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San Juan Bautista de la Concepción
Obras IV – S. Juan B. de la C.

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Alius eiusdem in festo Omnium Sanctorum, habiendo de recibir los hermanos el Sanctíssimo Sacramento

Levantóse el celador y puso a un hermano culpa de que levantaba los ojos. Reprehendiósele diciendo que era como aquel de quien dice Santiago: Qui auditor a est et non factor comparabitur viro consideranti vultum nativitatis suae in speculo: consideravit enim se, et statim oblitus est qualis fuerit 1. Viro, dice, et non mulieri, porque ésa es para adornarse y el hombre para ver que está viejo y tiene canas, y no para quitárselas, etc. Capítulo por la mañana y tarde es espejo, en que le decimos que tiene faltas y siempre se está de una manera. Dejemos esto, no tratemos de culpas día en que el Sanctíssimo Sacramento se ha de recibir. Siéntense, hermanos, no diga más, échenle tierra. No se revuelva cosa de mal olor, que pasa Dios. ¿No han visto, cuando por una calle pasa una procesión y acullá revuelven cieno, llega un alguacil y da voces: ¡Tapá, que pasa la procesión!, y hace echar una estera encima? No se revuelvan hoy culpas, no las haya, no haya cosa de mal olor, que pasa la procesión del Sanctíssimo Sacramento. ¡Oh hermanos míos, y qué procesión pasa hoy: el cuerpo de nuestro Señor Jesucristo, acompañado con todos los sanctos!

Esa es la razón por qué se celebra fiesta a todos los sanctos en día que sus charidades comulgan, que, entre las millares de razones que hay, una es para que, viendo al que recibimos así acompañado en tanta majestad y grandeza, le temamos y reverenciemos, etc. Miren que digo que es procesión del cuerpo de Cristo acompañado con los sanctos, con la Virgen, con los [171v] apóstoles, etc. Poco he dicho. Aquí viene el alma sanctíssima de Cristo a acompañar a la carne de Cristo; aquí viene la divinidad a acompañarla; aquí viene el Padre y el Spíritu Sancto a honrarla, etc. Cada persona trae su puesto, su lugar. El primer lugar la carne, el segundo el alma, el tercero la divinidad, etc. Explícome y digo que el cuerpo de Cristo está aquí en el primer lugar, porque, como dispone el concilio Tridentino 2, ex vi b verborum está aquí el cuerpo de Cristo [y] por c concomitancia está el alma, la sangre, la divinidad, porque el cuerpo no está sin sangre y alma. Y a el cuerpo y el alma está suppositando 3 la persona divina, y la persona divina es una propia en la esencia y ser con el Padre y Spíritu Sancto. De aquí es que, en la procesión de hoy del Sanctíssimo Sacramento que sus charidades han de recibir, se hace un admirable acompañamiento al cuerpo de Cristo, pues lo acompaña, en la manera que queda dicho, el alma, la divinidad, el Padre, el Spíritu Sancto, y junto todos los sanctos, pues han venido en este día. Ea, hermanos, ¿quién no se admira y asombra de ver tanta majestad y grandeza? ¿Quién no teme, quién no se viste de fiesta, etc.?

Adviertan que el traer el primer lugar el cuerpo de Cristo, es como el misacantano que tiene por padrino al obispo: que es mayor la dignidad del obispo y tiene el principal lugar el sacerdote. Y el rey, cuando es padrino del que baptizan, tiene el desposado el más principal lugar. En la comunión hácese un divino desposorio, una admirable junta del hombre y la carne de Cristo, y a acompañar al desposado viene toda la gente que he dicho: el alma, la divinidad, el Padre y el Spíritu Sancto. Pues veamos qué es la causa de esta exaltación del cuerpo de Cristo, de esta honra que se le da en este sacramento. Digo, hermanos, que, porque fue tan humillado y abatido en su pasión, que anduviese debajo de los pies de los verdugos y sayones, convino que assí fuese exaltado y levantado, como dice Esaías (Esai 60) d: Pro eo quod fuisti derelicta et odio habita, ponam te in superbiam saeculorum, gaudium in generationem et generationem e 4. Porque en la pasión fue despreciado, aquí es [172r] levantado.

¡Oh, qué consideración nace de aquí! Porque lo despreciaron en su pasión, lo exaltan y levantan y dan tan buen lugar aquí a la carne de Cristo, que diga: Caro mea vere est cibus; y no dice: Divinitas mea vere est cibus, o, si no: Ego sum cibus. Nada de eso dice, sino: Caro mea vere est cibus 5. Hermanos, todas las veces que hemos ofendido a Dios, en cuanto es de nuestra parte, lo hemos despreciado y crucificado, como dice san Pablo 6. Hoy, pues viene tan bien acompañado, volvámosle la honra; adoremos este Sanctíssimo Sacramento, reverenciémosle, reconozcámosle, temámosle; humillémonos conociendo nuestra flaqueza y miserias, etc.

Acerca de esto podrás ver a Osorio en el primer sermón del Sanctíssimo Sacramento 7. Al principio trata de la exaltación de la carne de Cristo.




ams. adiutor



1 Sant 1,23-24.



2 Ses.XIII, c.3: Después de la consagración, ex vi verborum existe «verum Domini nostri corpus verumque eius sanguinem una cum ipsius anima et divinitate» bajo las especies de pan y de vino, «ipsum autem corpus sub specie vini et sanguinem sub specie panis animamque sub utraque vi naturalis illius connexionis et concomitantiae... inter se copulantur, divinitatem porro propter admirabilem illam eius cum corpore et anima hypostaticam unionem».



bms. in



cms. para



3 De suppositum, hypostasis o persona divina a la que se une la naturaleza humana precisamente mediante la unión hipostática o per unionem in supposito.



dal marg.



e Pro-generationem subr.



4 Is 60,15.



5 Jn 6,56.



6 Cf. Heb 6,6.



7 Cf. Osorii Concionum epitome. Pars aestivalis (Colonia 1613) 115-124 (in celeberrimo festo Corporis Christi).






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