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Otra plática, habiendo de recibir los hermanos el Sanctíssimo Sacramento

Habiéndose de recibir el Sanctíssimo Sacramento, considerando, hermanos, nuestra flaqueza y que ordinario es caer en defectos, tibiezas y faltas, hallo que hoy recibimos el remedio de nuestros males. Uno de los mayores es dejarnos vencer y descaecer, como consta de las culpas que a sus charidades han puesto. Y como de los efectos de este soberano sacramento es que da fortaleza y ánimo. Surge, manduca et comede, quia longa tibi restat via ¹, dice un ángel a Elías, que va huyendo cansado y afligido de la reina Jezabel. Arrojado a la sombra de un junípero, petivit animae suae ut moreretur ^{a 2}. Caídos estamos, mujer es quien nos persigue, que quiere decir flaqueza, nuestra propia carne, nuestra sensualidad y pasiones. Cansados y caídos en tierra, querríamos muchas veces morir, porque, como ^b el hombre exterior se ve así afligido, pídele al alma que lo deje, que por mejor suerte tendrá estar con los muertos en la tierra, etc. Ea, hermanos, dice el sacerdote, ánimo, ánimo, que nos falta largo camino; levantaos y comé este soberano y divino pan. Largo camino, porque nuestras faltas y miserias nos alejaron de Dios. Largo, porque mucho nos falta para ser perfectos y humildes. Largo, porque largos y grandes [174v] son los premios. Largo, porque son muchos los enemigos que tenemos de vencer. Y para camino tan largo, bien hemos menester grandes ayudas de costa. Estas nos las da Dios en este soberano sacramento, como digo, con quien nos cura la flaqueza de nuestra carne.

Diréisme: Hermano, ¿aquí no recibo carne de Cristo? Sí. Pues ¿cómo con carne se sanan daños y males de carne? Respondo que va mucha diferencia de carne a carne, de carne de Dios hombre a carne de hombre solo. La vara de Moisés era vara con que obraba particulares maravillas ³. Así carne en el hombre es serpiente y en Cristo es vara con que obra y hace grandes maravillas, y una es sanar los daños y males de vuestra carne y fortalecer vuestra flaqueza. El ruibarbo es veneno y preparado es purga que limpia y sana de enfermedades. Assí es la carne: un poco de veneno en el hombre y en Cristo preparóse de tal manera que limpia, purga y fortalece. Panem angelorum manducavit homo ⁴. Lee san Jerónimo: Panem fortium manducavit homo ⁵; que da fortaleza.