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San Juan Bautista de la Concepción Obras IV – S. Juan B. de la C. IntraText CT - Texto |
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[169r]
Jhs. Maria
Notanda para el Sanctíssimo Sacramento. En los capítulos de la mañana y cuando se toman las culpas
Tres bienes y mercedes, entre otros, hizo Dios al hombre en darse disfrazado y disimulado en comida: primero, para que el hombre pueda executar los deseos que tiene amándole; lo segundo, porque tenga lugar la fee. Entrambas a dos cosas se ven en aquel milagro que hizo con Hugo, que, deseándole ver en aquel sacramento en figura y specie humana y importunándole muchas veces, se le apareció en figura de un niño sobre la patena estando diciendo agnus Dei, y a cabo de rato, díjole Cristo: Ea, Hugo, cómeme. —Señor, no puedo, ¿cómo os tengo de comer estando ansí? —¿No me deseábades ver? Veisme aquí, cómeme. —Señor, si no os volvéis como estábades, no puedo. Entonces le dijo Cristo: No te ahorro lo que has ganado, de aquí adelante no ternás mérito en la fee de este sacramento [que] está en las jornadas para el cielo. Es gran mal no poder comerse a Dios. Acá decimos a una cosa que mucho queremos: tanto te quiero que te querría comer a bocados. Bendito seas, Señor, que, si el hombre te quiere, te puede comer a bocados. Y comiéndote assí disfrazado, tiene lugar la fee.
La tercera merced que hace en darse assí disfrazado, es dar atrevimiento y osadía para que el hombre le pida. Si un rey aportase a una choza de un pastor con su majestad y grandeza, no sólo no le pediríe a mercedes, sino que huiríe y no se atreveríe a parecer delante de él, pero, si pareciese con su pellico como él disfrazado y le dijese: Yo soy rey, luego le diría: Pues, si tú eres rey, hazme a mí conde. Bendita sea tu majestad y grandeza, ¿quién, Señor, se atreviera a parecer ante ti, si en tu majestad aparecieras? Disimúlase y vístese de nuestra humanidad, pónese como los hombres; y en este sacramento está diciendo: Yo soy Dios, yo soy verdaderamente Cristo. Responde el hombre con osadía: Si tú eres Dios, hazme dios por participación, si tú lo eres por esencia, etc. Mirad a Ester que entra a hablar [169v] a Asuero, y estaba sentado en su trono. Y cuando assí le vido, cayó desmayada en tierra. Bajó de su trono Asuero, púsose en la tierra, levantóla, confortóla y díjola: no temas, yo soy tu hermano, pide lo que quisieres. Y entonces le pidió mercedes 1. Aplica cómo el hombre temblaba de antes ante Dios. Hecho hombre y puesto en la tierra en este sacramento, levanta al hombre, confórtale y dícele que pida, que es nuestro hermano, etc.