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San Juan Bautista de la Concepción
Obras IV – S. Juan B. de la C.

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Jhs. Maria

Alius eiusdem. Misericordiam Dei

Para usarla con todos, se sube a la cruz: Si exaltatus fuero a terra, omnia traham ad me 1. Omnia se entienden los hombres, porque en ellos están todas las cosas. Y dice que a todos, a ricos y pobres, grandes y pequeños, que es lo que dijo David: Simul in unum dives et pauper 2. Los ángeles y los hombres, Dios y las almas. Y ésta es la razón por qué Cristo quiso morir en el aire, para hacer esta soberana junta.

Está este suelo, digo techo de este suelo lejos. Estará cerca de una de dos maneras: o poniendo una escalera en medio o subiendo lo bajo y bajando lo alto, [92v] juntándose en el medio. Estaba el hombre por el pecado lejos de Dios: Qui elongant se a te 3, etc. Para que esté cerca, pónese Cristo en medio en la cruz por escalera. Los clavos, llagas y espinas son asideros para que no desbarres, sino que subas adonde está Dios. Lo segundo, sube el hombre donde está Cristo y baja Dios donde está el hombre. Esto significa el morir Cristo inclinada la cabeza 4, porque, como ya había subido el hombre, baja Dios, de quien dice san Pablo: Caput Christi Deus 5, para que se junten entrambos, etc.

Parecerá este hábito un asombro al mundo por parecerles que es en persona llena de riquezas, etc., y por verlo assí de repente, toda la cual admiración se causa de falta de consideración. Porque, cuando dice Cristo: Omnia traham, que había de levantar a sí todas las cosas de las almas, trata que el oro, como cosa tan pesada en la tierra, lo deja: Non quaerit mea, sed me 6. Y el alma desnuda es tan liviana que, con poquita fuerza, se levanta en el aire sicut virgula fumi 7, etc. A lo segundo, veréis un hombre jugar de manos, tomar unas pelotillas y, cuando pensáis que están debajo de un vaso, las halláis debajo de otro. Y, como no lo entendéis, llamáis a aquel hombre embaidor y embaimiento. Y aquello no es sino liberalidad de manos y gracia particular. Todos pensarán ahora que el señor don Antonio estará en casa cenando y holgándose. Los que a la mañana lo vieren vestido de un saco y descalzo, les parecerá embaimiento, y no lo es sino liberalidad de las manos de Dios, gracia y misericordia que usa con su charidad.




1 Jn 12,32.



2 Sal 48,3.



3 Sal 72,27.



4 Cf. Jn 19,30.



5 1 Cor 11,3.



6 2 Cor 12,14: «Non quaero quae vestra sunt, sed vos».



7 Cant 3,6.






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