | Ayuda | Biblioteca IntraText |
San Juan Bautista de la Concepción Obras IV – S. Juan B. de la C. IntraText CT - Texto |
[EXHORTACION 70
De la importancia de prevenir y evitar las ocasiones de pecado] 1
1. [...] por fuerte y valiente que sea, y dar con él en tierra. Que, en fin, primero que se levanta y pone en pie y torna a su jornada, sus compañeros ya le han cogido a y ganado la ventaja y dejádoselo mill leguas atrás. Qué bobo fuera el que, pudiendo ir por camino llano y bueno, fuese por camino pedregoso y lleno de atolladeros, fiándose en que lleva buena cabalgadura y que no le sucederá desgracia. Porque lo que no b sucede en un año suele suceder en un día c, y en un pequeño tropezón quebrarse una pierna. Y después de caído, no hay decir quién dijera, que de grandes sanctos se ha dicho y se dice, de quien los que los vieron y conocieron antes del suceso nadie dijera y después dicen, aunque con asombro y espanto. Vemos muchos hombres que, para conservar la salud, tienen mill recetas y cartapacios sobre lo que han de comer, de lo que es bueno o es malo; viven acompañados de médicos, tienen amistad con mill herbolarios y viven como si fueran unos galenos. Y, con todo eso, a mill enfermedades que tienen, a ninguno les falta achaques a montones y, sin saberlos ni pensar d, se les entraron por sus puertas y toparon con ellos. ¿Qué fuera si desenfrenadamente, sin reparar en cosa, echaran por en medio comiendo, bebiendo sin peso ni medida, saliendo al encuentro a los desórdenes y desconciertos que hombres viciosos suelen tener? Si huyendo de la muerte se encuentran con ella niños, mozos y viejos, ¿qué fuera si la llamáramos con palabras y manos, como de los impíos dice el Spíritu Sancto 2? Si aquel e prudente labrador que salió a sembrar su semilla, que se deja entender habríe hecho hartas diligencias para que toda ella se le bien lograse, tuvo aquel f mal suceso en las tres partes de ella 3 ¿qué fuera si fuera hombre que, por no saber de labranza, en nada reparara?
2. Quiero decir que, si por millares de sanctos, que han vivido con grande rectitud y justicia hurtando el cuerpo a las ocasiones, han sucedido caídas, daños y males de culpa, enfermedades spirituales y simenceras mal logradas, ¿qué fuera o qué será de aquellos que, no tratando con acuerdo la virtud, se entriegan y meten en las ocasiones y por sus manos toman el carbón, que si por no estar encendido no quema, por lo menos tizna? Y si la cera de suyo con solo el tiempo se ablanda y derrite, ¿qué fuera g si la echaran en el fuego? Si el milanillo y la pajuela de suyo tiene peligro de volar, ¿qué sería si lo soplásemos y pusiésemos donde el aire es fuerte? [235v] Bástale al día su malicia 4 sin que le busquemos otra; y bástale al hombre su flaqueza y mala inclinación que tiene a lo malo, sin que le ayudemos a caer y con acuerdo le busquemos el peligro y lugar de su perdición.
3. Bien conocían esto los sanctos cuando con tiempo y antes con antes ponen tierra en medio, se alejan y apartan de los daños y males que los puedan enpecer, porque bien saben que la victoria más gloriosa es la que se alcanza sin derramar sangre suya y del enemigo. Por fuerte que un hombre sea, venido a las manos (quede el enemigo a sus pies), ordinario es sacar su persona algún menoscabo. Qué bien vido esto el glorioso Baptista cuando, niño y sancto, huye al desierto ne levi saltem [posset] maculare vitam 5, etc. Quiso haberlas dende lejos, con ser tan fuerte soldado, con su enemigo por no ser ofendido aun de las cosas muy livianas.
4. Sicut sagittae in manu potentis, ita filii excussorum 6. Dos títulos y nombres da David a los justos en el psalmo 126 h. Llámalos saetas, que éstas hieren de lejos al enemigo dejando en seguro al que la tira; que no son i como la espada y lanza, con que peleamos de cerca. El segundo nombre que les da es llamarlos sacudidos, porque se sacuden con tiempo antes que llegue el peligro. Viénenle a preguntar al Baptista sacerdotes y levitas quién era. Y sin decir j el evangelista que le preguntaron nada, pone tres respuestas en lugar de una. Et confessus est et non negavit, et confessus est: Quia non sum ego Christus 7. Confesó, no negó, y confesó que no era Cristo. Pues veamos, si no le preguntaron nada ¿para qué confiesa eso? Gran prudencia, mis hermanos, prevenir el daño, herir de lejos al enemigo, darle la muerte antes que desenvaine la espada.
5. Sale la sposa a buscar a su esposo k herida de amores. Anda las plazas, las calles y los barrios buscándole. Encuentra la ronda y al punto les pregunta por él: Num quem diligit anima mea vidistis? 8 Pues veamos ¿no es la ronda la que pregunta primero? Cuando el alcalde o el alguacil encuentra a l uno ¿no dice luego quién va? Pues ¿cómo aquí la esposa se previene? ¿Saben por qué? Porque es gran m prudencia prevenir las ocasiones. Viendo una mujer de noche hermosa y ricamente aderezada, sola y sin compañía, cualquiera se le atreviera, particularmente gente desbaratada como es la que anda en ronda. Pero previene el daño con el nombre de Dios en la boca. Dice que busca a Dios, como esposa suya y así aun [236r] a responder no se atreven guardando el decoro a tal esposo y a tal sposa.
6. Estaba bien escarmentada esta propia esposa cuando otra vez salió desvalida a buscar este propio esposo, Canticorum 5 n, y la ultrajaron y maltrataron: Percusserunt me et vulneraverunt me. Tulerunt pallium meum 9. Y ¿qué es la causa por qué aquí recibe tantos males y acullá tanto la respectan? Es que aquí no dijo nada, no habló, no la conocieron y así atreviéronsele. ¡Oh qué gran cosa que el religioso o siervo de Dios prevenga en las ocasiones a los que se le pueden atrever!; que sepan que tratan con un alma que desea agradar a Jesucristo, ser su esposa. Que, en fin, cuando gente perdida no la respecten por quien ellos son y por quien ella es, por lo menos lo harán por Dios a quien busca.
7. Gran cosa es y mucho inporta que el labrador escarde la haza, le quite los cardos y destierre la maleza, pero el punto de la agricultura no consiste en eso, sino en prevenir la escarda, en aderezar la haza antes de sparcir el grano, porque, cuando se escarda, písase el pan, huéllase, maltrátase y a veces, si un cardo quitan, nacen veinte y, por cortar el cardo, sacan la mata del trigo. Y así, aunque la escarda es importante, pero la discreción del labrador mucho más consiste en prevenirla. Bueno es que el que se halló en la conversación u ocasión de donde salió con mill scrúpulos que a la noche entre en cuenta y los arranque y quite y haga memoria de ellos, pero mucho mejor es prevenir la escarda y quitar las ocasiones.
8. En los Números, capítulo 6, mandaba Dios a los nazareos no sólo que se abstuviesen del vino, sino de las uvas de que se hace 10. Pues, Señor, ¿qué tienen que ver las uvas con el vino? Por muchas que un hombre coma ¿enborrachárase, enbriagáranle o? Claro está que no. Pues ¿por qué las vedáis las uvas? ¿Sabéis por qué? Porque pudiera ser que la dulzura de las uvas dispertara el apetito del vino, y el apetito al gusto, y el gusto a la mano; y por ahí de pequeñas ocasiones viniera todo a quedar perdido. Y por eso quiere Dios con tiempo atajar esos daños y poner remedio.
9. Cuando el ángel sacó a san Pedro de la cárcel p, le dice 11: Praecingere et q calcea te caligas tuas, Actorum 12; que se vista, se calce y nada deje en la cárcel. Pues veamos, ¿qué inporta que dejara allá el ceñidor [236v] o el sombrero? Quien le sacaba de la cárcel ¿no le pudiera proveer de eso y esotro? ¿Saben por qué? Porque no le sucediese otra prisión como la primera tornando por lo que se dejaba en la cárcel. Cuando Dios libra a un alma de peccado y la saca de la mazmorra de la culpa, nada quiere que se deje en ella, no le suceda, tornando por la prenda, que le torne a echar mano la culpa y torne a dar con él en la cárcel del peccado pasado.
10. Quiere Dios que los siete días de la semana no se coma en su pueblo pan con levadura, Exodi 12, y no se contenta con mandar, sino que dice: In primo die non erit fermentum in domibus vestris 12; desde el primer día no habrá pan con levadura en vuestras casas. Ahora, Señor, ¿qué inporta que lo haya? Podráse guardar para después de la Paschua y tiempo vedado. Basta no comerse, sin que queráis que dende el día antes no lo haya en casa. Digo que quiso Dios prevenir las ocasiones y quitar el daño que de ahí pudo resultar. Si estuviera el pan en casa, el repulgo de la torta, el pico de la rosca, las labores y blancura de lo uno y de lo otro bulleran en los ojos, dispertaran el gusto, hicieran cocos al apetito y cosquillas al paladar, y todos juntos hicieran guerra al hombre para que quebrantara y violara la Paschua y no la celebrara conforme Dios mandaba. Y así Dios quiere prevenir el daño y flaqueza del hombre.
11. ¡Oh sancto Dios, y cuántos hay en el mundo que, después de prevenidos con la consideración, con el r voto y promesas para no caer en lo que otras veces le ha acarreado mil daños y, por ponerse presente al peligro, no le bastaron todos sus puntales para que no diese abajo el edificio! Qué de ellos van a la comedia sólo por el entretenerse y a la casa del juego a sólo mirar y a la esgrima a pasar tiempo; y a pocos cocos que s la otra mujercilla hizo con sus mudanzas y meneos, y a pocos pasos de garganta y lo que de su guitarrilla t, ya él está tocado del torpe cupido y deshecho y desbaratado en torpes pensamientos. Y lo propio es en el juego cuando, viendo la buena suerte que el otro perdió por su ignorancia, le parece que él la ganará si toma el naipe en la mano. O en el sgrima la espada negra de donde viene a la blanca, con que le sacan o saca los ojos y pierde lo que jamás imaginó. Líbrenos Dios, por quien él es, de todas las ocasiones. Etc.
[237r]