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San Juan Bautista de la Concepción Obras I - S. Juan B. de la C. IntraText CT - Texto |
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XII. CONCLUSION DEL TRATADO 1. Disculpa por haber abordado el tema
Tórnase a la historia do salimos. ¡Oh cortedad grande de los ingenios humanos, qué mancos y faltos sona para cualquier cosa! Que después de haber hecho struendo y ruido, todo se queda en el struendo y ruido, sin haber apurado poco más que nada. Bien se podrá decir por esto que es más el ruido que las nueces. Confieso que no sé qué me he hecho o dicho en esta digresión que he tenido en estos últimos pliegos de papel, que no sé si seránb treinta pliegos los que en ella he escrito.
Temo dos cosas: la primera, no me haber perdido en esta digresión; la segunda, el volvermec a mi trato y paso llano de lo que intenté tratar en lo que estoy scribiendo.
Que se tema haberme perdido no es mucho porque, si uno va por un camino adelante que él ha andado o tiene ciertas señas para lo andar sin errar, si de repente se le ofrece alguna compañía que, haciéndole conversación, le pide que se vayan juntos por su camino, que aunque él no lo sabe pero, como el que convida sabe aquella tierra y su conversación es agradable, no repara en torcer el camino; y olvidado de su primer intento, dio riendas a la mula y gustó de ver tierra nueva y probar sus ciertas aventuras. Si éste a cabo de muchas leguas sin saber cómo el compañero se le desapareciese, ¿quién le quita alguna gran congoja de no saber qué hacer de su persona? Pasar adelante no le es posible porque la tierra no la sabe y tierra no conocida, aunque sea deleitable, pone miedo, que, en fin en fin, latet anguis sub herba1; pues querer se volver, halla que ha muchas leguas que salió de su camino y curso ordinario. Paréceme a mí, a trueco de no ir por do ibad, gustaríe meterse [200v] en una venta o poblecillo donde siempre se quedase.
¡Oh buen Dios de mi alma! Yo iba scribiendo esta humilde historia, no sé con quién me topé que me sacó de mi paso y camino para andar el que no sabía. 2. Elenco de los puntos tratados
Porque ¿quién vido ni oyó ni pensó que un hombre tan flaco como yo y de tan corta virtud y conocimiento habíe de tratar en lo que arriba me he metido?: en la enfermedad del alma interior llagada de su querido esposo; de sus amorosas quejas; de sus tiernos sentimientos; de las altíssimas causas de donde procedía; de la antigua salude que tenía cuando favorecida de Dios sentía o tenía barruntos de ser escogida de tal Señor por esposaf entre millares; por cuya absencia se sintió herida de una llaga que, sin haber ojos que la vean aunque sean de lince, se siente aunque sea un topo; de los bienes que en salud posee; de las penas que en su absencia goza; del conocimiento que en la una ocasión tiene; de las tinieblas que en la otra posee; de las sobras que por toda ella y sus potencias y sentidos se derramang cuando se siente favorecida; de los menesteres que tiene cuando a deshora se le escondió su esposo; de la satisfación que en el un tiempo tiene; de la hambre que, en el otro, padece; de las grandes limosnas que a los pobres hace de las sobras de la mesa do ha estado aquel gran príncipe de la paz cenando y celebrando sus nuevos desposorios; de la grande necesidad que padece cuando, habiéndosele escondido, andando de puerta en puerta no halla ni aun un mendrugo de pan con que suspender siquiera por un rato sus muchos desmayos que tiene después que no le dan la ración y pan cotidiano, ni aun una gota de agua con que untar los labios. Que, cuando le dieran toda la de la mar, siendo salada, por ser del agua que ella no acostumbra, poco remedio hallara mientras no se tornaba a poner a las vertientes de aquellas aguas divinas; que, como nacen de la silla de Dios2, aunque ella no las bebe todas, que no puede y es inposible como lo es comprehender a Dios, pero está contenta, que por mucho que quiera y desee, no se pueden agotar ni le ha de faltar. Que, como después que entró en este trato se hizo codiciosa, sola la sospecha de si le ha de faltar en qué hacer cada día nuevos empleos le era bastante para le afligir y acabar. 3. Dios es inagotable en sus comunicaciones
Y con esto queda satisfecha, con ver que las sobras son tantas que, por mucho que gane y desee, es más lo que sobra [201r] que lo que ella puede alcanzar. De donde podríamos decir que lo que sobra honra; y una mesa es grande porque es más lo que sobra que lo que se come. Y acá dicen que es buena señal que se derrame el vinoh. La bondad que yo hallo en eso de derramarse el vino debe de ser que son indicios de que hay mucho. Y esta es la grandeza del rey: que, siendo poderoso, él no sabe lo que se tiene ni aun los contadores lo suman, porque cuando él no pasee ni pueda pasear su reino, aquella es summa grandeza que, estando él en un solo palacio, el reino es tan grande que no se puede apear.
¡Oh grande Dios! Y cómo uno de losi bienes del alma es ver las sobras que en tu casa hay, y eso es su honra y gloria; que si todo le viniera al justo, justamente estuviera desabrida por ver que sus deseos siempre habían de ir delante y que no había de haber con qué se lo satisfacer. ¡Oh buen Dios de mi alma! Cómo tú, conociendo al hombre que de su condición es tener y desear, así le pones una mesa con que mate el hambre y con las sobras que enplee sus deseos.
Bebe el alma y se enbriaga y se vierte el vino en su casa en señal de que hay mucho Dios y más que todas las criaturas pueden ver ni gozar ni entender. Y aun por eso dice Cristo al justo: Intra in gaudium Domini tui3. Que no cabiendo el gozo en mí, a mí me mandan que entre en el gozo, porque es señal que es más lo que se queda por de fuera que lo que yo gozo por de dentro.
Reyes son todos los bienaventurados. Ni él ni cuantos contadores hay en el mundo no saben "lo que Dios tiene preparado para los que le aman"4. Con esto se honra un alma y con esto se enllenan los senos de sus deseos; y mientras a estos soberanos pechos no se torna, se torna loca. Pues ¿quién puede decir del admirable cordura que tiene cuando bebe de este soberano vino, que aunque vino de la bodega de Dios, no descompone ni desordena? Pues antes dice la esposa que ordinavit in me charitatem5, que hace soberanos aciertos esta bebida, pues lo que el mundo no ve con sus agudezas, ella lo descubre para hacer ejercicios de charidad con los humildes y pobres. Antes, cuando no bebe, la sed le aflige y las lágrimas le sirven no de bebida sino de pan que se le aumenta la sedj; y así, sin beber, [201v] anda enbriagada y loca, porque conocer tan grande bien y sentir su absencia no puede ser sin perder mil juicios y hacer obras con que mill veces sean tenidos por locos y sin sentido.
Pues digo que ¿quién me metió a mí en estosk dibujos y me hizo torcer el camino por tierra y partes para mí tan obscuras y no andadas? En lo pasado, podría tener temores de haber dado muchos tropezones. En lo porvenir, aflicción por verme sólo en partes no conocidasl. Pasar adelante no me es posible; en lo que denantes trataba, hanme venido mill tentaciones de lo dejar allí y dar que escondiesen los papeles. Volver do dejé la historia pienso que no sabré, porque con las muchas cosas que de Paschua acá se me han ofrecido ya ni sé lo que scribía, lo que tengo dicho ni lo que falta. Quiera nuestro Dios volverme con seguro, siquiera para lo dejar resumido, ya que no escrito como lo demás.
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a corr. de soy b sigue treita tach. c corr. de polverme 1 VIRGILIO, Bucólicas, Egl., 3,93: "Qui legitis flores et humi nascentia fraga, / frigidus, o pueri, fugite hinc, latet anguis in herba". d sobre lín. e sigue por tach. f sigue escojida tach. g sigue de los tach. 2 Cf. Ap 22,1: "Et ostendit mihi fluvium aquae... procedentem de sede Dei". h sigue la señal que yo tach. i sigue bienes tach. 3 Mt 25,21. 4 1 Cor 2,9. 5 Cant 2,4. j sobre lín. k pues-estos subr. l aflicción-conocidas subr. |
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