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San Juan Bautista de la Concepción
Obras IV – S. Juan B. de la C.

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Jhs. Maria

A un hermano donado el hábito en Madrid. Era pequeño y tenía mucho ruido. Misericordiam Dei, Ordinis paupertatem

Para que esta fiesta que hoy hacemos no parezca a las del mundo, que siendo de poco tomo son de mucho ruido, [50v] ni a las que fingieron los poetas cuando dicen que concibieron los montes, y toda aquella preñez paró en parto de un ratón, hemos menester probar cómo ésta es fiesta grande y que, siendo su charidad pequeño a los ojos de los hombres, es grande a los de Dios y que, siendo humilde, es levantado sobre las cabezas de los poderosos del mundo; que, siendo donado que entra a servir, ha de ser servido y ministrado del propio Dios: Et transiens ministrabit illis 1, etc. Y aunque el mostrar ser grande era fácil de las palabras que Cristo dice por san Matheo: Nisi efficiamini ut parvuli isti, non intrabitis in regnum caelorum 2, aquel llamamos grande que alcanza grandes cosas y tiene grandes pensamientos y aquel, pequeño, que los tiene al contrario. Pequeños llamo los del mundo, porque no se levantan de la tierra y hoy, poderoso y grande a su charidad, pues se levanta sobre los del mundo: ab humero et sursum, como Saúl 3, que cuando Dios le escogió por ahí llevaba a todos los de la casa de Israel dende los hombros arriba. Hoy a todos los presentes los lleva de los hombros arriba. Los hombros es do se pone la carga; y, pues tiene hombros para carga tan pesada como la de esta Religión, llévalos de los hombros arriba. Llévalos.

La cabeza del alma unos dicen que es el entendimiento; otros, que la voluntad. Séase lo que se fuere, hoy sobrepuja a todos en el entendimiento, pues le ha dado Dios conocimiento de lo que es el mundo, el cual conviene para lo dejar y apartarse de él; voluntad para le amar sobre todas las cosas, para aborrecer lo malo y amar lo bueno. Pues niño de un año como Saúl 4, que lleva sobre los hombros a todos, que hoy en la casa de Dios es rey, no se puede llamar niño ni pequeño, sino grande, pues es de grandes pensamientos sobre los del mundo, sobre los cielos, etc. Es grande porque alcanza grandes cosas: lo que pretenden los hombres, que es el reino de los cielos, que, para alcanzarlo, es menester [51r] el grande ser pequeño y el pequeño, pues lo alcanza, es grande. Es grande porque hoy se levanta sobre sí. Y a los que hacen esto el propheta Esaías no los llama pequeños ni niños, sino varones fuertes: Bonum est viro cum portaverit a iugum ab adolescentia sua; levavit se super se 5. A quien se le echa yugo y yugo pesado es fuerte varón que se levanta sobre sí, sobre sus fuerzas, sobre su edad, sobre sus años y cuerpo grande, porque hace obras grandes, poderosas, tan grandes que son asombro a los propios ángeles.

Va tratando san Pablo de su bajeza y abatimiento y de cómo andaba vestido y del desprecio de Cristo crucificado, y dice: Spectaculum facti sumus mundo b, angelis et hominibus 6; asombro, etc. Nadie se asombre si no es de las cosas grandes. Y ¿qué llama cosas grandes? Facti sumus peripsema usque adhuc 7, etc. Esto es cosa grande: abrazarse con la mortificación, con el desprecio, etc. Y con esto asombra hoy su charidad. ¿Por qué, veamos, le juzgaron por grande [a] David para poder entrar en batalla con el gigante Goliat? El propio lo dice: Parvulus eram ego 8; [pascebat] servus tuus, veniebat leo et percutiebam eum 9; niño que, siendo niño, desquijara leones, no lo llamen niño.

Dos cosas, entre otras, estaban prometidas por obras grandes de la venida de Dios al mundo por Esaías. La primera, que delectabitur c infans super foramine aspidum 10, etc.; que los niños se habían de ir a las cuevas de los basiliscos y áspides y habían de jugar con ellos. La segunda, que simul in unum morabuntur agnus, lupus et leo 11. Obras grandes de la venida de Dios. Hoy se cumplen en su charidad estas obras grandes y las alcanza, por do queda hecho grande. Hoy entra desquijarando al mundo, venciendo la carne, etc. Hoy en las cavernas y cuevas de esta sagrada Religión entra jugando con el basilisco de la penitencia, que tal lo es para la carne, etc., con el áspide, que tal es la cruz y mortificación, etc. Hoy entra a comer el cordero a las pesebreras donde aquellos dos poderosos sanctos, san Joan y san Félix 12, comieron. Que no sé si los llame leones, osos, toros, hombres o águilas. [51v] Todo los podré llamar, pues en su vida fueron osos, viviendo en los escondrijos de los desiertos 13. Fueron, pues, leones tan fuertes que, metidos en lo más escondido y encerrado de la infidelidad, por mill peligros sacaban los corderos captivos 14. Toros, pues con su grito, voz y balido convertían, clamaban y despertaban almas. Aguilas, pues con su aguda y perspicaz vista veían bajar ángeles del cielo, viendo hasta los particulares colores de que se vestían 15, etc. Hombres, pues dejaron hecha regla para hombres. Pues quien el día de hoy entra a comer a mesa de varones fuertes, etc., ¿por qué no se ha de llamar fuerte y obra grande, y grande el que la intenta? Por todas estas razones veo muy conforme la obra con la fiesta, etc.

Es tan grande esta obra que no sólo engrandece a su charidad, que es pequeño, pero aun el mismo Dios queda engrandecido haciendo nuestra grandeza suya y nuestro bien propio suyo. Veamos cómo esta obra, esta misericordia es grandeza de Dios y grandeza nuestra. David, tratando de estas obras hechas y obradas por estas misericordias de Dios, dice assí: Dextera Domini fecit virtutem; dextera Domini exaltavit me; non moriar sed vivam 16. La mano derecha de Dios, dice el real propheta, hizo virtud, la mano derecha me levantó, no moriré sino viviré. Había David cometido aquel grave peccado con Betsabé y quitado la vida a Urías 17. La justicia de Dios habíale sentenciado a muerte. Apeló a su misericordia del tribunal o consejo bajo del infierno para donde estaba, etc. Revoca la misericordia la sentencia, conviértele, llora, gime y vuélvese a Dios 18, etc. Y considerando esta misericordia y este hecho, dice que la mano derecha de Dios ha hecho virtud, que le ha levantado y engrandecido, porque estaba ya para el infierno condenado, que no morirá. Esta misericordia, hermano, es la que hoy obra virtud, la que le levanta de suerte que siempre que pecaba ya quedaba sentenciado a muerte. Pero hoy se ha hecho apelación [52r] revocando la sentencia para que viva, sirva y ame a Dios. Y para que entendamos que esta grandeza nuestra es del mismo Dios, a este perdonarnos, llamarnos y darnos vida, a esta misericordia la llama mano derecha de Dios.

Veamos qué tiene la mano derecha, para que de ahí veamos la grandeza de Dios. La mano derecha en los animales es el principio de las obras. Assí lo dice Aristóteles, libro 2.º De caelo, capítulo 22: Dextrum uniuscuiusque id esse dicimus unde principium motionis emergit. De la parte derecha empieza en el animal el movimiento 19. Y en Dios a la diestra de la misericordia. Assí es ordinario en la Scriptura, siempre que se hace mención de justicia, que preceda la misericordia. Dulcis et rectus Dominus 20. Universae viae Domini, misericordia et veritas 21. Misericordiam et judicium cantabo tibi 22. Misericordiam et veritatem eius quis requiret? 23 De aquí empiezan las obras de Dios, éste es su comienzo, su estrena y su mano derecha de donde todas sus obras comienzan. Dicen autores graves que, el día que Dios nació, corrió una fuente de aceite en Roma 24, para dar a entender que la misericordia nacía con él, cómo el primer paso que daba en el mundo era derramar el erario de sus misericordias; y que de esta mano habían de obrarse y hacerse virtudes. Dextera Domini fecit virtutem 25, etc.

Tiene más la mano derecha, que acierta mejor que la izquierda. Tiráis una piedra con la izquierda, de veinte no acertáis una; y con la derecha, luego. ¡Qué de veces ofende el hombre a Dios, qué de veces se enoja Dios y qué pocas veces acierta a castigarnos! ¡Qué de veces yerra la piedra dando en el amigo o en el vecino, etc.! Pero la misericordia luego nos acierta y nos hiere. ¿Qué otra cosa es cuando, después de haber peccado, aquella tristeza, aquel dolor, aquel remordimiento? Es acierto de su misericordia. En llorando [David], decía el propheta: Transtulit Dominus peccatum tuum 26. Tiene más la misericordia, no obstante que en Dios todo es uno y atributos iguales, pero por la derecha [52v] de sus efectos vamos hablando, es más largo el brazo de la misericordia. Assí lo dice la sposa: Laeva eius sub capite meo, et dextera d illius amplexabitur me 27. Debajo de mi cabeza se queda la mano izquierda de Dios, que es su justicia, escondida, tapada, pero la derecha descubierta, larga, ciñe y abraza. Qué de veces se ha visto que tira Dios la piedra y no llega, etc., de su justicia, pero la de su misericordia tira y llega a un Pablo 28, a un ladrón 29 y hoy a un niño peccador, etc.

Hoy, hijo mío, gana por la mano lo que otros pierden por el pie. Gana de mano derecha de la misericordia de Dios dejar el mundo, etc. Gana el ser engrandecido y de pequeño ser levantado. Y aun Dios gana por esta propia mano: gana un alma, gana un hijo. Gana el ser engrandecido. Estas ganancias, estas obras, estos pasos assí grandes consideraba el santo rey David cuando decía: Viderunt ingressus tuos, Deus, ingressus Dei mei e, regis mei. Praevenerunt f principes conjuncti psallentibus, etc. Ibi Beniamin, etc. 30 Hay para otros muchos capítulos en el símbolo 4.º de la divina misericordia, en Zamora 31.

Esta obra que a su charidad engrandece, por ser ella grande, digo que es tan grande que no sólo engrandece a su charidad que es pequeño, pero obrándola, haciéndola, parece que queda el mismo Dios engrandecido. Primero, porque nuestros bienes los estima por propios suyos y, siendo nuestra la grandeza, la tiene por propia suya.

Lo segundo, acá, cuando una persona alaba a otra y la bendice, decimos que lo engrandece, aunque la tal persona no tenga necesidad de aquella alabanza. Y entrando hoy su charidad a tener por officio alabar y bendecir a Dios, le engrandecerá.

Tercero, cuando uno manifiesta y publica los bienes recibidos de otro, le engrandece, y más si la persona que los recibió no era digno de ellos. Y assí también su charidad hoy lo engrandece, pues descubre, muestra y [53r] manifiesta que acoge y llama peccadores y no desdeña de tratar con ellos y meterlos en su casa.

Cuarto, cuando a uno le damos alguna cosa, lo engrandecemos, particularmente si aquella tal cosa no la tenía. Deus meus es tu, quoniam bonorum meorum non eges 32. Todo lo tiene Dios, sólo parece que nos hizo señores de nuestro propio corazón, libres en nuestra voluntad, que ésta la dejó libre, hidalga, que a nadie pagase tributo. Ignem et aquam apposuit tibi, ad quod volueris porrige manum tuam 33. Pues hoy el hombre le da su voluntad, su corazón, lo deja captivo al que era libre y, siendo hasta aquí del mundo, etc., hoy, quedando por de Dios, queda el mismo Dios engrandecido, etc.

Quinto, quis poterit adiicere g ad staturam suam cubitum unum?, dice Cristo por san Mateo 34. No hay hombre que pueda añadir a su estatura un codo. Si a vuestra grandeza no podéis añadir, mal podréis añadir a la de Dios. Verdad es que a vuestra estatura no podéis añadir, pero a vuestra vestidura podríades añadir y con ella parecer mayor. De esa misma manera, ya que a la grandeza de Dios no podemos añadir, podemos a su vestidura, que la tiene hecha y entretejida de sanctos. His omnibus velut vestimento vestieris 35. Y cuantos más sanctos hay, mayor la vestidura y mayor nos parecerá.

Sexto, una casa se engrandece mientras más se prolonga, hay más subcesores y hijos. Llano es que, cuando a un padre le nace un hijo, queda aquel tal padre engrandecido con aquel hijo. Y assí Dios, que naciéndole hoy un hijo, en él queda engrandecido, como el árbol en las ramas que echa.

Séptimo, cuando estamos apartados de una cosa, nos parece pequeña, pero cuando nos llegamos a ella, nos parece grande. Assí los del mundo, como andan en el mundo apartados de Dios, les parece pequeño. Cuando entran en la religión, se llegan a Dios; queda Dios engrandecido, porque le ven grande.

Octavo, cuando le pidió Dios su hijo a Abrahán y él se lo ofreció tan de buena gana, le dijo Dios: [53v] Nunc cognovi quod timeas Deum 36. Bien lo sabía Dios, pero atento que con aquella obra se manifestó su obediencia y temor al mundo, dijo Dios: Ahora te conozco por temeroso. Assí Dios siempre es grande, pero ahora que se manifiesta su grandeza con la grandeza de su misericordia, llamando y recibiendo al peccador, decimos que hoy lo conocemos por grande Dios, porque hace obras grandes, tan grandes que David la llamó obra de la mano derecha de Dios. Assí lo dice: Dextera Domini fecit virtutem 37, etc., ut supra. Las obras de la mano derecha las baptizamos con este nombre, las que son más fuertes, más acertadas y mayores, etc. En Dios todas las obras son iguales respecto de que nacen de un principio, de una verdad, justicia y misericordia, etc., pero llamamos unas mayores de otras por la muestra de los efectos. Y como las que proceden de su misericordia para con los hombres muestran mayores y más aciertan, etc., llamámoslas obras de la mano derecha.




1 Lc 12,37.



2 Mt 18,3.



3 1 Sam 9,2: «ab humero et sursum eminebat super omnem populum»; 10,23: «et altior fuit universo populo ab humero et sursum».



4 1 Sam 13,1: «Filius unius anni erat Saul cum regnare coepisset».



a Bonum-portaverit subr.



5 Lam 3,27-28.



b Spectaculum-mundo subr.



6 1 Cor 4,9.



7 1 Cor 4,13.



8 Sal 118,141: «Parvulus ego sum».



9 Cf. 1 Sam 17,34-35.



cms. laetabitur



10 Is 11,8.



11 Is 11,6: «Habitabit lupus cum agno...; vitulus et leo et ovis simul morabuntur».



12 San Juan de Mata y san Félix de Valois, fundadores de la Orden Trinitaria.



13 Alusión al desierto o despoblado de Cerfroid, donde los dos santos vivieron retirados un tiempo y constituyeron la primera comunidad.



14 Alusión a la obra del rescate de cautivos del poder de los moros.



15 Alusión a la aparición de un ángel vestido con el hábito tricolor a san Juan de Mata y a Inocencio III, según atestigua cierta tradición.



16 Sal 117,16.



17 Cf. 2 Sam 11.



18 Cf. 2 Sam 12,13ss.



19 Cf. STO. TOMÁS, In libros de Caelo et Mundo, 2,3: «Manifestum est enim quod in unoquoque animali dextrum dicimus unde est principium motus localis eius».



20 Sal 24,8.



21 Sal 24,10.



22 Sal 100,1.



23 Sal 60,8.



24 Cf. OROSIO, Historiae adversus paganos, lib.6, c.20, 6-7 (ML 31,1053-1054): «... in diebus ipsis fons olei largissimus de taberna meritoria per totum diem fluxit. Quo signo quid evidentius, quam in diebus Caesaris toto orbe regnantis futura Christi nativitatis declarata est? Christus enim lingua gentis eius, in qua natus est, unctus interpretatur. Itaque cum eo tempore quo Caesari perpetua tribunicia potestas decreta est, Romae fons olei per totum diem fluxit..., in ea urbe, in qua spontaneum fluxisset oleum, evidentissima his, qui Prophetarum voces non audiebant, signa in caelo et in terra prodigia prodiderunt».



25 Sal 117,16.



26 2 Sam 12,13.



d sub-dextera subr.



27 Cant 2,6.



28 Cf. He 9,1ss.



29 Cf. Lc 23,39-43.



e Viderunt-mei subr.



fms. convenerant



30 Sal 67,25-28.



31 Cf. ZAMORA, L., o.c., 482-488 («Feria sexta post dominicam quartam. Discurso cuarto»).



32 Sal 15,2.



33 Eclo 15,17.



gms. adere



34 Mt 6,27.



35 Is 49,18: «Omnibus his velut ornamento vestieris».



36 Gén 22,12.



37 Sal 117,16.






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