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San Juan Bautista de la Concepción Obras IV – S. Juan B. de la C. IntraText CT - Texto |
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[4r]
Jhs. Maria
Alius eiusdem a dos hábitos, octubre 29. Pregunta: Quid petis? Responde: Misericordiam Dei, Ordinis paupertatem, et fratrum societatem
En tres cosas consiste la perfección del hombre y en tres cosas está encerrada su salvación, su bien, su tesoro, su gloria y consuelo, que le ha de durar para mientras Dios fuere Dios: en buscarle, hallarle y seguirle. Y muchos lo han buscado y, por no saber dónde o por dónde le han de buscar, no [se] han encontrado con él. Si les preguntamos a los del mundo qué buscan, dirán que a Dios; y si les preguntáis adónde, en el regalo, gusto y contento del cuerpo, etc. Otros lo han hallado y, por no le haber seguido, se les ha ido entre las manos. En cualquiera de estas tres cosas está encerrado grande bien y alegría para el alma. Y en todas tres juntas está encerrado todo lo que el hombre puede desear y la mayor misericordia que Dios puede usar con él.
Lo primero, buscar a Dios. La Virgen lo dice: Pater tuus et ego dolentes quaerebamus te 1; con grandes ansias y dolor te hemos buscado. Mulier, quid ploras? 2 Tulerunt Dominum meum et nescio ubi posuerunt eum 3. Qué bien sabía la sposa el bien que estaba encerrado en buscar a Dios: Per vicos et plateas quaesivi quem diligit anima mea 4. Los trabajos que pasó y a los peligros que se puso para hallar y tener a Dios no acabáramos en mill años de empezar a decir. Dígalo san Pedro. Pregúntales Cristo si querían apartarse de él, responde Pedro: Quo ibimus? quia verba vitae aeternae habes 5. Sancto Tomás antes quería poner a riesgo su vida que dejar a Cristo: Eamus et nos, et moriamur cum illo 6. Y la sposa sabía muy bien lo que importaba el hallarlo, pues a decía: Tenui eum et non dimittam, donec introducat me in cellam vinariam, etc. 7 Y Jacob: Non dimittam te, donec benedixeris mihi 8. Y el bien de entrambas a dos cosas nos lo pintó Cristo en aquella parábola de la mujer que con solicitud buscó la perla revolviendo sus arcas, y hallada no cabía de contento, pidiendo el parabién a sus amigas y vecinas porque halló lo que buscaba 9. Lo tercero, el mismo Cristo dice que en seguirle está toda la perfección: Vade et vende quae habes et da pauperibus, si vis perfectus esse 10. Y así, todo lo que podemos decir de los discípulos de Cristo es decir que siguieron al mismo Cristo. Dixit Iesus Petro: sequere me. Ille conversus vidit discipulum quem diligebat, sequentem 11.
Vengamos ahora, hermanos, a las mercedes que Dios les hace hoy, pues buscan, hallan y siguen. De las dos primeras misericordias no hay que decir, porque por los ojos las vemos cumplidas. De la tercera, que es el seguir, porque empieza hoy y ha de durar, si perseveran en la Religión hasta el fin de la vida, del mérito que tendrán en seguir a Cristo y de cuán [grande] merced les hace Su Majestad en llamarlos y traerlos a su casa y puerto seguro de salvación, digamos alguna cosa. [4v] Muchas maneras hay de seguir a Cristo. Los seglares le siguen cumpliendo los diez mandamientos y síguenle muy a paso del buey y haciendo muchas paradas y con muchas imperfecciones. Tratemos de los modos más particulares que hay de seguirle, para que de ahí saquemos la grandeza de la merced que Dios les hace.
Un modo hay de seguir a Cristo volando, porque Cristo es águila caudal y vuela mucho: A summo caelo egressio eius, et occursus eius usque ad summum eius 12, qui ambulat super pennas ventorum 13. Eso significaba aquel cherubín que estaba sobre el propiciatorio abiertas las alas 14, que es darnos a entender que el que quisiere seguir a Cristo ha de volar; y el que quisiere ir en su compañía advierte que tiene las alas abiertas. Considerando esto, los sanctos rogaban y pedían a Dios les diese tres maneras de alas: de paloma: Quis dabit mihi pennas ut columbae, et volabo et requiescam? 15; de águila: Renovabitur ut aquilae iuventus tua 16; la tercera, de phénix, de quien tratan y dicen muchos sanctos antiguos y modernos. Para seguir a Dios buscan los justos alas de paloma, de águila, de phénix. Las de paloma dice David que se hallan durmiendo: Si dormiatis inter medios cleros, pennae columbae deargentatae, et posteriora dorsi eius in pallore auri 17; durmiendo entre dos mojones o flores despertarán con las alas de paloma plateadas y de color de oro. De águila dice que se adquieren esperando. Con esperanza dice que se hallan alas de águila: Qui sperant in Domino assument pennas ut aquilae, etc. 18 Y para hallar las de phénix es menester abrasarse y quemarse y volverse en ceniza.
Hoy, hermanos míos, en este acto que hacen tienen encerradas estas tres cosas, con que hallan alas de paloma, de águila y de phénix. Hoy se echan a dormir en un sueño sancto, admirable, de oración y contemplación. Y, si no, digamos que este sueño es de fee y obediencia a los preceptos y consejos. ¡Ah qué linda fee! ¡Oh qué maravilloso sueño! Que viéndose el día de hoy con un hábito pobre, se tienen por los más ricos del mundo y en el desprecio hallan la honra y en la ignorancia la sabiduría. ¡Oh qué speranza tan buena, que lo dejan todo para solo sperar y confiar en Dios! ¡Oh qué fuego que abrasa, quema la honra, la hacienda, la carne! Finalmente, hoy los deja hechos tierra y ceniza. ¿No veis con qué se sigue a Cristo? Con alas de paloma, etc., durmiendo, sperando y ardiendo, creyendo, sperando y amando. Digámoslo como todos lo entendamos: con fee, speranza y charidad; con fee viva, con speranza firme y charidad ardiente.
La paloma tiene esta propiedad: que, puesta a los visos del sol, sus plumas hacen diferentes visos, ya de plata, ya de oro, ya azules, ya morados, ya rojos y blancos, y siempre son de paloma. Assí sus charidades siempre unos en la fee, en la firmeza, en la perseverancia; siempre palomas en la simplicidad y llaneza; siempre paloma pura, blanca. Pero, puestos al viso del sol que es Cristo, [5r] han b de hacer diferentes visos de diferentes virtudes adornados, etc. El águila tiene tan fuerte vista que hasta contra el sol se defiende. Al religioso le da tanto ánimo la speranza que hasta al mismo Dios espera por premio y merced. Et ubi erit corpus, congregabuntur et aquilae 19. Y el ave phénix ¿quién no sabe su natural? La cual, después de un siglo entero que vive, viéndose al fin de su vida, se hace maestra de sus propias obsequias, compone una hoguera de los ramos más odoríferos y pónela al sol hasta tanto que se enciende y luego salta en medio de ella; y tan presto como se arde y se vuelve en cenizas, de las mismas cenizas de improviso nace un gusano por la fuerza del sol, del cual sale un pajarillo. Y así la phénix es como hija y madre de sí misma, renuévase, echa nuevas plumas, salta del nido que le sirvió de cuna y hoguera, despliega sus alas de oro y azul pintadas y vuela con grande ligereza. Hermanos míos, hoy vienen a hacerse phénix, a que les nazcan alas. El nido que es la Religión les servirá de cuna que les críe y de hoguera que los abrase en amor de Dios. Los palos que se allegan son unas tablas en que duerman, unos palos de cruz en que vivan. Todos son palos, todo es cruz, todo es mortificación, pero de ese fuego saldrán a volar con Cristo renovados; de ese sueño serán palomas y con esa su speranza se harán águilas.
Otro modo hay de seguir a Cristo alargando el paso y para ir siempre en pos de él y que no nos espante su ligereza, y es encorporarnos con él, unirse y pegarse c con Cristo, como decía la sposa: Dilectus meus mihi, et ego illi 20; y en otra parte: In me manet, et ego in illo 21. Y cuando oía a su sposo decía: Liquefacta est anima mea 22. Esto tiene lo que está en pella, que está en sí, pero si está derretido ha de estar en otro, etc. Dic. De esta manera, estando Dios en el hombre y el hombre en Dios, ha de andar al paso de Dios. Vos estis corpus Christi 23. Diréis: Padre, todos los fieles son miembros de Jesucristo. Ahora advertid que no todos los que son miembros de Cristo van donde va Cristo y siguen a Cristo con grado de perfección, sino sólo los que son miembros conformes con su cabeza, siguiéndole e imitándole. Porque las otras partes, como partes monstruosas y que no dicen con su cabeza, serán cortadas y arrojadas: Peccata tua diviserunt inter te et Deum 24. No es posible que estando tú en peccado seas uno con quien no ha peccado. Por la fee es el hombre parte de este cuerpo, por las obras parte conforme con su cabeza. Y assí in me manet et ego in eo 25; él en mí y yo en él. Y así es imposible, si tú estás en Dios y Dios en ti, que no andes y vayas, digamos así, al paso de Dios. Y como de ser uno con Dios se le sigue tanto bien al hombre, [en] San Joan 17 dice Cristo a su Padre: Fac ut et hi unum sint 26; haz, Señor, que sean una misma cosa. Esta misericordia se les concede el día de hoy, hermanos: que sean una cosa con Cristo: Cristo en cruz, ellos en cruz; Cristo ayunando, ellos ayunando; Cristo humilde, etc. Y de esta manera, ubi ego sum illic et minister meus erit 27. Si por hacerse conformes con Cristo siguen a Cristo, Cristo en el cielo, su charidad en el cielo; Cristo, etc.
De esta unión y conformidad que tienen con Cristo les nace otro bien y misericordia: que, como el justo está en Dios y Dios en el justo, todo cuanto hace el justo es a cuenta de Dios. Veis un hombre ordinario con poca renta y, por otra parte, mucho gasto, etc. Pues ¿cómo se compadece? [5v] Respondéis: Acúdele el rey de secreto. Veis el justo que, en lo natural, es de carne, como vos, etc. Pues ¿cómo tanto gasto, tanta fortaleza, etc.? Señor, acúdesele de secreto, etc. Está Moisés en el desierto y ve una zarza que arde y no se quema, ¿qué es esto? Quiero ver esta maravilla. Dícele Dios: Detente, que no la puedes ver si no te descalzas 28. Como si dijera: si no [te] desapropias, quia idem est in Scriptura, etc. Llégase allá y ve que estaba Dios en medio de la zarza haciendo paces entre el fuego y la leña y que el milagro se hacía a costa de Dios, etc. ¿Un niño que, siendo de carne, no se queme con la desnudez? Quiero llegar y ver este milagro. Teneos, que no lo veréis si no os descalzáis y desapropiáis y lo probáis, y entonces veréis que se hace a costa de Dios y que él hace las paces entre la naturaleza y la aspereza, dic, etc.
Lo mismo es lo que dice Esaías. Dicit: ad fontes aquarum potavit eos 29; que se sorbe a los suyos. Los malos, los peccadores, son vomitados de Dios. Quia tepidus es, incipiam te evomere 30. Y el frío lo acaba. Acá por mal nombre a un hombre feo, descolorido, le llamáis vomitado. Un peccador feo, abominable, es vomitado de Dios, pero los justos se los bebe Dios. Bebidos d de Dios y en el stómago de Dios, ¡qué seguros irán! Usquequo non parcis mihi, ut glutiam salivam meam? 31 Habla de Cristo, que deseaba tenerla ya segura, sin peligro de perderla, cuando no le tengo de ofender. Mirad un niño en el vientre de su madre, que no siente trabajo. Va allí metido como en un baño u horno. Está desnudo y no ha frío, no come y no tiene hambre, anda y no tiene cansancio. Luego si Dios a los justos se los bebe y los trae en su vientre, ¿qué mucho que estando desnudos no hayan frío, etc.? Están en horno de charidad, etc. Llegarse ha la hora de la muerte y parirá Dios, digamos así, habiendo andado en el mismo Dios, al paso de Dios, y pondrá el parto donde está él mismo, etc. Así los sanctos llaman a la muerte de los justos nacimiento. Mirad lo de Jonás: en medio de la tempestad y borrasca y vientos, se lo traga una ballena y lo echa en tierra firme seguro 32, etc. Así hará Dios a sus charidades uniéndose con él, conformándose con él, volando con él, etc.