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San Juan Bautista de la Concepción
Obras IV – S. Juan B. de la C.

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Jhs. Maria

Alius eiusdem circa tertiam petitionem: Fratrum societatem

De grande importancia es llegarse a los buenos. Llégate a ellos, dice el refrán, serás uno de ellos. Dice la sagrada Scriptura, 4 Regum 13 a, que, siendo echado un difunto en el sepulcro de Eliseo, en tocando los güesos del sancto propheta, luego resucitó 1. Es muy ordinario el hombre muerto por el peccado, pegado a los siervos de Dios, levantarse a la vida de la gracia. De cierta piedra dicen los naturales que, puesta en la boca de un cuerpo muerto, se conserva sin corrupción. El justo en la Scriptura es comparado a mill diferencias de piedras, por ser tantas y muchas más sus buenas propiedades, y entre ellas una es ésta: que al que se le pega lo procura conservar sin perturbación ni corrupción de vida perdida.

Fuera nunca acabar, si ahora levantáramos plática del celo, cuidado, cuenta que el justo tiene de que, donde él está y con quien trata, no tenga peccado ni ofensa de Dios. Basta saber que el justo querría y procura que todos lo sean. Mirad lo que dice la sposa: Trahe me, post te curremus 2. Hazme, [30r] Señor, justo, sancto, bueno; llévame a ti. Y ¿con qué me pagarás?, parece que le dice Dios. Curremus, llevaré otras tras de mí, como una soberana piedra imán. Exodi 25: Cortina cortinam trahat 3. Et illud Apocalipsis: Qui audit, dicat veni 4. Et Genesis 18: Num celare potero Abraham quae gesturus sum? 5 Sed quod ad hoc te compulit? Scio enim quod praecepturus sit filiis suis, et domui suae post se ut custodiant viam Domini, et b faciant judicium et justitiam 6. ¡Qué felicidad para el que se junta que tiene un preceptor soberano que le diga, enseñe y descubra los secretos y mandamientos de Dios! Qui ad justitiam erudiunt plurimos, fulgebunt in perpetuas aeternitates 7. Quien se junta a un lucero, a una estrella, a un soberano sol, qué se puede aguardar sino que en sus entrañas engendre minas de ricos pensamientos, etc. Grandes fueron los bienes que puso Dios en casa de Labán por tener en ella al sancto Jacob. El propio Jacob lo dice: Parum habebas cum venissem ad te, y ahora te ha enriquecido el Señor con mi venida 8. A un bárbaro infiel y gitano enriquece Dios porque tiene en su casa c al sancto Joseph 9. La Escriptura está llena de mill testimonios de esta verdad. Lee 2.ª parte de La vanidad del mundo, capítulo 72 y 73 10. Y uno de los bienes que nos hacen es pegarnos y juntarnos con Dios.

Y como ésta es obra tan grande, hace mención la Scriptura muy en particular siempre que uno recibe esta cortesía de su hermano. Y así, Marci 7, pondera mucho aquella buena obra que le hicieron aquellos buenos hombres a aquel sordo y mudo que le pusieron delante de Cristo 11; y del otro paralítico, que destecharon la casa para descolgarle y ponerle ante quien le diese remedio 12. Con estos tales habla el mismo Dios por David, psalmo 28 d: Afferte Domino, filii Dei, afferte [30v] Domino filios arietum 13. Oh filii Dei, ofreced a Dios una grande ofrenda, que son los hijos de los hombres; ofreced a Dios los hijos de los patriarcas, prophetas, apóstoles, que los engendraron en Cristo, y haréisle un sacrificio muy agradable: hostiam viventem, sanctam, Deo placentem 14. Muchos justos ofrecen a Dios particulares sacrificios: uno, limosna; otro, el ayuno; el otro, el cilicio. ¡Oh qué ofrenda ofrecerle a Dios el peccador, tan parecida a la que Cristo ofreció en la cruz cuando, en ella puesto, decía: quia nesciunt quid faciunt 15! Cómo consideraba esto el gran Pablo, 1 Corin. 9: Cum essem liber, omnium me servum feci, ut omnes lucrifacerem 16. Et: Omnibus omnia factus sum, ut omnes facerem salvos 17. Y ¿ésta es obligación de sólo los religiosos y sacerdotes? No por cierto: Unicuique mandavit Deus de proximo suo 18.

Pues en verdad, padre, que no sólo [no] hago eso, pero antes lo pervierto y aparto, siendo semejante a aquellos de quien dice David: Immolaverunt filios suos et filias suas daemoniis 19. A mi hermano, a mi hijo, a mi propia carne los sacrifico y ofrezco al demonio. Lo cual es grande peccado y terrible maldad. Oíd, pues, ahora lo que la Scriptura divina dice de los hijos de Elí: Erat ergo peccatum puerorum grande nimis coram Domino, quoniam retrahebant e homines a sacrificio Domini 20. Et quia blande eos pater Heli corripuit, sic in eum iratus est Deus, voluit eum occidere, et filios f eius, et eos abstulere a sanctuario suo in aeternum 21, secundum magnum tremendumque supplicium, cum comminaretur. Dixit: Ecce, Samuel g, facio [verbum] in Israel: quod qui audierit, tinnient ambae aures eius 22. Si sólo por ser impedimento para que no se sacrifiquen a Dios carneros y becerros así Dios castiga, ¿con qué ira, con qué enojo castigará a aquel que le quita de sus manos un alma? Que le duele [31r] que le quiten un carnero, pues ¿qué sentimiento hará de un alma? Y ¿qué restitución le harás del hurto de un alma? Si oculum pro oculo, dentem pro dente in lege praecipiebatur dari 23 (Levitici 24), ergo et animam pro anima 24, quae a Deo est furatus, cum eam in peccatum protrahis; si ergo animam perdidisti, perdetur anima tua.

Un notable castigo ofrece y amenaza Dios a los tales por el propheta Oseas, cap.5: In gregibus suis et in armentis suis vadent ad quaerendum Dominum, et non invenient; ablatus est ab eis. In Dominum praevaricati sunt, quia filios alienos genuerunt 25. ¿Qué cosa es: engendran hijos ajenos? El glorioso san Jerónimo dice en ese lugar: Alienos, quos non cognosco meos, quos ducentes per ignem, idolis consecrarunt 26. Sicut fecit Achaz: insuper et filium suum consecravit, transferens per ignem secundum idola gentium 27. Et Eccechiel 16: Immolasti filios meos et dedisti filios, consecrans eos 28. ¿Quién hace esto? El padre que enseña al hijo la venganza; el amigo que persuade a la maldad a su amigo, etc. Qui amicum in peccatum trahet, hic alienat a Deo filium. Le roba y hurta una joya y piedra preciosa, que el buscarla no le costó menos que el bajar del cielo a la tierra y el revolver la casa 29. Y el engaste fue hecho en su sangre, y quedó de tanto valor que el Hijo se tiene por honrado en hacerle a su Padre entrega de todos los escogidos. Aquí verás el delito, el sacrilegio que cometes siempre que hurtas y detraes una alma de Dios.

Pero estas contradicciones y persuasiones las permite muchas veces Su Majestad para que se conozca la fee, firmeza y fuerza de su vocación. Que sean propósitos y deseos que se puedan dar a prueba de arcabuz, como decía san Pablo: Certus sum quia neque mors nec vita, etc., neque gladius poterit nos separare 30. El poco fuego con poco aire se mata y, si es mucho, se enciende más. ¿No vemos lo que hacen [31v] los agentes naturales, que cuando hallan más resistencia en el contrario, tanto con más vehemencia esfuerzan sus acciones? San Gregorio 31, sobre unas palabras de Job cap.3, compara a los justos al rayo, que es un fuego que todo lo consume y no deja dificultad que le estorbe. Rompe torres, edificios y, mientras más repugnancia y fuerza halla en el estorbo, tanta mayor fuerza y ímpetu muestra. ¿Quién jamás vio volver atrás el rayo por cosa que se le ponga delante? Antes rompe torres, desgarra árboles, hiende peñas y todo lo tala y destruye por llegar a su término. Y esto mismo suelen hacer los justos, como lo hizo David cuando le estorbaban: Vivit Dominus, quia ludam ante Dominum, qui elegit me; ludam, et vilior fiam 32. Pues, porque burláis de mí, lo tengo de hacer mejor; y cuanto más murmuraren, vive el Señor, que tengo de danzar mejor y hacerme más vil en su acatamiento, para que crezca mi afecto con la contradicción de quien quiere impedirlo. ¿De dónde le proviene esta victoria de sus enemigos? De que es valeroso rayo, que no hay volver atrás. Y también por lo que él dice, psalmo 118: Juravi et statui custodire omnia judicia justitiae tuae 33. Hice una determinación tan firme como si fuera confirmada con juramento, y la determinación fue de guardar todos los juicios de vuestra justicia, que son los mandamientos; que son como unos decretos del juicio de Dios, determinados en el consistorio de su justicia. Y para declarar que a esta determinación se le siguieron luego persecuciones, guerras y contradicción, dice luego: Humiliatus sum usquequaque, Domine; vivifica me secundum verbum tuum 34. Para que en esa tribulación no desfallezca, vivificadme según la palabra que tenéis dada a los que hacen estas determinaciones: de ser con ellos en el trabajo y la tribulación.

Bien se echa de ver, hermano, las inmensas misericordias que Dios usa con su charidad el día de hoy, pues le dio tal determinación que parece fue hecho con juramento, [32r] pues, como rayo poderoso salido de la mano de Dios, nada le ha sido estorbo, con todo ha rompido; todo, como fuego, lo ha consumido. No hay que espantar que le haya cumplido Dios su palabra, vivificándole en la tribulación. Ahora resta que vuelva adonde salió, que vuelva al mismo Dios con la perseverancia. Y si salió de aquella poderosa mano sembrando lágrimas, penitencia, que vuelva con alegría cogiendo admirables fructos. Como los ríos que salen de la mar amargos y vuelven dulces, por pasar por la tierra, por ir quebrados, adelgazados, por peñas, etc. Assí su charidad hoy sale del mundo y viene enviado de la mano de Dios para llevar con amargura sus culpas y peccados. Y ha de pasar por estos prados amenos de la Religión quebrantado con las penitencias, adelgazado con los ayunos, distilado y pasado por las mortificaciones. Todas estas cosas endulzan las lágrimas amargas, de tal manera que el que lloraba por haber ofendido a Dios, ya llora de contento porque lloró. Ya son las lágrimas de contento. Primero pesar del placer que tuvimos en el mundo y luego placer del pesar de que le ha pesado ya de haber ofendido a Dios.

Miren aquella palomita arrojada en medio las aguas del diluvio, cualquiera le tuviera lástima; y, a cabo de rato, vuelve con su ramo de oliva. Y en esto se diferenció del cuervo, etc., que se quedó en los cuerpos muertos 35, etc. No hay que tener a su charidad lástima, que si hoy es arrojado en un mar de penitencias, paloma le ha hecho Dios para que vuele y vuelva a la mano del que la envía con ramo de victoria. Tengamos lástima a los cuervos y grajos, que se quedan en el mundo asentados y puestas sus afecciones en cosas muertas y perecederas. Advierta, hermano, que el ramo que llevó la paloma dice que fue de oliva 36. La oliva siempre está verde. Siempre lo ha de estar en la perseverancia y en las cosas que fueren de mayor perfección. Yendo de esta manera, entrará la mano el gran Noé, [32v] cogerla ha, meterla ha en su arca, etc. No hay que temer a Moisés arrojado en las olas del río Nilo, que presto lo sacarán para hijo del rey y hermano de los que son tales 37. Habed lástima a los que se quedan haciendo adobes en Egipto 38.

No hay que tener lástima a Jacob que va huyendo de casa de su padre, que en ese desierto, camino tendido y echado en la tierra, verá cómo Dios se le da por padre y ángeles por hermanos, que le suban recados, decendiendo y subiendo por una escalera 39. Tened lástima al pobre cazador de Esaú, que queda sin mayorazgo, hecho perseguidor del inocente 40. No hay que haber lástima de David, que queda sólo sin ayuda de los hermanos guardando ovejas, porque en esa soledad desquijara leones 41, cierta señal de mayores victorias y ser yerno del rey y escogido de Dios por tal 42. Habed lástima a sus hermanos, que, aunque bizarros y en la casa y servicio del rey, los desecha Samuel, propheta de Dios, por no dignos de hacer la batalla de Dios 43. No hay que haber lástima al granillo de trigo arrojado en la tierra, que él saldrá verde y florido. Más lástima es del que queda en la troj, que dejará presto de ser trigo y aun podría molerse para ser manjar de perros, etc. Estas misericordias usa hoy Dios con su charidad, que, aunque arrojado en las penitencias y, al parecer, solo en la soledad, todo es para mayor bien y honra y gloria de Dios.

Quam michi et vobis [praestare dignetur Dominus noster Iesus Christus]. Puédese ampliar, etc.




ams. 17



1 Cf. 2 Re 13,21. 



2 Cant 1,3. 



3 Cf. Ex 26,1-6; 36,8-13. 



4 Ap 22,17.



5 Gén 18,17.



bms. ut



6 Gén 18,19.



7 Cf. Dan 12,3.



8 Gén 30,30: «Modicum habuisti antequam venirem ad te, et nunc dives effectus es».



cms. ella



9 Cf. Gén 41,40ss.



10 Cf. DIEGO DE ESTELLA, O.F.M., Libro de la vanidad del mundo, Alcalá de Henares 1597 (1.ª ed. Toledo 1562), II, c.71 («Cómo hemos de huir de la compañía de los mundanos»), ff.100r-101r, y c.72 («Cómo nos hemos de llegar a los buenos»), ff.101r-102r. De este c.72 toma las ideas y citas indicadas. El c.73 aborda otro tema.



11 Cf. Mc 7,32-37.



12 Cf. Mc 2,3ss.



dms. 25



13 Sal 28,1.



14 Rom 12,1.



15 Lc 23,34: «non enim sciunt quid faciunt».



16 1 Cor 9,19.



17 1 Cor 9,22.



18 Eclo 17,12: «Et mandavit illis unicuique de proximo suo».



19 Sal 105,37.



ems. detrahebant



20 1 Sam 2,17.



fms. filium



21 Cf. 1 Sam 3,12-14.



gms. Sobolent



22 1 Sam 3,11.



23 Lev 24,20.



24 Cf. Deut 19,21.



25 Os 5,6-7.



26Comm. in Osee, 1,5 (CCL 76,53): «Sed hic melius est alienos filios accipere, qui in idolorum errore generati sunt, sive quos ducentes per ignem, idolis consecrarunt».



27 2 Re 16,3.



28 Cf. Ez 16,20: «Et tulisti filios tuos et filias tuas, quas generasti mihi, et immolasti eis ad devorandum».



29 Alusión a Lc 15,8.



30 Cf. Rom 8,38-39.



31 Cf. Moralia in Iob, 34,5 (CCL 143B,1740), comentando Job 41,14: «Mittet contra eum fulmina et ad locum alium non ferentur».



32 Cf. 2 Sam 6,21-22.



33 Sal 118,106.



34 Sal 118,107.



35 Cf. Gén 8,6-11.



36 Gén 8,11: «... portans ramum olivae virentibus foliis in ore suo».



37 Cf. Ex 2,3ss.



38 Cf. Ex 1,14; etc.



39 Cf. Gén 28.



40 Cf. Gén 27,30ss.



41 Cf. 1 Sam 17,34-36.



42 Cf. 1 Sam 18,17ss.



43 Cf. 1 Sam 16,4ss.






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