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San Juan Bautista de la Concepción
Obras IV – S. Juan B. de la C.

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Jhs. Maria

Alius eiusdem circa tertiam petitionem: Fratrum societatem

Pido la misericordia de Dios, pobreza de la Orden y compañía de los hermanos. En muchos lugares la Scriptura sagrada nos envía a los animales del campo que nos enseñen. Una vez a la cigüeña y a la golondrina: Ciconia et hirundo cognoverunt tempus suum 1. Otras nos envía a la hormiga: Ite ad formicam 2. Otras a la culebra y a la serpiente 3. De la cigüeña se nos encomienda el conocimiento. De la hormiga, la providencia, de no dejar para el invierno el buscar lo que ha menester. De la serpiente, la prudencia. El conocimiento de la cigüeña y de la golondrina, ya se sabe que mudan tierras [27r] y conocen tiempos, huyen del frío, buscan el calor y la bonanza del tiempo para criar sus hijuelos y para poder vivir. Y aun no hay pajarillo ni animal, por torpe que sea, que, llegada la noche, no huiga a su nido o casuela. Esta misericordia ha usado Dios hoy con su charidad: haberle dado conocimiento de tierras y diferencias de tiempos; hale dado a conocer las miserias del mundo, pues huye de él, [y] la malicia que hay en estos tiempos. Del mundo dice san Joan 4: in maligno positus est. Del tiempo dice san Pablo 5: Instabunt tempora periculosa. Y en otro lugar 6: Quoniam dies mali sunt. Días malos, borrascosos; que no hay sino iras y enojos, lluvias de maldades, nublados, obscuridad y tinieblas de ignorancia.

Una de las cosas que más alaban del marinero, piloto o buen patrón es el conocimiento del buen o mal tiempo, para guardar su nave y lograr sus riquezas y el lugar, apartando de un bajío, de un peñasco, etc., y guiar por buena parte o lugar a puerto seguro. Por faltarles este conocimiento a los de Jerusalén, poniendo en ellos Cristo los ojos, empezó a llorar. Y la causa de que en un león del tribu de Judá con tantas ternuras se derraman lágrimas, es lo que el mismo Cristo dice: Si cognovises et tu, et quidem a in hac die tua, quae ad pacem tibi. Venient dies in te, et circumdabunt te inimici tui vallo 7. No conoces un buen día que te da tu Dios, en que él se te entra b por tus puertas y tú te puedes entrar por las suyas. Lo segundo, que te ofrece paz y tú quieres guerra. Lo tercero, que no sabes hurtar a tus enemigos el cuerpo, por tanto vendrán en ti días. Trocarás un día que ahora se te ofrece —que uno es todo lo que aquí se vive, o por mejor decir, un punto, pues de toda la vida no tienes más que este c [instante]—; y ese d [instante] lo trocarás por días. Y ¿qué días? Por la duración y eternidad. ¡Oh qué misericordia la que hoy usa Dios con su charidad! En que le da conocimiento, como a buen piloto, para que esa alma, cargada de las riquezas y thesoros que en ella ha puesto Dios por el baptismo, etc., la aparte de tantas bajezas como hay en el mundo y de tantos scollos de compañías malas y dé con ella en puerto seguro, que es la Religión.

Entre los bienes que de esta obra se le siguen y males de que se aparta, uno es apartarse de malos y juntarse en compañía de [27v] gente que busca a Dios. Por muchas razones se ha de aborrecer lo uno y amar lo otro. No se había de dar más razón para ello que decir son malos. Bástales el nombre para que de su trato se huiga. Veréis el otro que quiere conservar su salud, la cuenta que tiene de no llegar a gente enferma, contaminada, particularmente si es de peste. De aquí nace el buscar los olores, pomas, etc., trocar las tierras, huir los aires, porque los enfermos los tienen corrompidos y alterados, etc. De aquí nace que el sposo, hablando de amores con doncella, buscó pastora, no doncella en poblado, porque, cuando lo sea, por pisar tierra enferma y aires corrompidos, no había de tener aquella entereza en su hermosura que para trato tan honesto se requería. Tenéis los peccadores inficionada la tierra, dañados los aires, que es menester tierra nueva que pisar; que, aunque sea tierra, se llame cielo, pues a la religión assí la llama Cristo: reino del cielo 8 y aire del Spírito Sancto 9. De aquí es que, cuando la sposa pidió que su sposo viniese a visitar su güerto, pidió aire fresco: Surge, aquilo; veni, auster 10. Porque sabía estaba lo de acá contaminado todo con fuego de soberbia y presunción. Ducam illam in solitudinem, et loquar ad cor eius 11, donde no haya quien nos impida ni estorbe. Sino tierra no pisada y aire puro. Y así, cuando el Hijo de Dios venga, dice san [Joan] que fuit caelum novum et terra nova 12. Pues ¿qué ha hecho el cielo? Que lo miraron ojos contaminados.

Un espejo es tan delicado que sólo el anhélito, un poquito de vaho lo mancha. El justo, el alma sancta es espejo en que Dios se mira, y es tan delicado que el anhélito de los del mundo lo manchará. Una chinita que sale del monte, sin saber quién la tiró, derribó una estatua cuya cabeza era de oro, etc.; porque vino asestada a la parte más flaca, que fueron los pies de barro, dio con ella en tierra 13. Veréis el otro sancto que tiene la cabeza de oro, charidad, etc., plata, virtudes, y bronce, perseverancia; y por estar junto a este monte empinado del mundo, sin saber de dónde vino [28r] la desgracia, lo hallaréis postrado por tierra y la estatua hecha polvos, de suerte que la charidad ya no parece sino tierra, etc. Dic todo se volvió polvo, tierra, flaqueza. Por fuerte que sea el castillo, si tiene algún padrastro de donde sea combatido, no esté seguro. Castillos roqueros, por estar en el mundo, los vemos caídos porque están junto y pegados a la soberbia y ambición, de donde el demonio los combate. Y de aquí es que mandaba Dios que el leproso anduviese desterrado y apartado de los sanos y que, cuando, etc. e, tapase la boca, no inficionase al sano 14. Aun acá vemos que, si uno tiene dañosas las entrañas, aunque hable bien, os apartáis de él. Hase de huir la conversación del que es conocido por malo, aunque sea buena, porque tiene dañadas las entrañas y me podría destruir, etc. Sucede un buen planeta, por juntarse con otros planetas malos, hacer y inviar influencias malas. Un río ¿no es de agua dulce? Sí. Buscad su dulzura en entrando en la mar.

Viderunt filii Dei filias hominum quod essent pulchrae, acceperunt uxores 15, etc. Filii Dei, los hijos de Set, que eran buenos, filias hominum, que eran las de Caín, que eran malas. De aquí nacieron los gigantes, monstruos, etc. De tal junta ¿qué se puede aguardar, hijo de Dios junto con hijo del hombre? Peccado, maldad, etc. Aguas del diluvio que asuele a los unos y a los otros (Gén 6) f. De aquí es (Gén 50 g) que el sancto Joseph compara [sic] a los hijos de Israel que, cuando Dios los sacase de Egipto, llevasen sus güesos consigo a la tierra 16, no quiriendo que, muerto, ni aun sus güesos quedasen entre malos. Los hebreos que, siendo pueblo escogido de Dios, trataba y conversaba con los gentiles, les envía a decir Dios con el propheta Esaías: Vinum tuum mistum est aqua 17 (Esai. 1) h. Porque con trato semejante va perdiendo poco a poco la fuerza, el fervor, la devoción, que ya que no se pierda la virtud, queda fría y aguada.

Los malos no quieren ir al infierno solos, sino juntos, amontonados y agavillados. Y de aquí es que de industria, de propósito, pretenden estorbar las buenas obras, los buenos propósitos [28v] de los justos, ser estropiezo, escándalo, etc. Esto ha sido muy usado desde el principio del mundo, pero, dejando otros lugares, empecemos de David, el cual, yendo a Jerusalén con celo de la honra de Dios a pelear contra el soberbio Goliat, tamen frater eius Eliab illum arguebat et maledictis verbis increpabat (1 Regum 17): Quare dereliquisti pauculas illas oves tuas in deserto? Ego novi superbiam tuam et nequitiam cordis tui 18. Et Michol etiam filia Saul [vidit] proprium sponsum ante arcam i Domini ludentem, et ludebat, et despexit j [eum] 19. Quam gloriosus, aiebat, fuit hodie rex Israel discooperiens se ante ancillas servorum suorum 20. (1 Esdrae 4) Quod populus terrae impediebat populum Israel, cum civitas k Ierusalem, et Dominus templum aedificabat. (Hieron.) Est consuetudo et populi terrae et satis antiqua, quod semper spirituale aedificium Ierusalem caelestis impediat 21.

Apenas habrás puesto la mano a empezar a edificar cuando le hallas mill demonios, ministros de satanás, que te pongan mill estorbos. Así, hablando con los justos, el glorioso Pablo decía: Qui pie volunt vivere in Christo, persecutionem patientur 22. Aparéjese el que se determinare a servir a Dios a ser perseguido de los malos, porque de su compañía no se puede aguardar otra cosa sino muerte, destrucción. Pero advierte, desdichado peccador, lo que Cristo dice y los terribles castigos que te aguardan. Melius esset illi, si natus non fuisset 23. [Vae] homini illi, per quem scandalum venit 24. Et alibi: [Expedit ei] ut suspendatur mola asinaria in collo eius, et demergatur in profundum inferni 25. Y, entre otros lugares que hay en que los tales son condenados, uno particular: Amós 1 l, donde, amenazando Dios por el propheta a los amonitas, dice: Super tribus sceleribus filiorum Ammon et super quatuor m non convertam eum, eo quod dissecuerit praegnantes Galaad 26. Este lugar tiene muchas interpretaciones, pero explicándolo con el divino Gregorio, 3 parte, admonitio [24], en el sentido moral, [29r] inquit: Namque Galaad interpretatur acervus testimonii. Et quia Ecclesia per confessionem servit testimonio veritatis, per Galaad intelligitur Ecclesia, quae ore omnium fidelium, de Deo omnia quae vera sunt testatur 27. De aquí es que praegnantes Galaad vocantur animae, quae intellectum verbi divini ex divino amore concipiunt; y viniendo a tiempo a maduro, conceptam intelligentiam boni operis ostensione pariturae sunt 28. Pero como el mundo está lleno de idumeos que, en viendo un alma que ha concebido un buen deseo o propósito, lo cortan por medio, ya con amenazas; persuasionibus, blanditiis et alia quacumque via possunt, conantur avertere a via salutis. En el punto que uno determina de dejar el mundo, convertirse a Dios, desasirse, desapegarse de los impedimentos que le pueden ser para el cielo, sale como de alada de través el peccador ofreciéndole inconveniencias, imposibilidades, etc. Como cuando el ciego del evangelio daba voces llamando a Jesús de Nazaret n en su vida, ipsi sputavant o et increpabant eum 29. Contra estos tales que degüellan los partos, estorban los buenos deseos, bajará la ira de Dios sobre ellos.

Hoy, hermano mío, lo saca Dios como a otro Lot de Sodoma 30, como a otro Abrahán de Caldea 31, como a otros hebreos de Egipto 32; quita la concurrencia que puede tener el buen planeta y junta con el malo, llévalo al desierto y despoblado. De regalos, de gustos, de contentos llévalo donde se topará con Dios en ese desierto entre abrojos y espinas, como otro Moisés, para que lo anime, le dé fuerzas contra un Pharaón. Hoy pone Dios en su mano una vara de justicia, que es la penitencia, con que hará particulares milagros. Con ella volverá el agua del gusto y contento en sangre 33. Con ella vencerá y desollará sus apetitos, que hasta aquí han sido sus primogénitos 34. Con ella dividirá el mar bermejo de los estorbos, para poder pasar a la tierra de promisión 35. Con [29v] ella, hiriendo el cielo que hasta aquí por sus peccados le ha estado más duro que bronce, ahora le dará un rocío y lluvia de mill bienes 36. Esa vara de la cruz y penitencia le servirá de un soberano báculo, en que se arrime y sustente. Y porque en camino, al parecer, tan pedregoso y espinoso no le falten conversación, entretenimiento, quien le sobrelleve, ayude, alegre, suspenda y le quite mill pesares, se le da compañía de hermanos para que mano a mano caminen para Dios, etc.

De este propio intento y materia se tratará en la plática que viene.




1 Jer 8,7: «Millvus in caelo cognovit tempus suum; turtur et hirundo et ciconia custodierunt tempus adventus sui».



2 Prov 6,6: «Vade ad formicam, o piger, et considera vias eius, et disce sapientiam».



3 Mt 10,16; «Estote ergo prudentes sicut serpentes».



4 1 Jn 5,19.



5 2 Tim 3,1: «Hoc autem scito, quod in novissimis diebus instabunt tempora periculosa».



6 Ef 5,16.



ams. quae



7 Lc 19,42-43.



bms. entrega



csigue espacio de una pal. en blanco



dsigue espacio de una pal. en blanco



8 Cf. Mt 3,2; 5,3; etc.



9 Tal vez alude a Jn 3,8: «Spiritus ubi vult spirat...».



10 Cant 4,16.



11 Os 2,14.



12 Cf. Ap 21,1.



13 Cf. Dan 2,34-35.



esigue vide y espacio en blanco



14 Cf. Lev 13,45-46.



15 Gén 6,2.



f Gén 6 al marg.



gms. 30



16 Cf. Gén 50,24-25.



17 Is 1,22.



h Esai. 1 al marg.



18 1 Sam 17,28.



ims. aram



jms. contempsit



19 Cf. 1 Crón 15,29: «... Michol filia Saul, prospiciens per fenestram, vidit regem David saltantem atque ludentem, et despexit eum in corde suo».



20 2 Sam 6,20.



kms. civitatem



21 Cf. S. JERÓNIMO, Comm. in IV epistulas Paulinas, Ad Galatas, lib.3 (ML 26,455).



22 2 Tim 3,12.



23 Mt 26,24.



24 Mt 18,7.



25 Mt 18,6, donde se lee maris, en vez de inferni.



lms. 2



mms. quartum



26 Am 1,13.



27 GREGORIO MAGNO, Regula pastoralis, 3, 24 (ML 77,94): «Galaad namque acervus testimonii interpretatur. Et quia cuncta simul congregatio Ecclesiae per confessionem servit testimonio veritatis, non incongrue per Galaad Ecclesia exprimitur, quae ore cunctorum fidelium, de Deo quaeque sunt vera testatur».



28 Ibid.



nms. nazareno



oms. sputevantes (sic)



29 Cf. Lc 18,39.



30 Cf. Gén 19,15ss.



31 Cf. Gén 12.



32 Cf. Ex 12,31ss.



33 Alusión a la primera plaga en Egipto (Ex 7,15ss): cambio del agua de los ríos en sangre al toque de la vara de Moisés.



34 Alusión a la décima plaga (Ex 12,29): muerte de los primogénitos.



35 Alusión a Ex 14,5ss: paso del mar Rojo.



36 Alusión a Ex 16,13.






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